La locura de Trump con Venezuela


La amenaza de Donald Trump de intervenir con tropas en Venezuela es una locura, así lo ha caracterizado, nada menos y nada más, que el General Padrino López, Ministro de Defensa de ese país, quien recientemente difundió un video en que el que se veía, y él lo decía, lo listo que estaba para defender a su patria. Padrino disparaba en un campo de tiro contra siluetas inmóviles, en una secuencia de movimientos y posiciones como cuando se ataca a civiles desarmados. Exactamente como han hecho sus tropas hasta ahora, masacrando a muchachos y casi niños que se han enfrentado a un ejército de soldados, policías y sicarios motorizados, en las calles de nuestra querida Venezuela.   

Es lógico que Padrino López llame al comentario de Trump una locura, ya que para consolidar la dictadura en Venezuela, ni los castristas en La Habana ni sus disciplinados esbirros venezolanos  habían incluido en su estrategia a otro enemigo que no fuera el pueblo desarmado de Venezuela. Por eso, sin importarles las denuncias internacionales,  han bailado y han cantado en las tarimas mientras la oposición enterraba a sus muertos, trataba de salvar sus heridos y les arrastraban con palos y patadas  a sus hombres y mujeres camino a prisión.  

Hasta ahora no han tenido que preocuparse de que un presidente latinoamericano fuera a tener la osadía de decirles: o la paran o los paramos. Para evitar eso ya habían secuestrado la OEA comprando un grupito de votos. La narco dictadura no se imagina al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, protegiendo con tanques y soldados colombianos a sus vecinos venezolanos del Táchira que estuvieran siendo asesinados en masa. Tampoco en sus cálculos están las tropas brasileñas reforzando su frontera con Venezuela y protegiendo, en una especie de zona de exclusión, a los venezolanos que huyen o se atrincheran en la lucha.  Los estrategas castristas en La Habana estaban seguros de que los presidentes latinoamericanos no pasarían de repetir que la democracia en Venezuela está en riesgo de perderse.  Mucho menos en sus planes de contingencia visualizaron a la infantería de marina de los Estados Unidos tomando el puerto de La Guaira, el aeropuerto Internacional en Maiquetía y La Carlota en Caracas (Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda). En horas, eso sería el caos, el fin, una locura,  como ha dicho Padrino López. Quizás no les daría tiempo ni de huir hacia La Habana.  Aún más, nunca en sus planes incluyeron que Donald Trump se atrevería a una amenaza como la que ha hecho porque el planeta lo acusaría de amenazar la soberanía de una nación latinoamericana. Algo sacrosanto para la izquierda demagógica mundial, que entiende soberanía como los derechos absolutos del soberano, no del pueblo. 

Por estas razones han hecho lo que han querido en Venezuela y piensan que lo seguirán haciendo, aunque cada semana se anuncien nuevas sanciones contra más funcionarios del régimen, aunque se expulsen embajadores venezolanos y se aisle completamente al desgobierno madurista. Los castristas y sus aliados en Venezuela, cuentan con su grupo de apoyo: Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Nicaragua y Bolivia.  Y la narco dictadura  tiene conque pagar a largo plazo porque en sus manos están las reservas de petróleo más grandes del mundo, hoy en el campo de los enemigos de Occidente, por si alguien no se ha dado cuenta.

Solamente a Trump se le ocurriría advertir sobre el posible uso de la fuerza en Venezuela, porque lo sensato, lo político y lo diplomático es denunciar una y otra vez al régimen de Maduro, aunque siga asesinando jóvenes desarmados, le arrebate al pueblo de Venezuela cada una de sus libertades y ahogue en sangre su audacia y sus esperanzas. Lo correcto es repetir, hasta el infinito, que la solución está en las negociaciones. Hay unos que llegan al extremo de insistir en que el problema de Venezuela lo tienen que resolver los venezolanos, que es como decir que lo van a resolver a su manera los venezolanos que tienen los tanques, los aviones y las ametralladoras para masacrar a los venezolanos que no tienen con que defenderse.  Dentro de esta ética de la prudencia cínica, hablar o actuar de otra forma es caer en el terreno de la insensatez.

Pero tomemos nota, la “locura” de Trump va dirigida a los miles de muchachos que arriesgan su vida cada vez que salen a protestar, a lo represores que los agreden y asesinan y a quienes les dan las órdenes.  También va dirigida a los presidentes latinoamericanos y a Raúl Castro y su grupito de conspiradores en La Habana.  Quizás esa advertencia sea la que salve las libertades del pueblo venezolano y evite la tragedia de una guerra civil.  Quizás sea la que obligue a la mafia a replegarse. Por el momento la línea roja está marcada y dudo que en el caso venezolano suceda lo mismo que lo que pasó con la línea roja de Obama en Siria.

Huber Matos Araluce, agosto 13, San José, Costa Rica

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Maduro no tiene salvación


Maduro y su grupo mafioso cosechan un fracaso detrás de otro:

1) La casa por cárcel concedida a Leopoldo López es un logro de la oposición y de la presión internacional que ésta ha podido cultivar. Es un triunfo antes del plebiscito, exactamente en el momento en que se necesitaba. Una prueba irrefutable del éxito alcanzado por la audacia y el sacrificio de miles de hombres, mujeres y niños enfrentados a la narco dictadura  en las calles de Venezuela.

2) La jugada maestra de Maduro, la Constituyente, se ha convertido en un boomerang que le viene directo a la cabeza. La oposición le ha contestado con una maniobra brillante, el plebiscito. Una movilización masiva en todo el país que deja a la Constituyente en ridículo y consolida la legitimidad de las demandas mayoritarias de un cambio hacia la democracia. 

3) Los pronunciamientos anti-régimen de La Conferencia Episcopal Venezolana, que incluyen a 40 obispos y dos cardenales, son un importante triunfo que la dirigencia religiosa venezolana ha podido alcanzar después de una ardua labor de cabildeo con el Papa Francisco. El 8 de mayo pasado la CEV definió su posición y un reportaje de Reuter la cita y la comenta: “Rechazamos la convocatoria a esta Asamblea Constituyente y exhortamos a la población en general a no resignarse y a levantar su voz de protesta”, afirma un comunicado que cayó muy fuerte hoy en el Vaticano, que no hizo hasta ahora comentarios. La Asamblea Constituyente, que no incluye a los partidos políticos, “es peligrosa para la democracia venezolana, para el desarrollo humano integral y para la paz social”, añade la declaración.  

