Por qué no se debe levantar el embargo (14)



El embargo y los intereses creados

La dictadura castrista y el gobierno de los Estados Unidos negocian el futuro de un pueblo que ninguno de ellos representa. ¿Quiénes más tienen intereses?

El pueblo cubano. En varias encuestas hechas en Cuba, aun bajo el temor de la represión, los cubanos han afirmado mayoritariamente que quieren vivir en democracia.

Las empresas estadounidenses, que lo único que les interesa de Cuba es hacer dinero. Prefieren a un Raúl Castro reformista que a un presidente elegido por el pueblo. Quieren tener más ventajas que los cubanos a la hora de comprar negocios; todo lo que puedan al menor precio posible: tierras, hoteles, fábricas, etc. Una transición hacia la democracia los limitaría. En una sucesión castrista hacia el capitalismo, son el tigre suelto contra un pueblo amarrado.

El empresariado europeo está en la misma situación; hasta ahora se ha aprovechado de que en Cuba sólo los extranjeros pueden tener negocios. Le ha sido fácil comprar funcionarios y pagar sueldos miserables. No se preocupan por sindicatos, huelgas o reclamos laborales. Prefieren una evolución muy lenta para mantener sus privilegios actuales. No quieren competencia, ni tener que rendir cuentas por su asociación con la tiranía.

La izquierda estadounidense, que ha defendido al castrismo durante medio siglo. Lo exonera de todos los abusos. Sigue culpando al embargo por las desgracias del pueblo cubano y quisiera que le dieran al régimen la oportunidad de una transición, aunque fuese a un capitalismo como el chino.

La administración de Obama, que quisiera complacer el apetito de los empresarios estadounidenses y las simpatías procastristas de la izquierda americana. Todo eso sin ofender al exilio cubano y sin parecer que están dándole oxígeno a la dictadura castrista.

Los gobiernos latinoamericanos que, reunidos en Honduras en junio de 2009, apoyaron el levantamiento de las sanciones impuestas al castrismo en la OEA. Un primer paso para abrirle la puerta a una dictadura que no ha demostrado ningún interés por respetar los derechos humanos. En esa ocasión, ni un solo presidente fue capaz de mencionar el derecho del pueblo cubano a vivir en democracia. Pero a los 30 días todos se unieron para expulsar a Honduras de la OEA y reclamar el regreso de la democracia. Un cambio democrático en Cuba seria embarazoso para los presidentes que hasta hoy profesan admiración y amistad a Fidel y a Raúl Castro.

Para Hugo Chávez el desmantelamiento del castrismo sería el principio del fin de su proyecto autocrático en Venezuela. Su gobierno no escatima recursos en mantener la dictadura en Cuba y seguramente trata de influenciar en las negociaciones sobre el embargo.

La izquierda demagógica latinoamericana, que sigue creyendo en los logros de la revolución, sin querer aceptar que se pagaron con el subsidio soviético. Logros que han ido desapareciendo en la medida en que la dictadura no les encuentra nuevas fuentes de financiamiento. Y la otra izquierda, la que todavía admira a Fidel Castro porque se le plantó a los americanos. No parece importarles que esto le costara la libertad al pueblo cubano, ni que lo hundiera en la pobreza, ni que lo convirtiera en presa fácil de mezquinos intereses.

Es evidente que contra la democracia en Cuba conspiran muchos intereses. Un acomodo con la sucesión raulista beneficia a los capitalistas estadounidenses y a los europeos, sería más que aceptable para la mayoría de los gobiernos latinoamericanos y para las izquierdas en todos los continentes.

El panorama podría parecer abrumador contra las aspiraciones democráticas de los cubanos. Pero ninguno de los grupos que apoya una sucesión castrista en Cuba está dispuesto a financiarla con los recursos que necesita. Quien puede contribuir a asegurar la vida del castrismo es Barack Obama.

