lunes, 11 de agosto de 2025

¿EN QUIÉN PUEDE CONFIAR UCRANIA ANTE EL “CASI REPTILIANO” PUTIN?

 


Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Desde 2014, y con mayor intensidad desde la invasión rusa de 2022, Ucrania ha aprendido que en política internacional la confianza no se mide por promesas, sino por acciones concretas sostenidas en el tiempo. La historia reciente demuestra que la supervivencia ucraniana depende de identificar a los aliados que actúan rápido y sin ambigüedades, y de desconfiar tanto de los enemigos declarados como de los socios volubles.


Aliados más fiables

Europa del Este y Báltico – Apoyo existencial
Los países que comparten frontera o historia de dominación soviética perciben la defensa de Ucrania como su propia defensa. Polonia es uno de los mayores proveedores de armas, logística y entrenamiento, además de acoger a millones de refugiados. Estonia, Letonia y Lituania han aportado ayuda militar enorme en proporción a su tamaño y lideran la presión en la OTAN para endurecer sanciones contra Moscú. Chequia y Eslovaquia entregaron sistemas antiaéreos, tanques y munición desde las primeras semanas de la invasión.

Países nórdicos – Solidaridad estratégica
Aunque no todos son vecinos directos, comparten la percepción de amenaza rusa en el Ártico y el Báltico. Finlandia, hoy miembro de la OTAN, pasó de la neutralidad a la defensa activa de Ucrania. Suecia, en proceso de integración, ha entregado armas avanzadas y blindados. Noruega ha ofrecido importante apoyo financiero, defensa aérea y fondos para la reconstrucción.

Aliados extraeuropeos – Potencia y tecnología
Reino Unido ha sido clave en entrenamiento de tropas, envío de misiles de largo alcance y tanques Challenger 2. Canadá mantiene una ayuda militar constante y sanciones rápidas contra oligarcas rusos. Australia y Japón han sumado apoyo económico, equipos de defensa no letal y sanciones alineadas con Occidente.


Socios menos confiables

Estados Unidos es el mayor proveedor individual de armas y fondos, pero su apoyo está sujeto a cambios políticos internos y retrasos en entregas críticas. El precedente del Memorando de Budapest y declaraciones recientes de que “no cuenten” con EE. UU. para defender a ciertos aliados de la OTAN son advertencias claras de que cualquier compromiso debe ir acompañado de mecanismos automáticos de respuesta.

Francia y Alemania, a pesar de su peso económico, han sido más lentos y cautelosos, lo que genera dudas en Kiev sobre su disposición a actuar con rapidez en una crisis.


La ilegitimidad de Putin como garante

Putin no puede ser considerado un garante creíble por tres razones:

Doctrinal: ha negado públicamente la existencia de Ucrania como nación independiente, reivindicando una “esfera de influencia” rusa sobre las exrepúblicas soviéticas.

Una voz especialmente autorizada para evaluarlo es Madeleine Albright, primera mujer Secretaria de Estado de EE. UU., nacida en 1937 en Praga y marcada por la huida de la ocupación nazi y luego del comunismo soviético. En 2000, tras reunirse con Putin, lo describió como “pequeño y pálido, tan frío que es casi reptiliano”. En 2022, un día antes de la invasión, advirtió sobre el peligro que representaba para Europa y el mundo.

Fáctica: bajo su régimen, al menos 25 periodistas han sido asesinados por su trabajo, más de 20 opositores políticos han muerto en circunstancias sospechosas —entre ellos Boris Nemtsov, Anna Politkovskaya y Alexéi Navalni— y varios empresarios críticos han aparecido muertos en supuestos suicidios o accidentes.

