CUBA: UNA VISIÓN DESDE EL PRESENTE HACIA EL FUTURO (1)
Por María I. Faguaga Iglesias- Cubanalisis
Cuba 16/5/11
1.- Desde 1989, tras la caída del Muro de Berlín, el proceso de reunificación de la en su momento artificialmente escindida Alemania -división que no obstante su inicial arbitrariedad política, llegó a cuajar en adulterados frutos que trascienden hasta el presente-, el desmantelamiento de la leninistamente colonialista ex-URSS, y el final de aquello que nos decían era el “campo socialista”, numerosas y diversas miradas se tornaron hacia Cuba y su autodeclarado gobierno socialistas de corte marxista-leninista, pretendidamente comunista.
Desde entonces, muchos análisis se han realizado dentro y fuera de sus fronteras -especialmente fuera- sobre la situación cubana y las posibilidades de supervivencia o no del régimen, sobre las posibilidades de accionar independiente de la población, y sobre las capacidades y posibilidades de incidencia política de la oposición interna. Análisis a los que se añadiría la caracterización de lo que se ha dado en denominar “transición hacia una Cuba libre” o “hacia la era post-Castro”, y los intentos de validación de ese post-castrismo.
2.- Quizás, una de las debilidades de muchos de esos análisis radique en concentrar la responsabilidad histórica y moral de la caótica situación del presente cubano, en los desenfrenos, perversiones y degeneraciones de todo tipo efectuados por los gobernantes hermanos Castro Ruz, en éstos. Esa es la proyección que, indirectamente, e incluso no siendo interés de los analistas, libera al castrosocialismo de muy bien pensados y/o empleados recursos encontrados, a su favor, es decir, del uso por ellos de deformaciones existentes en la sociedad cubana mucho antes de la llegada de ambos bufonescos y maquiavélicos gallegos al poder.
3.- Deformaciones estructurales presentes secularmente, procreadoras de deformaciones en las subjetividades individuales y colectivas, que han formado parte consustancial de los imaginarios de la nación y sobre la nación.
Una mezcla fatal de deformación de la estructura económica colonial, que instituyera la nación sobre el desarrollo monopólico productor, con mano de obra siempre simbólicamente pagada y unos derechos civiles siempre fácilmente coartables, con una nacionalidad que se fundara viendo casi con “naturalidad” el caudillismo y la violencia sobre los cuales surgió, facilitarían a los gobernantes Castro Ruz el empleo a su favor de la atrofiada estructura objetiva y de los traumas subjetivos que ésta generaría. Ello les facilitaría la exacerbación del estado policiaco y militarista, desatar el terror, y, a la par, utilizar en su beneficio la de-construcción y anulación de la sociedad civil, la coartación y manipulación de la intelectualidad, la des-estructuración del sindicalismo y la sujeción de la mano de obra en condiciones de semiesclavitud.
Continuará...
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