EUROPA NO PUEDE ESPERAR POR TRUMP
Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica
Ucrania sí puede obligar a Rusia a retirarse de su territorio. Tiene, como reconoció recientemente el presidente de Finlandia, el mejor ejército del mundo: el más innovador, el más resiliente y el más probado en combate real. Pero para transformar esa capacidad en victoria necesita algo que ningún ejército moderno puede generar por sí solo: apoyo material sostenido. Y ese apoyo no vendrá de Estados Unidos, porque simplemente no está en la agenda de Donald Trump. Si Ucrania va a ganar —y si Europa quiere evitar una guerra mucho mayor— ese apoyo solo puede venir de los países europeos y de aliados de otras regiones que comprenden una verdad elemental: el triunfo de Putin sobre Ucrania sería el preludio de una nueva catástrofe continental. Putin es hoy para Europa lo que Hitler fue en su momento: un agresor que sólo entiende la fuerza y que interpreta la debilidad como una invitación.
Trump quiere en ucraniana un acuerdo que satisfaga a su base política en Estados Unidos. Mientras Ucrania demuestra cada día su superioridad táctica y estratégica, Washington envía señales contradictorias. Su prioridad no es Europa sino la narrativa interna. Por eso Ucrania no puede basar su victoria en un apoyo estadounidense que depende de circunstancias electorales.
Europa empieza a comprender el riesgo: si Ucrania cae, la guerra se acerca. Cada capital europea que observa el frente entiende ahora algo fundamental: si Ucrania pierde, no habrá paz. Habrá una guerra más cercana, más directa y más peligrosa. Una Rusia “victoriosa” saldría reforzada, expandida y convencida de que las invasiones funcionan, que las amenazas nucleares detienen a Occidente y que las democracias europeas carecen de voluntad estratégica. Eso abriría la puerta a nuevas agresiones en Moldavia, los países bálticos, Polonia o el Mar Negro. Europa enfrenta una simple disyuntiva: ayudar decisivamente a Ucrania hoy o enfrentar frontalmente a Rusia mañana.
Europa y sus aliados SÍ pueden darle a Ucrania lo necesario para ganar. La Unión Europea, el Reino Unido, los países bálticos y nórdicos, junto con aliados como Canadá, Japón y Corea del Sur, poseen la economía para superar a Rusia, la industria militar más avanzada del mundo después de Estados Unidos, misiles de precisión, defensa aérea moderna, capacidad para producir millones de municiones y voluntad creciente de actuar. No necesitan la aprobación de Washington. Lo que necesitan es decisión, coordinación y claridad estratégica. Con ese esfuerzo, Ucrania —el mejor ejército del mundo— puede expulsar a Rusia, destruir su maquinaria ofensiva y forzar una paz justa.
Conclusión: la victoria depende de esa parte de Occidente en peligro inminente. Ucrania no pide soldados extranjeros. Pide las herramientas para terminar una guerra que, si la pierde, no se detendrá en Kyiv, sino que llegará al corazón de Europa. Europa ya vivió con Hitler lo que ocurre cuando un agresor es subestimado. Putin es su prueba actual. Y Ucrania es su primera línea de defensa.


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