¿QUIÉN MANDA EN VENEZUELA, RAÚL O MADURO?


 

Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica


El poder detrás de Maduro

Desde hace algunas semanas el tema venezolano ocupa la atención de millones de personas. El gobierno de Donald Trump ha declarado la guerra al Cartel de los Soles, al Tren de Aragua y a otros grupos vinculados al narcotráfico y el terrorismo. Washington ha planteado que detrás de estas organizaciones criminales no solo hay estructuras delictivas, sino la propia cúpula que controla el poder político en Venezuela. Según esta visión, los verdaderos jefes de esos carteles y bandas armadas son los mismos que hoy detentan el poder: Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, señalados como responsables de haber convertido al Estado venezolano en un instrumento del narcoterrorismo.

Leer más

RUSIA, EL TIGRE DE PAPEL


Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica


Los cubanos —y en general el mundo democrático— se han acostumbrado a la idea de que Rusia sigue siendo una gran potencia, comparable con las democracias más avanzadas del planeta. No es así. Rusia es, en realidad, un país subdesarrollado que, a pesar de su enorme extensión geográfica, depende casi por completo de la exportación de combustibles fósiles para sostener su economía. El ya fallecido senador John McCain comparó a Rusia con “una gasolinera que se hace pasar por país”.

 

Economía: una potencia inflada


En términos económicos, Rusia no es una superpotencia. Su PIB ronda los 2,1 billones de dólares, comparable al de Italia (≈2,3 billones) o Brasil (≈2,2 billones), y muy por debajo de Alemania (≈4,5 billones), Japón (≈4,2 billones) o el Reino Unido (≈3,9 billones). Incluso Canadá (≈2,01 billones en 2021) y España (≈1,46 billones en 2021) tienen un desempeño más diversificado. Esto evidencia el atraso de su modelo productivo y la dependencia estructural de su economía del gas y el petróleo.

 

Poder militar: muy lejos de la OTAN


La diferencia es aún más clara en el terreno militar. El gasto de defensa de Rusia en 2024 fue de unos 109 000 millones de USD, mientras que solo los países europeos de la OTAN sumaron más de 380 000 millones en el mismo año. Aun sin contar a Estados Unidos, Europa invierte más de tres veces lo que Moscú destina a su ejército, y lo hace con industrias tecnológicamente más avanzadas y cadenas de suministro más resilientes.

 

Energía: el mundo puede prescindir de Rusia


En 2023, Rusia representó el 12,4 % de la producción mundial de petróleo (crudo y condensados) y fue el segundo mayor productor de gas natural, con cerca del 17 % de la producción global. Sin embargo, el mundo ha demostrado que puede sustituir gran parte de esa oferta.

- Estados Unidos es el mayor productor mundial de petróleo y gas, con capacidad de seguir incrementando producción gracias al shale oil.

- Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos tienen capacidad excedente para aumentar el bombeo.

- Irak y Brasil continúan expandiendo su producción.

- Canadá posee vastas reservas en arenas bituminosas.

- Qatar, líder en exportaciones de GNL, está ampliando sus proyectos.

- Noruega ha sustituido gran parte del gas ruso que llegaba a Europa, y Australia puede redirigir oferta hacia mercados deficitarios.

 Estos países ya demostraron desde 2022 que pueden compensar el déficit ruso sin provocar un colapso energético global. El impacto inicial puede ser un aumento temporal de precios, pero la oferta mundial es suficientemente flexible para reemplazar el petróleo y gas de Moscú sin consecuencias estratégicas de largo plazo.

 

Rusia empobrece a su propio pueblo


Entre 29 y 36 millones de rusos (20–25 % de la población) viven con menos de 4 USD al día. A diferencia de países europeos como Italia, donde los más pobres tienen acceso a sanidad pública y subsidios básicos, en Rusia el apoyo social es desigual y muchas veces ficticio. La mayoría de los pobres no recibe un ingreso garantizado, y el sistema está marcado por corrupción, burocracia y falta de recursos.

Diversos estudios estiman que Rusia ha gastado más de 200 000 millones de USD en la invasión de Ucrania y destina entre el 8 % y el 10 % de su PIB a su maquinaria militar, incluyendo propaganda y apoyo a grupos proxi en el extranjero. Mantiene reservas de oro y divisas por más de 500 000 millones de USD y un fondo soberano de otros 130 000 millones. Si esos recursos se hubieran usado de manera transparente para resolver problemas sociales, Rusia podría haber reducido drásticamente la pobreza de sus millones de ciudadanos.

El contraste es aún más escandaloso si consideramos que Moscú ha destinado en los últimos 65 años más de 160 000 millones de USD para sostener al castrismo en Cuba, un régimen que mantiene a su pueblo sin electricidad, comida ni medicinas. Con esa cifra, Rusia habría podido garantizar alimentación, vivienda y servicios básicos a sus ciudadanos más pobres durante décadas.

