EN ENERO RUSIA CONFIRMA SU DESVENTAJA


Los acontecimientos de enero confirman los problemas estructurales del Kremlin en Ucrania

 

El mes de enero de 2025 ha sido una nueva demostración de que, a pesar de su inmenso poderío militar y económico, Rusia sigue sin lograr avances decisivos en la guerra contra Ucrania. A lo largo del mes, las operaciones militares de ambas partes han dejado en claro que la estrategia rusa enfrenta problemas fundamentales que impiden que su superioridad en recursos se traduzca en una victoria tangible.

 

Falta de avances estratégicos en Ucrania

 

Rusia ha tomado algunas localidades en el este de Ucrania, como Velyka Novosilka y Novovasylivka, y ha intentado avanzar hacia Pokrovsk. Sin embargo, estos avances siguen siendo tácticos y no estratégicos, ya que no han significado un colapso de las defensas ucranianas ni han alterado significativamente el equilibrio del conflicto. La guerra sigue siendo una batalla de desgaste, donde las tropas rusas avanzan lentamente con un alto costo en vidas y material bélico.

 

El hecho de que después de más de dos años de conflicto Rusia aún no haya logrado una victoria decisiva refleja sus limitaciones operacionales. La toma de pequeñas ciudades o aldeas no cambia la dinámica del frente si no se logran avances significativos hacia objetivos clave como Járkov, Kramatorsk o Dnipro.

 

El impacto de los ataques ucranianos en territorio ruso

 

Mientras Rusia se enfoca en avances territoriales en Ucrania, Kiev ha llevado la guerra dentro de Rusia con ataques cada vez más efectivos y estratégicos. Durante enero, Ucrania ha golpeado infraestructura militar clave, incluyendo:

 

La planta de helicópteros de Kazán, un sitio crítico para la producción de aeronaves militares rusas.

 

Una fábrica de misiles en Briansk, afectando la capacidad de producción armamentística rusa.

 

Una refinería en Riazán, dañando el suministro de combustible para las operaciones militares rusas.

 

Aeropuertos y otras instalaciones estratégicas dentro de Rusia, lo que ha obligado a Moscú a destinar más recursos a la defensa interna en lugar de la ofensiva en Ucrania.

 

Estos ataques no solo tienen un impacto material, sino también psicológico y político. La percepción de que Rusia es incapaz de proteger su propio territorio debilita la narrativa del Kremlin sobre el control de la situación y refuerza la moral de Ucrania y sus aliados.

 

El fracaso de las tropas norcoreanas y la falta de refuerzos efectivos

 

La participación de tropas norcoreanas en el conflicto ha sido un desastre publicitario tanto para Putin como para Kim Jong-un. Se esperaba que estos refuerzos ayudaran a sostener la ofensiva rusa, pero en realidad han mostrado bajas importantes y problemas operativos.

 

En enero, Ucrania logró eliminar a un alto comandante norcoreano en Kursk, lo que no solo representa una derrota en el campo de batalla, sino que también expone la fragilidad de la cooperación militar entre Moscú y Pyongyang. La imagen de soldados norcoreanos siendo utilizados como carne de cañón afecta la percepción global de ambas naciones y debilita la posición diplomática de Rusia.

 

Problemas de reclutamiento en Rusia

 

A pesar de su gran población, Rusia enfrenta serias dificultades para reclutar suficientes soldados. Durante el mes de enero, diversas fuentes han indicado que los centros de reclutamiento rusos no han podido atraer suficientes voluntarios, lo que ha llevado al Kremlin a recurrir a estrategias cada vez más extremas:

 

Reclutamiento de convictos y criminales.

 

Reclutamiento forzado en las regiones ocupadas de Ucrania.

 

Presión sobre inmigrantes y trabajadores extranjeros para que se unan al ejército.

 

Estas tácticas reflejan una crisis dentro de la estructura militar rusa, donde la falta de personal entrenado se ha convertido en un problema crítico. El hecho de que Rusia, con una población de más de 140 millones de habitantes, tenga que recurrir a este tipo de medidas demuestra una resistencia significativa dentro de la sociedad rusa a participar en la guerra.

