Los Castro y el camino de las balas en Venezuela
En el campo de batalla de Venezuela hay dos caminos: el de los votos o el de las balas. La oposición prefiere el de los votos porque con certeza ganará el referendo y habría menos riesgo de un golpe de estado. Los castro chavistas lo saben y por eso escogen el de las balas en lugar de perder el poder mansamente. Ellos están organizados, entrenados y apertrechados para la violencia contra el pueblo. Han decidido jugarse el poder masacrando a la juventud en las calles. Prefieren hasta un golpe militar que quedarse sin legitimidad por la vía de las urnas.
Para tomar el camino del revocatorio hacen falta dos voluntades, la de la oposición y la del gobierno pero, para tomar el camino de la balas solo hace falta una, la del eje castro chavista. Además, los Castro pueden estar calculando que al apoyar el camino de la violencia se pueden negociar concesiones con el ejército venezolano, con el gobierno de Obama y con otros gobiernos.
No es fácil evaluar las opciones en Venezuela sin entender que el destino del castrismo en Cuba está íntimamente ligado al de Maduro y los procastristas venezolanos. Si Nicolás Maduro pierde la presidencia en un referendo, Fidel y Raúl Castro se enfrentarían a una grave situación en Cuba.
El régimen en la Isla se quedaría sin más de 8.500 millones de dólares de subvención venezolana, las consecuencias serían desastrosas. Ni con el turismo estadounidense ni con el levantamiento del embargo podrían sustituirse esos ingresos. Además, el impacto político en Cuba de un cambio pacífico en Venezuela podría ser el epitafio de un régimen que sobrevive saqueando a Venezuela.
Maduro y los Castro creen que tienen una posibilidad de imponerse por la vía de la represión. Con un golpe rápido y radical pueden eliminar la dirigencia de la oposición como hicieron con Leopoldo López, o aun peor. Ni les importan ni les preocupan los muertos porque la lección de Venezuela le serviría de advertencia al pueblo cubano para que sepa que las calles de Cuba se anegarán de sangre si algún día intenta enfrentar al régimen.
Las Fuerzas Armadas venezolanas son una incógnita, pueden obligar a Maduro por el camino del revocatorio conscientes de que lo perderá, o dejarlo que tome el de la violencia y decidir en la marcha si lo apoyan o lo sacrifican. Mientras tanto, los jóvenes venezolanos tendrían que lanzarse a las calles y jugarse la vida por los derechos que están obligados a defender los militares.
La oposición apela a la comunidad internacional para que presione a los que quieren definir la contienda por la vía de las balas. Es una estrategia inteligente pero sin garantías. El Secretario General de la OEA está por el referendo pero poco podrá hacer sin un apoyo contundente de la mayoría de los estados miembros. Si la izquierda demagógica latinoamericana y la indecisión de Obama se imponen, la inefectividad de la OEA será la luz verde para Nicolás Maduro.
Estamos ante la tragedia de un pueblo valiente pero desarmado luchando contra una dictadura a la que se le sobran recursos y falta de escrúpulos.
Los venezolanos pueden triunfar pero además de astucia y heroísmo necesitan desesperadamente el respaldo moral y material de los demócratas del mundo.
Por Huber Matos Araluce
Patria, Pueblo y Libertad