Tiene razones: En tremendo fiasco ha concluido la conjura para convertir a Honduras en una ficha más de su megalomanía; Uribe ha puesto otra vez en evidencia la vinculación entre Venezuela y la guerrilla colombiana; papá Fidel da muestras de no andar muy bien de la cabeza y el Palacio de Miraflores no puede explicar como el narcotráfico campea impunemente en Venezuela.
El Secretario General de la OEA ha perdido credibilidad por amenazar a Honduras con un ultimátum que, en lugar de debilitarlos, cohesionó a su gobierno y a la mayoría de la población; por insistir en la acusación de un golpe de estado militar, cuando es evidente la existencia de un sistema judicial independiente, un Congreso elegido democráticamente y un ejército interesado en nuevas elecciones y un nuevo presidente.
A pesar de sus petrodólares, amenazas y verborrea en defensa de Zelaya, su lugarteniente se va debilitando y difícilmente lo podrá usar mucho tiempo más como tentáculo de la avanzada anti demócrata, anti yanqui, pro iraní y pro castrista en el continente.
Zelaya ha contribuido con sus errores: Un día llama a la insurrección y el otro a evitar enfrentamientos. Luego anuncia a bombo y platillo su aterrizaje en Toncotín y como era de esperar provoca disturbios y el bloqueo de la pista. Pero después, sorprendiendo en la frontera hasta a sus propios seguidores, ante el repliegue de los militares hondureños este “libertador” en lugar de avanzar retrocede a suelo nica sin perder el tiempo.
Hugorila está frustrado porque los lanzacohetes que compró a Suecia han sido encontrados en las manos de sus aliados, los narco-guerrilleros colombianos. Como no puede explicar su colaboración o en el mejor de los casos su desorden, recurre al típico chantaje de amenazar a su vecino con sanciones. Como Colombia es, después de los americanos, el segundo exportador a Venezuela, otra vez tiene que reaccionar con tolerancia y discreción; porque ellos saben cuando Chávez se indispone te agrede y no te compra o te deja sin petróleo.
Hugorila también está frustrado porque papá Fidel no saca una pata para meter la otra. Con una plétora de mentiras de su cerebro decadente lanzó un ataque a Costa Rica y a su presidente. Los pacíficos ticos respondieron porque su sistema universal de seguro de salud pública es de los mejores en el mundo, y además:“ Es un sistema que no obliga a los asegurados a pedir el envío de medicinas a sus familiares en el extranjero. Esa es una circunstancia afortunada, porque Costa Rica no tiene exiliados” como dijo el periodista Armando González, del diario La Nación.
Muy bueno este análisis tuyo Huber.
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