VENEZOLANOS Y CUBANOS POR LA LIBERTAD

 


Los cubanos llevan viviendo 75 años bajo una cruel tiranía y quien crea que ha sido por cobardía no está bien informado. Los cubanos ucharon por su independencia y han luchado por su libertad a un costo heroico.  En el siglo 19, de una población de 1.5 a 1.7 millones de habitantes entre 400 a 500 mil cubanos murieron durante las guerras de independencia, la Isla perdió el 30% de su población.  


Durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos contra Inglaterra (1775-1783) murieron de 25.000 a 35.000 personas, aproximadamente el 1% de una población de 2.5 a 2.75 millones de habitantes de las 13 colonias.  En Suramérica el total estimado de muertos durante las guerras de independencia fue de 500 mil a un millón de personas, equivalente al 2.5% / 6.7% de una población estimada entre 15 y 20 millones, desde Panamá hasta la Argentina. 


Según datos conservadores durante el castrismo se han ejecutado y han muerto en prisión de 5000 a 12.000  cubanos. No se incluyen los ahogados que siguen perdiendo sus vidas tratando de huir de Cuba, ni los miles que han muerto y siguen falleciendo por las terribles condiciones en que vive la población. De 60 a 100 mil cubanos han sido condenados a prisión por razones políticas, en los últimos tres años más de mil cubanos han recibido sentencias, algunas de hasta 30 años de prisión por protestar pacíficamente. Los arrestos de disidentes son constantes. 


Por las circunstancias actuales y por los 75 años de dictadura castrista es relevante tener en cuenta la experiencia cubana al analizar los padecimientos y las oportunidades del pueblo venezolano después de más de 25 años de dictadura.  Venezolanos, analicen nuestros errores y los de nuestros aliados. 


Nuestro mayor enemigo nunca fue el castrismo, sino nuestra extrema confianza en los Estados Unidos y las ambiciones de la Unión Soviética. La URSS financió a un ególatra sin escrúpulos para que transformara a nuestro país en una plataforma de propaganda anti yanqui y antidemocrática desde la cual exportaría el engaño, la violencia y el terrorismo a otros países.  Venezuela ha sido una víctima de ese proyecto al que se ha sumado la mafia del narcotráfico.  No es el socialismo del siglo XXI sino el  crimen organizado el que ha llegado al poder.


Hasta el día de hoy ningún gobierno de los Estados Unidos ha tomado en serio la lucha de los cubanos contra la dictadura en Cuba. El fracaso de Playa Girón se debió a la falta de seriedad de Washington, que organizó y dirigió la operación.  El embargo estadounidense, la prohibición de hacer negocios con la dictadura castrista (bloqueo como les gusta llamar a los demagogos) fue saboteado y sigue siendo saboteado por prácticamente todos los países democráticos. El castrismo ha negociado libremente con todos los países industrializados del mundo. El pueblo cubano ha tenido que enfrentarse además contra una conspiración de agentes de influencia que ha incluido académicos, periodistas, escritores, etc. de todas las latitudes. 

 

La falta de una respuesta contundente a Putin a la invasión rusa a Ucrania en 2014 por parte de Estados Unidos y varios países europeos fue suficiente luz verde para que Rusia lanzara una segunda invasión en febrero de 2022 que hasta ahora tiene un saldo de un millón de muertos y heridos ucranianos y rusos.  Fue la reacción heroica de Vladimir Zelenskiy y de su pueblo quienes han evitado la entrega de Ucrania.  


En Venezuela no puede ponerse mucha fe en medidas personales contra los cómplices del narco estado, sus negocios y sus familiares porque difícilmente afectarán sus recursos que están bien blindados. No se puede dar mucho peso a quienes argumentan que hay que evitar medidas contra la dictadura que perjudiquen al pueblo, los venezolanos han pagado ya un precio altísimo durante más de dos décadas de dictadura.  No se puede comprometer la libertad de un pueblo con una estrategia donde los presos, los heridos y los muertos los pone el pueblo desarmado, víctima de un agresor que no recibe su merecido por sus abusos y crímenes.


La disuasión (deterrence), apoyada por todas las potencias democráticas, plantea que para prevenir la agresión hay que infundir en el agresor potencial un alto costo por sus acciones. Hay que desalentar en los adversarios los ataques violentos o el comportamiento delictivo, convenciéndolos de que los costos o riesgos superan cualquier ganancia potencial.  La narco dictadura en Venezuela debe convencerse de que cada atropello tendrá un alto precio, esta es la vía que puede evitar un baño de sangre.


Napoleón creó una imagen de invencibilidad basado en victorias rápidas y decisivas para proyectar poder y disuadir amenazas potenciales. Sun Tzu lo expresó de otra manera: “Si conoces a tu enemigo y te conoces a ti mismo, no tienes que temer los resultados de cien batallas”. La derrota pública de Maduro en estas pasadas elecciones y el escandaloso fraude electoral lo desnudaron ante el mundo democrático y desnudaron al mundo también. No se puede permitir que las democracias se disfracen otra vez de una solidaridad pasiva. 


