viernes, 11 de febrero de 2011

(Conclusión) Del Cairo a La Habana: el efecto tunecino



“...las fuerzas de seguridad de Cuba están en capacidad de suprimir protestas públicas focalizadas, aún cuando represiones de excesiva fuerza de las protestas podrían disparar un mayor descontento y aumentar la violencia, lo que podría conducir a cierto nivel de inestabilidad política'' James Clapper, Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Febrero 10 2011*


En cuatro breves capítulos anteriores hemos señalado algunos aspectos de la experiencia egipcia que podrían ser relevantes en el caso de Cuba:


Sin el freno de los Estados Unidos, Alemania e Inglaterra al uso de la violencia por parte del régimen de Hosni Mubarack es muy probable que la protesta en Egipto hubiera sido ya ahogada en sangre.


Egipto es importante para Occidente por su influencia entre los 350 millones de habitantes del mundo árabe, por la posición de la dictadura de Mubarack contra el radicalismo musulmán y la teocracia iraní y por su alianza con el estado de Israel.


Ni Cuba ni el castrismo tienen importancia estratégica para los Estados Unidos o la Unión Europea. Como hemos mencionado antes, Hugo Chávez y sus acólitos son una tormenta pasajera en una gota de agua para Washington.


En el caso cubano el gobierno de los Estados Unidos y la Unión Europea tienen una estrategia de espera que le da al castrismo la ventaja de la iniciativa: EU levantará el embargo y la UE suavizará su Posición Común cuando la tiranía en la isla inicie una transición democrática. Pueden pasarse esperando medio siglo más sin que pase nada.


A menos que esta situación cambie, una revuelta popular en Cuba no tendrá el apoyo exterior necesario y probablemente fracasará. Quienes han estado vaticinándola tienen la oportunidad de verse en el espejo egipcio y reconsiderar su optimismo.


En Egipto los medios de comunicación tradicionales y los digitales han tenido un rol fundamental antes de, y, durante la revuelta. En Cuba la penetración de Internet y la telefonía celular es mínima comparada con la de Egipto y los medios tradicionales (radio, televisión y periódicos) están controlados por el estado.


Pasarán muchos años antes de que el pueblo cubano llegue a tener un acceso similar a los medios digitales, aun si el régimen lo permitiera. El acceso a medios tradicionales independientes en Cuba es impensable bajo el castrismo.


Radio Martí refleja la política de los Estados Unidos hacia Cuba, más preocupada por la estabilidad que por un cambio en Cuba.


En Cuba como en Egipto el papel de las Fuerzas Armadas será decisivo, pero no podemos perder de vista que en Egipto la revuelta pacifica combatió violentamente contra la policía represiva y la venció.


Una revuelta popular en Cuba, por pacífica que quiera ser, tendrá que combatir y vencer contra las unidades antimotines del Ministerio del Interior. Mientras que en Egipto la lucha contra la policía dejó un saldo de más de 300 muertos, en Cuba me arriesgo a pronosticar que la cifra será mucho mayor.


El pueblo cubano tiene mucha más razones para protestar que el egipcio. Su situación económica es mucho peor, la represión ha sido mucho mayor. Más de medio siglo de tiranía totalitaria no puede compararse con tres décadas de dictadura egipcia, que no ha limitado la actividad y la empresa privada ni el contacto con Occidente, como lo ha hecho la tiranía castrista.


Un joven cubano desesperado se monta en una balsa improvisada y se juega la vida tratando de llegar a los Estados Unidos, pero tiene más posibilidades de mejorar su situación que enfrentando a un régimen despiadado que ha asesinado y condenado a prisión a miles de personas.


El hecho es que el pueblo cubano está abandonado a su suerte. De la mayoría de los gobiernos latinoamericanos y del de España lo que ha visto hasta ahora, es amistad y tolerancia hacia los hermanos Castro.


El respaldo de los Estados Unidos y de la Unión Europea no se traduce en un factor de apoyo y estímulo a las aspiraciones democráticas del pueblo, con la excepción de la posición de algunos países europeos.


Los cubanos en el exterior que esperan una revuelta interna sin apoyarla con hechos y recursos, pierden una oportunidad histórica.


Tenemos que lograr que la UE y los Estados Unidos cambien su estrategia por una que penalice al castrismo activamente si no inician el cambio político; también los exiliados tenemos que apoyar a los cubanos de la oposición en la isla que demuestren capacidad, honradez y patriotismo.


La experiencia egipcia es una bendición para un pueblo que merece vivir en democracia. Es también una bendición para el pueblo cubano (dentro y fuera de la isla), que tiene la oportunidad de estudiar lo que ha sucedido en Egipto y tomar las acciones que garanticen el futuro éxito de un posible estallido popular en Cuba.


* Statement for the Record on the
Worldwide Threat Assessment of the
U.S. Intelligence Community for the
House Permanent Select Committee on Intelligence

1 comentarios:

Carlos Francisco dijo...

Una diferencia importante entre Cuba y Egipto: el exilio. La comunidad cubana en el exilio tiene un poder económico importante, así como peso político en los Estados Unidos. Lo que le ha hecho falta es capacidad de movilización conjunta y organizada. Si los cubanos en el exilio lograran concertar acciones, serían el más sólido apoyo para la oposición en la isla.

12 de febrero de 2011, 8:27

Publicar un comentario

Seguidores

Mensajes

ok

Follow me on Twitter

Archivo del Blog

Snap Shts

Get Free Shots from Snap.com