 

Uso masivo de misiles y aviones sin resultados decisivos

 

Rusia sigue utilizando misiles, drones y aviones avanzados para atacar infraestructura ucraniana, pero estos ataques no han sido suficientes para cambiar el curso de la guerra. Ucrania sigue resistiendo con sistemas de defensa aérea eficaces y ha demostrado que puede seguir operando con éxito a pesar de los bombardeos.

 

El uso intensivo de misiles no ha logrado debilitar decisivamente las fuerzas ucranianas, y el Kremlin sigue invirtiendo enormes recursos en ataques que no logran inclinar la balanza de manera sustancial.

 

Conclusión: Rusia gasta más de lo que obtiene

 

Si analizamos el saldo del mes de enero, el balance para Rusia es negativo en términos estratégicos:

 

Ha avanzado territorialmente en Ucrania, pero a un ritmo lento y sin victorias decisivas.

 

Ha sufrido ataques dentro de su propio territorio que han afectado su infraestructura militar y su seguridad interna.

 

Sus intentos de reforzar su ejército con tropas norcoreanas han resultado ineficaces y perjudiciales a nivel diplomático.

 

Su problema de reclutamiento sigue sin resolverse, lo que debilita su capacidad de sostener la guerra a largo plazo.

 

A pesar de su uso intensivo de misiles y aviones, no ha conseguido una ventaja estratégica clara.

 

En resumen, Rusia sigue sin demostrar que puede convertir su superioridad en recursos en una ventaja real en el campo de batalla. La guerra sigue siendo un conflicto de desgaste en el que Ucrania ha logrado minimizar sus pérdidas mientras golpea puntos clave de la infraestructura rusa. Si la tendencia continúa, la posición del Kremlin podría volverse cada vez más frágil en los próximos meses.

 

Huber Matos Araluce

San José Costa Rica

Enero 31 2025

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EL DILEMA DE PUTIN: GANAR O DESAPARECER


La guerra en Ucrania: la supervivencia política de Putin como prioridad absoluta

 

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en 2022, Vladímir Putin ha mantenido una postura desafiante ante las sanciones internacionales, las bajas militares y el creciente aislamiento global de su país. Pero más allá de los objetivos territoriales y estratégicos que Rusia persigue en Ucrania, hay una motivación más personal que podría estar guiando las decisiones de Putin: su propia supervivencia política y, posiblemente, física.

 

Un líder en la cuerda floja

 

En sistemas autoritarios como el que Putin ha consolidado en Rusia, la percepción de éxito y fortaleza es crucial para mantener el control. Cualquier señal de debilidad puede desencadenar revueltas internas entre las élites políticas y militares que lo sostienen, o incluso provocar un levantamiento popular. El historiador Edward Fishman, exfuncionario del Departamento de Estado de EE. UU., señaló que las sanciones internacionales han dejado a la economía rusa tambaleándose, con una inflación persistente, escasez de mano de obra y tasas de interés históricamente altas del 21%. Aunque Rusia ha logrado sortear algunas sanciones y adaptarse a su nueva realidad económica, los costos son cada vez más evidentes.

 

En este contexto, el fracaso en Ucrania no sería simplemente una derrota militar, sino una amenaza directa a la posición de Putin en el Kremlin. En un país donde los líderes que pierden el poder rara vez disfrutan de una jubilación tranquila, el destino de Putin podría ser mucho más oscuro si es percibido como responsable del declive de Rusia.

 

La guerra como mecanismo de control

 

Desde su inicio, la guerra en Ucrania ha sido presentada al pueblo ruso como una lucha existencial contra Occidente y una defensa de los intereses nacionales. Esta narrativa no solo ha ayudado a Putin a consolidar el apoyo interno, sino que también ha justificado la transformación de Rusia en una economía de guerra y la imposición de medidas autoritarias más estrictas.

 

Sin embargo, con el paso del tiempo, los costos de esta guerra son cada vez más difíciles de ocultar. Rusia ha sufrido decenas de miles de bajas militares, y su economía enfrenta una recesión prolongada debido a las sanciones y la pérdida de mercados clave. Según datos del Censo de EE. UU., las exportaciones rusas a Estados Unidos se redujeron de $29.6 mil millones en 2021 a apenas $2.9 mil millones en 2024. Si bien Putin ha logrado mantener una cierta estabilidad interna a través de propaganda y represión, una derrota en Ucrania podría desencadenar una crisis interna que pondría en peligro su permanencia en el poder.

