LA MEMORIA SELECTIVA DE LOS RUSOS DE PUTIN
Septiembre 22 de 1939. De izquierda a derecha los oficiales alemanesTeniente General Mauritz von Wiktorin, el General de la Fuerza Blindada Heinz Guderian y el Brigadier soviético Kombrig Semyon Krivoshein en la ciudad de Brest-Litovsk en un desfile militar que demarcaba la repartición de Polonia entre Alemania y la URSS.
Este 9 de mayo los rusos celebraron en la Plaza Roja en Moscú el Día de la Victoria. El 78 aniversario de la derrota de Hitler. En realidad la rendición incondicional de Alemania se concretó el 7 de mayo de 1945 en la sede del Comando Supremo Aliado en Reims, Francia. Ese día el documento fue firmado por el General Alfred Jodl en representación del Alto Comando Alemán y por los Aliados el General Dwight D. Eisenhower, Comandante Supremo de la Fuerza Aliada Expedicionaria y representantes de Francia, el Reino Unido y la Unión Soviética. Pero, accediendo al capricho de Stalin, otro acto de rendición de Alemania ante la Unión Soviética fue firmado dos días después en Berlín entre el general alemán Wilhelm Keitel, y el mariscal ruso Georgy Zhukov. Fue una maniobra de Stalin para que la URSS pudiera celebrar su victoria contra Alemania como el Día de la Victoria.
Casi ocho décadas después, este 9 de mayo de 2023, aquel ardid de Stalin le sirvió a Putin para celebrar otro Día de la Victoria en el que habló escasamente 10 minutos. No hubo, por supuesto, de su parte ninguna mención al hecho de que la URSS y Hitler fueron aliados a principios de aquella terrible II Guerra Mundial, en la que murieron 80 millones de personas, ni tampoco que una vez rota esa alianza por decisión de Hitler, la ayuda de los Estados Unidos a la URSS fue la que le permitió, ya fortalecida, luchar contra Alemania.
Sin los Estados Unidos la URSS habría tenido un papel diferente en aquel conflicto. La invasión alemana a la URSS, la operación Barbarossa, fue una acción masiva que involucró inicialmente a tres millones de soldados alemanes. A los seis meses los alemanes ya habían capturado tres millones de prisioneros rusos, el Ejército Rojo había sufrido 4.3 millones entre muertos y heridos. Desde los binoculares de los tanques los oficiales alemanes podían ver las esferas del Kremlin. Hitler escogió ese nombre por su admiración a Frederick Barbarossa, emperador romano del siglo 12, famoso por sus hazañas militares.
Los estadounidenses modernizaron las fuerzas armadas de la URSS con tanques de guerra, aviones, armas, vehículos etc., que los rusos usaron en el frente oriental. También fueron claves en reponer y modernizar la industria soviética por el daño sufrido durante la ofensiva alemana. Maquinaria, materias primas y experiencia estadounidense mejoró y aumento los niveles de producción de la URSS. Además, Estados Unidos envió cantidades sustanciales de alimentos y suministros para sostener a la población y al ejército soviético.
Putin, que lanzó una invasión a Ucrania con el propósito de “desnazificarla”, haciéndole creer a los rusos que él es el gran anti nazi, ha silenciado el hecho de que la Unión Soviética como aliada de Hitler facilitó la invasión alemana contra varios países de Europa a cambio de obtener parte del botín.
Mientras a principios de 1939 Stalin conversaba con Inglaterra y Francia un acuerdo militar para contener el expansionismo de Hitler, secretamente negociaba con Hitler lo que llegó a ser el Pacto Molotov-Ribbentrop entre Alemania y la Unión Soviética firmado ese mismo año, que permitió a Alemania evitar una guerra en dos frentes y le facilitó a Hitler sus conquistas militares iniciales.
Bajo la sombra de ese pacto la URSS cometió uno de los crímenes más repulsivos de la Segunda Guerra Mundial. Entre marzo y mayo de 1940 fueron asesinados, uno a uno, 22.000 polacos, la flor y nata del ejército de Polonia, incluyendo políticos, artistas e intelectuales. La matanza de los Bosques de Katyn fue ordenada por Stalin a su jefe de la NKVD, Laurenti Beria.
El pacto fue traicionado por Hitler en Junio de 1941 cuando lanzó la operación Barbarosa. Fue entonces que la URSS cambió su actitud hacia Hitler y eventualmente se unió a los Aliados contra Alemania. Si Hitler por ambición, no hubiera invadido a la URSS, la alianza entre estos dos regímenes sanguinarios pudo haber sido mucho más desbastadora para la humanidad.
En este Día de la Victoria en la Plaza Roja Putin no pudo esconder la preocupación por sus fracasos. Los de la invasión a Ucrania y su aislamiento del mundo Occidental, donde se le trató como un estadista moderno. En su corto y cansón discurso describió con todo cinismo a Rusia como la víctima de una confabulación de los Estados Unidos y todos los grandes intereses que se oponen a la independencia y la libertad de los pueblos. El acto que tradicionalmente duraba hasta tres horas no paso de 45 minutos y fue cerrado al público.
En 24 ciudades de su imperio fueron canceladas las celebraciones, dicen que por temor a ataques, pero hasta en Siberia, lejos del alcance de los drones se suspendió la actividad. Tal vez Putin temía que hubiera manifestaciones honrando o protestando por los miles de muertos de la invasión a Ucrania, donde, ese mismo día, el de la Victoria, en lugar de la toma definitiva de Bajmut en Ucrania, la brigada 72ª del ejército ruso se replegó en el frente sur, sufriendo considerables daños, ante el intenso ataque de las fuerzas ucranianas.
Huber Matos Araluce
San José, Costa Rica
Mayo 11 de 2023
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