Continuar
á...
Leer más

Obama y el pasito tun tun

Al canciller español Moratinos le encantaba aquello del diálogo entre Cuba y España, que según él cada vez se profundizaba más. En algún momento se habrá dado cuenta de que, de tanto repetir el término, había dado el paso de lo sublime a lo ridículo. Entonces cambió de vocablo y en lugar de la profundidad del diálogo comenzó con el tema de la intensidad de las relaciones entre Cuba y España. ¿Será ahora más sublime o más ridículo? Quién sabe.

El problema ahora es de pasos, y lo peor es que no son los de Moratinos sino los de Obama. Según la agencia EFE, en un artículo del diario español El País del pasado domingo, se informa que Barack Obama le pidió al Presidente José Luis Rodríguez, durante su reciente visita a la Casa Blanca, que le mandara este mensaje a Raúl: “Decidle a Raúl que si él no da pasos tampoco yo podré darlos‘‘. Y según El País Obama insistió en el tema de los pasos: "Nosotros estamos dando pasos, pero si ellos no dan pasos también, será muy difícil que podamos continuar''.

Esto se está pareciendo a una política de pasitos - pasito pallá, pasito pacá - y de pasito a pasito terminarán bailando el Pasito Tun Tun de la Billo’s Caracas Boys. Sabemos que a los Obama les encanta la música. Los dos le llevaban el ritmo muy bien a Gloria Estefan el día de la celebración del 12 de Octubre en la Casa Blanca. Los pasos y pasitos dan la impresión de ser una estrategia de apariencias.

En el mismo artículo se cita a Obama pidiéndole a Rodríguez Zapatero: "Que les diga a las autoridades cubanas que comprendemos que no se puede cambiar las cosas de la noche a la mañana, pero que, pasados unos años, cuando se mire hacia atrás, debe quedar claro que éste fue el momento en el que empezaron los cambios'' ¿Está más interesado Obama en lo que otros dirán, que en lo que él logró?

Fue Obama quien dijo que el embargo se levantaría cuando en Cuba se respetaran los derechos humanos y se soltara a los presos políticos; esto se alcanza con una política definida de apoyo a los demócratas cubanos y con una política igualmente precisa hacia la dictadura. Esto de “ya yo di pasos, ahora den pasos ustedes” parece improvisación, la que nos puede conducir por veredas traicioneras.

Lo que publica “El País” debe ser cierto, aunque resulta extraño porque Obama no necesita mandar recados, que se filtran tan fácilmente a la prensa. La Casa Blanca tiene una permanente comunicación con la dictadura castrista; hace poco la administración estadounidense brindó una recepción en La Habana a un nutrido grupo de funcionarios cubanos del área de la “cultura.” Seguro que no se invitaron por telepatía. Ni creemos que por ese medio se analizaron las repercusiones públicas del evento.

Más enigmático nos resulta todo esto, cuando en el Congreso un nutrido grupo de legisladores demócratas está apoyando el fin de las restricciones a los turistas estadounidenses para que viajen a Cuba, lo que representa un ingreso salvador de miles de millones de dólares para una dictadura en la quiebra. Hasta ahora la Casa Blanca inexplicablemente no se ha pronunciado sobre los viajes de los turistas americanos a Cuba, asunto tan vital para la supervivencia de la dictadura.

Es decir, parece que Obama no se inclina pallá ni pacá. ¿Qué clase de política es ésta, si el propósito es promover la democracia en Cuba? ¿Habrá que aconsejarle al presidente algo de la letra?: “….cuando vayas a bailar, no te olvides de marcar lo que siempre te enseñé…. pasito tun tun…”
Leer más

Por qué no se debe levantar el embargo (13)


Negociar el levantamiento del embargo con Castro ha sido imposible, porque solo hubiera estado dispuesto a negociar la rendición incondicional de los Estados Unidos a todas sus exigencias y condiciones. En la dialéctica totalitaria, el contrario no es un opositor político al que se le gana espacio, sino un enemigo. Los enemigos se combaten para destruirlos. Así de sencillo.

