Hasta visitar prisioneros constituye un delito en Cuba


Ramón Arbolaez Abreu, residente en Edificio No.2, apto. 15, Reparto José Martí, Santa Clara Villa Clara, nos narra la impedimenta recibida de visitar a su amigo preso.


“El día 4 de noviembre de 2009, me presenté en la prisión Depósito Cuncuní, sita en carretera Central, banda a Placetas, con la intención de visitar a mi amigo Jorge Luis Artiles Montiel, recluido en aquel recinto, pues el “Bebo” como cariñosamente lo llamamos no tiene familiares que lo visiten en la prisión.”


“Como a las doce del día aproximadamente, estando en la prisión, se me acercó el oficial Yunier Monteagudo Reina y me comunicó que estaba detenido, sin ofrecerme una razón que justificase tal detención, me condujo en un auto patrulla a la 4ta. Unidad de la Policía de Santa Clara, ubicada en el barrio de Dovarganes.”


“Estando en la carpeta de dicha Unidad, llamaron por teléfono al oficial de la Seguridad del Estado, Héctor de la Fe Freire, quien después de un pequeño diálogo me informo que por decisión del Teniente Coronel. Vagué, jefe de Enfrentamiento de la Seguridad del Estado, se me prohibía continuar visitando a Jorge Luis en la prisión”.


“Al preguntar en qué se fundaba esta decisión ¿qué delito estaba cometiendo al visitar un recluso? La respuesta fue que Jorge Luis continúa involucrado en actividades contrarrevolucionarias, por lo que no se permitirá sea visitado por personas sin vínculo de consanguinidad.”


“Por más que pienso no comprendo como una persona dentro de una cárcel y bajo estricta vigilancia puede efectuar actividades subversivas ¿Será esto cierto? Bueno, en fin me dejaron detenido como medida preventiva “castigo” por espacio de 24 horas. Antes de liberarme levantaron un acta de advertencia para dejar plasmado que a mi amigo no le puedo visitar y si regreso a una visita ya sé lo que me espera. Nada que hasta visitar prisioneros constituye un delito en Cuba”.


Santa Clara, 29 de diciembre de 2009.


Sucesos narrados por la comunicadora comunitaria Ana Rosa Alfonso Arteaga.

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La Navidad para los cubanos


En este día de celebración cristiana en el mundo, el Partido Cuba Independiente y Democrática (PCID), desea hacer llegar a nuestros compatriotas algunas reflexiones sobre esta especial ocasión.

En nuestra aspiración a vivir en una sociedad en la cual la tolerancia a las ideas y a las formas de vivir de los demás deben ser valores fundamentales, el cristianismo, en su prédica de amor entre los seres humanos y su rechazo a la violencia, tiene vigencia universal.

Para el cristianismo la vida humana no es un accidente cósmico, sino el producto de la creación divina, que dotando de inteligencia y creatividad al ser humano lo alienta al uso de la libertad con el fin de que pueda escoger, por su libre voluntad, la forma de vida que le permita su realización personal y el tipo de contribución que brindará a la sociedad.

Nosotros los cubanos, (hijos de Dios, con derecho a vivir en libertad, sin que nadie se otorgue por la fuerza, la superioridad intelectual y moral para reprimirnos por nuestras convicciones o aspiraciones) por más de medio siglo hemos sido educados y forzados a la idolatría de hombres e ideas, que castigan brutalmente al menor indicio o sospecha del uso del libre albedrío.

En el orden legal y político, el camino a la libertad y al respeto de los derechos humanos es el camino hacia un Estado de Derecho, que alcanzaremos como resultado de un esfuerzo patriótico, pacífico, organizado y constante; pero en el orden espiritual, los cubanos tenemos que liberarnos primero de la prisión mental en que nos han encerrado por tanto tiempo.

Olvidar a Dios en estas circunstancias es una opción para todos nosotros, como es también una opción el recurrir a la oración, para que El, con sus poderes y su misericordia, nos llene de esperanza y nos ayude en nuestra lucha por la libertad.

