jueves, 10 de julio de 2025

🇧🇷 Brasil en crisis: la apuesta de Lula, su alineamiento con los BRICS y el regreso de Bolsonaro

 


Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

A medida que Brasil entra en la recta final hacia las elecciones generales de 2026, el panorama político y económico del país se vuelve cada vez más inestable. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva —quien fuera en su momento un ícono global del progresismo— enfrenta ahora los mayores desafíos de su carrera política. Desde promesas económicas incumplidas hasta apuestas geopolíticas arriesgadas, su gobierno se encuentra hoy aislado en el plano internacional y con una popularidad menguante en el ámbito interno. Mientras tanto, Jair Bolsonaro, a pesar de estar acusado penalmente e inhabilitado para ejercer cargos públicos, recupera influencia a una velocidad sorprendente.

  1. El fracaso económico de Lula: El tercer mandato de Lula ha estado marcado por la parálisis y las expectativas incumplidas. A pesar de prometer una reactivación del crecimiento industrial y programas sociales, no logró presentar un plan creíble para estimular la inversión o la productividad. Su actitud confrontativa con el Banco Central asustó a los inversores y no consiguió reducir la inflación. La confianza pública se ha erosionado, y su aprobación ha caído por debajo del 30%.

  2. El alineamiento con los BRICS: un error de cálculo geopolítico Lula redobló la apuesta por sus vínculos con Rusia, China e Irán a través de los BRICS, ignorando el riesgo del regreso de Trump al poder en EE. UU. Ahora, con Trump amenazando con imponer aranceles del 50% a los productos brasileños, Brasil ha quedado en la mira de Washington. Un país dependiente del comercio con EE. UU. es ahora percibido como aliado de sus adversarios.

Que a pesar de que Estados Unidos ha tratado a Brasil como un aliado en Latinoamérica, Lula se comporta como un enemigo. En la reunión de la OEA donde se discutió el fraude electoral de Maduro en Venezuela, Brasil no apoyó la moción de condena y, por el contrario, se abstuvo, al igual que Petro de Colombia. La posterior exigencia de Lula de que se hicieran públicas las actas electorales venezolanas fue una reacción sin peso político ni público: el daño ya estaba hecho. Además, Lula ha sido un permanente amigo y aliado de la dictadura castrista en Cuba. Todo esto ha mantenido a Washington en guardia.

  1. Un panorama sombrío para la reelección de Lula El tiempo se agota. El crecimiento económico es débil, la inflación persiste y el real se ha depreciado. Con los aranceles estadounidenses en el horizonte, el gobierno de Lula tiene poco margen de maniobra. Su retórica confrontativa ya no tiene eco. Sin resultados tangibles, sus posibilidades de reelección se desvanecen.

  2. Bolsonaro: acusado penalmente pero políticamente resiliente Aunque está inhabilitado para postularse, la imagen de Bolsonaro como mártir político se fortalece. Sus seguidores siguen movilizados, y el respaldo de Trump impulsa su impulso político. Si no es Bolsonaro, figuras como Michelle Bolsonaro o Tarcísio de Freitas podrían desafiar el debilitado liderazgo de Lula.

  3. Aranceles: una guerra que Brasil no puede permitirse Los aranceles propuestos por Trump podrían devastar la economía brasileña. EE. UU. es el segundo socio comercial de Brasil. Los aranceles amenazan empleos, aumentan la inflación y perturban sectores clave. Brasil carece de poder de negociación, mientras que la economía estadounidense está en gran medida protegida. El desequilibrio resalta la vulnerabilidad brasileña.

Conclusión: el punto de inflexión de Brasil. La presidencia de Lula está en una encrucijada. Los errores en política exterior y economía pueden entregar la victoria a la oposición. Ya sea a través de Bolsonaro o de sus aliados, la derecha política está lista para regresar. Las tensiones entre EE. UU. y Brasil continúan en aumento, y el próximo año podría determinar si Brasil sigue siendo una democracia soberana o cae en una nueva ola de turbulencia populista.

 

English version

🇧🇷 Brazil in Crisis: Lula’s Gamble, BRICS Realignment, and the Return of Bolsonaro

By Huber Matos Araluce, San Jose, Costa Rica

As Brazil approaches the final stretch before its 2026 general elections, the political and economic landscape is increasingly unstable. President Luiz Inácio Lula da Silva—once a global icon of progressive governance—is facing the steepest challenges of his political life. From unfulfilled economic promises to risky geopolitical bets, Lula’s administration now finds itself isolated abroad and unpopular at home. Meanwhile, Jair Bolsonaro, despite facing criminal charges and an electoral ban, is regaining influence with surprising speed.

  1. Lula’s Failure to Deliver Economic Relief: Lula's third term has been marked by stagnation and unmet expectations. Despite promises to revive industrial growth and social programs, he failed to present a credible plan to stimulate investment or productivity. His confrontational stance with the Central Bank spooked investors and failed to bring down inflation. Public confidence has eroded, and his approval ratings have dropped below 30%.

