jueves, 7 de mayo de 2009

LA BALSA O LA VISA


El lunes 4 de mayo Alejandro Armengol publicó en el Nuevo Herald: “La bola en Miami” que recomiendo leer. Utiliza el símil de un juego donde la bola está un día en Washington y el otro en La Habana. Figura hoy común entre los analistas y “opinionistas” del tema cubano. Armengol dice que la bola ahora está en los cubanos de Miami. Señala que la nueva política de viajes y remesas sin restricciones a la isla, abre la posibilidad de que estos influencien la realidad de Cuba.

Plantea Armengol que más que las expectativas de cambio que se esperaban del gobierno en Cuba hace poco más de un año “hay indicaciones de que La Habana ha optado por mantenerse en la indecisión entre la permanencia y el cambio” que llevan al estancamiento o el peligro del caos. Dice que en Cuba ha surgido las opciones de un cambio a lo ruso, chino o vietnamita, o el camino de Corea del Norte.

Ante esas circunstancias Armengol propone una apuesta “que no se empecina en plantear un cambio de carácter político sino que busca una entrada en el terreno económico y social: contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de los residentes en la isla. Es en Miami donde existen los actores y recursos que pueden participar en esta movida”.

En mi opinión que los viajes puedan influenciar la realidad cubana depende en primer lugar de que el régimen los aliente o los dificulte. Eso está por ver. Que unos viajeros hagan lo que Armengol plantea y otros insistan entre los cubanos en la isla en un cambio político hacia la democracia. O que simplemente la mayoría vaya a Cuba a ver a sus familiares, a lamentarse con ellos de la situación y a disfrutar en su compañía el dinero y regalos que llevan.

Pero sobre los viajes hay antecedentes. Antes de las restricciones eran permitidos y cuando fueron limitados por la administración Bush quienes quisieron mandar dinero o ir a Cuba continuaron haciéndolo vía terceros países.

Aquellos viajes le hicieron un gran daño al régimen porque los cubanos de la isla vieron regresar a sus familiares, amigos, conocidos y enemigos, con historias de sus éxitos en los Estados Unidos y con los dólares para probarlo. El impacto fue desastroso y la dictadura prohibió el contacto entre sus oficiales y estos gusanos convertidos, como se ha dicho, en mariposas.

También tuvieron otro efecto. La juventud cubana, que ya veía en los Estados Unidos el país de las oportunidades, con la confirmación de los recién llegados se convenció que lo que había que hacer era emigrar a los Estados Unidos a toda costa. Como la lucha por una vida mejor en el sistema era imposible y la lucha contra el sistema terminaba en la cárcel, la única alternativa era la balsa o la visa.

Nuevos viajeros difícilmente van a perjudicar la imagen del régimen como en el pasado porque la dictadura está completamente desprestigiada, posiblemente más bien aumenten el deseo de emigrar entre los jóvenes.

El artículo de Armengol tiene sustancia y merece bastante más que estos breves comentarios. Sin dudas ha puesto en el tapete la importancia que tiene el exilo cubano, quien también puede hacer los viajes e insistir, tal como lo plantea Obama, en que no debe haber levantamiento del embargo sin respeto a los derechos humanos en Cuba, sin que esto signifique que es un exilio anquilosado en el aislamiento y el pasado.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Mensajes

ok

Follow me on Twitter

Archivo del Blog

Snap Shts

Get Free Shots from Snap.com