Por el Partido Cuba Independiente y Democrática (CID)

Roberto Marrero de la Rosa, Presidente

Camagüey, 24 de diciembre de 2009

Patria Pueblo y Libertad
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EL OCASO DEL ALBA

Con cuatro horas de discursos concluyó, el lunes 14 de diciembre, la VII Cumbre del ALBA (Alianza Bolivariana de Nuestra América) en La Habana. El ALBA está compuesta por Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, San Vicente y las Granadinas, Dominica y Antigua y Barbuda. Fundada hace cuatro años por Fidel Castro y Hugo Chávez, el ALBA ha sido una tribuna de ambos. Su íntima relación personal le ha puesto el sello a este instrumento de agitación política.

El gran ausente fue el anciano dictador de Cuba, del que se proyectó un video con imágenes viejas. Chávez dijo que había visitado a Fidel y que, cuando se despedían, casi se lo trae; pero, aunque con los ojos Fidel le decía que quería, no se montó en el auto (i).

Teniendo en cuenta la obsesión escénica de Castro: ¿Quién o qué evitó que asistiera a la Cumbre del Alba? Chávez dijo que, como Fidel lo calcula todo “científicamente”, no quiso entregarle a él en ese momento - el de la visita - la carta que Chávez leería en la Cumbre. Fidel le dijo que se la enviaría. Chávez aclaró que Fidel no le entregó la carta para que él no se enterara con anticipación de su contenido y eso, según Chávez, fue un cálculo científico de Fidel. Así son las cosas del ALBA, donde la desconfianza entre aliados es una ciencia. (II)

El encuentro fue una repetición de demagogia antimperialista y de la desprestigiada teoría de la explotación de los países ricos contra los pobres; los ricos son ricos porque les roban a los pobres; la pobreza no se debe al mal manejo de sus gobiernos. Ni Raúl Castro ni Hugo Chávez tuvieron la capacidad escénica para convertir el evento en algo atractivo para la prensa internacional, salvo CNN. La Cumbre del ALBA también competía con la XV Conferencia sobre el Cambio Climático en Copenhague y una ola de golpizas y arrestos a disidentes en Cuba, que incluían hasta a las Damas de Blanco.

Los asistentes a esta cumbre tenían poco de qué alegrarse y bastante de qué preocuparse. La popularidad de Hugo Chávez va en decadencia, los petrodólares no alcanzan y el escándalo de los bancos lo salpica. Raúl Castro se refirió en su discurso a la Alianza Bolivariana de Norteamérica en lugar de la Alianza Bolivariana de Nuestra América, –el nuevo nombre del ALBA. ¿Qué tendría en mente? Además, inventó un nuevo tipo de compañía: la “grannacional”, o tal vez trató de decir transnacional y no pudo porque no puede.(III)

La cara de Daniel Ortega parecía reflejar que en la última encuesta el 57% de los nicaragüenses rechaza su labor de gobierno y el 25.8% lo respalda (IV), y la de Patricia Rodas, que fue representando a Manuel Zelaya como Ministra “constitucional”, era pura amargura; el único que dejó entrever alguna tranquilidad fue el boliviano Evo Morales.

Está fresca la herida por el fracaso del ALBA en Honduras. La reelección de Daniel Ortega en Nicaragua es cuestionable. El Salvador no ingresará en el ALBA. Hillary Clinton ha advertido que quienes coquetean con Irán en la región lo harán por su propia cuenta y riesgo. Chávez y Raúl deben estar preocupados por sus elucubraciones contra Colombia, un juego que se sabe cómo empieza pero no cómo termina.

Hace cuatro años, con el precio del petróleo por las nubes, el binomio Chávez/Fidel parecía temerario. Pero el desastroso gobierno de Chávez, sus atropellos contra la democracia en Venezuela y sus extravagancias, insolencias e intromisiones contra otros países han demostrado, sin duda, quién es el heredero de Fidel Castro. Durante este tiempo ha quedado al descubierto el fracaso de medio siglo de estatismo castrista y de represión totalitaria.

El ocaso del ALBA quedó a la vista con su fiasco en Honduras, donde un pueblo pobre prefirió proteger lo poco que tiene antes que embaucarse con cantos de sirena.