  2. BRICS Alignment: Misreading the Global Chessboard Lula doubled down on ties with Russia, China, and Iran through BRICS, ignoring the risk of Trump's return to power in the U.S. Now, with Trump threatening 50% tariffs on Brazilian goods, Brazil has landed in Washington's crosshairs. A nation dependent on U.S. trade is now perceived as an ally of U.S. adversaries.

Despite the fact that the United States has treated Brazil as a regional ally, Lula behaves like an adversary. At the OAS meeting where Maduro’s electoral fraud in Venezuela was discussed, Brazil did not support the motion to condemn and, like Petro's Colombia, abstained. Lula’s later demand for the release of the Venezuelan electoral records was a politically and publicly ineffective gesture—the damage was already done. Furthermore, Lula has been a consistent friend and ally of the Cuban dictatorship. All of this has kept Washington on alert.

  1. A Bleak Outlook for Lula’s Reelection Time is running out. Economic growth is weak, inflation persists, and the real has lost value. With U.S. tariffs looming, Lula's government has little room to maneuver. His confrontational rhetoric no longer resonates. Without tangible results, his reelection chances are fading.

  2. Bolsonaro: Criminally Accused but Politically Resilient Though barred from running, Bolsonaro’s image as a political martyr strengthens. His supporters remain mobilized, and Trump’s endorsement fuels his momentum. If not Bolsonaro himself, figures like Michelle Bolsonaro or Tarcísio de Freitas could challenge Lula’s weakened leadership.

  3. Tariffs: A War Brazil Cannot Afford Trump's proposed tariffs could devastate Brazil's economy. The U.S. is Brazil's second-largest trade partner. Tariffs threaten jobs, fuel inflation, and disrupt key sectors. Brazil lacks leverage, while the U.S. economy is largely shielded. The imbalance underscores Brazil’s vulnerability.

Conclusion: Brazil’s Tipping Point Lula’s presidency is at a crossroads. Missteps in foreign policy and economics may hand the opposition a victory. Whether through Bolsonaro or his allies, the political right is poised to return. U.S.-Brazil tensions continue to rise, and the coming year could determine whether Brazil remains a sovereign democracy or falls into renewed populist upheaval.

Version française

🇧🇷 Le Brésil en crise : le pari de Lula, son alignement avec les BRICS et le retour de Bolsonaro

Par Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

À l’approche des élections générales de 2026, le paysage politique et économique du Brésil devient de plus en plus instable. Le président Luiz Inácio Lula da Silva — autrefois icône mondiale de la gouvernance progressiste — fait face aux plus grands défis de sa carrière politique. Entre promesses économiques non tenues et paris géopolitiques risqués, son gouvernement se retrouve aujourd’hui isolé à l’étranger et impopulaire à l’intérieur. Pendant ce temps, Jair Bolsonaro, malgré des accusations pénales et une interdiction électorale, regagne de l’influence à une vitesse surprenante.

  1. L’échec économique de Lula: Le troisième mandat de Lula est marqué par la stagnation et des attentes déçues. Malgré ses promesses de relance industrielle et sociale, il n’a pas su présenter un plan crédible pour stimuler l’investissement ou la productivité. Son ton agressif face à la Banque centrale a effrayé les investisseurs sans faire baisser l’inflation. La confiance publique s’est érodée, et son taux d’approbation est tombé sous les 30 %.

  2. Alignement BRICS : une erreur de calcul géopolitique Lula a renforcé les liens avec la Russie, la Chine et l’Iran via les BRICS, ignorant le risque d’un retour de Trump à la Maison-Blanche. Aujourd’hui, avec la menace de tarifs de 50 % sur les exportations brésiliennes, le Brésil est dans la ligne de mire de Washington. Un pays dépendant du commerce américain est désormais vu comme un allié de ses adversaires.

Bien que les États-Unis aient traité le Brésil comme un allié régional, Lula agit comme un ennemi. Lors de la réunion de l’OEA sur la fraude électorale de Maduro au Venezuela, le Brésil et la Colombie de Petro se sont abstenus. Plus tard, Lula a exigé la publication des procès-verbaux électoraux, un geste politiquement sans effet : le mal était déjà fait. Lula a également été un allié fidèle de la dictature castriste à Cuba. Tout cela a maintenu Washington en état d’alerte.

  1. Une réélection compromise Le temps presse. La croissance économique est faible, l’inflation persiste, et le real a perdu de sa valeur. Avec les tarifs américains à l’horizon, Lula dispose de peu de marge de manœuvre. Sa rhétorique agressive ne convainc plus. Sans résultats concrets, ses chances de réélection s’amenuisent.

