Cuba y Obama : (2009-2012)


Al comenzar su segundo periodo presidencial se desconoce cuál será la política de Obama hacia Cuba. 

Pudiera continuar siendo la misma de “tomársela con calma”, definida por el entonces Secretario de Estado Adjunto para Latinoamérica Arturo Valenzuela  quien en diciembre de 2009 declaró a EFE y el Nueva Herald publicó:

“El Gobierno de EEUU se está tomando con "calma'' el acercamiento y el diálogo que inició la Administración del presidente Barack Obama con Cuba, porque no busca un ‘‘cambio súbito'' en este momento en sus relaciones con La Habana…Washington pretende "tomar el pulso a la situación'' en Cuba para "ver cómo salir adelante''…''Lo que estamos viendo de cara al futuro es cómo seguir avanzando'' en los temas de interés común para EEUU y Cuba, agregó el alto funcionario… Sin embargo, recalcó que se trata de "algo que nos estamos tomando en estos momentos con calma''…''No es una cosa en que se está buscando un cambio súbito en este momento. Estamos avanzando'', subrayó el diplomático”.

O quizás en estos próximos cuatro años pudieran dejar de tomarla con calma, que es la política de no hacer nada y esperar, mientras se le hace creer a los cubanos otra cosa.

Hay especulaciones sobre si el presidente reelecto insistirá o no en un acercamiento.

Unos argumentan que sí lo hará, señalando que, como Obama no tiene que preocuparse por una reelección, puede intentar un acuerdo sin compromisos concretos sobre al respeto a los derechos humanos. 

Otros creen que el grupo de políticos cubanoamericanos en Washington impedirá un acomodo con la dictadura en la Isla a menos que esta se comprometa a una transición hacia la democracia. 

Hasta ahora Washington ha declarado en forma repetitiva  que no podrá dar un paso más por el camino del acercamiento sin la liberación del ingeniero Allan Gross, preso en Cuba desde el 3 de diciembre del 2009 y condenado a 15 años de prisión por haber introducido a la isla equipos para facilitar la comunicación por Internet.

También el gobierno de Obama ha insistido en su interés de que en Cuba pueda prosperar un sistema democrático sin  haber propuesto una solución o estrategia para contribuir a lograrlo.

Sobre el tema cubano en la política de Washington gravita la presencia de tres senadores y cuatro representantes cubanoamericanos.

Con la posibilidad de que el senador demócrata cubanoamericano Bob Menéndez asuma la dirección del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, esta influencia se complementa con la de la representante Ileana Ross Lethiner, líder en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes.

Mientras tanto en círculos intelectuales en los Estados Unidos se discute sobre la oportunidad que tendrá Obama de forjar un legado histórico durante estos próximos cuatro años. Desde este ángulo el asunto cubano es de poca importancia.

Los Estados Unidos  tienen por delante un camino tortuoso.  Obama, con un poder limitado por el control republicano de la Cámara de Representantes,  tendrá que escoger sus iniciativas estratégicas y negociar con empeño.

Sin especular sobre el futuro, este artículo tratará de sacar algunas conclusiones sobre la política de Obama respecto a Cuba en sus primeros cuatro años de gobierno y el significado que tuvo y tiene el triunfo de Obama en la política cubana.

Los resultados positivos:

Aunque no hay encuestas sobre la opinión de la población cubana que midan la importancia política del triunfo de Obama, el efecto que tuvo en el mundo entero no puede haber sido diferente en Cuba. 

El impacto  en más de la mitad de la población en la isla por la  elección del hijo de un negro africano y una blanca estadounidense a la presidencia de los Estados Unidos  tiene que haber sido importante.

Por medio siglo el aparato de propaganda del régimen castrista  martilló sobre la situación de discriminación y desventaja de la población negra en los Estados Unidos.  Era una característica del sistema capitalista que el comunismo combatía.

Cualquier negro o mulato cubano debe haberse sentido muy orgulloso del éxito electoral de  Obama en los Estados Unidos.  La mayoría de los cubanos blancos también.

Su reelección debe haber reforzado aun más la idea entre los cubanos de que en los Estados Unidos las cosas no son como las afirmó el régimen durante medio siglo.

La  insistencia de Obama de un acercamiento con el gobierno cubano es probablemente desconocida por la mayoría de la población,  pero entre  los que la conocen debe haber debilitado el argumento del régimen de que los  Estados Unidos es el país agresor y la causa de los males que padecen los cubanos.

Todo esto sucedió  en circunstancias en que la mayoría de la población ya  conocía  que el bajísimo nivel de vida que tenía no era  consecuencia del embargo de los Estados Unidos.

En una encuesta del Instituto Republicano Internacional publicada en junio del 2012 se demostró que solo el 4% de los cubanos creían que el embargo y el aislamiento eran el principal problema de Cuba. Entre los jóvenes el porcentaje era aún menor.

Aunque la encuesta se hizo a principios de 2012 es difícil creer que tres años atrás, en 2009,  la mayoría de los cubanos no estuvieran ya convencidos de que no era el embargo la razón de sus males.

En resumen,  la elección y la reelección de Obama han perjudicado a la dictadura castrista al demostrar que los argumentos contra los Estados Unidos en el tema racial eran exagerados. 

