Curitas contra el cáncer: el último invento en Cuba
El gobierno castrista ha hecho grandes inversiones en biotecnología. No se conoce cuanto se ha invertido, tampoco si se ha ganado o se ha perdido. En los últimos años sin embargo, los castristas han inventado algo verdaderamente innovador. No les ha costado mucho. La difusión del producto en el mundo es gratis. Por esa razón lo exportan en buenas cantidades. Son las curitas contra el cáncer que también sirven para todo.
Ahoran usan curitas para resolver la falta de la comida, que es una verdadera desgracia para la mayoría de la población. Porque en Cuba hay una minoría que come muy bien y una mayoría que come muy mal.
La tiranía se queja de que tiene que comprar en el exterior el 85% de la comida de los cubanos. Es un dato asombroso. Con $1500 millones de dólares al año alimentan a once millones de habitantes.
Cuando usted divide $1500 millones entre once millones de cubanos le tocan el equivalente a $136 dólares de comida al año por persona. Esa comida es importada, a precios de mercado mundial. El pueblo que la consume tiene que pagarla.
Es prácticamente imposible que una persona pueda comprar con $136 dólares el 85% de la comida que consume en un año. Pero el caso es peor.
Una familia cubana de dos hijos y dos padres que trabajen y ganen el salario promedio de $17 mensuales cada uno, tiene un ingreso anual equivalente a $408 dólares.
En el caso de que pudieran dedicar todo ese ingreso a comprar comida, cuando dividimos los $408 dólares entre cuatro y entre 365 días, cada miembro del núcleo tiene disponible 28 centavos de dólar al día para desayuno, almuerzo y comida.
Así que papa Estado ante esta verdadera tragedia nacional, con toda lentitud y certeza, saco una curita milagrosa: Empezó a dar tierras a quienes las pidieran. No las dio en propiedad, las dio en concesión. Y no les facilitó préstamos para que comenzaran a trabajar.
Como era de esperar el aumento de la producción agrícola ha sido muy pobre. El pueblo cubano sigue mal comiendo. Ni los niños ni los jóvenes consumen suficientes proteínas. Su dieta está recargada de carbohidratos. El daño se acumula en las nuevas generaciones y los costos lo pagarán las que siguen.
Ante la situación creada por el propio régimen, la dictadura aplicó otras curitas más. Legalizaron la compra y venta de automóviles y viviendas. Y sacaron una curita para facilitar préstamos. Esta es una maravilla. Un régimen en quiebra que requiere miles de millones de dólares para financiar préstamos lo ha resuelto por decreto. Raúl Castro merece el Nobel de Economía.
Mientras todo esto sucede el cáncer continua avanzando. La población envejece. La salud empeora. La educación se deteriora. La infraestructura industrial o lo que queda de ella se vuelve más obsoleta. Nuestro país sigue hacia el abismo.
Pero periodistas y escritores del tema cubano siguen hablando de los cambios. Dicen que las medidas son insuficientes pero son beneficiosas. Que es una forma de hacer propaganda a las curitas contra el cáncer. Contra el cáncer hay que aplicar quimioterapia, radiación o lo que haga falta.