martes, 29 de julio de 2025

🕰️ EL PLAN OCULTO DEL CASTRISMO: AGUANTAR 36 MESES Y LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD DEL EXILIO CUBANO

 


Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Introducción

Mientras el hambre se agudiza y la represión no cede, muchos se preguntan: ¿por qué el régimen castrista no aplica ya las reformas agrícolas que permitirían aliviar la miseria?
La respuesta podría no estar en la economía, sino en el calendario político:

El régimen castrista no busca una solución inmediata al hambre, sino sobrevivir políticamente hasta que un futuro gobierno demócrata en Estados Unidos le ofrezca una salida negociada sin condiciones democráticas.

Esa estrategia ya funcionó en Vietnam. Y podría repetirse en Cuba si no se actúa a tiempo.


I. El precedente vietnamita: represión política con apertura económica, y cooperación estadounidense

  • En Vietnam, el Partido Comunista mantuvo su poder total.

  • Reprimió la oposición, censuró la prensa, y liberó la economía sin democratizar el sistema.

  • EE.UU., con gobiernos tanto demócratas como republicanos, aceptó el modelo vietnamita y lo apoyó con comercio, inversión y diplomacia.


II. El cálculo del castrismo: sobrevivir a Trump, negociar con los demócratas

  • El régimen sabe que Trump no concederá nada sin condiciones políticas.

  • Sabe también que la diáspora cubana influye en la política estadounidense… pero no eternamente.

  • Apostar a tres años más de control, represión y hambre podría permitirle en 2029:

    • Aplicar reformas económicas puntuales como hizo Vietnam

    • Pedir el levantamiento de sanciones con el argumento de que se está “cambiando”

    • Conseguir el apoyo de un gobierno demócrata sin renunciar al poder


III. El riesgo de apoyar ahora la liberalización agrícola bajo control castrista

  • Si la oposición y la comunidad internacional apoya ahora medidas a medias sin exigir la democratización de Cuba, el castrismo podrá:

    • Simular una transición económica sin liberar realmente a los cubanos.

    • Ganar tiempo y legitimidad sin soltar el poder.


IV. El llamado: menos de tres años para impedir la consolidación del modelo Vietnam-Cuba

El pueblo cubano, su oposición dentro y fuera de la isla, y los aliados internacionales deben entender:
El momento para forzar un verdadero cambio es ahora.
Después de 2028 podría ser demasiado tarde.
Si el régimen logra consolidar una apertura económica controlada con apoyo internacional sin desmontar la represión, el modelo Vietnam castrista será irreversible durante otra generación.


V. El mito del “control cubano” sobre Florida: una influencia real, pero neutralizable

Una de las razones por las que el régimen castrista ha retrasado reformas económicas profundas es su apuesta a que el exilio cubano mantendrá la presión política sobre cualquier intento de normalización con La Habana.

 
Pero esta premisa ya no es tan sólida como antes.

  • Los cubanoamericanos representan entre el 5% y el 7% del electorado de Florida, pero su influencia real se concentra en ciertos condados del sur del estado (Miami-Dade, en especial).

  • Florida es mucho más diversa hoy: puertorriqueños, venezolanos, colombianos, dominicanos, afroamericanos y un creciente número de votantes independientes moderan el peso relativo del voto cubano conservador.

📌 En las elecciones presidenciales de 2020, el margen de victoria de los republicanos en Florida fue de 3.4 puntos. Sin embargo, si los demócratas logran movilizar a su base y a un 60% de los independientes, pueden ganar el estado sin necesidad de atraer al voto cubano mayoritario.

En otras palabras: el voto cubano ya no es suficiente para impedir un giro estratégico en la política estadounidense hacia Cuba, especialmente si un futuro gobierno demócrata cuenta con el respaldo de una mayoría electoral no influida por la narrativa del exilio tradicional.

Esto refuerza el peligro:

 
Si los cubanos no fuerzan un cambio ahora, el régimen podrá iniciar una apertura económica en 2029 con el beneplácito de Washington, sin ceder poder político ni rendir cuentas por la represión.


VI. Riesgos imprevisibles: el exilio cubano no puede apostarlo todo a Trump

Además, los cubanos del exilio están apostando a Trump, que puede perder la vida en un atentado, un accidente o una enfermedad.
Su vicepresidente, que asumiría la presidencia, no tiene compromisos con los cubanos exiliados.
Los cubanos están apostando a Marco Rubio, también sujeto al destino y a un cambio de timón en Washington.

No hay garantía de continuidad en la política republicana hacia Cuba. El exilio no puede depender de figuras individuales, sino de un plan estratégico activo y colectivo antes de que llegue el 2029.