Esto sucede en circunstancias en que la credibilidad del régimen estaba completamente cuestionada por una población cada vez más descontenta e incrédula y cuando Fidel Castro había  dado señales visibles de deterioro físico y mental.

Según el Latinbarómetro, Fidel Castro muy pronto sería uno de los dirigentes menos populares en Latinoamérica y Obama el de mayor simpatía.

Resultados negativos:

El Presidente Obama llega a la Casa Blanca convencido de que un diálogo con las tiranías que confrontaban a los Estados Unidos era posible.  Según él, esa era la estrategia para disminuir las tensiones y mejorar las relaciones.

En 2008 en uno de los debates por la candidatura del partido demócrata, la precandidata Hilary Clinton le argumentó al precandidato Obama que un diálogo del presidente de los Estados Unidos con un tirano no era recomendable sin negociaciones previas.

En el caso de Irán el propio gobierno de Obama ha aceptado públicamente que la política de acercamiento, lejos de mejorar, empeoró la situación.  Hoy Irán está mucho más cerca de tener un arma nuclear que cuando Obama llegó a la Casa Blanca.

Esta política fue interpretada por el régimen iraní como una de debilidad.  La Casa Blanca ha tenido que recurrir a sanciones para tratar de convencer tardíamente a la dictadura teocrática iraní de que el precio de continuar su desarrollo nuclear podría llegar hasta al uso de la fuerza.

En el caso de Cuba  la política de conciliación también fracasó aunque  el gobierno estadounidense no lo haya reconocido públicamente.  Tampoco es conocido el nivel de ignorancia al que llegó este gobierno en el trato con la dictadura.

Demostrar el fracaso de la política de Obama hacia el castrismo no requiere mucho esfuerzo. 

Desde diciembre de 2009 fue detenido en Cuba el Ingeniero estadounidense Alan Gross y luego condenado a 15 años de prisión. Su delito fue haber llevado a Cuba equipo de internet para facilitar la comunicación a los opositores.

Alan Gross ha sido un rehén sobre el que hasta ahora los Estados Unidos se ha  negado a negociar, aunque los secuestradores no han sentido ningún temor en insistir en el pago del rescate. 

Por el contrario, el gobierno de los Estados Unidos ha declarado el precio que está dispuesto a pagar.  Se han comprometido a continuar con la política de acercamiento si Gross es puesto en libertad.

Pero el caso de Gross no es la única medida para determinar el balance  de la política de Obama respecto a Cuba.

Durante estos últimos cuatro años la represión contra los defensores de los derechos humanos y los grupos de la oposición política ha ido en aumento en la isla.   Varios opositores han sido asesinados y la muerte misteriosa de Laura Pollán ha quedado como una incógnita a resolver.

Es una farsa argumentar que la liberación del grupo de presos políticos conocido como el grupo de los 75 es un logro de Obama, Washington, Madrid o la Iglesia Católica cubana.

Quien provocó la crisis que obligó al régimen a tratar de “lavarse la cara” con tal “liberación” fue el asesinato de Orlando Zapata Tamayo y la valiente conducta de su madre Reina Tamayo y la dirigente de las Damas de Blanco, Laura Pollán.

Han sido purgados del gobierno cubano los elementos moderados que pudieron ser una alternativa de cambio en Cuba.  

Raúl Castro se ha dedicado a colocar a sus hombres en todas las posiciones insistiendo en que el cambio en Cuba es para consolidar el sistema y no para cambiar su naturaleza política.
 
En el orden económico quien se ha beneficiado de la política conciliatoria de Obama ha sido el régimen castrista.  En medio de una verdadera crisis  ha podido contar con un ingreso equivalente a más de cinco mil millones de dólares anuales.

Utilizar los cambios en Cuba orientados a disminuir la planilla estatal y a  facilitar que quienes queden sin trabajo puedan convertirse en cuentapropistas  para decir que las políticas de los gobiernos de los Estados Unidos, Europa o la Iglesia Católica tienen que ver con esto  es confundir la necesidad con el deseo.

El régimen castrista está acorralado por sus propias contradicciones, su incompetencia, una economía en extremo ineficiente, un pueblo que lo desprecia y un mundo que se ha ido transformado a una velocidad excepcional.

Los cambios que intenta hacer y los que ha hecho son para sobrevivir no para respetar derechos y modificar su naturaleza represiva. 

Mucho antes de que se permitiera la compra y venta de casas y de automóviles en Cuba, Fidel Castro trajo a Cuba la empresa extranjera, la española, y con ella se repartieron la industria turística cubana.  En otras palabras los cambios se hicieron
por iniciativa propia y por cuestión de necesidad.

Fue otro sofismo el argumento que se esgrimió relacionado con la importancia transformadora de los viajes de los cubanos a Cuba como una especie de embajadores de la libertad.
Los viajes a Cuba se han convertido en negocios para mucha gente y  para el régimen en la Isla.  Lejos de provocar un interés en un cambio en Cuba lo que han logrado es reforzar la idea entre los cubanos de que la solución está en escapar de la Isla hacia los Estados Unidos.

En conclusión, la política de Obama hacia Cuba lejos de presentar un saldo positivo hacia la democratización del país, ha implicado un retroceso.  El gobierno de Obama perdió la oportunidad de usar su influencia en el mundo y su impacto directo en la economía y la política cubana –la población– para presionar al régimen castrista hacia una conducta más civilizada.