 

El dilema de Putin: ganar o desaparecer

 

Las demandas rusas para poner fin al conflicto son claras: el reconocimiento internacional de los territorios anexados, la neutralidad de Ucrania y la desmilitarización del país. Estas condiciones son casi imposibles de aceptar para Ucrania y sus aliados occidentales, lo que perpetúa el estancamiento del conflicto. Pero para Putin, retroceder no es una opción. Reconocer una derrota significaría admitir que ha malgastado recursos nacionales y vidas humanas, debilitando la narrativa de invulnerabilidad que ha construido en torno a su liderazgo.

 

Además, los sistemas autoritarios como el de Rusia no permiten transiciones de poder suaves. Si Putin pierde el control, los mismos aliados que hoy lo apoyan podrían volverse contra él para proteger sus propios intereses. En este sentido, su supervivencia está intrínsecamente ligada a la percepción de éxito en Ucrania.

 

La respuesta de Occidente y el margen de maniobra de Trump

 

El reciente anuncio del presidente Trump sobre posibles sanciones y aranceles adicionales a Rusia subraya la presión internacional para poner fin al conflicto. Trump declaró que si Putin no llega a un acuerdo, no tendrá otra opción que imponer "altos niveles de impuestos, aranceles y sanciones a cualquier cosa que Rusia venda a los Estados Unidos y a varios otros países participantes". Aunque estas amenazas reflejan una estrategia de presión, también ponen de manifiesto la complejidad de encontrar una solución diplomática que sea aceptable para ambas partes.

 

Para Putin, estas amenazas internacionales son un recordatorio de que su margen de maniobra está disminuyendo. Si bien ha logrado eludir algunas sanciones al diversificar sus socios comerciales hacia países como China e India, las grietas en la economía rusa son cada vez más profundas. Analistas como Alexandra Prokopenko, exfuncionaria del banco central ruso, señalan que, aunque las sanciones aumentarán los costos económicos para Rusia, es poco probable que hagan cambiar los objetivos de Putin en Ucrania, ya que considera que estos objetivos son esenciales para su legado y su supervivencia.

 

Conclusión

 

Para Vladímir Putin, la guerra en Ucrania no es solo una lucha por el control geopolítico, sino también una batalla por su propia supervivencia. Mientras Rusia continúe enfrentando presiones internas y externas, el líder ruso buscará formas de consolidar su poder y evitar cualquier percepción de derrota. Sin embargo, con la economía rusa tambaleándose y las bajas militares acumulándose, el margen para maniobrar se reduce día a día. En este contexto, la supervivencia de Putin podría depender de su capacidad para presentar cualquier desenlace como una "victoria", independientemente de los hechos sobre el terreno.

 

Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

Enero 22 2025

 

 

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HAY QUE SEGUIR INTENTANDO HASTA ALCANZAR LA LIBERTAD

 






Ayer, los cielos de Cuba fueron testigos de un evento inusual: los restos del cohete Starship, tras su fallido intento de prueba, cruzaron la atmósfera, dejando un espectáculo luminoso que asombró a quienes lo observaron desde el suelo. Para muchos, pudo ser simplemente un hecho curioso, pero este suceso encierra una poderosa lección sobre cómo abordar los retos y el fracaso.

 

En los últimos 65 años, los cubanos hemos vivido bajo una dictadura que ha marcado generaciones con un pesado sentimiento de pesimismo y parálisis social. La incertidumbre, la represión y las promesas incumplidas han minado la esperanza, llevando a muchos a creer que el cambio es imposible. Sin embargo, eventos como el de ayer y la filosofía de personas como Elon Musk nos ofrecen una nueva perspectiva.

 

Aprender del fracaso para avanzar

 

Elon Musk, CEO de SpaceX, Tesla y otras compañías visionarias, es conocido no solo por sus éxitos, sino también por su capacidad de aprender de los fracasos. "El éxito es incierto, pero el entretenimiento está garantizado", dijo tras el reciente lanzamiento fallido de Starship. En otro momento, ha afirmado: "Quien no fracasa, no avanza". Estas palabras no son simples frases motivadoras; son una guía para enfrentarnos a situaciones adversas.

 

En Cuba, donde la lucha por la libertad ha enfrentado innumerables obstáculos, esta filosofía podría convertirse en una herramienta poderosa para superar el pesimismo. Si bien cada intento de cambio puede parecer un "fracaso" inmediato, es fundamental recordar que cada acción deja lecciones valiosas y allana el camino para futuros intentos.