Jurídica: la traición al Memorando de Budapest de 1994 es el caso más evidente. Ucrania entregó el tercer arsenal nuclear más grande del mundo —unas 1.900 ojivas estratégicas— a cambio de garantías de respeto a su soberanía e integridad territorial, firmadas por Leonid Kuchma (Ucrania), Boris Yeltsin (Rusia), Bill Clinton (EE. UU.) y John Major (Reino Unido). Rusia violó ese compromiso al anexar Crimea en 2014, fomentar la guerra en el Donbás y lanzar la invasión de 2022. EE. UU. y el Reino Unido, aunque no participaron en la agresión, tampoco cumplieron el espíritu del pacto, limitándose a sanciones y a un apoyo militar gradual.


Un consenso internacional sobre su carácter

Dirigentes de distintas latitudes coinciden en describir a Putin como un dictador peligroso. Joe Biden lo llamó un “dictador asesino”; Sergiy Kyslytsya, representante de Ucrania en la ONU, lo comparó con Hitler; Jean-Yves Le Drian, ministro francés, lo definió como “cínico y dictador”; Justin Trudeau lo tildó de “dictador mentiroso y asesino”; Boris Johnson lo responsabilizó de una “ola de violencia” contra otro pueblo eslavo; David Miliband lo describió como “dictador despiadado”; Mitt Romney lo consideró una “amenaza real para la paz mundial”; y Boris Nemtsov, opositor ruso asesinado en 2015, advirtió que conducía a Rusia hacia la “histeria imperial”.


Conclusión estratégica

Ucrania puede confiar más en países que comparten la amenaza directa de Rusia y han demostrado actuar con rapidez y sin ambigüedades: Polonia, los Estados bálticos, Finlandia, Suecia, Reino Unido, Canadá, Noruega, Australia y Japón.

Debe cooperar, pero no depender de EE. UU., Francia o Alemania, cuya ayuda es valiosa pero vulnerable a cambios políticos y prioridades internas.

Y debe tener presente que ninguna “garantía” firmada con Putin tendría valor real: su doctrina niega la soberanía ucraniana, su historial muestra represión sistemática y sus acciones confirman que rompe acuerdos cuando le conviene. Confiar en él sería darle tiempo y espacio para preparar la próxima agresión.

 

ENGLISH

WHO CAN UKRAINE TRUST IN THE FACE OF THE “ALMOST REPTILIAN” PUTIN?
By Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Since 2014, and with greater intensity since the 2022 Russian invasion, Ukraine has learned that in international politics, trust is not measured by promises but by concrete actions sustained over time. Recent history shows that Ukraine’s survival depends on identifying allies who act quickly and without ambiguity, and on distrusting both declared enemies and unreliable partners.

Most reliable allies

Eastern Europe and the Baltics – Existential support
Countries sharing borders or a history of Soviet domination see Ukraine’s defense as their own. Poland is one of the largest suppliers of weapons, logistics, and training, and has hosted millions of refugees. Estonia, Latvia, and Lithuania have provided enormous military aid in proportion to their size and lead NATO’s push for tougher sanctions against Moscow. The Czech Republic and Slovakia have delivered air defense systems, tanks, and ammunition since the first weeks of the invasion.

Nordic countries – Strategic solidarity
Though not all are direct neighbors, they share the perception of the Russian threat in the Arctic and the Baltic. Finland, now a NATO member, moved from neutrality to active defense of Ukraine. Sweden, in the process of joining NATO, has delivered advanced weapons and armored vehicles. Norway has provided significant financial support, air defense, and reconstruction funds.

Extra-European allies – Power and technology
The United Kingdom has been key in training Ukrainian troops and supplying long-range missiles and Challenger 2 tanks. Canada maintains consistent military aid and swift sanctions against Russian oligarchs. Australia and Japan have provided economic support, non-lethal defense equipment, and sanctions aligned with the West.

Less reliable partners

The United States is the largest individual supplier of arms and funds, but its support is subject to domestic political changes and delays in critical deliveries. The precedent of the Budapest Memorandum and recent statements that “the U.S. should not be counted on” to defend certain NATO allies are clear warnings that any commitment must be backed by automatic response mechanisms.