Lejos de mantener una estrategia de presión  como hizo con la dictadura en Burma,  Obama cedió en los momentos en que el régimen castrista entraba en un ciclo de vulnerabilidad que no ha podido superar todavía.

Sin el salvavidas lanzado por Washington la crisis en Cuba podía haber tomado otro rumbo.

Es diferente al saldo positivo de la presencia de Obama como presidente de los Estados Unidos en el terreno de la percepción de la población cubana sobre el conflicto racial  en los Estados Unidos. 

Con la simpatía que ha tenido con la población en la isla Obama pudo ser un factor determinante en el curso de los acontecimientos, pero no fue así.  Nunca entendió que sus mensajes al pueblo cubano tendrían más impacto que toda la propaganda de la dictadura.

Ese saldo negativo pudo haber sido mucho peor si Obama hubiera logrado que la Unión Europea modificara o eliminara la política conocida como la Posición Común* respecto a Cuba.

El saldo también pudo haber sido peor si la falta de visión de los hermanos Castro no los hubiera cegado.  Podían haber comprendido que lo que había que negociar con Obama era simplemente la entrada de turistas estadounidenses a cambio de, por ejemplo la liberalización de la política de emigración de Cuba.

Por el contrario, el régimen castrista, que se ha creído por demasiado tiempo ser el ombligo del mundo, insistió en hacer ceder al gobierno de Obama en temas más fundamentales como el embargo  y la liberación de los cinco espías cubanos condenados en los Estados Unidos.

Desde nuestro punto de vista fue la debilidad que interpretaron en Obama lo que les hizo pedir a los Castro más de lo que podían alcanzar y así perder la oportunidad  de una negociación en la que habrían logrado el ingreso de otros tantos miles de millones de dólares del turismo estadounidense.

Por último y para documentar lo argumentado respecto a el interés que tuvo el gobierno de Obama en que la Unión Europea cambiara su política de la Posición Común, citamos al embajador español en Costa Rica, Arturo Reig, quien después de criticar como fracasos la política de los Estados Unidos hacia Cuba y la Posición Común de la Unión Europea, en un artículo publicado en La Nación el 28 de octubre de 2009 señalaba que:

“Por cuanto antecede y a la vista del callejón sin salida a que han conducido dichas políticas de la UE y de los EE. UU., había que preguntarse si valía la pena persistir en ellas y tanto la actual Administración estadounidense como España se han planteado si no había llegado el momento de establecer una auténtica interlocución con el régimen cubano para intentar que el ya mencionado proceso de reforma, pacífico, ordenado y negociado entre todos los cubanos, pueda iniciarse, contando con la ayuda y el apoyo de la comunidad internacional y, en particular, con los EE. UU., la OEA y la UE, y dentro de esta última, con el país que todos los europeos reconocen como el que tiene el mejor conocimiento de la situación en Cuba; es decir, España”.

Este artículo (el subrayado es nuestro) informa que el gobierno de Obama y el de José Luis Rodríguez Zapatero ya se han planteado lo que el embajador español define como una verdadera interlocución, es decir una negociación sin condiciones de transición democrática en Cuba.

Esta dejaría sin efecto, o desconoceria a la Posición Común europea y las condiciones que Obama ha hecho públicas de que un arreglo entre el régimen castrista y los Estados Unidos tendría como condición una transición en la isla.

Lo discutido entre Rodríguez Zapatero y el presidente Obama no llegó muy lejos.  Es probable que Alemania se haya opuesto, como lo ha hecho hasta estos días, rechazando que la Posición Común fuera modificada o desconocida.

Peor aún, antes de esta revelación del Embajador Español en Costa Rica, el periódico español El País –publicado en El Nuevo Herald– había informado sobre un mensaje del Presidente Obama para que fuera transmitido por Rodríguez Zapatero a Raúl Castro en el que le decía que:

"Que les diga a las autoridades cubanas que comprendemos que no se puede cambiar las cosas de la noche a la mañana, pero que, pasados unos años, cuando se mire hacia atrás, debe quedar claro que éste fue el momento en el que empezaron los cambios’’.

Obama le manda a decir a Raúl:

“comprendemos que no se puede cambiar las cosas de la noche a la mañana, pero que, pasados unos años, cuando se mire hacia atrás, debe quedar claro que éste fue el momento en el que empezaron los cambios’’.

En conclusión, el gobierno de Obama fracasó en su política de acercamiento con el régimen castrista.  El hecho de que el 48% de los exiliados lo hayan apoyado en su reelección no valida o redime este fracaso.

El gobierno de Obama estuvo de acuerdo con España en que la Posición Común de la Unión Europea era un estorbo en el acercamiento.

También el cambio que hubo en Latinoamérica respecto a Cuba obedeció al interés de Washington. 

Costa Rica restableció relaciones diplomáticas con el régimen de la isla y la OEA levantó las sanciones para facilitar el ingreso de Cuba en esa organización y crear en Latinoamerica un precedente que favoreciera la estrategia de conciliacion hacia el castrismo planeada por  Washington.


Ninguna de esas medidas fueron espontáneas sino el resultado de una política concertada entre Madrid y Washington. El castrismo ganó espacio político sin pagar o ceder en nada.

La razón de este fracaso no fue una cuestión de mala fe sino de ignorar la verdadera naturaleza de la dictadura en Cuba.