 

Romper el ciclo del pesimismo

 

El pesimismo paraliza porque alimenta la creencia de que el esfuerzo no vale la pena, de que nada cambiará. Pero, ¿qué pasó con los restos de Starship? A pesar de no haber alcanzado su objetivo, dejaron una huella visible y memorable en el cielo. Esa imagen podría simbolizar que incluso en los intentos fallidos hay algo que vale la pena: la posibilidad de inspirar, de aprender y de construir sobre lo que se ha intentado.

 

Adoptar esta mentalidad implica:

 

Aceptar el riesgo: Enfrentar la posibilidad del fracaso con valentía es el primer paso para lograr algo significativo.

 

Aprender de cada caída: Cada protesta, cada idea y cada esfuerzo que no logra su meta es una oportunidad para identificar errores y mejorar estrategias.

 

Celebrar los pequeños avances: Cada paso hacia adelante, por mínimo que parezca, es una victoria en sí misma.

 

Unir fuerzas: Ningún cambio trascendental ocurre en soledad. Al igual que SpaceX es el esfuerzo de un equipo comprometido con una visión común, el cambio en Cuba también requerirá la colaboración de muchas voces.

 

Inspiración para el futuro

 

El paso de los restos del Starship sobre los cielos de Cuba es un recordatorio de que incluso los momentos que parecen ser fracasos tienen un significado. Si los cubanos pueden adoptar la filosofía de que cada acción, cada intento y cada pequeño avance es un paso hacia un futuro mejor, el pesimismo podría transformarse en acción y esperanza.

 

Es hora de mirar hacia el cielo, no con resignación, sino con determinación. Así como Musk sigue apostando por sus cohetes a pesar de los reveses, los cubanos también pueden seguir apostando por un futuro de libertad. Porque no importa cuántas veces se caiga, lo importante es seguir intentando y, eventualmente, alcanzar las estrellas.

 

Nota:  Video desde Guantanamo. El 16 de enero de 2025, durante el séptimo vuelo de prueba del cohete Starship de SpaceX, se produjo una falla en la etapa superior de la nave. El cohete impulsor fallo pero regreso a tierra y automaticamente.

 

Huber Matos Araluce

Enero 17 de 2025

San José, Costa Rica

 

 

 

 

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BIDEN ECHANDO AGUA A UN BALDE ROTO

 


La reciente decisión de la administración Biden de retirar a la dictadura en Cuba de la lista de patrocinadores estatales del terrorismo a cambio de la liberación de 553 presos políticos plantea serias preguntas sobre su impacto real y el costo diplomático de este gesto. Aunque la liberación de prisioneros es sin duda un alivio para las familias afectadas, el trasfondo de este acuerdo deja en evidencia un intercambio desigual y, en muchos aspectos, simbólico, que beneficia más al régimen castrista que al pueblo cubano.

 

Un gesto vacío en un contexto represivo

 

El régimen castrsita, conocido por su aparato de represión sistemática, utiliza la detención arbitraria como una herramienta para mantener el control social y perpetuar el miedo entre la población. Las estimaciones sugieren que más de 1,000 presos políticos permanecen encarcelados, y cada mes se detienen a docenas de personas por expresar su descontento con el gobierno. Además, el número de detenciones arbitrarias diarias por "protestas menores" o "comportamientos inapropiados" refleja la naturaleza constante y abrumadora de la represión.

 

En este contexto, liberar a 553 presos es como vaciar un balde de agua que se sigue llenando sin cesar. Cada uno de estos presos puede ser reemplazado en cuestión de días o semanas, gracias a un sistema que criminaliza cualquier acto de disidencia o simple protesta ante los abusos cotidianos de las autoridades. Mientras el aparato represivo permanezca intacto, el impacto real de esta liberación será mínimo, tanto para la población cubana como para el panorama político internacional.

 

El costo diplomático del acuerdo

 

El régimen cubano obtiene un triunfo significativo con esta decisión. Ser retirado de la lista de patrocinadores estatales del terrorismo no solo reduce el estigma diplomático, sino que también abre la puerta a la posibilidad de alivios financieros y comerciales. Bancos e instituciones internacionales, que antes evitaban cualquier vínculo con Cuba por temor a sanciones, podrían reconsiderar sus políticas.

