UCRANIA: PARA QUE ESA PAZ SEA DURADERA
Ucrania acaba de invadir a Kursk y esta acción nos recuerda “La Batalla de Kursk” durante la II Guerra Mundial, conocida como uno de los más sangrientos enfrentamientos de esa contienda y la mayor batalla de tanques de la historia.
Después de la destrucción del 6. º Ejército alemán en Stalingrado rusos y alemanes combatieron de nuevo. En una maniobra de pinzas 900.000 soldados alemanes atacaron con 2,700 tanques y cañones de asalto y 2000 aviones. Los rusos tuvieron la ventaja de un sistema de líneas de defensa muy bien elaborado, casi dos millones de combatientes, más 5000 tanques y cañones autopropulsados, 25 mil piezas de artillería y 2800 aviones.
Entre muertos, heridos y desaparecidos las fuerzas armadas soviéticas sufrieron cerca de 400.000 bajas y los alemanes aproximadamente 200.000. Tan costosa fue esta última ofensiva alemana en el Frente Oriental que de ahí en adelante la ventaja quedó a favor de Rusia.
La Batalla de Kursk, entre julio 5 y agosto 23 de 1943 es recordada con orgullo en la historia de Rusia y casual o no casualmente, 79 años después, este 6 de Agosto de 2024, en una operación relámpago Ucrania invadió la provincia rusa de Kursk. La acción parece haber sido estudiada cuidadosamente por el alto mando ucraniano y el secretismo de la misma ha sorprendido hasta a los expertos. La bofetada a Vladimir Putin no ha pasado inadvertida por la población rusa y sus fuerzas armadas, aunque los medios de comunicación oficiales en Rusia insistan en que todo está bajo control.
Putin ha quedado en ridículo y la coincidencia de fechas es difícil de ignorar. Seguramente hay otros objetivos sobre los que se puede especular aunque en las guerras los escenarios cambian, las expectativas no se materializan, fracasan o exceden sus propósitos originales.
Hay algunas consideraciones que no pueden obviarse: ¿Por qué este ataque ha sorprendido a tantos? Un ataque ucraniano a Rusia no solo era una posibilidad sino una necesidad. A fin de cuentas al enemigo se le ataca donde es más débil y por donde menos lo espera. ¿Por qué los militares ucranianos iban a lanzarse contra las tropas rusas que llevan meses atacando? Lo lógico ha sido resistir y cobrarles el precio más alto posible. Incluso ceder terreno cuando ha convenido.
Los avances rusos en territorio ucraniano en todos estos meses anteriores han sido muy pobres y a un costo muy alto para el invasor. Una muestra más de que las órdenes de Putin estaban fuera de la realidad, bien por la falta de motivación de sus soldados y oficialidad, la ineficiencia de su estructura de mando u otras razones.
Si es cierto que la desventaja en armamento de los soldados ucranianos era tan grande hubiera sido razonable que los medios de información occidentales destacaran la inteligente estrategia y el heroísmo del ejército ucraniano. Leímos y escuchamos muy poco sobre esto, por el contrario, lo que nos brindaban eran malas noticias.
Con este ataque en Kursk, el control del gasoducto ruso en Sudzha queda en manos de Ucrania, cuatro bases aéreas rusas han sido bombardeadas y los rusos tendrán que defender el avance ucraniano reubicando tropas con experiencia. Sumando el repliegue de la flota rusa en el Mar Negro, etc., una vez más el presidente Zelenzky, las fuerzas armadas ucranianas y el pueblo han demostrado patriotismo, capacidad estratégica y un valor excepcional. Ahora resulta que por arte de magia la guerra ha cambiado la narrativa pesimista. ¿Acaso no era de esperar que Ucrania, una vez armada ganara terreno?
El mundo libre no puede fallarle a Ucrania porque su victoria será una derrota a las absurdas y dañinas aspiraciones imperiales del DNA militar rusófilo, un retroceso significativo el terrorismo iraní y un paso atrás al militarismo agresivo de la dictadura en China.
La invasión a Ucrania debe ser derrotada y Putin juzgado por sus crímenes. Es lo mejor que puede suceder al pueblo ruso, a los ucranianos y al mundo. La vida de por lo menos medio millón de rusos y ucranianos y las desgracias que estas muertes han provocado entre sus familiares no pueden ser ultrajadas en negociaciones entre políticos más interesados en sus conveniencias que en evitar futuros asesinatos y atropellos. Las guerras se ganan para lograr la paz verdadera no para perdonar y darles respiro a los agresores.
Mejor no lo pudo plantear el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt:
"Si la civilización ha de sobrevivir, debemos cultivar la ciencia de las relaciones humanas: la capacidad de todos los pueblos, de todo tipo, para convivir y trabajar juntos en el mismo mundo, en paz. Pero los agresores, por su naturaleza, deben ser resistidos y finalmente eliminados para que esa paz sea duradera."
Huber Matos Araluce
San José, Costa Rica
Agosto 19 2024