 

La guerra en Ucrania: un espejo de su debilidad


Tras tres años de guerra, Rusia solo ha logrado ocupar el 20 % del territorio ucraniano, a pesar de contar con una economía nueve veces mayor y una población más de tres veces superior. Esto confirma que su capacidad militar es muy limitada y que su fama se debe, principalmente, a su arsenal nuclear heredado de la URSS.

 

Conclusión: el verdadero rostro del “Tigre de Papel”


Rusia no es la superpotencia que aparenta ser. Es un país con una economía comparable a la de Italia, con una parte importante de su población viviendo en la pobreza y una maquinaria militar menos efectiva de lo que su propaganda sugiere. Su dictador es un criminal de guerra, responsable de asesinatos, del secuestro de 20 000 niños ucranianos y de la promoción del terrorismo en el mundo.

La realidad es que Rusia es un tigre de papel, que mantiene su influencia a través del miedo nuclear y la represión interna, pero que está cada vez más aislada en la escena internacional. Si Occidente mantiene su unidad, la maquinaria de Putin puede agotarse. Un futuro sin el imperialismo ruso permitiría redirigir los recursos de ese país a resolver sus propios problemas sociales, abrirse al mundo y dejar de sostener regímenes dictatoriales como el cubano.

🇬🇧 English

RUSSIA, THE PAPER TIGER
By Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Cubans—and, in general, the democratic world—have grown accustomed to the idea that Russia remains a great power, comparable to the most advanced democracies on the planet. This is not the case. Russia is, in reality, an underdeveloped country that, despite its vast geographical expanse, depends almost entirely on the export of fossil fuels to sustain its economy. The late Senator John McCain compared Russia to “a gas station masquerading as a country.”

Economy: an inflated power
In economic terms, Russia is not a superpower. Its GDP is about $2.1 trillion, comparable to Italy (≈$2.3 trillion) or Brazil (≈$2.2 trillion), and far below Germany (≈$4.5 trillion), Japan (≈$4.2 trillion), or the United Kingdom (≈$3.9 trillion). Even Canada (≈$2.01 trillion in 2021) and Spain (≈$1.46 trillion in 2021) have a more diversified performance. This reflects the backwardness of its productive model and the structural dependence of its economy on oil and gas.

Military power: far behind NATO
The gap is even clearer in the military sphere. Russia’s defense spending in 2024 was about $109 billion, while European NATO countries alone totaled more than $380 billion in the same year. Even without the United States, Europe invests more than three times what Moscow spends on its army, and it does so with more advanced industries and more resilient supply chains.

Energy: the world can do without Russia
In 2023, Russia accounted for 12.4% of global oil production (crude and condensates) and was the second-largest producer of natural gas, with about 17% of global output. Yet the world has shown it can replace much of that supply.

  • The United States is the world’s largest oil and gas producer, with capacity to keep increasing production thanks to shale oil.

  • Saudi Arabia and the UAE have spare capacity to pump more.

  • Iraq and Brazil continue to expand production.

  • Canada holds vast reserves in oil sands.

  • Qatar, the leading LNG exporter, is expanding its projects.

  • Norway has replaced much of the Russian gas that once flowed to Europe, and Australia can redirect supply to deficit markets.

These countries have already proven since 2022 that they can offset Russia’s deficit without triggering global energy collapse. The initial effect may be temporary price increases, but global supply is flexible enough to replace Moscow’s oil and gas without long-term strategic consequences.

Russia impoverishes its own people
Between 29 and 36 million Russians (20–25% of the population) live on less than $4 a day. Unlike in European countries such as Italy, where the poorest have access to public healthcare and basic subsidies, in Russia social support is uneven and often fictitious. Most of the poor receive no guaranteed income, and the system is marked by corruption, bureaucracy, and lack of resources.

Studies estimate that Russia has spent more than $200 billion on the invasion of Ukraine and allocates between 8% and 10% of its GDP to its military machinery, including propaganda and support for proxy groups abroad. It holds over $500 billion in gold and foreign currency reserves and another $130 billion in a sovereign wealth fund. If those resources had been transparently used to address social problems, Russia could have drastically reduced poverty among millions of its citizens.

The contrast is even more outrageous if we consider that Moscow has spent more than $160 billion over the last 65 years to sustain Castroism in Cuba, a regime that keeps its people without electricity, food, or medicine. With that figure, Russia could have guaranteed food, housing, and basic services for its poorest citizens for decades.

The war in Ukraine: a mirror of its weakness
After three years of war, Russia has managed to occupy only 20% of Ukrainian territory, despite having an economy nine times larger and a population more than three times greater. This confirms that its military capacity is very limited and that its reputation rests mainly on its nuclear arsenal inherited from the USSR.