Conclusión

No se trata de oponerse al bienestar del pueblo ni a la reforma agraria.
Se trata de impedir que el régimen utilice esas reformas para relegitimarse y perpetuarse.

 
A los cubanos les quedan menos de 36 meses para presionar por un cambio integral, no cosmético.

 
Después, lo más probable es que EE.UU. reabra las puertas, el turismo regrese, el dinero fluya… y la dictadura se fortalezca como en Vietnam.

 

🇬🇧 THE CASTRO REGIME’S HIDDEN PLAN: SURVIVE 36 MONTHS AND THE EXILE’S LAST CHANCE

By Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Introduction

As hunger deepens and repression persists, many ask: why doesn’t the Castro regime implement the agricultural reforms that could alleviate the misery? The answer may lie not in economics, but in the political calendar:

The Castro regime is not seeking an immediate solution to hunger, but political survival until a future Democratic government in the United States offers a negotiated exit without democratic conditions.

That strategy worked in Vietnam. And it could repeat itself in Cuba if no action is taken in time.


I. The Vietnamese Precedent: Political Repression, Economic Openness, and U.S. Cooperation

  • In Vietnam, the Communist Party retained full power.

  • It repressed the opposition, censored the press, and liberated the economy without democratizing the system.

  • The U.S., under both Democratic and Republican administrations, accepted the Vietnamese model and supported it with trade, investment, and diplomacy.


II. The Castro Calculation: Survive Trump, Negotiate with the Democrats

  • The regime knows Trump will grant nothing without political conditions.

  • It also knows that the Cuban diaspora influences U.S. politics… but not forever.

  • Betting on three more years of control, repression, and hunger could allow it in 2029 to:

    • Apply selective economic reforms like Vietnam did

    • Request the lifting of sanctions under the argument that it is “changing”

    • Gain the support of a Democratic administration without relinquishing power


III. The Risk of Supporting Agricultural Liberalization Under Castro Control

  • If the opposition and the international community now support half-measures without demanding Cuba’s democratization, the regime may:

    • Simulate an economic transition without truly liberating the Cuban people.

    • Buy time and legitimacy without releasing its grip on power.


IV. The Call: Less Than Three Years to Prevent a Vietnam-Cuba Model Consolidation

The Cuban people, their opposition inside and outside the island, and international allies must understand: The time to force real change is now. After 2028 it may be too late. If the regime manages to consolidate controlled economic liberalization with international support while keeping repression in place, the Vietnam-Cuba model will become irreversible for another generation.


V. The Myth of “Cuban Control” Over Florida: Real Influence, But Neutralizable

One reason the Castro regime has delayed deep economic reforms is its bet that the Cuban exile will maintain political pressure against any normalization with Havana. But that assumption is no longer as solid.

  • Cuban Americans make up between 5% and 7% of Florida's electorate, with real influence mainly concentrated in southern counties like Miami-Dade.

  • Florida today is far more diverse: Puerto Ricans, Venezuelans, Colombians, Dominicans, African Americans, and a growing number of independents now balance the conservative Cuban vote.

📌 In the 2020 presidential election, Republicans won Florida by a 3.4-point margin. However, if Democrats mobilize their base and 60% of independents, they can win the state without needing the Cuban vote.

In other words: the Cuban vote is no longer enough to block a strategic shift in U.S. policy toward Cuba, especially if a future Democratic administration has support from a broader electoral base unaffected by traditional exile narratives.

This strengthens the warning: If Cubans don’t force change now, the regime could launch an economic opening in 2029 with Washington’s approval—without giving up political power or being held accountable for repression.


VI. Unpredictable Risks: The Cuban Exile Cannot Bet Everything on Trump

Moreover, Cuban exiles are placing their hopes in Trump, who could die in an attack, accident, or illness. His vice president, who would assume the presidency, has no commitment to the Cuban exile. Exiles are also betting on Marco Rubio—who is equally vulnerable to fate and political shifts in Washington.

There is no guarantee of continuity in Republican policy toward Cuba. The exile cannot rely on individuals but must act strategically and collectively before 2029.


Conclusion

This is not about opposing the people’s well-being or agrarian reform. It is about preventing the regime from using those reforms to re-legitimize and perpetuate itself. Cuban exiles have less than three years to push for real, not cosmetic, change. Afterward, it is most likely that the U.S. will reopen, tourism will return, money will flow… and the dictatorship will grow stronger like in Vietnam.