4) El asalto y la agresión a los diputados de la Asamblea Nacional fue un error desesperado. Otra victoria regalada, también en el momento preciso, a la oposición. Los venezolanos y el  mundo entero vieron un avance de la película de horror que el régimen tiene preparada.  Esto ha sido un acicate a la decisión de que hay que sacar a Maduro y a su mafia del poder.  Súmele las acciones contra la Fiscal General congelándole sus bienes y acusándola, más el nombramiento ilegal de una vice-fiscal que termina siendo expulsada después de haber ingresado a la sede del Ministerio Público escondida en el maletero de un auto. Maduro y su mafia han demostrado una incapacidad total para enfrentar el reto y su superior, Raúl Castro, también.  

Muchos podrán especular que la casa por cárcel a Leopoldo es un gesto conciliatorio, o un truco, o un acuerdo para ablandar a la oposición, o que representa la grieta entre las facciones del régimen, etc., pero el balance final después de 100 días de protestas populares es abrumadoramente a favor de la oposición. Miles de venezolanos están conscientes que si dejan la calle perderán todo el terreno ganado y difícilmente alguien los convencerá de lo contrario. Por su heroísmo ejemplar, el pueblo de las reinas de belleza se ha ganado la admiración y el respecto de millones de personas en el mundo. Maduro no tiene salvación.

Huber Matos Araluce, julio 8, 2017, San José, Costa Rica
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Obama apoyaba el embargo

Obama en la Fundación Cubano Americana
 el 23 de mayo de 2008


A muchos simpatizantes de Barack Obama puede parecerles absurdo y falso que el expresidente de los Estados Unidos apoyara el embargo a Cuba, pero así fue. Obama respaldaba la política que muchos pensaban y piensan que es un error porque no ha logrado un cambio en Cuba.  Los que están contra el embargo han querido creerse ese argumento para desacreditarlo - que no ha logrado un cambio en la Isla - pero Obama pensaba lo contrario.  

En mayo de 2008, durante su campaña por la presidencia, el senador Barack Obama visitó Miami en busca del voto cubano.  Allí dijo que él haría cambios en la política hacia Cuba, pero aclaró que mantendría el embargo porque era un instrumento útil, estas fueron sus palabras:

“No se confundan sobre esto.  Yo mantendré el embargo… porque nos da la palanca para presentarle al régimen actual una clara alternativa: Si ustedes dan pasos significativos hacia la democracia, comenzando con la liberación de todos los presos políticos, nosotros daremos pasos para comenzar a normalizar las relaciones”. *

No había ni hay espacio para distorsionar el mensaje de Obama.

Primero, él aprobaba el mantenimiento del embargo como una carta de negociación.  Obama creía que ésta había sido y era una política inteligente de parte de los Estados Unidos y la continuaría si llegaba a la presidencia.

Segundo, el gobierno castrista tenía que dar pasos significativos hacia la democracia,  no hacia el capitalismo.  No pueden decir que la Isla va hacia la democracia quienes crean que en Cuba hay cambios porque las personas puedan vender o comprar una casa, o porque  se permiten negocios pequeños  o medianos o de cualquier tamaño, siempre y cuando sea bajo el estricto control o en sociedad con la dictadura.  El capitalismo ha existido bajo muchas dictaduras y existe en regímenes brutalmente represivos.

Tercero, según Obama, el régimen en la Isla tenía que empezar primero con la liberación de los presos políticos.  Esta condición tenía sus consecuencias pues solo era posible si ese gobierno dejaba de perseguir a los cubanos por razones políticas; no podía el castrismo liberar los presos políticos un día y al siguiente continuar encarcelando a los cubanos por expresar sus opiniones contra el gobierno.  La liberación de los presos políticos no era liberar a unos para empezar a llenar la cárceles con otros, la liberación de presos políticos implicaba la libertad de expresión en Cuba.

Cuarto, si el gobierno castrista daba pasos hacia la democracia, entonces  él,  Obama, si era electo presidente, comenzaría a dar pasos para normalizar las relaciones entre ambos países.

El senador Barack Obama ganó las elecciones y trató de muchas formas de llegar a un entendimiento con el régimen castrista que le permitiera quedar para la historia como el presidente de los Estados Unidos que restableció relaciones diplomáticas con el gobierno de Cuba.  Obama fracasó en su estrategia de pasos de una parte y pasos de la otra. Ante el fracaso Obama capituló y en diciembre de 2014, sorprendió a todo el mundo anunciando que después de 18 meses de conversaciones secretas con el gobierno de la Isla, había decidido normalizar las relaciones diplomáticas con Cuba.  

Obama se olvidó de su promesa al exilio cubano porque ninguna de las condiciones con las que se comprometió en mayo de 2008 fue cumplida por la dictadura castrista.   Sucedió todo lo contrario, después del restablecimiento de relaciones diplomáticas la represión aumentó en la Isla. 

La acción de Obama trajo beneficios inmediatos e importantes para Raúl Castro y su dictadura.  Millones de personas en el exterior se convencieron que los cambios en Cuba ya habían comenzado y que el restablecimiento de relaciones por parte de Obama era el reconocimiento y la garantía del esperado cambio hacia la democratización del país.  

El turismo a la Isla aumentó y muchos periodistas se dieron a la tarea de demostrar que estábamos en la antesala de una nueva Cuba. Empresarios de diferentes países empezaron a llegar a la Isla para explorar los negocios que podrían hacer.   Mientras tanto el régimen ha seguido insistiendo en que no habrá cambios políticos en Cuba.

¿Qué sucedió con los pasos de Obama que llevarían la normalización entre ambos países y a la democratización de Cuba? 

Continuará…

Huber Matos Araluce, junio 22 2017, San José, Costa Rica
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Maduro no es chavista, es castrista


Maduro siempre se ha presentado con una máscara chavista pero él es castrista. A la hora de obedecer y decidir, su lealtad está en La Habana. Hay evidencias para afirmarlo pero la última es irrebatible: la decisión de liquidar el más importante  legado de Hugo Chávez - la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela - adoptada el 15 de diciembre de 1999 mediante un referéndum popular. 