El desprestigio de sus dos fundadores fue demostrado el 12 de diciembre de 2009: Según esta última encuesta de Latinbarometro, la popularidad de ambos es la peor en Latinoamérica, de una escala de 1 a 10: Chávez un 3,9 y Fidel un 4 . La VII Cumbre del Alba fue su velorio anticipado y el réquiem político de Fidel Castro. (V)




[i] "Salió a despedirme hasta la puerta, y (cuando) me voy a montar al carro le dije: 'vamos a hacer una cosa, móntate ahí y te llevo'. En los ojos le vi que se montaba", relató el mandatario venezolano. (AFP)

[ii] “Ahora mismo vengo de ver a Fidel que me dijo: ‘Chávez te he hecho una carta’, y le dije dámela, ‘no, te la mando cuando el acto comience’. Él calcula todo científicamente, me dijo: ‘te la enviaré para que no conozcas el texto cuando el acto haya comenzado’ y en efecto me la acaba de enviar y me pidió que yo la leyera y la voy a leer”, dijo. (Fidel me hizo el honor de hacerme hijo suyo, y así me siento, Radio Surco15-12-2009 08:20:52)

[iii] http://www.youtube.com/v/iMUWwgaIddc&hl=en&fs=1 Escuche minutos 2.42 y 6:18 en video a la izquierda de la pagina del blog.

[iv] MANAGUA — El 57% de los nicaragüenses desaprueba la gestión del presidente Daniel Ortega en sus tres años de gobierno, así como considera negativo el desempeño de la oposición, según una encuesta de la firma M&R Consultores publicada por el diario La Prensa este lunes.

Ortega cierra el 2009 con una aprobación del 25,8%, mientras que un 16,9% de los encuestados dijo no tener ninguna opinión sobre su mandato iniciado en 2007, según la encuesta.

[v] El mejor evaluado fue Obama con un 7; seguido de Lula 6,4; el rey Juan Carlos, 5,9; Rodríguez Zapatero, 5,8; la chilena Michelle Bachelet, 5,8; el costarricense Oscar Arias, 5,7; el mexicano Felipe Calderón, 5,7; el colombiano Álvaro Uribe, 5,4; y el uruguayo Tabaré Vázquez, con un 5,3. Con 5 o bajo el 5 están el paraguayo Fernando Lugo y el ecuatoriano Rafael Correa, 5; el boliviano Evo Morales y la argentina Cristina Fernández, 4,8; el peruano Alan García, 4,7, y el nicaragüense Daniel Ortega, 4,3. El ex presidente cubano Fidel Castro fue calificado con un 4 y Chávez con un 3,9.

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Hugo Chávez y la guerra con Colombia

Hugo Chávez planea un enfrentamiento bélico con Colombia antes del año 2012. Como van las cosas quizás sea su única alternativa. Razones tiene: su pérdida de popularidad entre los venezolanos; un precio del petróleo que no alcanza para mantener su política de botarate; su fracaso en Honduras y un aliado iraní que le resta prestigio en lugar de sumárselo.

Todo apunta a que el nivel de descontento en Venezuela continuará creciendo. El panorama no es prometedor para el oficialismo en las elecciones parlamentarias de setiembre del 2010, y menos aun en las presidenciales del 2011. Chávez necesitará una buena excusa para mantenerse en el poder.

Para un aspirante a dictador no hay nada mejor que la amenaza de una guerra o la guerra misma. A Chávez esto le facilitaría aplastar a la oposición democrática y radicalizar a sus seguidores. El escenario ideal es un conflicto armado con Colombia, que en la demagogia chavista es una avanzada del “imperialismo yanqui”. Chávez ya califica las bases militares de Estados Unidos en Colombia como una declaración de guerra contra Venezuela. Ahora la “víctima” tiene que defenderse; está preparándose y esperando.

En el momento apropiado Chávez podrá movilizar políticamente a los venezolanos, dividirlos entre patriotas y traidores. Los patriotas chavistas ya no tendrán que defender los fracasos de la revolución bolivariana; en su lugar se lanzarán a la ofensiva contra los traidores “pitiyanquis”.

Ante un estado de guerra, la celebración de las elecciones quedará condicionada a las conveniencias del autoproclamado hijo de Fidel. Se llevarían a cabo solo si creen que pueden ganarlas, con trampas. Si no, tendrán razones de seguridad nacional para aplazarlas.

A Chávez le bastaría con provocar una escaramuza militar y darle tintes de guerra. No importaría si Venezuela pierde o gana el primer enfrentamiento. El objetivo no es ganar la guerra, sino forzar su reelección, o si no suspender las elecciones venezolanas. No habrá miles de muertos ni de heridos porque la ONU, y por supuesto la OEA, estarán listas para pedir y exigir un cese a las hostilidades. Hasta eso estaría calculado.

