ENTREGAR A UCRANIA PUDO HABER SIDO UN ERROR HISTÓRICO

 

Cuando en febrero de 2022 el ejército ruso se alistaba para la invasión de Ucrania el gobierno de los Estados Unidos y la mayoría de los de la OTAN ya habían aceptado que a Ucrania no se le podía defender y que pasaría bajo el control de Putin en cuestión de horas, días o semanas. Decisión que habría sido uno de los errores estratégicos más graves de la historia contemporánea.  

 

En aquellos cruciales momentos los Estados Unidos inmediatamente retiró la mayor parte del personal de su embajada en Kiev y le ofreció públicamente ayuda a Zelenzky para sacarlo con urgencia del país. La respuesta heroica de Zelenzky: “la lucha está aquí” y "necesito munición antitanque, no un aventón” no solamente salvó a Ucrania sino también a Occidente.  Un triunfo de Rusia en Ucrania la habría alentado junto a China a retar nuevamente a los Estados Unidos y sus aliados en Taiwán u otro lugar con consecuencias muy graves o incluso apocalípticas.  

 

Una vez demostrada la eficacia del apoyo aliado a soldados y civiles ucranianos hubo un cambio en el Pentágono y en la Casa Blanca (El Secretario de Defensa Lloyd J. Austin III y el Secretario de Estado Antony Blinken) sobre la oportunidad de expulsar a los rusos de Ucrania  y asestarle un golpe de tal magnitud a Rusia que la dejaría incapaz de intentar otra aventura militar por muchos años.  La dictadura en China ha estado atenta a esta posibilidad. 

 

Se ha hecho popular en las más altas esferas la idea de que una vez que el ejército ruso tenga que retirarse de Ucrania, Putin estaría obligado a negociar. Puede ser una conclusión demasiado optimista.  Putin desde hace meses está justificando su aventura militar como una guerra de Occidente contra Rusia.  Ucrania en su retórica es solo un instrumento.  

 

Sería prudente  contemplar que Putin tiene otras alternativas que la de negociar con Ucrania.  Estas lo ayudarían a ganar tiempo y a mantener un estado de guerra en Rusia que justifique cualquier número de atrocidades.  Su historial es espeluznante: crímenes contra opositores y periodistas, oligarcas que se suicidan después de dejar de serle incondicionales, crímenes de guerra en Ucrania, secuestro de miles de niños ucranianos, lanzar al combate a reclutas sin entrenamiento ni el equipo necesario, etc. Ante su falta de escrúpulos hay que prever los peores, no el mejor escenario:

 

1)    1)    Obligado a retirar sus ejércitos de Ucrania Putin puede declarar que el estado de guerra continúa a menos que se cumplan ciertas condiciones que podrían ayudarlo a ganar tiempo, a evitar perder el poder y su vida, a reivindicar su fracaso ante sus seguidores.

 

2)   2)    O Putin puede provocar militarmente a una nación miembro o no de la OTAN para negociar con esta organización y no con Ucrania.  El misil dirigido a Ucrania que recientemente voló por encima de Moldavia es una muestra de su desprecio por los límites cuando cree que algo le conviene.

 

3)  3)     Puede amenazar o lanzar un ataque táctico nuclear en territorio ucraniano con el mismo propósito de sentarse a conversar con la OTAN.  Pensar que Putin no va a usar este tipo de armamento por las advertencias de los Estados Unidos es un error. 

 

Los gobiernos que han ayudado a Ucrania parecen haberse dado cuenta de que la gradualidad en la asistencia a esa nación no logró evitar que Putin escalara la guerra.  Pudo haber sido una táctica para no alarmar a los pueblos de esos paises, pero haber dado a Ucrania estrictamente lo que necesitaba para defenderse, a veces tardíamente, lejos de apaciguar a Putin lo ha envalentonado.  Esa estrategia no evitó la destrucción de ciudades ucranianas y parte de su infraestructura. Tampoco la muerte de miles de militares ucranianos, ni el asesinato y tortura de cientos o miles de civiles.  

 

El fin de la guerra y la seguridad de Ucrania no van a depender de la retirada de los ejércitos rusos, sino del poder militar que llegue a tener Ucrania y del apoyo que brindaría su integración en la OTAN, sumado a la capacidad y la decisión de esta organización y de Estados Unidos para frenar a Putin y a sus radicales en forma urgente y contundente. 

 

El pueblo y los militares rusos deben saber lo antes posible que la guerra es contra Putin, no contra los soldados ni el pueblo ruso. Los Estados Unidos y la OTAN deben prepararse política y militarmente para defender la democracia y dejar de tratar como gente civilizada a  dictadores y asesinos.  No solamente Putin es responsable de los cientos de miles de muertos, heridos, secuestrados y desplazados de esta guerra (rusos y ucranianos), los líderes de Occidente que confiaron o negociaron con él, también tienen su cuota de responsabilidad en esta tragedia.

 

Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

Febrero 18 de 2023

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