Esa constitución garantiza elecciones regionales y presidenciales, entre otros derechos, como el de manifestarse en las calles. La narco dictadura  ha pospuesto las elecciones y no se ha podido hacer mucho al respecto, pero le ha sido imposible frenar las protestas populares y estas tienen en crisis al régimen que Maduro preside. Por esta razón él, su camarilla y Raúl Castro, están empecinados en borrar del mapa la constitución de Chávez.  

Si tiene duda sobre la decisión de Raúl Castro, lea sus declaraciones del 6 de marzo pasado en la XIV cumbre de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que se celebró en Caracas, allí advirtió: "En Venezuela se libra hoy la batalla decisiva por la soberanía, la emancipación, la integración, y el desarrollo de nuestra América".  Es decir la batalla decisiva de toda América y por supuesto, en especial, la de su dictadura en Cuba.

Descartar la actual constitución es una decisión equivocada por varias razones. En su intento por desmantelar la herencia constitucional de Chávez, Maduro ha creado un frente de oposición en el sector de la población aun leal al chavismo, que aunque es minoritario es de este grupo del que proviene su único respaldo popular. 

En este nuevo frente están incluidos miles de militares y de funcionarios públicos, como es el caso de la Fiscal General Luisa Ortega. Si antes de llamar a esta constituyente Maduro confrontaba a la oposición organizada y la mayoría de los venezolanos lo rechazaba, ahora también se enfrenta a los chavistas que no están de acuerdo con el procedimiento inconstitucional de convocar a una constituyente que va a barrer con el legado intelectual de Hugo Chávez. Además, esta ruptura le da la oportunidad de apartarse a los chavistas que quieren desligarse del régimen actual, sin que los puedan acusar de pasarse al bando de la oposición. 

Con este paso radical y desesperado con el que piensan que van a evitar su final, el castrismo y Maduro lo están acelerando. Tratando de liquidar la constitución vigente le han facilitado a los chavistas descontentos un espacio ideológico, político y moral hacia el cual pueden migrar.  Así, al enfrentar a Maduro, tienen la oportunidad de ganarse el derecho a seguir viviendo en una Venezuela post castrista sin cargar con las responsabilidad de un régimen represivo y corrupto que dilapidó una fortuna, arruinó al país y asesinó a hombres, mujeres y niños.

¿Por qué Maduro y su grupo actúan de esta forma?  Porque cuando el miedo y la soberbia se juntan es fácil equivocarse. Sin la subvención petrolera de Venezuela la dictadura en la Isla  difícilmente podrá sobrevivir.  Pero si lo hiciera, Cuba quedará mucho peor de lo que ya está y el impacto de la caída de la dictadura venezolana puede ser un ejemplo tentador para el pueblo cubano. Además, los narcotraficantes y los corruptos que se han enriquecido al amparo de los gobiernos de Chávez y Maduro, difícilmente encontrarán un lugar seguro para vivir, a menos que decidan irse a Irán, a Rusia, o a China, donde ni ellos como fugitivos tendrán garantías aseguradas.

¿Entonces por qué la constituyente?  Primero, porque no valoraron la reacción adversa en el sector chavista “auténtico”.  Segundo, porque ellos creen que invitando a la minoría chavista a respaldar una nueva constitución tendrán su apoyo incondicional.  Esta nueva constitución será a una declaración de guerra total contra quienes se les opongan y por esta razón necesitan el respaldo popular que les queda. 

Los castristas en Venezuela y en Cuba han llegado a la conclusión de Raúl Castro: “En Venezuela se libra hoy la batalla decisiva…” y por eso están dando los pasos para aniquilar a la oposición aunque tengan que asesinar a miles de personas en las calles y ciudades de Venezuela.  Ese será su error final y fatal. 

Huber Matos Araluce, junio 16 2017, San José, Costa Rica





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Para el comunismo y para el capitalismo el fin justifica los medios


Cuando se trata de ganancias al capitalismo no le importan los atropellos y asesinatos que cometa una dictadura y si las utilidades son buenas no tiene ningún escrúpulo en asociarse.  En otras palabras tanto para el comunismo como para el capitalismo el fin justifica los medios. Hay sus excepciones, pero eso son: exactamente excepciones. Esperemos que ese capitalismo inhumano que predomina hoy se transforme para el bien de la humanidad.  Lo que está pasando en Cuba y Venezuela nos brinda una oportunidad.

Resulta que Goldman Sachs, una de la empresa de inversiones más grandes de los Estados Unidos, acaba de comprarle bonos a la narco dictadura venezolana por $865 millones de dólares. Esto es un respiro que le permitirá a ese régimen en crisis tener más recursos para reprimir a los venezolanos que se juegan la vida día a día en la calles luchando por la democracia.  

El negocio de Goldman Sachs está en que comprando esos bonos a un 31% de su valor nominal, podrá exigirle a un futuro gobierno democrático de Venezuela el 100% de lo que dice la dictadura que valen, o sea $2800 millones de dólares. Esto es un robo premeditado al pueblo venezolano. Como estos compromisos se hacen con el estado venezolano y no con la dictadura, el próximo gobierno de Venezuela tendrá que honrarlo o arriesgarse a que nadie en la comunidad financiera internacional le preste un centavo, así de sencillo.

Algo parecido viene sucediendo en Cuba. El castrismo, que está bordeando el abismo desde hace rato, como aceptó públicamente Raúl Casto en diciembre de 2010, decidió que su salvación estaba en abrirle las puertas al capitalismo.  Por esta razón llevan años asociándose con empresas transnacionales para explotar los mejores negocios de Cuba, que también implica explotar a los trabajadores y a los campesinos cubanos quienes viven en la miseria o muy cerca de ella.

Los capitalistas demagógicamente argumentan que el desarrollo económico lleva directo a la libertad, lo contrario es la verdad.  La historia lo ha demostrado, son las naciones con seguridad jurídica y libertad las que han progresado siempre. La Rusia y la China capitalista de nuestros tiempos son tenebrosas dictaduras que asesinan periodistas y opositores, y donde se violan los derechos humanos en forma sistemática. 