El deterioro de la vida de la población precedió por muchos años a la enfermedad de Castro y su decadencia mental. Hace tiempo el pueblo sabe que no puede vestirse, curarse o alimentarse con promesas incumplidas. Cada vez más, los cubanos comprenden que el embargo no es la razón de sus desgracias. El pueblo responsabiliza a Fidel con el fracaso, lo sabe y lo sufre. Los cubanos están al tanto de que Raúl es alcohólico y de que no lo respetan ni en las altas instancias del régimen. Carlos Lage (ex vicepresidente) y Felipe Pérez Roque (ex ministro de relaciones exteriores) fueron removidos de sus cargos hace unos meses por burlarse de la incompetencia de los Castro. El pueblo no es ajeno a los privilegios con que viven las familias de Fidel, Raúl y los principales generales.

El hermano heredero y sus asociados viven con temor de que el colapso de la URSS pueda repetirse en Venezuela. Según “The Economist” Cuba está en la quiebra, a pesar de los miles de millones de dólares de subsidio venezolano. Sin Chávez la economía colapsaría, y el pueblo podría salir a las calles a exigir ropa, transporte, vivienda, medicina y comida. Una vez en la calle, los más decididos pueden toman el control de las cosas. Si la dictadura saca a la policía política vestida de civil a dar golpes – con varillas de construcción dentro de periódicos - o manda los tanques, el desenlace es imprevisible.

Como en Cuba no hay raulistas, sino un grupo en el poder atemorizado y sin capacidad para resolver la crisis, la oferta pública de Raúl Castro, de hablar de todo con Obama, no se puede tomar a la ligera. Después de medio siglo de “triunfo socialista” y lucha contra la democracia (a la que llamaban pluriporquería), han llegado a la conclusión de que tienen que tomar otra vereda, otro camino u otro atajo.

Conscientes de la magnitud de los problemas, los castristas pueden intentar hacer cambios para quedarse en el poder, mimetizando el sistema con eso que ha definido el politólogo Fernando Mires como una “hibridrocracia.” Algo más complejo y peligroso que una dictadura con disfraz de democracia. O tal vez los herederos intenten quedarse en el poder, pero si la situación se complica, quieran parecer desde ahora dando pasos hacia una transición democrática de la que reclamarían autoría.

Cuando vamos a comenzar una negociación cualquiera, preguntémonos: ¿se nos ocurriría, como primer paso, cederle incondicionalmente a la otra parte lo que quiere? Si así lo hiciéramos seríamos incautos. Lo indicado y lo usual es plantear lo que queremos y de ahí en adelante negociar asegurándonos de no ceder en lo fundamental.

Creo que la negociación entre la administración de Barak Obama y la dictadura castrista ha comenzado, aunque las partes lo oculten y lo nieguen. Y no es una negociación en la que participa el pueblo cubano.

¿Qué querrán Raúl Castro y sus socios, qué querrá Washington?

¿Lo mejor para el pueblo cubano? Lo dudo, de ambas partes.

Continuará…
Leer más

Huber Matos audio de denuncia en 1959

Grabación que hizo Huber Matos después de enviar una carta a Fidel denunciando la traición a los ideales democráticos de la Revolución, esta grabación se distribuyó en Cuba y el en el exterior:

http://www.elnuevoherald.com/noticias/ultimas-noticias/story/571830-a571821-t4.html


Leer más

50 años de la denuncia de Huber Matos a la traición de Fidel Castro


En la madrugada del 21 de octubre de 1959, el legendario comandante Huber Matos tuvo la sensación de que aquel sería el último día de su vida y decidió grabar su testamento político para la posteridad antes de que la tropa de Camilo Cienfuegos llegara al Regimiento Militar de Camagüey para arrestarlo por supuesta traición a la patria.

"Fue una respuesta a las acusaciones de traidor y sedicioso que había lanzado Fidel Castro contra mí en las horas que siguieron a mi carta de renuncia'', recordó Matos el miércoles desde su casa en Miami. "Estaba convencido que tenía las horas contadas y le pedí al capitán Rosendo Lugo que encendiera una grabadora, pues quería dejar grabada toda la verdad para el pueblo cubano''.