France and Germany, despite their economic weight, have been slower and more cautious, raising doubts in Kyiv about their readiness to act swiftly in a crisis.

Putin’s illegitimacy as a guarantor

Putin cannot be considered a credible guarantor for three reasons:

Doctrinal: He has publicly denied Ukraine’s existence as an independent nation, claiming a Russian “sphere of influence” over former Soviet republics.

A particularly authoritative voice is Madeleine Albright, the first female U.S. Secretary of State, born in Prague in 1937 and marked by fleeing the Nazi occupation and later Soviet communism. In 2000, after meeting Putin, she described him as “small and pale, so cold as to be almost reptilian.” In 2022, a day before the invasion, she warned of the danger he posed to Europe and the world.

Factual: Under his rule, at least 25 journalists have been killed for their work, more than 20 political opponents have died under suspicious circumstances —including Boris Nemtsov, Anna Politkovskaya, and Alexei Navalny— and several critical businessmen have been found dead in alleged suicides or accidents.

Legal: The betrayal of the 1994 Budapest Memorandum is the clearest case. Ukraine gave up the world’s third-largest nuclear arsenal —about 1,900 strategic warheads— in exchange for guarantees of sovereignty and territorial integrity, signed by Leonid Kuchma (Ukraine), Boris Yeltsin (Russia), Bill Clinton (U.S.), and John Major (U.K.). Russia broke this commitment by annexing Crimea in 2014, fueling war in Donbas, and launching the 2022 invasion. The U.S. and U.K., while not aggressors, also failed to uphold the spirit of the pact, limiting their response to sanctions and gradual military aid.

An international consensus on his character

Leaders from various regions describe Putin as a dangerous dictator: Joe Biden called him a “killer dictator”; Sergiy Kyslytsya compared him to Hitler; Jean-Yves Le Drian called him “cynical and a dictator”; Justin Trudeau labeled him a “lying and murderous dictator”; Boris Johnson blamed him for a “wave of violence” against another Slavic people; David Miliband described him as a “ruthless dictator”; Mitt Romney called him a “real threat to world peace”; and Boris Nemtsov, assassinated in 2015, warned he was driving Russia toward “imperial hysteria.”

Strategic conclusion

Ukraine can trust more in countries sharing the direct Russian threat and acting quickly without ambiguity: Poland, the Baltic States, Finland, Sweden, the United Kingdom, Canada, Norway, Australia, and Japan.
It should cooperate, but not depend on the U.S., France, or Germany, whose help, though valuable, is vulnerable to political shifts.

No “guarantee” signed with Putin would have real value: his doctrine denies Ukrainian sovereignty, his record shows systematic repression, and his actions confirm he breaks agreements when convenient. Trusting him would mean giving him time and space to prepare the next aggression.

 

FRANÇAIS

EN QUI L’UKRAINE PEUT-ELLE AVOIR CONFIANCE FACE AU « PRESQUE REPTILIEN » POUTINE ?
Par Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Depuis 2014, et avec une intensité accrue depuis l’invasion russe de 2022, l’Ukraine a appris qu’en politique internationale, la confiance ne se mesure pas aux promesses, mais aux actions concrètes et durables. L’histoire récente montre que la survie de l’Ukraine dépend de l’identification des alliés qui agissent rapidement et sans ambiguïté, et de la méfiance envers les ennemis déclarés comme envers les partenaires instables.

Alliés les plus fiables

Europe de l’Est et pays baltes – Un soutien existentiel
Les pays partageant une frontière ou un passé de domination soviétique considèrent la défense de l’Ukraine comme la leur. La Pologne est l’un des plus grands fournisseurs d’armes, de logistique et de formation, et a accueilli des millions de réfugiés. L’Estonie, la Lettonie et la Lituanie ont fourni une aide militaire énorme par rapport à leur taille et dirigent la pression au sein de l’OTAN pour renforcer les sanctions contre Moscou. La République tchèque et la Slovaquie ont livré des systèmes de défense aérienne, des chars et des munitions dès les premières semaines de l’invasion.