 

🇫🇷 LE PLAN CACHÉ DU CASTRISME : TENIR 36 MOIS ET LA DERNIÈRE CHANCE DE L’EXIL CUBAIN

Par Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Alors que la faim s’aggrave et que la répression persiste, beaucoup se demandent : pourquoi le régime castriste n'applique-t-il pas déjà les réformes agricoles qui pourraient soulager la misère ? La réponse ne se trouve peut-être pas dans l’économie, mais dans le calendrier politique :

Le régime castriste ne cherche pas une solution immédiate à la faim, mais à survivre politiquement jusqu’à ce qu’un futur gouvernement démocrate aux États-Unis lui offre une sortie négociée sans conditions démocratiques.

Cette stratégie a déjà fonctionné au Vietnam. Et elle pourrait se répéter à Cuba si rien n’est fait à temps.

I. Le précédent vietnamien : répression politique, ouverture économique et coopération américaine

Au Vietnam, le Parti communiste a conservé tout son pouvoir.
Il a réprimé l’opposition, censuré la presse et libéralisé l’économie sans démocratiser le système.
Les États-Unis, sous gouvernements démocrates et républicains, ont accepté ce modèle et l’ont soutenu par le commerce, l’investissement et la diplomatie.

II. Le calcul du castrisme : survivre à Trump, négocier avec les démocrates

Le régime sait que Trump n’accordera rien sans conditions politiques.
Il sait aussi que la diaspora cubaine influence la politique américaine... mais pas indéfiniment.
Parier sur trois ans de plus de contrôle, de répression et de faim pourrait lui permettre en 2029 :

  • D’appliquer des réformes économiques ponctuelles à la manière du Vietnam

  • De demander la levée des sanctions sous prétexte de “changement”

  • D’obtenir le soutien d’un gouvernement démocrate sans renoncer au pouvoir

III. Le risque de soutenir maintenant une libéralisation agricole contrôlée par le castrisme

Si l’opposition et la communauté internationale soutiennent aujourd’hui des demi-mesures sans exiger la démocratisation de Cuba, le régime pourra :

  • Simuler une transition économique sans libérer réellement les Cubains

  • Gagner du temps et de la légitimité sans céder le pouvoir

IV. L’appel : moins de trois ans pour empêcher la consolidation du modèle Vietnam-Cuba

Le peuple cubain, son opposition intérieure et extérieure, et ses alliés internationaux doivent comprendre : le moment de forcer un vrai changement, c’est maintenant. Après 2028, il pourrait être trop tard.
Si le régime parvient à mettre en place une ouverture économique contrôlée avec un appui international sans démanteler la répression, le modèle Vietnam-Cuba deviendra irréversible pour une génération.

V. Le mythe du “contrôle cubain” sur la Floride : une influence réelle mais neutralisable

L’un des freins aux réformes économiques profondes est la croyance que l’exil cubain continuera de bloquer toute tentative de normalisation. Mais cette hypothèse s’affaiblit.
Les Cubano-Américains représentent 5 à 7 % de l’électorat en Floride, concentrés surtout dans certains comtés du sud (notamment Miami-Dade).
Aujourd’hui, la Floride est beaucoup plus diverse : Portoricains, Vénézuéliens, Colombiens, Dominicains, Afro-Américains, et de nombreux indépendants modèrent l’influence relative du vote cubain conservateur.
En 2020, les républicains ont gagné la Floride avec 3,4 points. Mais si les démocrates mobilisent leur base et 60 % des indépendants, ils peuvent gagner sans le vote cubain majoritaire.
Autrement dit : le vote cubain ne suffit plus à empêcher un changement stratégique dans la politique des États-Unis envers Cuba. Cela renforce le danger : si les Cubains ne provoquent pas le changement maintenant, le régime pourra, en 2029, lancer une ouverture économique avec l’approbation de Washington, sans céder de pouvoir ni rendre de comptes.

VI. Risques imprévisibles : l’exil cubain ne peut tout miser sur Trump

L’exil cubain mise tout sur Trump, mais celui-ci peut disparaître (attentat, accident, maladie). Son vice-président, qui prendrait la relève, n’a aucun engagement envers les Cubains.
Ils comptent sur Marco Rubio, mais lui aussi reste vulnérable à l’imprévu ou à un changement de cap à Washington.
Aucune garantie de continuité dans la politique républicaine. Il faut un plan stratégique collectif avant 2029.

Conclusion

Il ne s’agit pas de s’opposer au bien-être du peuple ni à la réforme agraire. Il s’agit d’éviter que le régime n’utilise ces réformes pour se relégitimer. Il reste moins de 36 mois pour exiger un changement véritable.
Après cela, les États-Unis pourraient rouvrir leurs portes, le tourisme affluer, l’argent couler... et la dictature se renforcer comme au Vietnam.