A fin de cuentas, para los capitalistas como Goldman Sachs, Venezuela es una oportunidad porque un futuro gobierno democrático tendrá que pagar lo que hoy compra a la narco dictadura a precio de oferta y para los capitalistas que invierten en Cuba, la Isla es el lugar donde conviene invertir a precio de oferta también, sus negocios rinden ganancias ahora y mañana creen que tendrán en sus manos la economía del país. Este esquema en que el fin justifica los medios para bandoleros de un lado y del otro tiene que acabar.  ¿Por qué no empezar en Venezuela y en Cuba? Hay que castigar a los cómplices. 

Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica, mayo 30, 2017. 
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Una respuesta a Marta Beatriz Roque: el CID siempre ha caminado por el camino del pueblo

Rolando Pupo Carralero, Daudy Hermelos Lagos y Ernesto Morales Rosales, de la Defensoría del Pueblo del CID en Pinar del Río, entregan ayuda a humanitaria a Yasmary Pérez Pérez.


En un reciente artículo de Mario Penton, Miami,  Mayo 25, 2017, se publican opiniones de la disidente Marta Beatriz Roque sobre la oposición en Cuba:

“la disidente y ex prisionera política Martha Beatriz Roque fue rotunda al evaluar la trayectoria de la oposición en la Isla, que a su juicio, "no ha encontrado el camino correcto para llegar al pueblo"…"Hay que rozarse con el pueblo y en ese roce hay que entregarle ideas de la realidad del régimen, ideas que el pueblo entienda", dijo Roque a "14ymedio" el pasado lunes en la sede de la Fundación Nacional Cubano Americana, donde asistió a una celebración del 115 aniversario de la independencia de la Isla.  "Muchas veces los opositores salen a la calle y gritan 'abajo Fidel, abajo Raúl, vivan los derechos humanos' pero la gente muchas veces ni siquiera saben cuáles son sus derechos".

Con todo respeto las declaraciones de Marta Beatriz Roque pueden aplicar a otros grupos de oposición pero no al CID (Cuba Independiente y Democrática). Desde su fundación en Caracas en octubre de 1980, el mensaje ideológico y la acción política del CID han sido dirigidas a que el pueblo cubano conozca sus derechos. En su documento fundacional, La Declaración de Caracas, la organización se comprometió a: “luchar por el establecimiento en nuestra patria de una sociedad consagrada a la libertad y la dignidad humana, totalmente democrática y soberana, socialmente equilibrada y justa”.  La emisora de radio La Voz del CID que transmitió a Cuba 24 horas del día los siete días de la semana por más diez años alcanzando una gran audiencia en la Isla y su programación estuvo igualmente dirigida a que los cubanos conocieran sus derechos.



Esber Ramírez Argota, delegado del CID en Antillas y Jesús Guerra Hastíe, ambos de la Defensoría del Pueblo, muestran la escalera nueva y la pieza sanitaria que, por reclamos de la Defensoría del Pueblo, ahora tienen los vecinos de la cuartería de viviendas #21, cita en calle Ave. 28 de Enero en Antillas.



Las 53 delegaciones del CID en Cuba actualmente trabajan en proyectos concretos con el propósito de que la población conozca sus derechos y los exija.  Por ejemplo la Defensoría del Pueblo consiste en ayudar a los cubanos, en forma individual o en grupo, que se encuentran en situaciones difíciles de salud, vivienda, abastecimiento de agua potable etc., a que reclamen una solución. Estos reclamos se hacen formalmente y se documentan. El semanario La Nueva República, que distribuyen al pueblo las delegaciones de la organización, expone los abusos que se cometen en Cuba y los derechos que tiene la población. El Proyecto Constitucional del CID igualmente expone en detalle todos los derechos y deberes de los ciudadanos cubanos.  Este proyecto no se hizo para guardarlo o que se distribuya en el exterior sino para que el pueblo conozca sus derechos.

En conclusión, el trabajo del CID y el de todos sus activistas en Cuba es el de fundirse con el pueblo cubano en un reclamo de sus derechos y demandas. Por estas razones, con todo el respeto que merece Marta Beatriz Roque por su reconocido historial como disidente, es importante que los cubanos en el exterior conozcan que dentro de Cuba hay miles de activistas que luchan junto al pueblo apoyando sus reclamos y respaldando sus esperanzas de una Cuba independiente y democrática.  EL CID siempre ha caminado por el camino del pueblo.

Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica, mayo 27, 2017. 
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Venezuela: elecciones o guerra civil


Caterina Ciarcelluti protesta en las calles de Caracas 

Aunque el pueblo venezolano insiste en una salida constitucional la narco dictadura prefiere un enfrentamiento violento.  No se imaginan que pueden perder la guerra civil que están provocando. Si creen que podrán triunfar con tropas descontentas, con los bandidos de los colectivos y con civiles armados (milicias), no se han dado cuenta de sus propias debilidades ni del formidable enemigo al que tendrán que enfrentarse. 

Entre otros factores, en una  guerra la motivación y los recursos son determinantes. La cúpula gobernante está cometiendo el error de pensar que cuenta con ambos y se va a llevar una desagradable sorpresa. La oposición que ganó la mayoría en la Asamblea Nacional en 2015  obtuvo los votos de un porcentaje significativo de soldados y de sus familiares. Hoy el 78% de los venezolanos rechaza al gobierno.

Los colectivos son sanguinarios pero son algunos miles de cobardes que se dedican a matar y a robar sin correr peligro, cuando tengan que arriesgar sus vidas cruzarán huyendo la frontera colombiana. Las milicias no tienen la cohesión ni la disciplina de un ejército regular y veremos cómo reaccionan frente a un pueblo decidido a luchar el tiempo que sea necesario.