Luego del arresto y procesamiento judicial de Matos por un consejo de guerra en La Habana, la cinta fue sacada de la comandancia de Camagüey en circunstancias desconocidas y enviada subrepticiamente a Puerto Rico, donde terminó registrada en un acetato de larga duración.

La grabación --con apenas 20 minutos de duración-- es prácticamente desconocida y Matos ha recuperado una copia de manos amigas para escucharla junto a amigos y seguidores, 50 años después de los vertiginosos acontecimientos que lo llevaron a la prisión y al exilio. La reunión para rememorar la histórica renuncia del entonces mítico comandante revolucionario se efectuará este domingo 25, a partir de las 9:30 a.m., en las oficinas de la organización Cuba Independiente y Democrática (CID), en el 10020 SW 37 Terrace, Miami. La sesión estará abierta al público.

Vital y lúcido a los 91 años, Matos rememora el momento crucial de su renuncia, anunciada en una carta a Fidel Castro la víspera de su detención.

"Mi verdadero propósito fue alertar al pueblo cubano en un intento por evitar la tragedia que se avecinaba'', manifestó Matos. "Para esa fecha estaba convencido de que Fidel Castro era parte de la conspiración comunista fraguada por Raúl Castro y [Ernesto] el Che Guevara. Queríamos parar la traición y restituir la república sobre el respeto a las estructuras democráticas''.

Matos había presentado una solicitud de renuncia a su cargo de comandante del Ejército Rebelde en junio de 1959, inconforme con la inclinación comunista del proceso revolucionario, pero Castro no la aceptó.

Cuatro meses después, el 20 de octubre, envía una carta definitiva al líder cubano: "No deseo convertirme en obstáculo de la revolución y creo que teniendo que escoger entre adaptarme o arrinconarme para no hacer daño, lo honrado y lo revolucionario es irse''.

La reacción de Castro no se hizo esperar. Lanzó airadas acusaciones contra Matos arengando al pueblo a través de la radio, ordenó a la policía y a las fuerzas tácticas del aeropuerto de Camagüey que se sublevaran contra el mando militar, y envió a Camilo Cienfuegos a arrestar al supuesto jefe insubordinado.

"Todo fue preparado por Castro para que hubiera un enfrentamiento para meternos en la trampa de la rebelión'', consideró. "Afortunadamente me reuní con todos los jefes del regimiento, que eran unos 950 hombres dispuestos a pelear, y barraca por barraca fuimos diciéndoles que nadie podía desenfundar un arma, porque hubiera sido un baño de sangre''.

De los hechos traumáticos que rodearon aquellas horas, confiesa que nunca podrá olvidar el gesto de dos entrañables integrantes de su tropa que se suicidaron en señal de protesta tras conocer las órdenes de Castro: el capitán José Manuel Hernández, que se suicidó de un balazo en la sien, y el teniente José León García, quien, desarmado, se partió el corazón con un cuchillo.

Matos recuerda que durante su destitución, Camilo Cienfuegos llamó a Fidel Castro para decirle que se estaba cometiendo una injusticia.

"Camilo estaba abochornado por la misión de destituirme y llamó por teléfono a Fidel para decirle que era una metedura de pata lo que se estaba haciendo conmigo y con mis subordinados'', relató. "La respuesta del otro lado de la línea la escuchó en silencio, poniéndose pálido, con el rostro desencajado. En ese momento tuve el primer presentimiento de que la carrera de Camilo estaba acabada''.

Cienfuegos desapareció misteriosamente el 28 de octubre de 1959 cuando se trasladaba de Camagüey a La Habana en un avión Cessna, sin que se hallaran rastros de la catástrofe. Matos dice que está convencido de que fue un asesinato perpetrado por Fidel Castro.