Chávez sabe que el ejército colombiano tiene la experiencia combativa y la capacidad militar para darle una zurra, pero siempre puede atribuir su fracaso inicial – y la consiguiente pérdida de vidas venezolanas - al imperialismo yanqui.

Ya Brasil ha planteado una solución para evitar un conflicto fronterizo entre Colombia y Venezuela. Chávez lo ha rechazado porque le cerraría las puertas al espectáculo que prepara.

Los frecuentes y misteriosos viajes de Chávez a Cuba lo delatan. No quiere usar ningún medio de comunicación que pueda ser interceptado por los servicios de inteligencia estadounidenses. El asunto hay que tratarlo personalmente en La Habana, donde los castristas han elaborado los planes militares. Chávez se juega el poder en Venezuela, y la tiranía fideliana el usufructo de las mayores reservas de petróleo de Latinoamérica.

Colombia y los Estados Unidos tienen dos opciones:

a) Una campaña diplomática en el plano internacional para dejar a Chávez al descubierto, sin excusa y sin razones para un conflicto militar.

b) Dejarlo actuar y darle una paliza.

Parecería que la primera opción es más razonable para Colombia y para Washington, pero como en estos asuntos siempre hay factores en juego que no son fáciles de discernir, el tiempo dirá qué pasará con Chávez, sus tanques, sus aviones, sus cohetes y sus aspavientos militares.
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Por qué no se debe levantar el embargo (20) Conclusiones finales (3 de 3)

El capitalismo no es la democracia. El capitalismo es un modelo económico que ha demostrado capacidad para adaptarse a sistemas políticos diametralmente opuestos. Cede ante un Estado de derecho, pero cuando este no existe es implacable en el abuso. Una apertura de la dictadura castrista hacia el capitalismo no garantizará el respeto a los derechos humanos. La única garantía hacia un Estado de derecho en Cuba es una constitución democrática, leyes, instituciones y una cultura de tolerancia. Creer que se puede construir una democracia sin validar como primer paso una constitución, es un autoengaño.

Cuando ha convenido a sus intereses, el castrismo se ha amancebado con el capitalismo. Lo hizo cuando perdió la subvención soviética. Asoció a los empresarios canadienses y españoles a su monopolio económico de la isla. Extenderá los mismos o mayores privilegios al capital estadounidense, ante el peligro de perder la vital subvención chavista. En cuyo caso el capitalismo norteamericano, con sus inmensos recursos, se haría dueño de lo mejor de Cuba en detrimento de los cubanos, limitados en derechos y oportunidades. Este esquema le permitirá a la nomenclatura y a las mafias extranjeras hacerse también dueñas de lo que quede de Cuba. Este escenario es solo posible si Obama levanta el embargo unilateralmente. Una posición firme del gobierno de los Estados Unidos, por el contrario, fortalecerá a la oposición democrática y al sector de la nomenclatura que aspira a un cambio hacia la libertad.

En las circunstancias actuales visualizo estos escenarios:

1) No muy seguros de que Chávez mantenga el poder, pero sin disposición a negociar una transición democrática con los Estados Unidos, los reaccionarios dan a los cubanos en la isla espacios de iniciativa privada con tres propósitos: a) Tratar de frenar el deterioro. b) Aliviar el descontento interno creando expectativas de progreso a mediano y largo plazo c) Mejorar una imagen en el exterior para inducir eventualmente a la administración Obama a un acuerdo en que se levante el embargo sin que el castrismo ceda el monopolio político, pero pareciendo que lo hará. En mi opinión en este plan está Raúl Castro de acuerdo con el gobierno de Zapatero, Lula da Silva, intereses económicos y políticos en España, Brasil y los Estados Unidos, y el Secretario General de la OEA, entre otros. Levantar la prohibición de viajes a los turistas estadounidenses es parte importante de esta estrategia de desmantelar el embargo gradualmente. Si se falla, siempre les quedan alternativas.


2) Ante el hecho o el temor inminente de que Chávez pueda perder el poder en Venezuela, o ante un deterioro inmanejable de la situación interna, y una vez eliminada la influencia de Fidel Castro por muerte natural o por una incapacidad mental total, Raúl Castro reitera su oferta a Obama de discutir “de todo” a cambio del levantamiento del embargo. En este caso, con el respaldo de los Estados Unidos se podría negociar, entre la oposición y la nomenclatura progresista, una transición democrática pacífica y ordenada, en la cual los cubanos en la isla podrán competir por su justa participación el desarrollo del país.