Pays nordiques – Solidarité stratégique
Bien que tous ne soient pas voisins directs, ils partagent la perception de la menace russe dans l’Arctique et la Baltique. La Finlande, désormais membre de l’OTAN, est passée de la neutralité à la défense active de l’Ukraine. La Suède, en cours d’adhésion, a fourni des armes avancées et des blindés. La Norvège a apporté un soutien financier important, des capacités de défense aérienne et des fonds pour la reconstruction.

Alliés extra-européens – Puissance et technologie
Le Royaume-Uni a joué un rôle clé dans la formation des troupes ukrainiennes et la fourniture de missiles à longue portée et de chars Challenger 2. Le Canada maintient une aide militaire constante et des sanctions rapides contre les oligarques russes. L’Australie et le Japon ont apporté un soutien économique, des équipements de défense non létaux et des sanctions alignées sur celles de l’Occident.


Partenaires moins fiables

Les États-Unis sont le plus grand fournisseur individuel d’armes et de fonds, mais leur soutien est soumis à des changements politiques internes et à des retards dans les livraisons cruciales. Le précédent du Mémorandum de Budapest et les récentes déclarations selon lesquelles « on ne peut pas compter » sur les États-Unis pour défendre certains alliés de l’OTAN sont des avertissements clairs : tout engagement doit être accompagné de mécanismes automatiques de réponse.

La France et l’Allemagne, malgré leur poids économique, ont été plus lentes et prudentes, ce qui suscite des doutes à Kyiv sur leur volonté d’agir rapidement en cas de crise.


L’illégitimité de Poutine comme garant

Poutine ne peut être considéré comme un garant crédible pour trois raisons :

Doctrinale : il a publiquement nié l’existence de l’Ukraine comme nation indépendante, revendiquant une « sphère d’influence » russe sur les anciennes républiques soviétiques.

Une voix particulièrement autorisée pour l’évaluer est Madeleine Albright, première femme secrétaire d’État des États-Unis, née à Prague en 1937 et marquée par la fuite de l’occupation nazie puis du communisme soviétique. En 2000, après l’avoir rencontré, elle le décrivit comme « petit et pâle, si froid qu’il en est presque reptilien ». En 2022, la veille de l’invasion, elle avertit du danger qu’il représentait pour l’Europe et le monde.

Factuelle : sous son régime, au moins 25 journalistes ont été tués pour leur travail, plus de 20 opposants politiques sont morts dans des circonstances suspectes — parmi eux Boris Nemtsov, Anna Politkovskaïa et Alexeï Navalny — et plusieurs hommes d’affaires critiques ont été retrouvés morts dans des suicides ou accidents présumés.

Juridique : la trahison du Mémorandum de Budapest de 1994 en est l’exemple le plus flagrant. L’Ukraine a renoncé au troisième arsenal nucléaire du monde — environ 1 900 ogives stratégiques — en échange de garanties de respect de sa souveraineté et de son intégrité territoriale, signées par Leonid Koutchma (Ukraine), Boris Eltsine (Russie), Bill Clinton (États-Unis) et John Major (Royaume-Uni). La Russie a violé cet engagement en annexant la Crimée en 2014, en alimentant la guerre dans le Donbass et en lançant l’invasion de 2022. Les États-Unis et le Royaume-Uni, bien que non agresseurs, n’ont pas non plus respecté l’esprit du pacte, se limitant à des sanctions et à une aide militaire progressive.