 

Sin embargo, Estados Unidos, a cambio de este gesto, recibe poco más que una liberación simbólica de presos que ni siquiera representa un compromiso real con el respeto a los derechos humanos. El castrismo mantiene intacto su aparato represivo, y no hay indicios de que este acuerdo marque el inicio de reformas estructurales o un cambio de dirección política.

 

Beneficios para el castrismo, no para el pueblo

 

La decisión también refuerza la narrativa del régimen, que puede presentarse como una víctima de las sanciones y al mismo tiempo como un "negociador eficaz" en la arena internacional. Para el pueblo cubano, que enfrenta la peor crisis económica en décadas, la escasez de alimentos y medicinas, y apagones constantes, este acuerdo no trae alivio tangible. El miedo sigue siendo la herramienta principal del gobierno para mantener el control, y el mensaje es claro: el régimen puede negociar a nivel internacional sin ceder ni un ápice de su poder interno.

 

Un error estratégico de la administración Biden

 

Desde la perspectiva de Estados Unidos, este acuerdo representa una concesión diplomática significativa sin garantías de progreso real. Al "premiar" al régimen con la eliminación de su designación como patrocinador del terrorismo, la administración Biden debilita la presión internacional sobre el gobierno cubano y socava las demandas de democratización y respeto a los derechos humanos.

 

Conclusión: Una gota en un balde roto

 

El generoso acuerdo de Biden con el castrismo es un gesto que, en el mejor de los casos, aporta alivio temporal a 553 familias, pero no aborda las raíces de la represión ni mejora las condiciones de vida del pueblo cubano. Mientras el régimen continúe llenando el balde con detenciones arbitrarias y manteniendo un estado de terror, este tipo de gestos no serán más que una gota en un balde roto: simbólicos, pero ineficaces.

 

Si Estados Unidos realmente busca apoyar al pueblo cubano, necesitaría adoptar una estrategia que combine presión diplomática y económica sostenida, apoyo a los derechos humanos y un enfoque que defienda la integridad física de los cubanos ante la represion por sus exigencias y acciones a favor de un cambio de régimen.  Los gobiernos democráticos del mundo, especialmente los de este continente deben comprometerse a dar la asistencia que sea necesaria al pueblo cubano para que alcance su libertad.

 

Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

 

 

 

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CUBA, NICARAGUA Y VENEZUELA EN UN MUNDO EN CAOS

 


En el día de ayer, enero 3 de 2025, un artículo escrito por By Holman W. Jenkins*, Jr. y publicado en el periódico WSJ refleja los comentarios hipotéticos del actual Secretario de Defensa de los Estados Unidos el General Lloyd Austin. El título del artículo es:

 

La guerra en Ucrania en el retrovisor del equipo Biden

Lo que la administración saliente podría estar pensando sobre un mundo que deja en caos.

 

Este discurso hipotético de despedida del Secretario de Defensa ofrecería un resumen franco y quizás deliberadamente provocador sobre los principales temas de seguridad global desde una perspectiva estadounidense. Aunque el editorial no menciona a las dictaduras en Cuba, Nicaragua y Venezuela, hemos creído oportuno agregar el papel que podrían jugar estos tres regímenes en los planes contra Estados Unidos y el mundo democrático.

 

1. Contexto del discurso

 

    Tono y lugar: El escenario en la cafetería del Pentágono y el humor inicial establecen un tono casual pero reflexivo, sugiriendo que el Secretario habla de manera informal pero con un propósito claro.

    Significado de la despedida: La "charla de despedida" implica una reflexión personal y estratégica sobre los desafíos actuales de defensa y el legado percibido del Secretario.

 

2. El conflicto entre Rusia y Ucrania

 

    Fracasos de Putin: Se enfatiza el error de cálculo de Putin en la invasión de Ucrania, destacando sus fallas estratégicas, como las grandes pérdidas de tropas y la falta de recursos.

    Papel de EE. UU. y la OTAN: Se reconoce que, aunque la guerra es costosa para Rusia, beneficia a los intereses estadounidenses al debilitar a un rival geopolítico.

    Ambivalencia estratégica: EE. UU. parece estar satisfecho con un "resultado de segunda mejor opción": prolongar el conflicto para agotar los recursos rusos, sin buscar una derrota definitiva.