3) Convencidos de que la subvención de Chávez continuará evitando el colapso material del país, los reaccionarios (con o sin Fidel Castro presente) se niegan a negociar con los Estados Unidos, mantienen el control a base de represión, hacen cambios cosméticos pero no implementan una apertura efectiva en el campo económico.


No descarto fluidez en los escenarios, ni tampoco el eventual hecho imponderable. Tampoco la posibilidad, improbable pero no imposible, de una cadena de acontecimientos que disloque el frágil control que la dictadura mantiene sobre la población, y desemboque en cuestión de horas, días o meses, en una nueva realidad nacional. No estoy refiriéndome a la muerte de Fidel Castro, porque no creo que vaya a desatar tal reacción. Por alguna razón la tiranía ha demostrado un gran temor a las pequeñas y esporádicas manifestaciones públicas de protesta, a las que reprimen inmediatamente. Da la impresión de que creen que se pueden convertir en una protesta de mayores proporciones.


La desaparición de Raúl Castro del escenario político no se puede descartar, por accidente o por enfermedad, puede fugarse al exterior, o ser eliminado en un arreglo entre los generales cubanos y los Estados Unidos como un paso previo a negociaciones.

Hemos analizado el embargo en su contexto histórico y actual, pero especialmente proyectando su efecto en el porvenir. La posibilidad de negociarlo es real; fue el propio Raúl Castro quien planteó una negociación, aunque luego tuviera que retirar su propuesta. No insistir en su oferta inicial seria un absurdo.

El castrismo es una praxis fracasada y el comunismo una ideología sin legitimidad. La población cubana está descontenta y quiere un cambio hacia la democracia. Tiempo más o tiempo menos, el castrismo demagógico y brutal cede por agotamiento y ante nuevas circunstancias, para las que no tiene respuestas. Sin duda, el levantamiento unilateral del embargo estadounidense le daría oxígeno a una dictadura en franca decadencia. Tal acción, lejos de viabilizar la democracia en Cuba, le daría al capital estadounidense la oportunidad de hacer a gran escala lo que ha hecho España en Cuba: en la medida en que al régimen le ha convenido, han monopolizado un sector estratégico de la economía cubana en detrimento del pueblo.

Las transiciones hacia la democracia en los países ex comunistas demuestran que solo dan resultado donde han estado más claras las metas y han sido más transparentes los procedimientos; de lo contrario han servido para la alianza entre burócratas y mafias con capitalistas sin escrúpulos. Por eso, en el contexto del embargo - el tema central de este análisis - hemos insistido en una negociación, y en la prioridad de una constitución democrática que garantice la transición a un Estado de derecho en Cuba.


San José, Costa Rica
Diciembre 7 de 2009
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POR QUE NO SE DEBE LEVANTAR EL EMBARGO (19)


Conclusiones finales (2 de 3)

Uno de los argumentos utilizados por los enemigos del embargo es que se trata de una política equivocada para lograr cambios hacia la libertad en Cuba. Según ellos lo inteligente, lo europeo - el polo opuesto a la falta de imaginación americana – es una estrategia basada en la amistad y el comercio. Esa modalidad, practicada especialmente por España desde los tiempos del dictador Franco hasta los del actual gobierno del Partido Socialista Obrero Español, tampoco logró ningún mejoramiento en el respeto a los derechos humanos en Cuba. Fue y sigue siendo una excusa para justificar negocios multimillonarios en la isla.

Con solo amistad y negocios, no era difícil suponer que se fracasaría en el campo de los derechos humanos. En Cuba se entronizó una dictadura por designio ideológico y decisión personal de Fidel Castro, quien se ha negado a darles libertades a los cubanos porque cree que son incapaces de manejarlas. Por eso en Cuba hay menos teléfonos celulares que en Haití (479,000 vs 3.2 millones) y el acceso a Internet tiene que estar autorizado por el estado, que controla también todos los medios de comunicación. Ninguna política de amistad y comercio iba a cambiar al sistema comunista, el miedo a la libertad del pueblo, ni las obsesiones del dictador.