Obama puede haber aprendido la lección y su futura política tendrá en cuenta el pasado o dependerá de otras circunstancias. Nadie debe descartar que durante su segundo periodo el Presidente Obama se convierta en un aliado crucial y determinante de la oposición democrática cubana. Pero hasta ahora el precio de cuatro años de error e inexperiencia lo ha pagado el pueblo cubano y la oposición.


*) Impulsada en 1996 por el ex presidente del Gobierno español José María Aznar, la "Posición Común" de la UE condicionaba la normalización de relaciones con Cuba a los avances que debía dar el régimen comunista hacia la democracia, la liberación de todos los presos políticos y la mejora de los derechos humanos.


    

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EL CASTROCHAVISMO: FORTALEZAS Y DEBILIDADES (I I Y FINAL)

 



El futuro de Cuba y Venezuela quedó sellado hace mucho tiempo con la alianza entre Hugo Chávez y Fidel Castro. Del lado chavista se aportaron los recursos energéticos de Venezuela, su ubicación estratégica y sangre nueva para la causa común.

Del lado castrista la experiencia política, la mano de obra especializada, y la representación histórica  de la lucha contra los Estados Unidos, el capitalismo y todo lo que se puede atribuir al “imperialismo”. 

Esas eran y son las fortalezas de una alianza, que también tiene sus debilidades:

El aporte castrista

No puede haber rebelde sin causa. La bandera antinorteamericana que el castrismo aportó le sirvió a Hugo Chávez, que no  tenía ninguna. Pero el valor de ésta dependerá del grado en que el chavismo satisfaga las aspiraciones de sus simpatizantes. Mientras Chávez reparta suficiente, la temática castrista  será popular entre los chavistas.

Hugo Chávez pudo satanizar a la oposición en Venezuela hasta estas pasadas elecciones.  El estilo moderado y el mensaje progresista de Henrique Capriles perfiló una oposición que puede ser alternativa para quienes quieran cambiar de bandera en el futuro. Hasta su reconocimiento al perder las elecciones lo hace una opción para un porcentaje de los que no votaron por él.

En resumen, aunque Hugo Chávez triunfó, ya no representa a todos los venezolanos, sino al 55%, y no es la única alternativa de los chapistas, porque Capriles pudo demostrar que no era un ogro  reaccionario.

El petróleo


La principal fortaleza del castrochavismo es la riqueza petrolera venezolana, también representa su mayor vulnerabilidad. Si no valoramos esta ventaja podríamos cometer el error de sobreestimar a Hugo Chávez y su aliado castrista.

Los sistemas políticos que tienen que estar en lucha permanente para sostenerse en el poder requieren de muchos recursos. En estos casos aplica la máxima de Napoleón: “Para hacer la guerra hacen falta tres cosas: dinero, dinero y dinero”.

Con precios bajos del petróleo en el mercado mundial ya se estaría escribiendo la historia del castrochavismo.

La URSS fue el mayor productor de petróleo y de gas en el mundo desde su creación en diciembre de 1922 hasta su disolución en 1991. Su supervivencia se debió a su riqueza petrolera. 

No fue el ímpetu revolucionario del marxismo-leninismo lo que la convirtió en una potencia mundial.

Sin el petróleo, los grandes errores del comunismo soviético lo habrían llevado al despeñadero décadas antes de su colapso en los años noventa. El petróleo le permitió el desarrollo industrial, militar,  nuclear, espacial, y la anexión de satélites. El mantenimiento del parásito castrista en Cuba, y hasta la guerra de Afganistán. 

El petróleo también los engañó, porque no les permitió cambiar el rumbo a tiempo. El petróleo no fue suficiente para resolver las contradicciones del sistema y los conflictos internos del imperio soviético. 

El petróleo les evitaba las hambrunas, porque con su venta al mundo podían comprar los alimentos que la URSS no producía.

En 1986, un año después de haber llegado al poder Mijail Gorbachov, el exceso de la producción mundial de petróleo y la caída abismal de su precio dio el golpe final y mortal a la URSS.

En el caso de Venezuela y Cuba no es la demagogia chavista, ni el fervor revolucionario, ni la represión castrista, lo que los sostiene a flote, sino es el petróleo.

En Venezuela esa riqueza permite que el régimen tolere, propicie y use la corrupción para mantener la lealtad de su nomenclatura. También para beneficiar a la población con promesas, regalos y servicios sociales.  Y como en la URSS, importar los alimentos.

En el  caso cubano es lo que evita el colapso de la economía de la isla.

Porque  la producción del hidrocarburo ha disminuido en Venezuela, es difícil evitar el deterioro del nivel de vida en Venezuela y en la Isla sin un aumento sustancial. Cada año hay que mantener a más venezolanos y a más cubanos con  el mismo petróleo.

China es un caso de estudio. Quizás por no haber sido un exportador de petróleo como lo era la URSS, cuando Deng Xiaoping intentó cambiar el rumbo lo único que tenia disponible era una inmensa fuente de mano de obra barata. Así, el país se convirtió en la fábrica del mundo. 
Hasta el momento, y desde el punto de vista económico, el cambio en China ha sido un matrimonio exitoso entre el capitalismo y el totalitarismo. Está en duda por cuánto tiempo más esta fórmula podrá sostenerse.