La primera gran derrota del régimen dictatorial sería quedarse sin la exportación de petróleo, de su venta dependerán las compras de recursos para sostener una guerra que puede prolongarse.  Las refinerías son difíciles de proteger y serán objetivo fácil en el conflicto.  Cuando la dictadura venda el oro que le queda para comprar armas, municiones y todo lo demás que se irá agotando, la victoria será cuestión de tiempo. 
A los revolucionarios demócratas les sobrarán patriotas, capacidad y motivación. En las ciudades y en las montañas tendrán miles de hombre y mujeres dispuestos a enfrentarse a un gobierno que les negó una salida pacífica. Tendrán a su lado suficientes ex oficiales de las fuerzas armadas venezolanas para apoyarlos a combatir.

Venezuela tiene dos grandes fronteras terrestres y la narco dictadura tendrá que dedicar la mayor parte de su capacidad militar a vigilarlas y a tratar de contener a los guerrilleros demócratas. Con lo que les quede difícilmente podrán controlar las zonas urbanas.  Maduro  tendrá que rogar por pertrechos a sus superiores castristas y a Irán, Rusia, China y Corea del Norte para que le apoyen con préstamos.  

Los verdaderos revolucionarios tendrán lo que necesiten porque hay millones de latinoamericanos que los apoyarán. La lucha en Venezuela es también por la democracia y la libertad en América porque  la alianza del narcotráfico, el terrorismo y la ambición no se van a detener en Caracas.  

Mientras no sea Estados Unidos quien dirija a los revolucionarios venezolanos, éstos podrán triunfar. La experiencia de los cubanos con la invasión de Playa Girón no puede ignorarse.  El gobierno de Kennedy lanzó unos cuantos cientos de exiliados a un fracaso seguro y en un afán por no parecer involucrados,  los abandonaron.   A Fidel Castro lo consolidó ese fracaso de Playa Girón.  La línea roja de Obama en Siria es otro ejemplo.  .

Las consecuencias de una guerra civil serían desastrosas para un pueblo que mayoritariamente repudia a Maduro.  Si ahora faltan comida y medicinas, una vez iniciada las hostilidades la situación empeorará y el respaldo popular a favor de los revolucionarios demócratas puede ser arrollador. 
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El binomio Raúl-Maduro está equivocado en su plan de neutralizar a la oposición con violencia.  Creen que con redadas sorpresivas de miles de opositores podrán romper la columna vertebral de la resistencia.  No se dan cuenta que aunque tengan algún éxito temporal van a ser derrotados en la guerra civil.  Raúl Castro parece haber persuadido a Maduro y sus asociados de que no hay otro camino que el de la represión, en realidad su problema es que sin el control de Venezuela el castrismo está perdido en Cuba.

Una guerra civil en Venezuela no será una tormenta en un vaso de agua.  En su desesperación el castrismo puede ordenar a los terroristas que tienen en varios países a que lancen ataques  para crear el caos y atemorizar a los pueblos y sus gobernantes.  Las consecuencias económicas y política de tales acciones no pueden subestimarse.  Por esta razón las naciones que quieren un cambio democrático en Venezuela  tienen que actuar en forma decidida y contundente.   Deben hacerle saber a la narco dictadura que, o se celebran elecciones democráticas o apoyarán a la oposición democrática con todo lo que necesite. Simultáneamente deben advertirle a Raúl Castro que si no hay elecciones democráticas en Venezuela, su régimen en la Isla pagará las consecuencias de una guerra en ese país y de lo que intente hacer en otros.

Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica, mayo 3, 2017. 

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Withdrawal from the OAS is a victory for Venezuelan opposition



Jigsaw word: DICTATORSHIP, balloon: Come on, Nicolás…a little effort…you got it!

The announcement by Venezuela’s narco-dictatorship of its imminent withdrawal from the OAS is an important victory for the democratic Venezuelan opposition. This retreat is a serious mistake, as was the recent, unnecessary coup d’Etat to the Asamblea Nacional (National Assembly). Now, the group in power thought it was more intelligent to challenge the world with a withdrawal than to risk being expelled, as the Castrista régime was in 1962 when it was banished from the regional body.

This escape is an acknowledgement of imminent defeat, they know the Inter-American Democratic Charter will be applied to them and that the group of unconditional governments has neither the votes nor the moral credibility to make up for whatever decision the majority makes.

The problem is that instead of fighting until the last minute and even after, they have admitted before the world that the lack the reasoning and the will to face up to the democratic community’s demands. Thus, it is an acknowledgement that, yes, they are a dictatorship, yes, they use repression against an unarmed people and no, they will not hold elections even if they have to swamp Venezuela’s streets in blood.

This decision’s first negative impact is against the governments that have been voting in favor of Maduro in the OAS. They have even risked a rift with Washington. Now their ally in Caracas, with no warning, withdraws from the arena. The narco-dictatorship has expelled itself and leaves them in a bad position. What are they going to do, withdraw as well?

The other harmful result of the decision has to do with the millions of Latin American sympathizers with the demagogic left who still had some hope that thing would be solved the right way and one way or another all that was being said about repression and corruption in Venezuela would be left behind with a compromise. Among them we could include the percentage of Venezuelans who support the regime for ideological reasons of out of fanaticism.

By leaving the OAS under these circumstances, Maduro’s government cuts its political and moral ties with the community in the Americas and remains with its strategic allies: Russia, Iran, China North Korea, Hezbollah, the Castrista dictatorship and the drug-trafficking mafia. Venezuelan generals and all those supporting Maduro and mentor Raúl Castro cannot claim to be bolivarians any longer. At the Angostura Congress in Panama in 1863, Simón Bolívar warned: “Nothing is as dangerous as allowing the same citizen to remain in power for a long time. The people become used to obeying him, and he to control it, where usurpation and tyranny arise.”

The OAS no longer has to expel that government, nor does it necessarily have to suffer a split among its members when, demanding an election solution in Venezuela, it must apply some type of punishment to a regime that has left. 

The countries truly committed to the Inter-American Democratic Charter are free to make up a group to support democratic Venezuelan opposition with whatever it is needed to prevent their country from falling into the darkness of totalitarianism.

The Venezuelan narco-dictatorship has opened the door for a community made up only of governments democratically elected to organize itself without ceasing to belong to the OAS. They can establish privileged trade, political and diplomatic bonds among them. They must even be capable of helping peoples who lose their freedoms. Actually, the Inter-American Democratic Charter is not an effective instrument, because it lacks coercive power, only allowing for dictatorships to shed their masks when convenient.