Se ha abusado del frágil argumento de que, sin el embargo, la tiranía se quedaría sin excusa para sus fracasos y su política represiva. Como si las dictaduras se sostuvieran sobre excusas. Las dictaduras son fábricas de excusas para estimular el odio y justificar la violencia. Hugo Chávez, el hijo político de Fidel Castro, quien tiene como principal socio comercial a los Estados Unidos, es tan enemigo de la democracia venezolana como del “imperialismo yanqui”. Al castrismo le sobrarán siempre excusas para mantenerse en el poder.

Se afirma que, sin el embargo, el pueblo cubano se daría cuenta de que la pobreza en que vive no es culpa de los “americanos”. Es cierto que la propaganda castrista fue efectiva en responsabilizar al embargo de todos los problemas, pero, con el tiempo, cada vez más cubanos han comprendido que este no es el caso. En la última encuesta que se hizo en Cuba, publicada por el “Instituto Republicano” un 75% de los cubanos de la isla dijo que votaría por un sistema democrático si tuviera la oportunidad; y solo el 8% creen que un levantamiento del embargo mejoraría la situación económica.

Esta minoría del 8% contrasta con la inmensa mayoría que piensa que aun sin el embargo su suerte no mejoraría sustancialmente. Mientras la economía siga controlada por el Estado, los ciudadanos saben que siempre serán una especie de esclavos. Además, en un contexto dictatorial el capitalismo explota brutalmente a los trabajadores con el consentimiento oficial. La cadena de Hoteles Meliá le paga a un empleado en Cuba $25 dólares al mes, mientras su contraparte en Costa Rica recibe un sueldo mensual de $800 dólares.

Otro caso: la más importante y “revolucionaria” reforma propuesta por Raúl Castro para resolver la crisis alimentaria en Cuba, es entregar en usufructo las tierras estatales a los campesinos. Pero, sin un título de propiedad, los agricultores están sometidos a un permanente chantaje político y saben que de la noche a la mañana pueden ser despojados por el gobierno de la tierra que les prestaron, perder sus fuentes de ingreso, su forma de vivir y el capital acumulado en mejoras. Consecuencia directa de no tener la protección de un Estado de Derecho.

Hay quienes propugnan el levantamiento unilateral del embargo porque este conduciría al desarrollo del capitalismo en Cuba y a su corolario político: la democracia representativa. Quienes piensan así sustituyen las lecciones de la historia por una quimera. No conocen la preocupante experiencia de las transiciones en los países ex comunistas. Están ignorando la naturaleza de las dictaduras y sus burocracias, el apego a los privilegios y la corrupción, sumadas a los intereses del capitalismo, cuando el entorno le permite desarrollarse en su versión abusiva.

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Honduras y el plan secreto para legitimar a Raúl Castro

Un inesperado acontecimiento político en Honduras trajo a la superficie realidades ocultas y puso en relieve verdades convenientemente pasadas por alto. En Honduras el incipiente imperialismo brasileño sacó sus garras. Hugo Chávez demostró hasta dónde puede llegar. José Miguel Insulza hizo encallar a la OEA. La política latinoamericana mostró su incoherencia y hasta la paloma de Obama perdió algunas plumas. En Honduras naufragó el plan secreto para legitimar a Raúl Castro en Cuba.

Pocos en la región hubieran imaginado que detrás del presidente brasileño había otro personaje esperando su turno. Lula da Silva sorprendió con sus contradicciones. Reclamó con prepotencia el regreso de Zelaya a la presidencia para salvar la democracia en Honduras, mientras llenaba de abrazos y cordialidades a sus entrañables amigos, el dictador de Cuba y su hermano Raúl. Con similar deferencia es aliado de la teocracia iraní, que acaba de robar una elección reconocida como legítima por Lula da Silva. Irán es promotor del terrorismo internacional, su régimen reprimió con brutalidad a quienes protestaron por el robo de la elección y trató con increíble crueldad a quienes fueron arrestados. Lula no está por la democracia en Honduras ni por la tiranía en Cuba o en Irán. Lula está por lo que cree que le conviene a Brasil en su camino a la hegemonía regional. El imperialismo brasileño ya enseñó sus uñas; hispanoamericanos, tomemos nota.

A Hugo Chávez le faltó todo lo que le sobró a Micheletti. El venezolano demostró que con petrodólares no pueden comprarse ni inteligencia ni coraje. Con ambas cosas hay que nacer. La estrategia del castro-chavismo en Honduras fue primitiva, insolente y estúpida.