El gigante asiático parecería estar destinado a ser la mayor dictadura que ha conocido la historia de la humanidad y el mayor poder económico sobre el planeta. Sin la cooperación de los Estados Unidos y de Occidente esto habría sido difícil de alcanzar.

Pero China es China. Cuba y Venezuela no pueden compararse. Ni el tiempo ni las condiciones son las mismas, aunque  el castrochavismo  intentará copiar  a China. Algo que la Rusia de Putin no ha podido lograr.

Cuba y Venezuela tienen sus propios problemas, y no les será fácil sobrevivir exclusivamente con el petróleo que comparten.

Más gas y más petróleo

Los Estados Unidos ya compiten con Rusia como los dos mayores productores de gas en el mundo. Los expertos pronostican con seguridad que Estados Unidos logrará la independencia energética, e incluso que será el mayor productor de petróleo del mundo.

Las nuevas tecnologías para el descubrimiento y extracción de gas natural están cambiando la matriz energética mundial.

La preocupación de hace una década por el agotamiento de las reservas petroleras ha desaparecido. Los anuncios de nuevos yacimientos ya no sorprenden a nadie.

Aunque el consumo continuará creciendo, los altos precios de los que depende Venezuela, y en consecuencia Cuba, serán más el producto de las manipulaciones del mercado que de la escasez.  En otras palabras, una crisis temporal por una baja en los precios de petróleo no sería un escenario descabellado.

Cuba ha fracasado en sus últimas tres exploraciones petroleras en el Golfo de México y el retiro de la plataforma de exploración Scarabeo 9 es un adiós, por el momento, a sus ambiciones de encontrar el hidrocarburo.

Además, cualquier mejora significativa en la economía cubana estará vinculada a mayor consumo energético. Venezuela tendrá que suplir el petróleo.

La polarización


La oposición venezolana tiene conciencia de la situación política en su país, y ha adquirido un nivel de cohesión que nunca tuvo la disidencia soviética, ni ha podido alcanzar todavía la oposición democrática rusa. En Venezuela aproximadamente un 45% de la población políticamente activa  se siente parte de un frente antichavista. 

Aunque el descontento de la población china es mucho mayor del que se reconoce, en la China antes y después de Mao no hubo nada igual a la oposición venezolana.

El chavismo está en el proceso de apoderarse de los negocios del empresariado privado venezolano. Un clima de despojo, favoritismo y corrupción no es el más propicio para el fortalecimiento del sector no petrolero de la economía venezolana.

En Cuba no hay una oposición orgánica como la venezolana, pero el descontento de la población es mucho mayor. La corrupción es un mal endémico. La economía del país está en la ruina, y los recursos humanos más valiosos están en función del fugarse al extranjero.

Por todas estas razones, en Cuba no es fácil motivar las inversiones extranjeras en el nivel necesario para iniciar una transformación económica.

Sumando  la ausencia de seguridad jurídica a la situación económica mundial, el clima no es propicio para que los empresarios extranjeros se arriesguen en Cuba.

La biología y la mutua dependencia

Hugo Chávez está enfermo; Raúl Castro tiene 81 años, y no tiene buena salud.

La muerte de Chávez podría darle la oportunidad a los chavistas pragmáticos de entender que cargar con la economía castrista puede llegar a tener un costo político peligroso.

La muerte de Raúl Castro puede desatar un periodo de inestabilidad en Cuba que conduzca a una transición, que eventualmente tendrá un impacto importante en Venezuela.

El exilio y los Estados Unidos

La influencia política del grupo de senadores y representantes cubanoamericanos en el Congreso de los Estados Unidos se ha revitalizado en esta pasada elección.

Ted Cruz, otro cubanoamericano acaba de triunfar. Es el primer representante hispano de Texas al Senado de los Estados Unidos. Un personaje con  una “oratoria feroz y populista que perfeccionó siendo campeón de debate en Princeton”.

Tres senadores cubanoamericanos (Bob Menéndez, Marco Rubio y Ted Cruz) más cuatro representantes (Ileana Ros-Lehtinen, Mario Diaz-Balart, Albio Sires y Joe García) comprometidos con la democracia en Cuba, representan un poder político considerable.
La eventual pareja Jeb Bush y Marco Rubio como candidatos republicanos para las próximas elecciones comenzará a gravitar muy pronto en las relaciones entre Washington y la Habana.  Cuatro años pasan muy rápido.

En conclusión:

El petróleo ha demostrado ser para muchos países una bendición y una maldición. En el caso que nos concierne, es una fortaleza y una debilidad para el castrochavismo. 

Es difícil contemplar un aumento significativo en la producción de petróleo venezolano que pueda ser utilizado para financiar un cambio económico en Cuba y su desarrollo.

No se puede descartar que la subvención venezolana al castrismo pueda llegar a convertirse en un tema álgido para los venezolanos.

Los precios altos en el petróleo, tan importantes para la estabilidad del gobierno de Hugo Chávez, dependen de circunstancias no previsibles, pero por lo menos a corto plazo, el lento crecimiento de la economía mundial, incluyendo la desaceleración de la de China, pudieran provocar una baja temporal en los precios.

Las inmensas reservas descubiertas de gas natural y las nuevas reservas petroleras no son buenas noticias para Venezuela, y en consecuencia tampoco para Cuba.

En el Oriente Medio se demostró que las corrientes políticas prodemocráticas, potenciadas por las nuevas tecnologías, pueden convertirse en un rival poderoso para las dictaduras.