  2. Bolsonaro : accusé mais politiquement résilient Bien qu’inéligible, Bolsonaro gagne en stature de martyr politique. Ses partisans restent mobilisés, et le soutien de Trump renforce sa dynamique. Si ce n’est pas lui, des figures comme Michelle Bolsonaro ou Tarcísio de Freitas pourraient défier Lula.

  3. Tarifs douaniers : une guerre que le Brésil ne peut se permettre Les tarifs annoncés par Trump pourraient dévaster l’économie brésilienne. Les États-Unis sont le deuxième partenaire commercial du Brésil. Ces mesures menacent l’emploi, alimentent l’inflation et désorganisent des secteurs clés. Le Brésil manque de levier, tandis que l’économie américaine est protégée. Le déséquilibre souligne la vulnérabilité du Brésil.

Conclusion : le point de bascule du Brésil La présidence de Lula est à la croisée des chemins. Ses erreurs économiques et diplomatiques pourraient ouvrir la voie à l’opposition. Que ce soit via Bolsonaro ou ses alliés, la droite politique se prépare à revenir. Les tensions entre les États-Unis et le Brésil augmentent, et l’année à venir pourrait décider si le Brésil reste une démocratie souveraine ou plonge à nouveau dans la tourmente populiste.


Versione italiana

🇧🇷 Il Brasile in crisi: la scommessa di Lula, l’allineamento ai BRICS e il ritorno di Bolsonaro

Di Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Avvicinandosi alle elezioni generali del 2026, lo scenario politico ed economico del Brasile appare sempre più instabile. Il presidente Luiz Inácio Lula da Silva — un tempo icona mondiale del progressismo — affronta le sfide più dure della sua carriera politica. Tra promesse economiche disattese e scelte geopolitiche rischiose, il suo governo è ora isolato a livello internazionale e impopolare in patria. Nel frattempo, Jair Bolsonaro, nonostante le accuse penali e l’interdizione dai pubblici uffici, sta rapidamente riconquistando terreno.

  1. Il fallimento economico di Lula: Il terzo mandato di Lula è segnato da stagnazione e aspettative tradite. Nonostante gli impegni per rilanciare l’industria e i programmi sociali, non ha presentato un piano credibile per stimolare investimenti e produttività. Il suo atteggiamento conflittuale con la Banca centrale ha spaventato gli investitori senza calmare l’inflazione. La fiducia pubblica è crollata e il suo consenso è sceso sotto il 30%.

  2. Allineamento con i BRICS: un errore strategico Lula ha rafforzato i legami con Russia, Cina e Iran attraverso i BRICS, ignorando il rischio del ritorno di Trump alla Casa Bianca. Ora, con la minaccia di dazi del 50% sulle esportazioni brasiliane, il Brasile è nel mirino di Washington. Un paese dipendente dal commercio con gli Stati Uniti è visto come alleato dei loro avversari.

Sebbene gli Stati Uniti abbiano trattato il Brasile come un alleato regionale, Lula si comporta da avversario. Alla riunione dell’OEA sul presunto broglio elettorale di Maduro in Venezuela, il Brasile e la Colombia di Petro si sono astenuti. Più tardi, Lula ha chiesto la pubblicazione dei verbali elettorali, ma il gesto è stato politicamente inefficace: il danno era già fatto. Inoltre, Lula è da tempo un alleato del regime castrista cubano. Tutto questo tiene Washington in stato di allerta.

  1. Prospettive nere per la rielezione di Lula Il tempo stringe. La crescita è debole, l’inflazione persistente e il real in calo. Con i dazi statunitensi in arrivo, Lula ha scarse opzioni. La sua retorica aggressiva non convince più. Senza risultati concreti, le sue possibilità di rielezione sono in forte calo.

  2. Bolsonaro: accusato ma ancora influente Sebbene non possa candidarsi, l’immagine di Bolsonaro come vittima politica si rafforza. I suoi sostenitori restano mobilitati, e il sostegno di Trump alimenta il suo slancio. Se non lui, Michelle Bolsonaro o Tarcísio de Freitas potrebbero sfidare Lula.

  3. Dazi: una guerra che il Brasile non può permettersi I dazi proposti da Trump potrebbero colpire duramente l’economia brasiliana. Gli Stati Uniti sono il secondo partner commerciale del Brasile. I dazi minacciano occupazione, inflazione e settori strategici. Il Brasile ha poco margine di manovra, mentre l’economia americana è protetta. Il divario evidenzia la vulnerabilità brasiliana.

Conclusione: il bivio del Brasile La presidenza di Lula è a un punto critico. Gli errori in politica estera ed economia potrebbero consegnare la vittoria all’opposizione. Sia con Bolsonaro che con i suoi alleati, la destra è pronta al ritorno. Le tensioni con gli Stati Uniti aumentano, e l’anno che viene sarà decisivo per il futuro democratico del Brasile.



 



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