Un consensus international sur son caractère

Des dirigeants de divers horizons décrivent Poutine comme un dictateur dangereux. Joe Biden l’a qualifié de « dictateur assassin » ; Sergiy Kyslytsya l’a comparé à Hitler ; Jean-Yves Le Drian l’a défini comme « cynique et dictateur » ; Justin Trudeau l’a traité de « dictateur menteur et assassin » ; Boris Johnson l’a tenu pour responsable d’une « vague de violence » contre un autre peuple slave ; David Miliband l’a décrit comme un « dictateur impitoyable » ; Mitt Romney l’a considéré comme une « menace réelle pour la paix mondiale » ; et Boris Nemtsov, opposant russe assassiné en 2015, a averti qu’il conduisait la Russie vers « l’hystérie impériale ».


Conclusion stratégique

L’Ukraine peut faire davantage confiance aux pays qui partagent la menace directe de la Russie et agissent rapidement et sans ambiguïté : la Pologne, les États baltes, la Finlande, la Suède, le Royaume-Uni, le Canada, la Norvège, l’Australie et le Japon.

Elle doit coopérer, mais ne pas dépendre totalement des États-Unis, de la France ou de l’Allemagne, dont l’aide, bien que précieuse, reste vulnérable aux changements politiques et aux priorités internes.

Et elle doit garder à l’esprit qu’aucune « garantie » signée avec Poutine n’aurait de valeur réelle : sa doctrine nie la souveraineté ukrainienne, son passé montre une répression systématique et ses actions confirment qu’il rompt les accords lorsqu’ils cessent de lui être utiles.


ITALIANO

IN CHI PUÒ AVERE FIDUCIA L’UCRAINA DAVANTI AL “QUASI RETTILIANO” PUTIN?
Di Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Dal 2014, e con maggiore intensità dall’invasione russa del 2022, l’Ucraina ha imparato che, in politica internazionale, la fiducia non si misura con le promesse, ma con azioni concrete e costanti nel tempo. La storia recente dimostra che la sopravvivenza ucraina dipende dall’individuare gli alleati che agiscono rapidamente e senza ambiguità, e dal diffidare sia dei nemici dichiarati sia dei partner incostanti.

Alleati più affidabili

Europa dell’Est e Paesi Baltici – Sostegno esistenziale
I Paesi che condividono un confine o una storia di dominazione sovietica considerano la difesa dell’Ucraina come la propria. La Polonia è uno dei maggiori fornitori di armi, logistica e addestramento, oltre ad aver accolto milioni di rifugiati. Estonia, Lettonia e Lituania hanno fornito un aiuto militare enorme rispetto alle loro dimensioni e guidano la pressione nella NATO per inasprire le sanzioni contro Mosca. Repubblica Ceca e Slovacchia hanno consegnato sistemi di difesa aerea, carri armati e munizioni fin dalle prime settimane dell’invasione.

Paesi nordici – Solidarietà strategica
Pur non essendo tutti vicini diretti, condividono la percezione della minaccia russa nell’Artico e nel Baltico. La Finlandia, oggi membro della NATO, è passata dalla neutralità alla difesa attiva dell’Ucraina. La Svezia, in fase di adesione, ha fornito armi avanzate e mezzi blindati. La Norvegia ha offerto un importante sostegno finanziario, difesa aerea e fondi per la ricostruzione.

Alleati extraeuropei – Potenza e tecnologia
Il Regno Unito è stato determinante nell’addestramento delle truppe ucraine e nella fornitura di missili a lungo raggio e carri armati Challenger 2. Il Canada mantiene un sostegno militare costante e sanzioni rapide contro gli oligarchi russi. Australia e Giappone hanno contribuito con aiuti economici, equipaggiamenti di difesa non letali e sanzioni in linea con quelle occidentali.


Partner meno affidabili

Gli Stati Uniti sono il maggiore fornitore individuale di armi e fondi, ma il loro sostegno è soggetto a cambiamenti politici interni e ritardi nelle consegne cruciali. Il precedente del Memorandum di Budapest e le recenti dichiarazioni secondo cui “non bisogna contare” sugli USA per difendere certi alleati della NATO sono chiari avvertimenti: ogni impegno deve essere accompagnato da meccanismi automatici di risposta.