José Miguel Insulza demostró que no se pude servir a dos amos, el ALBA y la OEA. En una entrevista inmediatamente después de la expulsión de Zelaya, declaró a CNN que sobre el caso de Honduras lo único que podía hacer la OEA era una denuncia moral. Pero inmediatamente después de encontrarse en Managua con el cuate de Hugo Chávez, se lanzó como un miura contra la clase política hondureña. Con amenazas, prepotencia y promesas incumplidas, Insulza ha escrito una triste página en la historia del organismo regional.

Los sucesos en Honduras descarrilaron el plan secreto para legitimar el poder de Raúl Castro en Cuba, en el cual la diplomacia brasileña y la venezolana trabajaron intensamente. El objetivo era que Latinoamérica, con el respaldo del gobierno español, presentara a Obama un frente unido apoyando a Raúl Castro en Cuba, con el argumento de que una transición ya estaba en marcha y que requería de la dirección de Raúl para garantizar la estabilidad del proceso. Presionado por la comunidad internacional, pues España se haría cargo de convencer a la Unión Europea, el presidente estadounidense suspendería incondicionalmente el embargo. Como compensación, el capital estadounidense entraría en Cuba con inversiones que le permitirían una buena tajada de la economía cubana.

El primer paso consistía en el levantamiento de las sanciones a la dictadura castrista. Así sucedió por decisión unánime de las naciones latinoamericanas en Tegucigalpa a principios de junio. No fue un hecho aislado ni fortuito. Con toda intención, ni uno solo de los presidentes latinoamericanos mencionó la falta de un estado de derecho en Cuba. Con anterioridad presidentes latinoamericanos habían viajado a Cuba a saludar al convaleciente Fidel Castro y a su escogido sucesor Raúl. Persuadida por Brasil, Costa Rica había anunciado su decisión de restablecer relaciones diplomáticas con Cuba tres meses antes. Arias alegó la existencia de nuevas realidades. El Departamento de Estado en Washington no era ajeno ni se opuso a estas maniobras.

El Secretario General fue entrevistado por CNN inmediatamente después de que la OEA levantó las sanciones a la dictadura castrista, abriendo la puerta a un ingreso a la OEA por iniciativa de Raúl, después de la muerte de Fidel. En esa entrevista Insulza anunció eufórico que estaba seguro de que hasta el embargo estadounidense también se levantaría, e insinuó que, en el caso de Cuba, la OEA podría ser flexible en la interpretación de la Carta Democrática. Con toda razón, la Carta Democrática jamás se ha usado para defender la democracia en Venezuela. ¿Por qué aplicarla en Cuba?

Menos de 30 días después, Manuel Zelaya perdía la presidencia y la democracia se pondría inusitadamente de moda en la OEA y en la ONU. La presión de Hugo Chávez a Insulza fue decisiva. Nadie en este continente, ni fuera de él, quiso perder la ocasión de redimirse. Honduras les daba la oportunidad de lavarse el pecado de haber guardado un silencio cómplice, y en otros casos cobarde, ante el estrangulamiento de la democracia en Venezuela.

La consecuencia no calculada fue que, al resaltar la virginidad democrática de cada uno de los enemigos del “golpe de estado”, y al utilizar todo tipo de sanciones contra quienes sacaron a Zelaya del poder, convencidos de que podrían doblegar a Roberto Micheletti y su gobierno, el esquema para colar por la puerta de atrás al nuevo dictador castrista en la OEA se ha convertido en una tarea casi imposible. Después de Honduras y su aislamiento internacional, para ingresar en el organismo regional Raúl Castro tendría que hacer en Cuba elecciones debidamente supervisadas por todos sus miembros, incluyendo los Estados Unidos.

En Honduras ha triunfado el derecho del pueblo a escoger a su gobernante, que era en esta crisis lo prioritario, en lugar de encasquillarse amedrentando y humillando a la mayoría del pueblo y a sus representantes, culpándolos por errores y exigiéndoles acciones que ninguno de los actores internacionales exige a los Castro y a Hugo Chávez, transgresores brutales de los derechos humanos y la democracia en este continente. En Honduras los grandes perdedores han sido la hipocresía y la demagogia latinoamericana, y se descarriló el plan para legitimar el fraude raulista. La OEA ha sufrido una innecesaria pero merecida lección y la paloma de Obama tendrá que aprender a volar menos errática y con menos plumas.
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