lunes, 4 de julio de 2011

Cuba: sín Venezuela ¿el camino de China?



Aunque el futuro de Chávez es todavía incierto y el de la continuidad de la subvención venezolana también, la tiranía castrista no puede evitar afrontar la posibilidad real de que la permanente transfusión venezolana pueda llegar a su fin en algún momento.

¿Qué hacer?

¿Debe Cuba tomar el camino de China?

Una respuesta afirmativa no implica suponer que el actual gobierno de Cuba tiene la capacidad para tomar ese camino con éxito. Tampoco que es el mejor camino hacia el progreso del pueblo cubano.

Deng Xiaoping, el arquitecto de la transformación en China, desde muy joven demostró un liderazgo excepcional. Durante toda su vida Raúl Castro, el heredero de la dictadura en Cuba, ha demostrado exactamente lo contrario.

La pregunta y la respuesta tendríamos que plantearla en el plano hipotético, en el cual Cuba tendría un liderazgo con la voluntad y la capacidad para realizar un cambio que: 1) en el menor tiempo posible evite el impacto del fin de la subvención venezolana y 2) en el menor tiempo posible eleve en forma sustancial el nivel de vida de sus ciudadanos.

Si este fuera el caso, como finalmente puede serlo en Cuba, la primera pregunta a responder es si el fenomenal desarrollo económico de China fue una excepción o no. No lo fue. Antes que China, Japón salió de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial para llegar a convertirse en una potencia económica mundial sin necesidad de sacrificar las libertades de sus ciudadanos.

Otros países como Taiwan, Malasia, Singapur y Korea del Sur, partiendo de economías muy pobres, han llegado a convertirse en protagonistas sobresalientes en la economía globalizada.

En cualquiera de estos países los niveles de ingreso per cápita son superiores a los de China continental. En cualquiera de estas naciones el respeto a los derechos humanos es superior al de China.

Ante esta evidencia, el camino chino no parece el ideal. También veremos que no es el más consecuente con la realidad geopolítica de la Cuba actual. Pero antes de tratar este último tema, analicemos otras consideraciones que merecen tenerse en cuenta.

El primer paso a la economía de mercado en China comenzó en 1978 sin un plan estratégico. Mucho se ha hablado y se ha escrito sobre la revolución agrícola en China, pero esto fue una respuesta inmediata a la hambruna de ese año.

Es cierto que las decisiones a favor del cambio por parte del Onceavo Congreso del Partido Comunista Chino en 1978 fueron precedidas de algunas medidas liberalizadoras, pero el plan maestro que se asume ha sido una conclusión posterior y no un punto de partida.

Cuba no tiene por qué improvisar en el terreno agrícola como lo hizo China. Por el contrario, el desarrollo económico de Cuba debe ser el resultado de un plan estratégico a largo plazo. Este debe considerar la realidad nacional y los retos y oportunidades de la globalización.

Continuará…

1 comentarios:

Nestor dijo...

Primero, algo que puede ser heredado de hermano a hermano no es país, sino una finca. Y los habitantes también son propiedad, o no se necesitaría permiso de salida. No vale la pena de referirse a esa entidad como a "Cuba." Segundo: una enseñanza triste de la experiencia China es que a veces ni las hambrunas ni las abundancias generan cambios. Sobre todo cuando se trata de superar un régimen como el de Mao o Stalin que es lo que tenemos los cubanos. La liberación del mercado siempre beneficia primero al ejercito y a la seguridad que ya hoy son los principales negociantes en China y Rusia. Es así como se impide el cambio. Tercero, después de 30 años en retirada el Socialismo parece, otra vez, estar de moda, especialmente al sur del hemisferio. Chávez es un exponente de este rumbo. Castro no es mas, ni siquiera, el mas grande exponente del socialismo hispano, lo es Chavez. La causa de la Libertad de Cuba pasa por una funeraria.

4 de julio de 2011, 12:27

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