José Martí señaló que: “Hay que hacer en cada momento lo que cada momento es necesario” y Simón Bolívar advirtió que: "Si fuera posible que un pueblo en el mundo pudiera alcanzar su libertad con solo desearla, ese pueblo sería el de la Nueva Granada; pero si tuviésemos que luchar contra la naturaleza misma, lucharemos contra ella y la haremos obediente a nuestra voluntad."  


María Corina Machado lleva sobre sus hombros la libertad de Venezuela y el rescate de Nuestra América.  Ella, Edmundo González y los demócratas venezolanos merecen y necesitan el apoyo eficaz de los gobiernos y los pueblos del mundo.   

 

Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

Septiembre 2024 

 



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Sin la sangre de venezuela el castrismo morirá

 

 


La supervivencia del castrismo en Cuba depende de la permanencia de Nicolás Maduro en el poder en Venezuela. Sin el subsidio venezolano la economía cubana se acabaría de paralizar y la industria turística, que ya está en crisis, se desplomaría. Los millones de cubanos que no podrán huir de Cuba, que con dificultad se alimentan una vez al día, no encuentran en los hospitales medicinas, alimentación, ni servicios confiables, no tendrán muchas alternativas: morirán de hambre y enfermedades, se suicidarán o se lanzarán a las calles a protestar sin armas contra un régimen que no tiene ningún respeto a la vida. 

 

Así las cosas, es de suponer que Maduro, un fiel castrista incluso antes de llegar con Hugo Chávez al gobierno, no va a renunciar al poder en Venezuela a menos que desde La Habana se lo ordenen, porque consigan de, por ejemplo los Estados Unidos, alguna seguridad que les permitirá mantenerse como dueños de Cuba.  De lo contrario Maduro estaría traicionando a sus patrocinadores, que como buenos mafiosos, no perdonan las deslealtades. 

 

En realidad, sin la sangre de Venezuela el castrismo moriría.  Venezuela en el año 2000 enviaba a Cuba 100.000 barriles diarios de petróleo, cuando según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) de Cuba el consumo diario era de 125.000 barriles de gasolina de motor, diésel y fueloil para la generación de electricidad.  En esas fechas la producción de petróleo en Venezuela era de aproximadamente 3 millones de barriles diarios.  Actualmente, cuando esta ha bajado entre 700 a 800 mil barriles diarios, todavía envían a Cuba 40.000 barriles diarios, que sumado a los 60.000 de producción cubana evita el colapso de una economía en ruinas. 

 

Que el castrismo lo pague teniendo en Venezuela miles de cubanos sirviendo de represores, de espías, en la protección personal de sus dirigentes, en labores de contrainteligencia,  brindando servicios médicos etc., no importa.  Ningún otro país de este continente aceptaría ese trueque que implica la pérdida de la soberanía nacional y hasta el control del propio gobierno. Nadie medianamente informado sobre la historia reciente de Venezuela puede negar que en la consolidación del narco estado actual el castrismo ha tenido un papel fundamental. 

 

Un poco de historia nos ayudaría a recordar que en 1992 el teniente coronel venezolano Hugo Chávez Frías fracasó en un intento de golpe de estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez, en el conato murieron casi 150 civiles y militares. Chávez fue detenido pero el presidente Rafael Caldera le otorgó un sobreseimiento. Dos años después, el 13 de diciembre de 1994 el ex prisionero golpista llegó por primera vez a Cuba, Fidel Castro lo esperaba. Chávez describió aquel momento en términos muy dramáticos: “Me asomo y veo al Caballo allá parado… les confieso que ahí me entró un frío… cuando veo a Fidel parado en la puerta, al pie de la escalerilla. Yo cargaba un maletincito, lo puse en el suelo, para darle el abrazo”.  

 

Antes o desde entonces, Chávez fue un pupilo de Castro que gobernó Venezuela durante 14 años, desde el 2 de febrero de 1999 hasta su muerte el 5 de marzo de 2013.  Como hemos visto, durante su vida más los once años de Nicolás Maduro, Venezuela ha suplido a la dictadura castrista con una sustancial parte de los combustibles que la han mantenido a flote, también con una enorme cantidad de recursos secretos.  El castrismo ha estado involucrado hasta en la emisión de los pasaportes venezolanos. 

 

Nicolás Maduro, que nunca ha brillado por su inteligencia, formó parte de organizaciones de izquierda y fue influenciado por la ideología revolucionaria castrista.  En los años 80 parece haber recibido entrenamiento político en Cuba. Cuando Maduro fue ministro de relaciones de Chávez su afinidad y cooperación con La Habana fue total. En su anillo de seguridad personal se entiende que hay cubanos. 

 

Fidel Castro vio en Venezuela, el país con la mayor reserva de hidrocarburos del mundo, la fuente de recursos que salvaría de la bancarrota a su régimen en Cuba.  También consideró a esa nación como un trampolín  político en Latinoamérica.  Ya la URSS no existía y Putin no era garantía. China estaba muy lejos y en estrechas relaciones comerciales con los Estados Unidos.  En Chávez, Castro encontró un discípulo y una especie de heredero, con Maduro el castrismo tomó las riendas de Venezuela.  Riendas que la perseverancia, la visión y el valor de María Corina Machado ha puesto en grave peligro porque sin la sangre de ese país, el castrismo morirá. 

 

Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

Agosto de 2024

 

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