Días antes de la desaparición de Cienfuegos, Matos fue trasladado a La Habana custodiado personalmente por el comandante Ramiro Valdés, jefe de inteligencia del Ejército Rebelde (G-2) y posterior ministro del Interior. Entre el 11 y el 15 de diciembre transcurrió el consejo de guerra, que le impuso una condena de 20 años de cárcel.

Matos cumplió la sanción penitenciaria hasta el último día. Fue liberado el 21 de octubre de 1979 y enviado a Costa Rica apenas horas después de salir de la cárcel. No pudo cumplir con su voluntad de visitar la tumba de su madre, en el poblado oriental de Yara, antes de marchar forzosamente al exilio.

Pero asevera que no guarda odio en su corazón y no puede ocultar su entusiasmo cuando habla del futuro de Cuba.

"Vivo con la convicción de que voy a regresar a Cuba, no para meterme a aspirar a puestos gubernamentales a mi edad, sino para ser un promotor de las instituciones democráticas que permitan el renacimiento de la nación'', afirmó Matos. "No me arrepiento de haber luchado por derrocar a una dictadura militar [Fulgencio Batista], sino de que mi esfuerzo haya servido para llevar al poder a este fraude que se dice llamar revolución cubana''.

Está al tanto de la actualidad cubana y del desempeño de los jóvenes desafectos al régimen. Elogia y lee con frecuencia los textos de la reconocida bloguera Yoani Sánchez y días atrás recibió en su casa al rockero Gorki Aguila, un feroz crítico del sistema comunista de la isla.

"El daño que ha hecho Fidel Castro a la nación cubana va a necesitar varias generaciones para repararlo y nunca regresaremos al punto de partida'', reflexionó Matos, autor del libro de memorias Cómo llegó la noche (2002). "Castro ha convertido la república en un feudo, en un prostíbulo, en un manicomio''.

Matos no es partidario de mantener la pena de muerte de manera permanente en la Cuba futura, pero considera que "no debe haber perdón para los principales culpables de la tragedia nacional''.

"Estoy a favor de un Nuremberg cubano para juzgar a los que teniendo la opción de redimirse, no se rediman'', opinó. "Pero Fidel y Raúl Castro tendrán que ser colgados de las farolas del Malecón de La Habana si llegan con vida al final de este proceso. Dejarlos vivos sería un gesto de debilidad que no debería permitirse el pueblo cubano''.

WILFREDO CANCIO ISLA

Imprimir
Leer más

Por qué no se debe levantar el embargo (12)

Si alguna duda hubiera sobre el rechazo de Fidel Castro para hacer cambios en Cuba, qué mejor prueba que los tres años que han pasado desde el 2006, cuando por razones de salud tuvo que apartarse del mando y, como un verdadero monarca, lo delegó temporalmente en su hermano.

Raúl creyó realmente que había heredado el poder. Hizo críticas sobre la realidad cubana e invitó a la población ha expresarse. Incluso tomaron relevancia los consejos de algunos economistas de la nomenclatura castrista sobre la necesidad de hacer cambios estructurales.

Se generaron expectativas entre los cubanos. Las agencias noticiosas internacionales, siempre prestas a dar créditos al castrismo, pronosticaron el triunfo del pragmatismo sobre el dogmatismo. A golpe de editoriales, artículos y notas periodísticas en la prensa internacional, la era de Raúl había comenzado.

Pasó el tiempo y las reformas esperadas se esfumaron. Tres años se perdieron en medio de una seria crisis económica y política, agravada por la inacción y luego acentuada por la recesión mundial. ¿Qué sucedía? El enigma se empezó a descifrar cuando se supo que el viejo dictador había superado la gravedad y desde su convalecencia frenaba los cambios.

La verdad salió a la superficie. En abril del 2009 Raúl Castro, respondiendo a una iniciativa de Obama, dijo le había enviado al gobierno norteamericano el mensaje de que estaba dispuesto a conversar de todo con Washington. Fidel Castro, desde su reclusión, reaccionó “aclarando” lo que había querido decir su hermano Raúl e indicando que el sistema político de Cuba no era negociable. La oferta de Raúl a Obama no necesitaba ninguna clarificación, había sido simple y concreta: Raúl, el presidente designado, estaba dispuesto a conversar de todo con Obama: “derechos humanos, libertad de prensa y presos políticos”. En una oferta así está implícita la disposición de negociar.