Lastly, the great beneficiary from this scarcely intelligent decision to withdraw from the OAS is the democratic Venezuelan opposition which, marching down the streets and paying a heroic quota of sacrifice has won the admiration and solidarity of millions of democrats the world over and has forced the narco-dictatorship to fully take off its mask.

By Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica, April 27, 2017. 

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El retiro de la OEA es un triunfo de la oposición venezolana


El anuncio de la narco dictadura venezolana  de su inminente retiro de la OEA es un importante triunfo de la oposición democrática venezolana.  Esta retirada es un serio error, como lo fue el innecesario reciente golpe de estado a la Asamblea Nacional.  Ahora, al grupo en el poder se le ocurrió que era más inteligente desafiar al mundo con una renuncia que arriesgarse a una expulsión, como sufrió el régimen castrista en 1962 cuando fue desterrado del organismo regional.   

Esta huida es una admisión de derrota inminente, saben que se les aplicará la Carta Democrática Interamericana y que el grupo de gobiernos incondicionales que los apoya no tiene ni los votos ni la credibilidad moral para compensar cualquiera que sea la decisión de la mayoría. 

El problema es que en lugar de dar la pelea hasta el último minuto e incluso después, han reconocido ante el mundo de que no tienen los argumentos ni la voluntad de enfrentar la exigencias de la comunidad democrática.  Es pues, un reconocimiento de que sí, son una dictadura, sí usan la represión contra un pueblo desarmado y no, no van a celebrar elecciones de ninguna manera aunque tengan que anegar de sangre las calles de Venezuela. 

El primer impacto negativo de esta decisión es contra los gobiernos que han estado votando a favor de Maduro en la OEA. Ellos se han arriesgado,  incluso a un distanciamiento con Washington.  Ahora su aliado en Caracas, sin previo aviso, se retira del ruedo.  La narco dictadura se ha expulsado a sí misma y los deja mal parados. ¿Qué van a hacer, retirarse también?

El otro resultado perjudicial de la decisión tiene que ver con los millones de latinoamericanos simpatizantes de la izquierda demagógica que todavía tenían alguna esperanza de que las cosas se arreglaran por las buenas y de una u otra forma todo lo que se decía de la represión y la corrupción en Venezuela quedará atrás con una formula conciliatoria. Entre estos podíamos incluir al porcentaje de venezolanos que son partidarios del régimen por razones ideológicas o por fanatismo.  
Al salir de la OEA en estas circunstancias el gobierno de Maduro rompe sus lazos políticos y morales con la comunidad americana y se queda con sus aliados estratégicos: Rusia, Irán, China, Corea del Norte, Hezbolá, la dictadura castrista y la mafia del narcotráfico.  Los generales venezolanos y todos los que apoyen a Maduro y a su tutor Raúl Castro ya no pueden ni presentarse como bolivarianos.  En el congreso de la Angostura en Panamá en 1863, Simón Bolívar advirtió: “Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder.  El pueblo se acostumbra a obedecerle, y él a mandarlo, de donde se originan la usurpación y la tiranía”.

Ya la OEA no tiene que expulsar a ese gobierno, ni tiene necesariamente que sufrir una fractura entre sus miembros cuando exigiendo una salida electoral en Venezuela, deba aplicar algún tipo de penalidad a un régimen que se fue. Quedan en libertad los países verdaderamente comprometidos con la Carta Interamericana Democrática de formar un grupo que apoye a la oposición democrática venezolana con lo que haga falta para evitar que su país caiga en las tinieblas del totalitarismo. 

La narco dictadura venezolana ha abierto la puerta para que se organice, sin dejar de pertenecer a la OEA, una comunidad de gobiernos democráticos a la que pertenezcan nada más que los gobiernos elegidos democráticamente. Entre ellos pueden establecer lazos comerciales, políticos y diplomáticos privilegiados. Incluso deben estar en capacidad de ayudar a los pueblos que pierdan sus libertades. En realidad la Carta Interamericana Democrática no es un instrumento efectivo porque no tiene poder coercitivo, nada más que le sirve a las dictaduras para enmascararse hasta que les conviene.

Por último, el gran beneficiario de esta poco inteligente decisión de retirarse de la OEA es la oposición democrática venezolana que, marchando en las calles y pagando una heroica cuota de sacrificio ha ganado la admiración y solidaridad de millones de demócratas en el mundo y ha obligado a la narco dictadura a quitarse la careta completamente. 

Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica, abril 27 de 2017.
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En las calles de Venezuela no solo está en juego la libertad de su valiente pueblo

El pueblo marchando pacificamente 
es atacado por el gobierno 

El pueblo venezolano no se ha dejado intimidar por la violencia. Ni los cientos de detenidos, ni los asesinatos, ni la amenaza de armar medio millón de milicianos han sido suficientes para paralizar a los hombres y mujeres que marchan por las calles exigiendo el fin de la narcodictadura. El pueblo no está midiendo sus fuerzas con las de Maduro como describen algunos medios. Esas fuerzas se miden en las urnas, no entre venezolanos desarmados y una mafia de asesinos protegida por la policía y el ejército que también se han dedicado a la represión. Lo que piden los venezolanos en las calles es el respeto a la constitución.  

La realidad es que Venezuela está secuestrada y el reclamo popular fue claramente expresado por el sacerdote José Palmar: “Nicolás Maduro, tienes que renunciar por incapaz, por imbécil, por estúpido, porque te entregaste a Cuba”.  

Paola Andreina Ramírez Gómez de 23 años, 
asesinada hoy 19 de abril en el estado de Tachira

Entregarse al castrismo fue el pecado original del chavismo pues dejó en manos del dictador Fidel Castro la estrategia que debía seguir Hugo Chávez: como el petróleo de Venezuela estaba en manos del Estado, Chávez  podía suprimir las libertades que le molestaran, apoderarse de la estructura productiva privada, sin que importaran las consecuencias.  Igual a lo que hizo el Partido Comunista en la URSS, el chavismo cabalgaría sobre un mar inagotable de petróleo, que le permitiría comprar al pueblo con propaganda y beneficios sociales mientras se consolidaba la dictadura. De paso, darle la mano salvadora a la “revolución” cubana con una generosa subvención. En un binomio de demagogia, poder económico e intimidación las dictaduras de Cuba y Venezuela comprarían el silencio de los políticos en Latinoamérica y alimentarían la capacidad de movilización de las organizaciones de izquierda para ir tomando el poder país por país. No parecían equivocadas tales elucubraciones pues según  los expertos de aquellos tiempos el petróleo era un bien cuyo consumo aumentaba y las reservas no eran suficientes para satisfacer la creciente demanda mundial por lo que su precio debía subir.

