viernes, 7 de enero de 2011

Comentarios: Jorge Castañeda “Cuba: sin libreta y sin trabajo” y editorial del periódico “El País” “La Agonía cubana”






El artículo de Jorge Castañeda, ex secretario de Relaciones Exteriores de México, resume la visión que tiene hoy el mundo informado sobre el balance de medio siglo de castrismo. Un fracaso total. El editorial del periódico El País de España refleja similar opinión.

En ambos casos las medidas draconianas de la dictadura se consideran excesivas y probablemente ineficaces.

“El País” plantea que con el cambio de sistema económico será muy difícil para la tiranía mantener al pueblo sin libertades. Esta afirmación, en mi opinión, es un tanto optimista, por lo menos a corto plazo. En Rusia y en China el capitalismo no ha procreado una democracia.

Castañeda apunta a la interrogante: ¿Aguantará el pueblo de Cuba?

Raúl Castro apuesta a que sí va a aguantar y están preparados para reprimir cualquier señal de descontento. Aplicar la represión contra un pueblo frustrado puede resultar eficaz o dar inicio a mayor rebeldía.

Muchos en el exilio están convencidos de que el pueblo no aguanta y se complacen en su visión optimista, esperan la revuelta. Es una actitud cómoda. Si ésta no sucede siempre se puede echar la culpa al pueblo cubano de que le falta testosterona.

Tal vez sea recomendable que el exilio cubano considere el escenario negativo como una posibilidad real y trate como pueda, de participar en el desenlace.

Aquí están los artículos para que usted se forme su propia opinión.

Cuba: sin libreta y sin trabajo
Dos anécdotas
Jorge Castañeda

Dos anécdotas, una vieja y una reciente. La nueva: al llegar anteayer a Miami -a la vez guarida de la "gusanera" y principal fuente de ingresos del gobierno cubano- al salir de la aduana me aborda un uniformado de la Customs and Border Portection y me dice: "usted es una persona importante en México, yo lo conozco". Le respondí: "quizá lo fui, pero ya no: soy Jorge Castañeda". Dice el oficial, en un castellano habanero inconfundible: "yo lo conocí en Cuba hace muchos años; yo trabajaba en el Departamento de América" (el celebre ministerio de la "revolución" encabezado por Manuel Piñeiro). A lo cual no me quedó más que darle la mano y decirle: "que giros da la vida"; su respuesta fue lapidaria: "aquí pagan más que allá". La vieja: hace poco más de veinte años, cuando fusilaron a Arnaldo Ochoa y Antonio de la Guardia, me enteré de la noticia en compañía de un querido amigo francés, a su vez compañero y amigo de Tony de la Guardia. Además de casi llorar la muerte de su amigo, el francés exclamó: "yo no sé cómo va a acabar todo esto, pero lo que no quisiera ver nunca es que a la muerte de los Castro estalle la rebelión, lleguen los Marines, y ante la espantosa miseria padecida durante años por el pueblo, los aclamen miles en el malecón de La Habana". Mi amigo francés se equivocó en los tiempos, obviamente; pero no sé si sobre el desenlace.


Es imposible evaluar el impacto que podrán surtir las medidas draconianas que está aplicando el régimen castrista para sobrevivir. Se antoja perfectamente posible que el pueblo cubano las aguante ha demostrado que "aguanta un piano". Pero es probable, también, que nunca le haya tocado a ese pueblo un golpe como el que ahora se le está asestando, y todo para tratar de perpetuar un régimen más fallido que nunca. Dejaremos para otra ocasión el efecto de los anuncios de estos días y de los aún no consumados despidos masivos, previstos para el primer semestre de este año. Pero ya sabemos algo de lo que sucedió por la eliminación de la libreta de racionamiento de una serie de productos básicos que se le entregaban (en poca cantidad y a bajo precio) a los habitantes de la isla desde hace casi ya medio siglo, cuando empezó el racionamiento.