No se puede entender en todo su alcance la descalificación de Fidel a la propuesta de Raúl a Obama, si no se tiene en cuenta la crisis por la que atravesaba Cuba. Deficiencias graves en el sistema de salud, crisis en el sector de la vivienda, el transporte, los suministros alimentarios, etc. sumadas a una infraestructura obsoleta y deteriorada, la corrupción y los privilegios. Problemas que no tienen nada que ver con el embargo estadounidense, sino con la ineficiencia de la economía cubana y un sistema político que la población rechaza.

Tampoco es comprensible la conducta de Fidel Castro si no se relaciona con la de otros dictadores, Mao o Hitler, por ejemplo. Individuos obsesionados por su rol histórico, su influencia mundial y su poder total. Personalidades patológicas que usaron las ideas y los pueblos que pretendieron defender, como simples instrumentos en su afán de gloria personal.

Bajo ninguna fórmula Castro se quedaría sin el enemigo yanqui. Tener enemigos es parte de la ecuación totalitaria; sin enemigos no hay guerras y sin estas no hay gloria. El enemigo justifica el monopolio del poder y también sus excesos. Aún al borde de su tumba, Fidel Castro tiene que culpar a los Estados Unidos de la gran catástrofe que es Cuba; cualquiera es culpable menos Fidel, el verdadero responsable.

Los dictadores son especialistas en inventar enemigos. Aun si se levantara el embargo, Castro no daría tregua al imperialismo yanqui, ni al capitalismo explotador. Tampoco dejaría de perseguir a la oposición democrática, contra la que usa los más insultantes peyorativos. Fidel, siempre en busca de acentuar la maldad de los Estados Unidos, ha lanzado una campaña temática para convertir en héroes a los cinco cubanos condenados como espías en los Estados Unidos.

Negociar el levantamiento del embargo con Castro ha sido imposible, porque solo hubiera estado dispuesto a negociar la rendición incondicional de los Estados Unidos a todas sus exigencias y condiciones. En la dialéctica totalitaria, el contrario no es un opositor político al que se le gana espacio, sino un enemigo. Los enemigos se combaten para destruirlos. Así de sencillo.

Raúl Castro y sus acólitos han heredado un poder en decadencia. Además, ante el pueblo, ellos han sido cómplices de los abusos y del fracaso. Como la dictadura depende de Hugo Chávez y del petróleo venezolano, los herederos del poder se preguntaran con frecuencia: ¿Cuánto durara Chávez? ¿Se repetirá otro colapso como el de URSS?

Raúl y sus socios no son demócratas ni les interesa la democracia. Ellos son millonarios y están viejos, pero firmemente aferrados a los restos del naufragio. Dicen que están dispuestos a hablar de todo con Obama.

Continuara...

Leer más

Moratinos y su viaje a Cuba: “…hipocresía y doble moral”

Volvió a Cuba el Ministro del Exterior de España Miguel Angel Moratinos. Siempre, después de reunirse con las autoridades castristas, o al hablar de Cuba en los foros internacionales, Moratinos repetía que el diálogo constructivo entre ambos gobiernos continuaba profundizándose. Como llevan varios años en esa tarea, deben andar ya muy cerca del centro de la tierra.

Esta vez, los esfuerzos comunes parecían haber encontrado una capa de roca muy dura. Al llegar Moratinos a La Habana se anunció que Conrado Hernández, cubano con ciudadanía española y sospechoso de ser pieza clave del servicio de inteligencia español en la isla, será llevado a juicio. La coincidencia de la visita con la noticia parecía un chantaje.

