Maduro en La Habana
Como sabe que no puede hablar por teléfono con Raúl porque sus conversaciones son interceptadas por los servicios secretos de los Estados Unidos, Maduro viajó a Cuba para informar cómo están las cosas en su país y allí decidir con sus superiores lo que debe hacerse en Venezuela. Por esta razón inventaron una reunión de emergencia del ALBA en La Habana. Los titulares informativos dicen que fue a pedir apoyo diplomático para su gobierno en crisis. Eso es una pamplina periodística, ni el ALBA ni el castrismo pueden darle nada en un terreno donde no tienen peso moral, ni diplomático, ni económico.
El problema inmediato en Venezuela es la constancia y el incremento de las manifestaciones populares contra la dictadura en la capital y en otras ciudades. Esto sucede en el contexto de un repudio mundial por la poco inteligente manipulación del Tribunal Supremo de Justicia al quitarle la inmunidad a los miembros de la Asamblea Nacional y a ésta de sus funciones, complicada por la absurda marcha atrás que dio al alegar que él, Maduro, no estaba enterado de lo que había sucedido.
El panorama se ha complicado por dos razones adicionales: primero, en la OEA hay un Secretario General que sin el apoyo de la mayoría de los países insistió en aplicar la Carta Democrática Interamericana y ahora con el apoyo de la mayoría, su liderazgo no se puede neutralizar con insultos. Segundo, en la Casa Blanca hay un presidente que no le dio miedo dar órdenes de bombardear una instalación militar en Siria y no hay ninguna razón para que tema exigirle al régimen venezolano un calendario electoral; de lo contrario podría suspender la compra de petróleo hasta que se hagan elecciones.
La reunión en La Habana ha sido muy importante. Ante el incremento de las manifestaciones, ante la posición de la OEA que ha sido respaldada por diversas entidades internacionales y ante la incertidumbre de lo que podría hacer el nuevo mandatario estadounidense, no hay muchas alternativas. No podrán mantenerse en el poder con el freno medio puesto: tirando perdigones, lanzando gases lacrimógenos y de vez en cuando matando a un estudiante y arrestando brutalmente a cientos de venezolanos.
Tienen que inventar un truco político para entretener a la oposición y al mundo, algo que ya no es fácil. O tienen que lanzarse por la vía sangrienta soltando en las calles, a los grupos de bandoleros y criminales conocidos como “colectivos”, una creación castrista en Venezuela. Estos perros de la guerra se movilizan con absoluta impunidad atacando con armas a los manifestantes desarmados. Esta maniobra tiene la ventaja, eso creen los 200 generales venezolanos, que ellos no serán inculpados por los crímenes de los “colectivos”.
Pueden haber decidido ya el aumento de la represión pero cometerán un gravísimo error, mayor que el mal planeado y peor justificado golpe de estado reciente a la Asamblea Nacional. El panorama ha cambiado y lo que sucede en Venezuela está muy cerca del corazón de millones de personas en todo el mundo, lo han ganado los venezolanos con su valor y su sacrificio.
Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica
Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica
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