miércoles, 21 de octubre de 2020

Mi padre no fue cobarde ni tonto

Decir que mi padre: “No se pronunció militarmente a pesar de que cientos de militares a su mando estaban dispuestos a cumplir la orden de rebelión si la hubiese dispuesto”* es una afirmación temeraria que para mucha gente que no sabe lo que pasó en Camagüey el 21 de octubre de 1959 puede interpretarse como una cobardía de Huber Matos.

 

Aquellos humildes guajiros -soldados rebeldes- que estaban bajo las órdenes de Huber Matos acababan de bajar de la Sierra Maestra; con ellos compartí muchas, muchas horas, estaban muy confundidos con lo que estaba pasando. Eran revolucionarios y sobre todo fidelistas hasta la médula. 

 

Desde la madrugada del 21 de octubre, Orestes Varela y Jorge Enrique Mendoza oficiales enviados por Fidel a tomar las estaciones de radio de Camagüey, agitaban al pueblo diciendo que había un levantamiento contra la Revolución en el Cuartel Agramonte. Los guajiros estaban ofendidos. ¿Ellos conspirando contra la Revolución?  ¡Jamás!

 

Si mi padre les hubiera pedido a aquellos guajiros que se levantaran en armas por las ofensas que se lanzaban por radio, al único que habrían podido matar era a Camilo Cienfuegos y a su grupo de soldados que se aparecieron pacíficamente en el Regimiento Agramonte a ver qué estaba pasando.  Camilo había sido enviado por Fidel para que cayera en la trampa.

 

Eso era exactamente lo que pretendía Fidel Castro que se mantuvo alejado de los hechos hasta que se sintió seguro.  Entonces, con Camilo Cienfuegos asesinado en una emboscada dentro del regimiento, la turba fidelista habría asaltado al regimiento y habría asesinado a todo el que estuviera adentro.

 

Era el escenario perfecto para eliminar a Huber Matos y a Camilo Cienfuegos de una vez y que nadie le pusiera atención a la denuncia con que mi padre quería alertar al pueblo de la conspiración comunista que se estaba fraguando.

 

Mi padre no fue cobarde ni tonto.  Su propósito era la denuncia de la conspiración aunque lo fusilaran. Ni huyó, que pudo hacerlo, ni se plegó en el juicio en su contra, ante Fidel ni Raúl. Por el contrario, los puso en aprietos en los careos que se llevaron a acabo. No lo pudieron callar ni intimidar con una sentencia al paredón. Ni se rindió durante dos décadas de prisión.

 

Huber Matos siempre fue un hombre valiente y audaz, lo siguió siendo hasta el último día de su vida. Cito a Luis Cino: “A Huber Matos, el comandante de la columna 9, cuyas acciones fueron  decisivas para la victoria rebelde, quisieron eliminarlo de la Historia  por oponerse a la instauración de un régimen totalitario”.

 

Por Huber Matos Araluce

San José. Costa Rica

Octubre 21 de 2020

 

* Por Pedro Corzo

El 21 de octubre de 1959, es  un hito en la historia de la lucha contra el totalitarismo en Cuba.

Fue el comandante Huber Matos, quien pagó con 20 años de presidio,  denunciar sin violencia la fuerte penetración marxista en el proceso revolucionario. Matos, en un gesto de supremo civismo, reclamo derechos sin empuñar las armas.

No se pronunció militarmente a pesar de que cientos de militares a su mando estaban dispuestos a cumplir la orden de rebelión si la hubiese dispuesto. 

El pueblo cubano ha usado todas las variantes para derrotar el totalitarismo y estoy convencido que lo seguira haciendo hasta destruirlo.



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