Moratinos dijo, entre otras cosas, que venía a aclarar lo que fuera fuente de "inquietud o preocupación." Al final de su visita expresó que se habían resuelto todos los problemas: Raúl le prometió comenzar a pagar los 300 millones de dólares retenidos a empresarios españoles; la liberación de un español detenido (Pedro Hermosilla) y el conflicto por la expulsión de los agentes de inteligencia españoles a mediados de este año.

Igualmente Moratinos se mostró complacido por haber "encontrado en el presidente Raúl Castro un compromiso de reforma, de avanzar en el proceso de reforma del país, de mejorar la situación económica de Cuba. Es consciente de las dificultades económicas que pasa el país”. Como era de esperar, Moratinos no menciono nada sobre el respeto a los derechos humanos en Cuba.

Para cerrar la visita con broche de oro, la dictadura liberó los presos políticos Nelson Aguiar, del grupo de los 75 presos detenidos en abril del 2003 y Omelio Lázaro Angulo Borrero. Martha Beatriz Roque expresó: “por supuesto que me alegro, Nelson ha estado muy mal de salud, pero aquí lo que hace falta es que dejen de coger presos. Sueltan a uno y arrestan a varios, ahora mismo están para ir a juicio el Dr. Darsi Ferrer, Ernesto Díaz Esquivel y su padre José Díaz Silva…Esto se ha convertido en un negocio, cogen presos a muchos para luego entregar a algunos como moneda de cambio.”

Moratinos anunció que en el 2009 la ayuda de España a Cuba llegará a las suma de 34 millones de euros. Fueron 32 millones en el 2008 y 17 en el 2007. En contraste con el trato a Honduras, hace tres meses, el gobierno de Rodríguez Zapatero acusó de golpistas a la Corte Suprema, al Congreso, al ejército y a Roberto Micheletti. Retiró su embajador y sigue apoyando a Zelaya, el protegido de Fidel Castro y de Hugo Chávez. Por un lado, una agresiva política en nombre de la democracia hondureña y por el otro, un apoyo incondicional a la dictadura en Cuba. Eso es lo que ha definido el Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Popular español como una política de “hipocresía” y “doble moral”.

La política exterior de España es como la de China y Brasil, lo primero son los negocios. Lo segundo y lo tercero, también. Es una cuestión de intereses. Después de criticar tanto al “imperialismo norteamericano”, a la hora de pasar por alto los derechos humanos, han resultado mejores practicantes que el profesor.

En este viaje Moratinos no habló de que el diálogo entre Madrid y La Habana se seguía profundizado, ahora dijo que es "un diálogo cada vez más intenso.” Algún siquiatra o sicólogo podría iluminarnos del verdadero significado de la “intensidad” y la “profundidad” en el lenguaje del canciller.

Creo que les podemos recomendar a los socialistas españoles, que por sus propios intereses, en el hueco que ya han hecho, hay suficiente profundidad para enterrar una relación bochornosa entre la democracia española y la dictadura castrista.

Leer más

Por qué no se debe levantar el embargo (11)

Durante medio siglo de absoluto poder en Cuba, Fidel Castro ha demostrado ser un consumado actor de teatro, amable con los visitantes extranjeros pero despótico con sus subordinados. En su capacidad de mentir y simular ejemplifica con creces los consejos de Maquiavelo a los príncipes italianos.

Si hubiese que comparar su carácter con alguno de los dictadores que lo antecedieron, Hitler podría ser su hermano gemelo. Ambos buenos oradores y oportunistas, tan pagados de sí mismos que el narcisismo los llevó a cometer grandes errores. Inflexibles en sus propósitos, llenos de odio y amantes de la guerra. De haber tenido bombas atómicas, Hitler no hubiera dudado un instante en usarlas; su locura llevó a Alemania al desastre.

El 22 de setiembre de 2009 el periódico The New York Times reveló que el General soviético Adrian A. Danilevich, en un estudio para el Pentágono, “Soviet Intentions 1965-1985” , había informado que, en los 80, Castro quería que la URSS lanzara bombas nucleares contra los Estados Unidos. El alto mando soviético tuvo que disuadirlo activamente, explicándole que la contaminación perjudicaría a Cuba.