🇮🇹 IL PIANO NASCOSTO DEL CASTRISMO: RESISTERE 36 MESI E L'ULTIMA OCCASIONE DELL'ESILIO CUBANO

Di Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Mentre la fame si aggrava e la repressione non si attenua, molti si chiedono: perché il regime castrista non applica subito le riforme agricole che potrebbero alleviare la miseria? La risposta potrebbe non risiedere nell’economia, ma nel calendario politico:

Il regime castrista non cerca una soluzione immediata alla fame, ma vuole sopravvivere politicamente fino a che un futuro governo democratico degli Stati Uniti offra una via d’uscita negoziata senza condizioni democratiche.

Questa strategia ha già funzionato in Vietnam. E potrebbe ripetersi a Cuba se non si agisce in tempo.

I. Il precedente vietnamita: repressione politica, apertura economica e cooperazione americana

In Vietnam, il Partito Comunista ha mantenuto tutto il potere.
Ha represso l’opposizione, censurato la stampa e liberalizzato l’economia senza democratizzare il sistema.
Gli Stati Uniti, con governi sia democratici che repubblicani, hanno accettato il modello vietnamita e lo hanno sostenuto con commercio, investimenti e diplomazia.

II. Il calcolo del castrismo: sopravvivere a Trump, negoziare con i democratici

Il regime sa che Trump non concederà nulla senza condizioni politiche.
Sa anche che la diaspora cubana influenza la politica statunitense… ma non per sempre.
Scommettere su altri tre anni di controllo, repressione e fame potrebbe permettergli nel 2029:

  • Di applicare riforme economiche mirate come ha fatto il Vietnam

  • Di chiedere la revoca delle sanzioni con il pretesto del “cambiamento”

  • Di ottenere il sostegno di un governo democratico senza rinunciare al potere

III. Il rischio di sostenere ora la liberalizzazione agricola sotto controllo castrista

Se l’opposizione e la comunità internazionale sostengono ora misure parziali senza esigere la democratizzazione di Cuba, il regime potrà:

  • Simulare una transizione economica senza liberare davvero i cubani

  • Guadagnare tempo e legittimità senza cedere il potere

IV. L’appello: meno di tre anni per impedire la consolidazione del modello Vietnam-Cuba

Il popolo cubano, la sua opposizione dentro e fuori l’isola e gli alleati internazionali devono capire: il momento per forzare un vero cambiamento è ora. Dopo il 2028 potrebbe essere troppo tardi.
Se il regime riesce ad avviare un’apertura economica controllata con appoggio internazionale senza smantellare la repressione, il modello Vietnam-Cuba sarà irreversibile per un’altra generazione.

V. Il mito del “controllo cubano” sulla Florida: un’influenza reale ma neutralizzabile

Uno dei motivi per cui il regime castrista ha ritardato riforme economiche profonde è la sua scommessa sul fatto che l’esilio cubano continuerà a bloccare ogni tentativo di normalizzazione. Ma questa premessa si sta indebolendo.
I cubanoamericani rappresentano tra il 5% e il 7% dell’elettorato della Florida, ma la loro influenza si concentra in alcune contee del sud (in particolare Miami-Dade).
Oggi la Florida è molto più diversificata: portoricani, venezuelani, colombiani, dominicani, afroamericani e un numero crescente di elettori indipendenti riducono il peso del voto cubano conservatore.
Nel 2020, i repubblicani hanno vinto la Florida con un margine di 3,4 punti. Tuttavia, se i democratici mobilitano la loro base e il 60% degli indipendenti, possono vincere lo stato senza bisogno del voto cubano.
In altre parole: il voto cubano non basta più per impedire un cambiamento strategico nella politica statunitense verso Cuba. Questo rafforza il pericolo: se i cubani non impongono un cambiamento adesso, il regime potrà avviare un’apertura economica nel 2029 con l’approvazione di Washington, senza cedere potere né pagare per la repressione.

VI. Rischi imprevedibili: l’esilio cubano non può scommettere tutto su Trump

L’esilio cubano sta puntando tutto su Trump, ma lui potrebbe morire in un attentato, incidente o malattia. Il suo vicepresidente non ha impegni verso gli esuli.
I cubani contano su Marco Rubio, anch’egli soggetto a imprevisti o a cambi di rotta a Washington.
Non c’è garanzia di continuità nella politica repubblicana verso Cuba. Serve un piano strategico attivo e collettivo prima del 2029.

Conclusione

Non si tratta di opporsi al benessere del popolo o alla riforma agraria, ma di evitare che il regime usi queste riforme per legittimarsi e perpetuarsi. Ai cubani restano meno di 36 mesi per esigere un cambiamento reale. Dopo, è probabile che gli Stati Uniti riaprano le porte, il turismo ritorni, i soldi circolino... e la dittatura si rafforzi come in Vietnam.


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