viernes, 5 de febrero de 2010

Ramiro Valdés en Venezuela: razones y consecuencias

La presencia del comandante castrista Ramiro Valdés en Venezuela es objeto de conjetura y polémica. El precio que pagarán por esta decisión Hugo Chávez, su “padre político” Fidel Castro y los herederos del poder en Cuba, será mayor que cualquier ventaja que pretendan alcanzar.

La explicación oficial de que Valdés se encuentra en Venezuela para ayudar a resolver el problema eléctrico es un disparate. Él no tiene ni capacidad ni experiencia en la materia. Si hubiera llegado un grupo de expertos cubanos a colaborar con ingenieros venezolanos, el caso sería menos controversial, pero mandar a un comandante represor es otra cosa.

Pudiera ser que Valdés haya viajado a Venezuela a orquestar un negocio lucrativo para el castrismo: instalar plantas generadoras de electricidad que consumen una cantidad considerable de combustible. En este plan, como en otros, pretenden que millones de dólares sean transferidos de Venezuela a Cuba por concepto de asesoría, compra e instalación de plantas eléctricas. No es nada nuevo. Castro ha servido como intermediario con empresas extranjeras en la compra de millones de dólares de equipo médico para Venezuela. La tiranía en Cuba está en la quiebra y busca una justificación adicional para exprimir un poco más a los venezolanos.

Pero el viaje del comandante castrista no tiene que obedecer a una sola razón. Los efectos de la renuncia de tres ministros, entre ellos el de Defensa y también Vicepresidente, así como las protestas masivas por el cierre de RCTV, pueden haber tomado por sorpresa al alto mando cubano en la isla.

Estos acontecimientos seguramente han tenido un efecto negativo en las Fuerzas Armadas venezolanas y en el aparato político chavista, y los Castro no van a arriesgarse a perder la seudo-colonia que los mantiene en el poder en Cuba. Entre otros beneficios, la tiranía recibe de Venezuela petróleo que equivale a la casi mitad del consumo de la isla, más de 10.000 millones de dólares en los últimos cinco años. El castrismo “paga” con la mano de obra esclava de miles de profesionales cubanos, más cientos de agentes de inteligencia y subversión.

Ramiro Valdés “en su tiempo libre” puede supervisar de primera mano el aparato de espionaje y represión que los castristas montaron y dirigen en Venezuela. Su estancia allí hará menos necesarios los frecuentes viajes de Chávez a Cuba cada vez que necesita instrucciones; hay que guardar las apariencias de la dependencia.

La presencia de Ramiro Valdés en Venezuela tiene un costo político. Según las últimas encuestas de Latinbarómetro en 2009, Chávez era el dirigente menos popular en Latinoamérica. Los últimos acontecimientos y esta visita restan en lugar de sumar.

No puede pasarse por alto el nacionalismo en Latinoamérica. La intromisión y el poder de los cubanos en los mecanismos oficiales y en otras esferas provocan rechazos en Venezuela. Aunque los médicos cubanos han contribuido a la salud, también han creado un sismo entre los médicos venezolanos con consecuencias imprevisibles para el futuro de la salud pública en ese país.

Algún porcentaje del chavismo debe haber puesto en duda la sabiduría de la visita de Ramiro Valdés a Venezuela; llega un militar castrista con un historial siniestro, exactamente después de renuncias en el gobierno y manifestaciones de protesta en las calles.

La perdida de credibilidad de Chávez entre un porcentaje de sus seguidores no puede subestimarse. Su mayor riesgo consiste en continuar descendiendo en popularidad. ¿Que pasará en Venezuela cuando esta ande por el 30%? La visita de Ramiro Valdés le ha restado puntos y ha polarizado aun más a la oposición democrática. Creo que el error se originó en La Habana, donde se cometen muchos errores.


1 comentarios:

Lori dijo...

Tronco de criminal se han ganado los venezolanos!

5 de febrero de 2010, 22:00

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