Hitler se aprovechó de las circunstancias de una frágil y humillada Alemania para tomar el poder democráticamente e imponer una dictadura brutal. Si los seis millones de judíos le hubieran jurado lealtad al nazismo no se habrían salvado de las cámaras de gases. Tampoco los países europeos habrían evitado la invasión, si le hubieran reconocido al “Führer” la superioridad de la “raza aria”. Hitler no andaba en busca de aduladores sino de conquistas y esclavos.

Durante la lucha contra Batista Castro prometió al pueblo apoyar la democracia representativa; una vez firme en el poder confesó que siempre había sido comunista, pero que de haberlo admitido antes todavía estaría peleando en la Sierra Maestra.

Castro necesitaba enemigos. Convirtió a los demócratas cubanos en contrarrevolucionarios. Fusiló a miles, mando a prisión a cientos de miles, y casi dos millones han huido al exilio. Hasta el día de hoy quienes se le oponen son acusados indistintamente de agentes de la CIA, gusanos o traidores.

El argumento de que sin el embargo Fidel Castro no habría tenido excusa con la cual justificar la represión, pasa por alto que a los dictadores siempre les sobran excusas para reprimir a sus enemigos.

En pocos años Cuba perdió gran parte de la masa de población con talento creativo y formación profesional que había hecho del país una nación en vías de desarrollo. La fama del ballet cubano, la música, la educación y la medicina precedieron al castrismo. En 1958 Cuba tenía 160 estaciones de radio y era el país con más radiorreceptores en Latinoamérica; 23 estaciones de televisión y 600 salas de cine. Con 38.384 fábricas de todos los tamaños y 161 centrales azucareros, 75% de los cuales eran propiedad de cubanos, el parque industrial de la isla era respetable. (1)

Fidel le declaró la guerra al “imperialismo” después de que los soviéticos le aseguraron que tendría todo el apoyo económico, político y militar que necesitara. Provocó el embargo estadounidense confiscando las empresas y propiedades norteamericanas sin pagar o prometer compensación.

Como Nasser en Egipto, Castro pudo haber tomado una posición independiente, dejando las puertas del mercado de Estados Unidos abiertas, pero para sus proyectos mundiales necesitaba a los Estados Unidos como enemigo y a la URSS como socio y aliado. Creyó que el mercado soviético sería un buen sustituto permanente. En ambas cosas se equivocó. No se dio cuenta de que ya en aquellos tiempos la URSS daba señas de agotamiento sistémico.

Fidel Castro derrochó recursos en aventuras subversivas en Latinoamérica y mandó ejércitos cubanos a guerras africanas. Como un dios, se propuso hacer el “hombre nuevo” de la revolución. El ciudadano altruista sin independencia política. Lo que logró fue que la nueva generación de cubanos se niega a trabajar. Negros, blancos y mulatos sueñan con huir de su país a cualquier parte.

La mayoría de los comandantes, coroneles, profesores, economistas, sociólogos, banqueros, abogados etc., que al conocer la mentalidad de Castro se fueron apartando del proceso, piensan que mientras esté en el poder, o pueda influir, no habrá un cambio democrático en Cuba, ni aunque los americanos se le arrodillaran.

No hay razón para dudar de que sin el embargo estadounidense Castro actuaría como lo hace su hijo político Hugo Chávez. Los Estados Unidos son el socio comercial más importante de Venezuela, pero para Chávez son su peor enemigo. Acusa a un presidente (Bush) de ser el mismísimo diablo y al otro (Obama) de ser un hipócrita. Considera al capitalismo el responsable de los males del mundo, el sistema a destruir para en su lugar construir el nuevo socialismo.

Continuará…

(1) Manuel Cereijo, El Nuevo Herald, enero 31 de 2009

Leer más

Seguidores

Mensajes

ok

Follow me on Twitter

Archivo del Blog

Snap Shts

Get Free Shots from Snap.com