sábado, 3 de diciembre de 2011

CUBA: EL PRESIDENTE RAJOY TIENE LA OPORTUNIDAD (3 de 3)


El nuevo gobierno español puede tratar el asunto cubano con una dosis de retórica en defensa de los derechos humanos en Cuba, acompañada de algunas acciones que demuestren que no está repitiendo la política de los gobiernos que le precedieron. Al mismo tiempo puede continuar apoyando los negocios con Cuba.


O, el Presidente Rajoy puede convertirse en el artífice de una estrategia que ayude eficazmente a la oposición democrática y al pueblo cubano a deshacerse de la dictadura y dar los primero pasos hacia la consolidación de una democracia en la Isla.

¿Qué puede hacer?

Los hechos demuestran que es muy difícil para una tiranía mantenerse en el poder si el mundo democrático está dispuesto a presionarla, aislarla y a castigarla por sus abusos. Los ejemplos sobran y están a la vista.

La revolución tunecina fue un hecho autóctono, pero la presión de los Estados Unidos sobre las fuerzas armadas egipcias decidió la caída de Mubarak. La derrota de Gadafi no hubiera sido posible sin el apoyo internacional.

En el caso de Siria las potencias democráticas y la Liga Árabe son determinantes en el futuro de la rebelión en ese país.

Jugaría a favor del dictador sirio que la Unión Europea practicara una política de amistad y negocios con esa tiranía, como se hizo con el castrismo por muchos años, mientras los Estados Unidos y la Liga Árabe sancionan al gobierno de Damasco.

En el caso cubano, los Estados Unidos y la Unión Europea deben tener una política coherente y coordinada hacia el régimen castrista. España puede ser clave en su formulación.

El papel de España es importante porque puede influenciar a los demás miembros de la Unión Europea y puede persuadir a ciertos sectores políticos en los Estados Unidos.

También porque España puede ejercer influencia en Latinoamérica donde la casi totalidad de los países, en un deseo de demostrar su independencia de los Estados Unidos, han tenido una actitud condescendiente con el castrismo. Han seguido los pasos de España en este sentido.

En conclusión:

a) España está en una posición privilegiada para articular una política respecto a Cuba que se convierta en una estrategia común de la Unión Europea y los Estados Unidos. Para que esa política tenga peso el castrismo tiene que pagar un precio si persiste en violar los derechos humanos.

b) Como parte de este nuevo enfoque se debe brindar reconocimiento y ayuda material sustancial a la oposición democrática cubana.

Sería un error que el nuevo gobierno español le hiciera el juego a la tiranía castrista. Esta trata de hacer creer al mundo que lleva a cabo cambios en Cuba que eventualmente podrían conducir a un régimen democrático. En realidad sus acciones están encaminadas a hacer de Cuba una mezcla de lo peor de Rusia, China, Nicaragua y Venezuela.

El presidente Rajoy tiene la oportunidad.

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