En Cuba el régimen tiene al pueblo en contra, especialmente a la juventud. En Venezuela, un poco más de la mitad de población es chavista, entre ellos un porcentaje por conveniencia más que por convicción.

El escenario político interno tanto en Cuba como en Venezuela no es tan estático como parece. Ni Raúl Castro ni Hugo Chávez están realmente consolidados en el poder. La oposición interna en ambos países es diferente, pero está presente y es significativa. Los exilios de ambos países representan un poder que no puede desconocerse.

La biología conspira contra los dos personajes. Quizás el futuro de Venezuela se decida en Cuba, más que en Caracas.
 

   
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EL Castrochavismo: fortalezas y debilidades (I)


Fortalezas

El futuro de Cuba y Venezuela quedó sellado hace mucho tiempo con la alianza entre Hugo Chávez y Fidel Castro.  Del lado chavista se aportaron al proyecto los inmensos recursos energéticos que Venezuela tiene, su ubicación estratégica y sangre nueva para la causa común.

Del lado castrista estaba la experiencia política, la mano de obra especializada y la representación histórica  de la lucha contra los Estados Unidos, el capitalismo y todo lo que se puede atribuir al “imperialismo”. 

Esas eran y son las fortalezas de la alianza, que también tiene sus debilidades.

El primer objetivo en ambos países era consolidar sus élites gobernantes. El segundo es ampliar su esfera de influencia en Latinoamérica y en el mundo.

Venezuela

Si había chavistas con dudas sobre la dependencia, admiración, o como se le quiera llamar de Hugo Chávez hacia Fidel Castro, después de la reciente elección en Venezuela deben estar tranquilos. Hugo Chávez tenía toda la razón de apostarle a Castro y a su versión de Cuba. 

Por los próximos seis años al chavista que le vuelvan esas dudas o al que le nazcan por primera vez va a tener que contentarse con tragárselas.  No le convendrá expresarlas.

El triunfo del chavismo ha cambiado la correlación de fuerzas en Venezuela.  También  entre el pueblo cubano y el castrismo, y entre éste y el mundo.  Parecen malas noticias para los cubanos y  venezolanos demócratas, y lo son.  Por lo menos a corto plazo.

Cuba

La dictadura en Cuba ha logrado por primera vez consolidar un socio/satélite en Latinoamérica. El que tiene una de las mayores reservas de petróleo del continente.

Esto representa para el régimen una gran tranquilidad y una gran oportunidad.  Sin la subvención venezolana, la dictadura en Cuba no tenía muchas posibilidades de sobrevivir. Sin Chávez en el poder, la economía de Cuba habría colapsado.

El peligro de protestas populares, la huida masiva de turistas de los hoteles en la isla ante estos actos de violencia y el crecimiento de la oposición eran un escenario esperado y posible. 

Para evitar un desenlace funesto sin el petróleo venezolano el castrismo necesitaba las inversiones de los Estados Unidos y el turismo estadounidense.  Esto  solo se podía alcanzar cediendo espacios políticos a la oposición democrática en la isla. 

Ante la alternativa de perder el poder, Raúl y sus acólitos  habrían negociado un acuerdo con la idea de cumplirlo a medias. Hacia ese fin estuvieron tratando de persuadir al gobierno de Obama por bastante tiempo. El Cardenal Jaime Ortega  y la Iglesia Católica eran parte de la estrategia. Pero ya eso es historia. 

El próximo paso: ampliar la influencia en el mundo

Chávez está consolidado y el  castrismo es el copropietario del petróleo venezolano.  Ahora necesitan neutralizar el aislamiento y el descrédito internacional del régimen en Cuba.

Por esa razón se ha intensificado, desde el triunfo de Chávez, la actividad de la tiranía cubana en el campo de las relaciones públicas. 

Entre estos pasos se han anunciado reformas migratorias y otras medidas internas que han sido circuladas por la prensa internacional como pruebas de los cambios que se operan en Cuba. 

Con el triunfo de Chávez en Venezuela y la evidente influencia castrista en ese país, los gobiernos de la región quieren tener buenas relaciones con Raúl Castro.

Presidentes,  partidos políticos y empresarios saben que es difícil que se decida algo en Caracas sin el visto bueno de La Habana.

El 22 de octubre se informó que Cuba y México están negociando un aumento del comercio bilateral.  Entre el 2000 y el 2011 éste creció un 40%.  Las exportaciones mexicanas a la isla aumentaron un 49% mientras que las cubanas a México bajaron un 39%. Casi en ese mismo período las inversiones mexicanas en Cuba han alcanzado 730 millones de dólares.

Juan Manuel Santos se dio cuenta a buen tiempo de que le convenía tener excelentes relaciones con Caracas y con La Habana. Su reelección podría depender de esa amistad. Para conversar con los  guerrilleros colombianos tenía primero que negociar con sus padrinos: Castro y Chávez.

Brasil lo vio todo primero que nadie. Además del agradecimiento de Lula por la ayuda económica que le brindaron desde Cuba en el pasado. Al gobierno brasileño le interesan los negocios por encima del respeto a los derechos humanos. 

Su estrecha vinculación con el castrochavismo no deja de beneficiarlo internacionalmente pues Brasil es una potencia emergente, independiente, que se presenta a su conveniencia como amiga o distante de los Estados Unidos.