A partir del 1 de noviembre se han eliminado de la libreta los siguientes productos básicos: papa, chícharo, jabón de tocador, jabón para lavar, pasta dental y detergente líquido, los últimos en días recientes. A partir de su liberación, los precios de estos productos, como era lógico, se han disparado. El promedio de incremento es de un factor de 10, es decir 1000%, el mayor dándose en el jabón de tocador (de 25 centavos a 5 pesos cubanos), los chícharos (de 15 centavos por medio kilo a 3.5 pesos) y el jabón para lavar (de 40 centavos a 5 pesos); y el menor en la pasta dental (de 65 centavos a 8 pesos) y las papas (de 30 centavos por medio kilo a 2 pesos cubanos). Estos aumentos son la diferencia entre el anterior precio oficial y el nuevo precio oficial, más no necesariamente el precio real del producto en la calle. Es lógico que con el tiempo el precio liberado oficial y el precio de mercado negro en la calle converjan, pero no se va a dar de manera inmediata. Por ejemplo: dos de los tres productos liberados tienen un precio en la calle dos veces mayor que el nuevo precio oficial, que ya era 12 veces mayor.


Es cierto que los cubanos carecen de prácticamente todo desde hace años. También es cierto que gracias a las remesas, a las propinas, a la prostitución y a Chávez hay más dinero en la economía de lo que la misma economía genera. Es cierto que el ingenio cubano para "resolvel" es infinito. Y es cierto que con la liberalización del "cuentapropismo" y del "changarrismo" es posible que tengan ingresos mayores para pagar mas caro por productos que ahora sí existen. Pero por un rato largo van a encontrarse, como dice Norberto Fuentes, sin libreta y sin trabajo. Una combinación inédita en la historia moderna de Cuba.- México, Distrito Federal.




*) Ex secretario de Relaciones Exteriores de México

Enlace Diario de Yucatan: http://www.yucatan.com.mx/20110106/nota-13/58324-cuba-sin-libreta-y-sin-trabajo.htm

El País
EDITORIAL

La agonía cubana

Raúl Castro prescinde de medio millón de funcionarios para evitar el colapso económico

06/01/2011

Rectificar para no hundirse: Cuba acaba de dar los primeros pasos en la aplicación de la consigna de Raúl Castro para evitar el colapso económico de la isla. Durante este año, el Gobierno amortizará medio millón de empleos públicos como parte de un proceso que reducirá un 25% de los puestos estatales, equivalente a un 10% del total de la población activa. Los trabajadores afectados por la medida recibirán un mes de salario por cada 10 años trabajados y, en algunos casos, una oferta en el sector agrícola y de la construcción. El Gobierno espera, con todo, un desplazamiento de los empleados estatales hacia el sector privado que reduzca el gasto público e incremente los ingresos por impuestos.

La reducción del empleo estatal podría convertirse en el preámbulo de la transición política cubana. Al renunciar por inviable a la economía dirigida por el Estado, el régimen cubano no podrá sostener por tiempo indefinido la falta de libertades individuales que hasta ahora presentaba como un requisito imprescindible del sueño igualitario que aseguraba retóricamente perseguir. Con dos décadas de retraso, el castrismo ha tenido que reconocer los mismos problemas que la Unión Soviética y emprender unas reformas que, aunque pensadas para la órbita económica, acabarán afectando también a la política. La vocación totalitaria que ha exhibido la revolución durante más de medio siglo podrá recalar provisionalmente en un simple y descarnado afán dictatorial, más fiel a los intereses de la nomenklatura que a la utopía de la sociedad sin clases. Pero la suerte del castrismo está echada, por más que la represión pueda prolongar la agonía del régimen.

Las esperanzas que permite concebir el hecho de que, por fin, algo importante se empiece a mover en Cuba no puede ocultar el drama humano al que se asoma la isla. El raquítico sector privado no podrá absorber en lo inmediato la mano de obra despedida del sector público, con lo que estaría cerniéndose sobre la población un nuevo y más grave deterioro de las condiciones de vida. Las actuales reformas deberán ser seguidas por otras igualmente contradictorias con el programa ideológico de la revolución si el Gobierno quiere contrarrestar los efectos sociales de la severa reducción del sector público que ha emprendido. Y al final de este proceso, puede que la revolución sea lo único que se quede en el camino, consumida en su fracaso y en el sufrimiento inútil que ha provocado.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/agonia/cubana/elpepuopi/20110106elpepiopi_2/Tes

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