 

3. Críticas a la política de EE. UU.

 

    Oportunidades perdidas: El discurso critica a la administración por no aumentar el presupuesto de defensa, lo que el Secretario considera una oportunidad perdida para proyectar fuerza y disuadir a los adversarios.

    Frustración con el Congreso: Se mencionan los retrasos bipartidistas en los paquetes de ayuda como puntos de frustración.

 

4. El papel de China y la lucha por el poder global

 

    Desafíos de China: El Secretario percibe el apoyo de China a Rusia y Corea del Norte como un arma de doble filo, que arrastra a Pekín a complicaciones que quizás no desee por completo.

    Riesgos nucleares emergentes: Se insinúa la complejidad del panorama nuclear moderno, contrastándolo con la dinámica más sencilla de la Guerra Fría.

 

5. Amenazas emergentes y lecciones de la historia

 

    Amenazas no tradicionales: El discurso subraya riesgos no convencionales, como sistemas de entrega nuclear disfrazados en contextos civiles, y llama a medidas defensivas innovadoras.

    Lecciones históricas: Las referencias a Pearl Harbor y Barbarroja recuerdan que los ataques sorpresa pueden desbaratar incluso las estrategias mejor planificadas.

    Forenses nucleares: Se enfoca en identificar y responder a "ataques nucleares sin dirección de retorno", enfatizando los desafíos de atribución en la guerra moderna.

 

6. Consejo final y reflexión

 

    Precaución ante la complacencia: El Secretario insta a la vigilancia, particularmente contra regímenes que tienen poco que perder y podrían actuar de manera imprudente.

    Disuasión compleja: La disuasión multinacional en el mundo actual se presenta como más precaria e impredecible que el enfrentamiento EE. UU.-URSS durante la Guerra Fría.

    Optimismo y sobriedad: Aunque el tono es mayormente sobrio, el saludo de Año Nuevo cierra el discurso con una nota personal y esperanzadora.

 

Comentario sobre la importancia estratégica de Cuba, Nicaragua y Venezuela

 

En este panorama global, los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela juegan un papel estratégico como satélites de influencia para actores globales como Rusia y China en el hemisferio occidental. Su importancia radica en varios factores clave:

 

    Proyección de poder ruso y chino:

       

Estos regímenes ofrecen a Moscú y Pekín puntos de apoyo cerca del territorio estadounidense. Esto incluye potenciales plataformas para operaciones de inteligencia, influencia política y, en escenarios más extremos, actividades militares o logísticas.

 

    Desafíos a la doctrina Monroe:

        La presencia activa de Rusia y China en estos países socava la tradicional hegemonía de EE. UU. en América Latina, obligando a Washington a dispersar recursos para contener su influencia en su propia "esfera de influencia".

 

    Narcotráfico y crimen organizado:

 

        Venezuela y Nicaragua, en particular, están vinculados al tráfico de drogas y redes criminales que representan amenazas de seguridad indirectas pero significativas para EE. UU. La inestabilidad generada puede ser explotada por rivales para distraer y debilitar la atención estadounidense.

 

    Base de apoyo en organizaciones internacionales:

 

        Cuba, Nicaragua y Venezuela a menudo actúan como aliados automáticos de Rusia y China en foros internacionales, como la ONU, bloqueando resoluciones o respaldando iniciativas contrarias a los intereses occidentales.

 

    Potenciales bases militares o logísticas:

 

        La alianza militar entre estos regímenes y Rusia (e incluso China) plantea la posibilidad de bases de avanzada en el Caribe o Centroamérica, recordando las tensiones de la Crisis de los Misiles de 1962.

 

    Desinformación e influencia ideológica:

 

        Estos regímenes sirven como centros para campañas de desinformación dirigidas contra EE. UU. en la región, promoviendo narrativas antioccidentales que debilitan el respaldo público a las políticas estadounidenses.

 

Conclusión

 

Cuba, Nicaragua y Venezuela son activos estratégicos para potencias rivales de EE. UU., y su relevancia aumenta en un contexto global multipolar y competitivo. Aunque no representan amenazas militares directas inmediatas, su alineación con Rusia y China complica la postura estratégica de EE. UU. en el hemisferio y subraya la necesidad de una política más proactiva en América Latina.

 

* Holman W. Jenkins  es un miembro del Consejo Editorial del WSJ.

 

Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

Enero de 2025

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