Los Estados Unidos
 
El gobierno de los Estados Unidos no parece preocuparse por la situación en Cuba o en Venezuela.  El pasado 10 de julio el presidente Obama dijo que Hugo Chávez en Venezuela no ha representado un peligro de seguridad nacional para su país.  Mucho menos lo presenta el castrismo con sus tanques del siglo pasado y aviones y helicópteros soviéticos obsoletos.

Para el Pentágono, el FBI y la CIA  las estrechas relaciones de Cuba y Venezuela con Irán no son un problema. Quizás hasta sean una ventaja. 

El castrismo le puede asegurar, o le ha  asegurado ya a Washington, que no tiene que preocuparse por ataques terroristas desde Latinoamérica.   Ellos se encargarán de cooperar en ese asunto. 

Sin duda, el servicio de inteligencia castrista debe ser de los mejor informados de los movimientos y actividades de árabes e iraníes en Latinoamérica.

Recordemos el compromiso y agradecimiento del gobierno español al cubano.  La isla ha sido una especie de casa por cárcel para los miembros de la ETA. 

En marzo pasado el presidente Obama le susurró al presidente Dimitri Medvedev –sin darse cuenta de que había un micrófono activado- que si él ganaba la reelección seria más flexible en su relación con el gobierno ruso.  Ante esta afirmación, Medvedev le dijo que se lo haría saber a Vladimir Putin.

¿Por qué no habría de hacerlo  también con el castrochavismo? Todo depende del compromiso que Hugo Chávez y Raúl Castro hagan con los Estados Unidos.
El panorama

Ante este panorama, el futuro de la democracia en Cuba y en Venezuela es incierto. El poder de sus regímenes no debe subestimarse.

Tampoco se debe descartar la influencia de los demás satélites y simpatizantes del castrochavismo en Latinoamérica y en otras partes del mundo.

Además, muchos medios de prensa todavía tienen la tendencia a aceptar como verdades que no  es necesario cuestionar las declaraciones y medidas anunciadas por el régimen castrista.  Esta deferencia o cooperación es, desde el punto de vista publicitario, una ventaja importante.

Por último, el poder del  negocio del narcotráfico es impresionante, y ni Hugo Chávez ni Raúl Castro van a renunciar a ese vínculo ni a las ganancias de diversa naturaleza que éste proporciona.

Debilidades


El eje castrochavista tiene fortalezas y también debilidades.

Hugo Chávez está enfermo, Raúl Castro tiene 81 años y no tiene buena salud.  Las economías de ambos países dependen de los altos precios del petróleo y la economía cubana es un verdadero desastre.  
De estas y otras vulnerabilidades comentaremos.  Quizás el futuro de Venezuela se decida en Cuba más que en Caracas…

Continuará…



   
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Lo que la policía política no ve



Por Orlando Luis Pardo Lazo
 
Los segurosos que esperaban en una esquina de Lawton fueron adiestrados para no mirar a su alrededor. No ven el pueblo ni las casas.

Hace un par de meses unos desconocidos en ropa de calle me esperaron agazapados en una esquina de Lawton, para finalmente secuestrarme en una patrulla de la Policía Nacional Revolucionaria cuando salí de mi casa en la esquina Beales y Fonts.

Los de civil dijeron ser de la Seguridad del Estado (los de la PNR eran cómplices analfabetos de la estación del barrio). Seguramente lo eran, pues uno de ellos fue el verdugo de Yoani Sánchez el 6 de noviembre de 2009, un misógino paramilitar. Fue el mismo blancón que en marzo de este año reapareció, cuando estuve dos días en huelga de hambre y sed por mi arresto (sin cargos ni actas) durante la visita del Papa Benedicto XVI, para coaccionarme a ir a un hospital, donde me examinarían exhaustivamente hasta certificar que ellos no me habían torturado.

Lo importante no es nada de esto, por supuesto. Si vivo en Cuba, ya me doy por enterrado (por cierto, no autorizo a poner mi nombre a ningún concurso literario ni biblioteca independiente), aunque aún no me hayan amenazado de muerte, como se lo prometieron en presencia de su familia a Oswaldo Payá. Lo importante es una cuestión de angulación, de mirada.

¿Qué hicieron durante todo el santo sábado aquellos tipos en dos Suzuki y un Geely importados por el Estado? Echaron a rodar rumores para empezar (lo cual constituye un delito): el más arquetípico fue que se esperaba una provocación en Lawton de Las Damas de Blanco. Fumaron, probablemente. Tomaron agua fría de manos del aterrado vecindario. Acaso compraron un almuercito por cuenta propia. Y se metieron bajo la sombra del último almendro que aún no han cortado las brigadas anticiclónicas de asesinos de árboles.

Pero es obvio que nunca miraron. Tenían los párpados cegados por el odio. Odio contra mí, contra su misión, contra ellos mismos tal vez. Nadie se haga ilusiones. Un odio a sueldo que un día los va a obligar a matar o a hacerse matar, incluso delante de las cámaras profesionales y los reporteros de la BBC y otras cadenas en cadenas, que igual después nada transmitirán.