Francia e Germania, nonostante il loro peso economico, sono state più lente e caute, suscitando dubbi a Kyiv sulla loro prontezza ad agire rapidamente in una crisi.


L’illegittimità di Putin come garante

Putin non può essere considerato un garante credibile per tre ragioni:

Dottrinale: ha pubblicamente negato l’esistenza dell’Ucraina come nazione indipendente, rivendicando una “sfera di influenza” russa sulle ex repubbliche sovietiche.

Una voce particolarmente autorevole è quella di Madeleine Albright, prima donna Segretario di Stato degli Stati Uniti, nata a Praga nel 1937 e segnata dalla fuga dall’occupazione nazista e poi dal comunismo sovietico. Nel 2000, dopo aver incontrato Putin, lo descrisse come “piccolo e pallido, così freddo da sembrare quasi rettiliano”. Nel 2022, alla vigilia dell’invasione, avvertì del pericolo che rappresentava per l’Europa e il mondo.

Fattuale: sotto il suo regime, almeno 25 giornalisti sono stati uccisi per il loro lavoro, oltre 20 oppositori politici sono morti in circostanze sospette — tra cui Boris Nemtsov, Anna Politkovskaja e Aleksej Navalny — e diversi imprenditori critici sono stati trovati morti in presunti suicidi o incidenti.

Giuridica: il tradimento del Memorandum di Budapest del 1994 è il caso più evidente. L’Ucraina rinunciò al terzo arsenale nucleare più grande del mondo —circa 1.900 testate strategiche— in cambio di garanzie di rispetto della sua sovranità e integrità territoriale, firmate da Leonid Kuchma (Ucraina), Boris Eltsin (Russia), Bill Clinton (USA) e John Major (Regno Unito). La Russia violò questo impegno annettendo la Crimea nel 2014, alimentando la guerra nel Donbass e lanciando l’invasione del 2022. USA e Regno Unito, pur non essendo aggressori, non hanno rispettato lo spirito del patto, limitandosi a sanzioni e a un sostegno militare graduale.


Un consenso internazionale sul suo carattere

Leader di diverse regioni descrivono Putin come un dittatore pericoloso. Joe Biden lo ha definito un “dittatore assassino”; Sergiy Kyslytsya lo ha paragonato a Hitler; Jean-Yves Le Drian lo ha definito “cinico e dittatore”; Justin Trudeau lo ha chiamato “dittatore bugiardo e assassino”; Boris Johnson lo ha ritenuto responsabile di “un’ondata di violenza” contro un altro popolo slavo; David Miliband lo ha descritto come un “dittatore spietato”; Mitt Romney lo ha considerato una “minaccia reale per la pace mondiale”; e Boris Nemtsov, oppositore russo assassinato nel 2015, ha avvertito che stava conducendo la Russia verso “l’isteria imperiale”.


Conclusione strategica

L’Ucraina può avere maggiore fiducia nei Paesi che condividono la minaccia diretta della Russia e agiscono rapidamente e senza ambiguità: Polonia, Stati Baltici, Finlandia, Svezia, Regno Unito, Canada, Norvegia, Australia e Giappone.

Deve cooperare, ma non dipendere totalmente da USA, Francia o Germania, il cui aiuto, seppur prezioso, è vulnerabile a cambiamenti politici e priorità interne.

E deve ricordare che nessuna “garanzia” firmata con Putin avrebbe valore reale: la sua dottrina nega la sovranità ucraina, il suo passato mostra una repressione sistematica e le sue azioni confermano che infrange gli accordi quando non gli convengono più.


 

0 comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Mensajes

ok

Follow me on Twitter

Archivo del Blog

Snap Shts

Get Free Shots from Snap.com