¡EL EMBARGO…LA PIEDRA EN EL ZAPATO! (II)
Podrían rebatir este argumento señalando que en China ha habido una mejoría sustancial del nivel de vida de los chinos. Que a pesar de esto y gracias a esto el Partido Comunista se mantiene al mando. Que en Cuba podría suceder lo mismo.
Pueden agregar que en Rusia, aunque en otro nivel, ha habido progreso y los comunistas se reciclaron y mantienen el control. También es cierto. Rusia hoy es menos pobre que ayer y Putin, un ex agente de la KGB, está al mando.
Pero hay diferencias que explican por qué en China y en Rusia se reciclaron los comunistas y por qué en Cuba el castrismo no quiere arriesgarse con el mismo modelo.
El caso ruso es fácil de explicar. Rusia es el primer productor de petróleo del mundo. Su riqueza proviene en dos terceras partes de los hidrocarburos. Es algo parecido al caso de Venezuela.
En ambos países la economía del sector no petrolero puede ser mediocre, pero el funcionamiento y la estabilidad de sus gobiernos no dependen de ella sino del petróleo.
Rusia y Venezuela son países "subvencionados" por la naturaleza. Sus regímenes políticos pueden ser un desastre. Pueden desestimular la inversión privada, la creatividad y la productividad; pero el petróleo ha evitado el colapso.
Cuba no tiene petróleo propio que la sostenga ni que le permita hacer inversiones.
Sin la subvención venezolana el país entra en crisis terminal. Dependería del turismo, una industria muy frágil a las convulsiones políticas y de las remesas de los exiliados. Esta es una fuente de ingresos que depende del visto bueno del gobierno de turno en Washington.
En resumen, Cuba no puede hacer lo que hicieron los comunistas rusos porque en Cuba no hay petróleo que ayude a hacer la transición de la dictadura comunista a la dictadura capitalista.
¿Y cómo lo hizo China?
China lo hizo sin petróleo. El cambio de una dictadura a otra lo logró con el apoyo de los empresarios de la diáspora china, el respaldo de los Estados Unidos y el de Japón.
El castrismo tendría que hacer con los empresarios cubanos del exilio lo que hizo Deng Xiaoping con los empresarios chinos de Hong Kong. Convencerlos de que sus inversiones en Cuba estarían garantizadas.
Además, el castrismo tendría que sentarse con Washington a negociar las demandas políticas de una transición democrática en Cuba.
En este asunto Washington es el representante de los votantes cubanoamericanos. Los congresistas cubanoamericanos en el Congreso tendrían que dar su visto bueno a cualquier compromiso.
Es en este aspecto que radica el principal escollo para la tiranía. Para tomar el camino que tomó China tiene que negociar con sus enemigos políticos: la oposición democrática cubana en el exilio.
China no tuvo que negociar con Taiwán. No había suficientes chinoamericanos en los Estados Unidos como para que tuvieran peso político en las elecciones estadounidenses. Los cabilderos de Taiwán no tuvieron fuerza en Washington. Por razones estratégicas el gobierno de los Estados Unidos tenía mucho interés en una negociación con China.
El castrismo no puede ofrecerle al gobierno en Washington ninguna ventaja de suficiente peso como para que el presidente de turno esté dispuesto a enfrentarse a los congresistas cubanoamericanos y al voto cubanoamericano. El presidente Obama podría intentarlo si fuera reelecto.
Tendrían los Castro que entregar a Hugo Chávez (eliminarlo), lo que equivale a perder el control de la mayor riqueza petrolera del continente. El régimen castrista tendría que ofrecerse de vigilante de las actividades de los iraníes en Latinoamérica.
O ahora que parece que Chávez va camino al cementerio, podrían los Castro llegar a algún acuerdo secreto con los Estados Unidos para que Venezuela siga entregándole petróleo a Cuba a cambio de algo que le sirva a Washington.
Todo es posible, pero hay algunas cosas más posibles que otras.
En resumen:
El castrismo no puede permitir una hambruna en Cuba. No pueden hacer cambios fundamentales porque no tienen el petróleo para financiarse. No pueden negociar con los Estados Unidos y quedarse con el poder. Se los impide el embargo y el poder del voto cubanoamericano.
¡Ah… el embargo…la piedra en el zapato!
El que hay que levantar, porque según quienes lo proponen ha fracasado en el objetivo de derrocar la tiranía en Cuba.
¡Qué casualidad que hay tanto interés en liquidarlo!