Si solo hubieran alzado la mirada, hubieran visto lo que ahora ustedes ven. La antigua bodega de El Chino Octavio en la esquina de Fonts y Rafael de Cárdenas. La debacle de un pavimento lunar, los anaqueles tan mugrientos como las fachadas y la piel de los deshabitantes, los contenes arrasados por los buldóceres de Servicios Comunales, el atolón de basura sin recoger durante semanas, la bacteriemias y virosis incubadas de gratis, la mierda submarxista que se sale por los poros de la Realpolitik de Raúl Castro. Poesía despótica de primer grado.

Si solo se hubieran atrevido a dar crédito a sus propios ojos, no se hubieran ido sin la noción de favelas fidelistas en la que sobreviven los suburbios ex elegantes de La Habana. Lawton, por ejemplo, con sus escalinatas, ríos, tranvías e industrias, era una joya laberíntica en las afueras de nuestra capital. Hoy es apenas esto: pasto paupérrimo para segurosos y policías que se ganan la vida a costa de no mirar.

En realidad, simpatizo sinceramente con esta vocación de avestruz de los agentes represivos cubanos. Su ceguera no les permitirá lustrar hipócritamente la imagen de mi país. Ya no estamos en aquel siglo XX mítico de la izquierda internacional. Silenciada de por muerte la grandilocuente demagogia de Fidel Castro, nuestro capitalismito de Estado por fin nos mostrará al mundo tal y como somos el pueblo cubano: lo peor del pre-capitalismo y lo peor del Estado post-totalitario.

Menos mal, camaradas. Ya iba siendo hora de vivir en la verdad.

La Habana 06-11-2012 
Diario de Cuba

   
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El desangrado de Cuba. Sus consecuencias.


 
Cuba está perdiendo población a un ritmo tan acelerado, que compromete seriamente el crecimiento del país, el futuro de su economía y el bienestar social.

Por cada tres niños que nacen hoy se va un cubano a vivir en el extranjero como parte de una tendencia que ha ido en aumento durante los pasados 18 años. La combinación de emigración alta, natalidad en picado y población cada vez más vieja acabará por transformar a la población cubana en el curso de unos pocos años. Y lo más alarmante es que casi 4 de cada cinco personas que se va está en edad laboral según muestran las estadísticas oficiales.

La población envejecerá, el exilio crecerá y la fuerza laboral se irá haciendo más escasa con el tiempo. El proceso es lento y difícilmente se percibe. Los números revelan por sí mismo la situación. Nada nuevo.

A diferencia de los emigrados de otros países, la abrumadora mayoría de los cubanos que se marcha lo hace –por convicción o por obligación– de manera “definitiva”, usando el término oficial, lo cual ha significado, durante más de medio siglo, la pérdida de sus propiedades y derechos, entre ellos el de vivir de nuevo en su propio país, ya sea para disfrutar o invertir la riqueza acumulada fuera o para curarse la nostalgia.

Muchos regresarán a reclamar sus propiedades que abandonaron? Se quedarán en México, Madrid o en USA?

Las razones? Mejor atención a la salud, mejor estilo de vida, obtener sueldos para ayudar a las familias que se quedan en Cuba, pero ante todo la libertad.

Las consecuencias? La separación familiar, división y falta de estabilidad, desangrado de deportistas, intelectuales, escritores, artistas y gente calificada que en su propio país no puede trabajar por falta de oportunidades.

La emigración aún no ha llegado a su fin. Comenzó en 1994. No es exagerado afirmar que no hay familia cubana que no tenga al menos un pariente lejano viviendo en el exterior.El futuro de Cuba pende de este factor, además que se requerirá más de 4 generaciones para reparar el daño antropológico que el sistema ha creado en la persona humana.
 
 
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George McGovern y Fidel Castro


El ex candidato presidencial demócrata y congresista George McGovern ha muerto a los 90 años de edad. Fue el representante de  Dakota del Sur por más de veinte años. En la Cámara de Representantes de 1957 a 1961 y luego como senador de 1963 a 1981.  Candidato de su partido contra Richard Nixon en 1972, perdió abrumadoramente.

“Su candidatura a la Casa Blanca fracasó, pero su campaña fue la cantera de numerosos políticos. Bill y Hillary Clinton buscaron votos para McGovern en Texas. Mientras tanto, José Manuel García Margallo, actual ministro de Exteriores español, todavía alardea de haber colaborado con los demócratas mientras estudiaba en la Universidad de Harvard”. El Correo.com

McGovern fue el hijo de un pastor metodista y su niñez se formó en las enseñanzas bíblicas. Fue piloto militar en la Segunda Guerra Mundial.  Por su oposición a la Guerra en Vietnam tuvo el apoyo de jóvenes y mujeres en los Estados Unidos. 

Fue enemigo del embargo al gobierno castrista.  McGovern fue una persona buena  y es difícil explicar cómo un hombre así fuera amigo cercano de un dictador y un criminal como Fidel Castro.

Por medio siglo este tipo de contradicción  fortaleció a  la dictadura dentro y fuera de Cuba.  Representó un rechazo a la oposición democrática cubana,  y le hizo un gran daño a la causa de la libertad y la democracia de nuestro país.  


La amistad de McGovern con el tirano ha sido parte una mentira en la han participado muchos demócratas en el mundo.  Sin esa protección el castrismo se habría desprestigiado hace mucho tiempo.  


Quienes achacan a la cobardía del pueblo cubano la permanencia  de la tiranía no saben o no quieren entender que, por estas y otras contradicciones, la lucha por la democracia ha sido cruel y difícil.
 
 
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