Carlos José Moreno de 17 años fue ultimado en 
la plaza La Estrella de San Bernardino, Caracas.

Casi lo logran, si no hubiera sido por George Mitchell, quien después de años de trabajo, en 1997 ya demostraba que podía aumentarse significativamente la extracción de gas y petróleo fracturando con agua y químicos a alta presión las formaciones geológicas. Su innovación es considerada la más importante del siglo en el campo de la energía. La revolución creada por Mitchell, el descubrimiento de nuevas reservas y un uso más racional del combustible se trajeron abajo los precios del petróleo y los planes castro-chavistas. A pesar de estas nuevas realidades la estrategia de Fidel Castro y su pupilo Hugo Chávez  se mantuvo inalterable, posiblemente por conveniencia del dictador cubano. La economía venezolana se comenzó a derrumbar, los líderes del chavismo se concentraron en enriquecerse y el narcotráfico se entronizó en las más altas esferas.  Contaban todavía con el respaldo del Brasil de Lula y de Rousseff, la Argentina de los Kirchner, el silencio de muchos presidentes latinoamericanos y la pasividad del presidente Barack Obama dedicado a excusarse públicamente del comportamiento pasado de los Estados Unidos.  

Los cambios en el mercado petrolero, el despilfarro, la corrupción gubernamental, el narcotráfico de altos funcionarios y la destrucción sistemática de la empresa privada han llevado al país al caos. A estos hechos se sumaron cambios políticos en Latinoamérica adversos a los planes de expansión de Castro y de Chávez y un giro radical en la presidencia de los Estados Unidos. La dictadura venezolana sabe que está acorralada y aspira a neutralizar con violencia a un pueblo desarmado.  Hoy 19 de abril lo han demostrado una vez más atacando multitudinarias manifestaciones pacíficas que tenían derecho a manifestarse y en las que dos jóvenes fueron asesinados.  La comunidad internacional debe respaldar al pueblo venezolano con acciones prácticas y contundentes que nieguen ingresos de divisas al régimen, que castiguen a los responsables de actos represivos contra la población, a los responsables de violar sus obligaciones constitucionales y a la dictadura castrista por su complicidad en esta tragedia. El pueblo venezolano está arriesgando su vida y su libertad en las calles con la esperanza de ese respaldo decisivo.  Por la libertad y la democracia de Venezuela hay que dar todos los pasos que sean necesarios.  En las calles de esa nación no solo está en juego la libertad de su valiente pueblo sino también la estabilidad en un continente asediado por el narcotráfico y el terrorismo. 

Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica, abril 19 de 2017.
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Declaraciones de Almagro sobre hechos en Venezuela

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Maduro en La Habana


Como sabe que no puede hablar por teléfono con Raúl porque sus conversaciones son interceptadas por los servicios secretos de los Estados Unidos, Maduro viajó a Cuba para informar cómo están las cosas en su país y allí decidir con sus superiores lo que debe hacerse en Venezuela. Por esta razón inventaron una reunión de emergencia del ALBA en La Habana. Los titulares informativos dicen que fue a pedir apoyo diplomático para su gobierno en crisis. Eso es una pamplina periodística, ni el ALBA ni el castrismo pueden darle nada en un  terreno donde no  tienen peso moral, ni diplomático, ni económico. 

El problema inmediato en Venezuela  es la constancia y el incremento de las manifestaciones populares contra la dictadura en la capital y en otras ciudades. Esto sucede en el contexto de un repudio mundial por la poco inteligente manipulación del Tribunal Supremo de Justicia al quitarle la inmunidad a los miembros de la Asamblea Nacional y a ésta de sus funciones, complicada por la absurda marcha atrás que dio al alegar que él, Maduro, no estaba enterado de lo que había sucedido.

El panorama se ha complicado por dos razones adicionales: primero, en la OEA hay un Secretario General que sin el apoyo de la mayoría de los países insistió en aplicar la Carta Democrática Interamericana y ahora con el apoyo de la mayoría, su liderazgo no se puede neutralizar con insultos. Segundo, en la Casa Blanca hay un presidente que no le dio miedo dar órdenes de bombardear una instalación militar en Siria y no hay ninguna razón para que tema exigirle al régimen venezolano un calendario electoral;  de lo contrario podría suspender la compra de  petróleo hasta que se hagan elecciones.

La reunión en La Habana ha sido muy importante.  Ante el incremento de las manifestaciones, ante la posición de la OEA que ha sido respaldada por diversas entidades internacionales y ante la incertidumbre de lo que podría hacer el nuevo mandatario estadounidense, no hay muchas alternativas. No podrán mantenerse en el poder con el freno medio puesto: tirando perdigones, lanzando gases lacrimógenos y de vez en cuando matando a un estudiante y arrestando brutalmente a cientos de venezolanos.   

Tienen que inventar un truco político para entretener a la oposición y al mundo, algo que ya no es fácil. O tienen que lanzarse por la vía sangrienta soltando  en las calles, a los grupos de bandoleros y criminales conocidos como “colectivos”, una creación castrista en Venezuela. Estos perros de la guerra se movilizan con absoluta impunidad atacando con armas a los manifestantes desarmados.  Esta maniobra tiene la ventaja, eso creen los 200 generales venezolanos, que ellos no serán inculpados por los crímenes de los “colectivos”.

Pueden haber decidido ya el aumento de la represión pero cometerán un gravísimo error, mayor que el mal planeado y peor justificado golpe de estado reciente a la Asamblea Nacional.  El panorama ha cambiado y lo que sucede en Venezuela está muy cerca del corazón de millones de personas en todo el mundo, lo han ganado los venezolanos con su valor y su sacrificio. 

Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica
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La OEA no tiene ejército y los demócratas somos solidarios a medias


Marvinia Jiménez, costurera de 35 años, es arrojada al piso por una funcionaria de la Guardia Nacional durante una protesta que se desarrolló el lunes pasado en Valencia, (Carabobo, centro) “cómo la patean, cómo le golpean la cabeza con un casco”.  Jiménez, liberada anoche después de ser detenida el lunes, fue imputada por tribunales por presuntamente cometer cinco delitos, entre ellos la agresión a funcionarios de la Guardia Nacional, y está sometida a un régimen de presentación cada 45 días. Febrero de 2014.
En el caso de Venezuela, la mayoría de los países latinoamericanos han decidido que la OEA debe aplicar la Carta Democrática Interamericana. Señalan que en ese país la democracia agoniza y exigen que el régimen actual fije un calendario electoral que permita una salida pacífica al conflicto.  El problema es que la OEA no tiene un ejército que pueda obligar al régimen maduro-raulista  a dejar de encarcelar, golpear  y matar a quien se le oponga.  

Por esta razón la policía y el ejército, más las turbas armadas, conocidas como colectivos*  se han lanzado a las calles a reprimir a la oposición democrática, que desarmada, heroicamente trata de defender lo poco que queda de derechos en la patria de El Libertador.  Se juegan la libertad y la vida en las calles y esperan ayuda de la comunidad internacional.

El problema es que la OEA no tiene un ejército, lo que tiene es una cuota de poder moral que solo puede brindar aliento a esa oposición que lucha en absoluta desventaja. Poder moral que puede sumar a millones de personas y a gobiernos del mundo a solidarizarse con los demócratas venezolanos.  Nada más.

Enmy Blanco, hija de Carlos Blanco dirigente del partido Alianza al Bravo Pueblo, fue agredida por colectivos en la protesta ocurrida en las cercanías del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en la parroquia Candelaria, municipio Libertador, el viernes 31 de marzo de 2017.  El Nacional

Por eso cuando las cárceles se llenen de venezolanos, los hospitales de heridos, los cementerios de muertos y los derrotados tomen el camino del exilio, el binomio maduro-raulista habrá ganado la pelea.  Nuestra solidaridad y la de la OEA habrán sido insuficientes para defender la democracia en la patria de El Libertador. Quedaremos desmoralizados en nuestros propios países. Algo peligroso porque el cáncer del populismo, su dinero y sus agentes están en todas partes esperando el momento de debilidad en cada lugar. 

Venezolanos protestan por la intromisión castrista

Eso lo saben Raúl y Maduro y la banda de corruptos que los rodea tanto en Cuba como en Venezuela. Saben que los demócratas no somos como ellos, que son capaces de cualquier cosa por defender sus intereses.  Nosotros somos solidarios a medias porque la no violencia nos ha llevado a capitular antes de levantar los puños.  En nosotros la defensa de la democracia no pasa de los discursos y las declaraciones.   

Lo saben porque la dictadura castrista fue expulsada de la OEA en 1962 y nada sucedió.  Miles de cubanos murieron fusilados, cientos de miles pasaron parte de su vida en las cárceles y los Estados Unidos siempre dieron a la oposición la ayuda a cuenta gotas.  La CIA organizó la invasión de Playa Girón que fracasó porque fue un intento militarmente absurdo y políticamente ridículo. Ese fracaso consolidó la dictadura castrista de Fidel Castro que se mantuvo en el poder durante tres décadas por la subvención anual  que le daba la Unión Soviética y hasta el día de hoy por la subvención que le dio el régimen de Chávez y ahora el de Maduro. 

Con Venezuela el maduro-raulismo está seguro que sucederá lo mismo que pasó en Cuba.  Se irán de la OEA antes de que los expulsen o cuando les dé la gana. Insultarán a cada uno de los presidentes y los gobiernos que les pidan decentemente el camino electoral.  Tienen a Putin, a Irán y  a China que los suplen de armas y lo que haga falta para aterrorizar el pueblo y asustar a los gobiernos que se pasen de la raya.  Además tienen a los capitalistas que con tal de hacer negocios no les importan los presos, los heridos y los  muertos en las dictaduras mientras ellos logren buenas ganancias. Maduro y Raúl prefieren que los venezolanos se mueran de hambre porque así son más fáciles de domesticar.  Todo por la sencilla razón de que la OEA no tiene ejército y los demócratas somos solidarios a medias.

Si la OEA no tiene ejército ¿qué hacemos con Venezuela, la salvamos o la abandonamos? Para salvarla, en un primer intento, la mayoría de los países de la OEA y la Unión Europea tienen que exigir la inmediata liberación de los presos políticos, un fin a la represión contra la oposición y un calendario electoral, o, cortar sus relaciones comerciales con Venezuela, incluyendo la compra de petróleo por parte de los Estados Unidos.  

Si ese primer intento no funciona porque el régimen castrista y sus subordinados chavistas insisten en la guerra contra el pueblo venezolano, hay que aplicarle las mismas medidas al castrismo: cortar las relaciones comerciales con la dictadura de la Isla, incluyendo la venta de comida de los Estados Unidos a Cuba y desestimular el turismo a Cuba por parte de los canadienses, los europeos, los latinoamericanos y los exiliados cubanos.  

Entonces quizás la mafia maduro-raulista se asuste y repiense su estrategia aniquiladora por temor a una tercera etapa de confrontación militar en la que lo primero que les sucedería es la pérdida de las refinerías que son un blanco fácil.  Y sin petróleo se les acaba la matonería. 

Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

*en 29 de marzo de 2014 El Nuevo Herald publicó:  Ex agentes de Inteligencia de Venezuela y fuentes con acceso directo a oficiales activos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana dijeron a El Nuevo Herald que Cuba juega un papel estelar en la represión emprendida por Maduro contra los manifestantes venezolanos, encargándose de operaciones que van desde la seguridad en los alrededores del palacio presidencial hasta la planificación de futuros arrestos de opositores…los cubanos son los que están planificando las operaciones de entre 600 y 1,000 hombres armados que conforman las bandas paramilitares chavistas, conocidas en Venezuela como colectivos”.

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