Conclusion: the true face of the “Paper Tiger”
Russia is not the superpower it pretends to be. It is a country with an economy comparable to Italy’s, with a large portion of its population living in poverty, and a military machine less effective than its propaganda suggests. Its dictator is a war criminal, responsible for murders, the abduction of 20,000 Ukrainian children, and the promotion of terrorism worldwide.

The reality is that Russia is a paper tiger, maintaining its influence through nuclear fear and internal repression, but increasingly isolated on the international stage. If the West remains united, Putin’s machinery may collapse. A future without Russian imperialism would allow the country’s resources to be redirected to solving its own social problems, opening to the world, and ceasing to sustain dictatorial regimes such as Cuba’s.


🇫🇷 Français

RUSSIE, LE TIGRE DE PAPIER
Par Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Les Cubains—et, en général, le monde démocratique—se sont habitués à l’idée que la Russie demeure une grande puissance, comparable aux démocraties les plus avancées de la planète. Ce n’est pas le cas. La Russie est en réalité un pays sous-développé qui, malgré son immense territoire, dépend presque entièrement de l’exportation des combustibles fossiles pour soutenir son économie. Le défunt sénateur John McCain a comparé la Russie à « une station-service déguisée en pays ».

Économie : une puissance gonflée
Sur le plan économique, la Russie n’est pas une superpuissance. Son PIB est d’environ 2,1 billions de dollars, comparable à celui de l’Italie (≈2,3 billions) ou du Brésil (≈2,2 billions), et bien en dessous de l’Allemagne (≈4,5 billions), du Japon (≈4,2 billions) ou du Royaume-Uni (≈3,9 billions). Même le Canada (≈2,01 billions en 2021) et l’Espagne (≈1,46 billion en 2021) ont une performance plus diversifiée. Cela met en évidence le retard de son modèle productif et la dépendance structurelle de son économie au gaz et au pétrole.

Puissance militaire : loin derrière l’OTAN
La différence est encore plus évidente dans le domaine militaire. Les dépenses de défense de la Russie en 2024 ont atteint environ 109 milliards de dollars, tandis que les seuls pays européens de l’OTAN ont totalisé plus de 380 milliards la même année. Même sans les États-Unis, l’Europe investit plus de trois fois ce que Moscou consacre à son armée, et le fait avec des industries plus avancées et des chaînes d’approvisionnement plus résilientes.

Énergie : le monde peut se passer de la Russie
En 2023, la Russie représentait 12,4 % de la production mondiale de pétrole (brut et condensats) et était le deuxième producteur mondial de gaz naturel, avec environ 17 % de la production mondiale. Pourtant, le monde a montré qu’il pouvait remplacer une grande partie de cette offre.

  • Les États-Unis sont le premier producteur mondial de pétrole et de gaz, avec la capacité d’augmenter encore grâce au pétrole de schiste.

  • L’Arabie saoudite et les Émirats arabes unis disposent d’une capacité excédentaire pour accroître leur production.

  • L’Irak et le Brésil poursuivent l’expansion de leur production.

  • Le Canada possède d’immenses réserves de sables bitumineux.

  • Le Qatar, leader des exportations de GNL, développe ses projets.

  • La Norvège a remplacé une grande partie du gaz russe qui arrivait en Europe, et l’Australie peut réorienter son offre vers les marchés déficitaires.

Ces pays ont déjà démontré depuis 2022 qu’ils peuvent compenser le déficit russe sans provoquer un effondrement énergétique mondial. L’effet initial peut être une hausse temporaire des prix, mais l’offre mondiale est suffisamment flexible pour remplacer le pétrole et le gaz de Moscou sans conséquences stratégiques à long terme.

La Russie appauvrit son propre peuple
Entre 29 et 36 millions de Russes (20–25 % de la population) vivent avec moins de 4 dollars par jour. Contrairement aux pays européens comme l’Italie, où les plus pauvres ont accès à la santé publique et aux aides de base, en Russie le soutien social est inégal et souvent fictif. La majorité des pauvres ne reçoit aucun revenu garanti, et le système est marqué par la corruption, la bureaucratie et le manque de ressources.

Diverses études estiment que la Russie a dépensé plus de 200 milliards de dollars dans l’invasion de l’Ukraine et consacre entre 8 % et 10 % de son PIB à sa machine militaire, y compris la propagande et le soutien à des groupes proxi à l’étranger. Elle détient plus de 500 milliards de dollars en réserves d’or et de devises, ainsi qu’un fonds souverain de 130 milliards. Si ces ressources avaient été utilisées de manière transparente pour résoudre les problèmes sociaux, la Russie aurait pu réduire considérablement la pauvreté de millions de ses citoyens.

Le contraste est encore plus scandaleux si l’on considère que Moscou a consacré, au cours des 65 dernières années, plus de 160 milliards de dollars pour soutenir le castrisme à Cuba, un régime qui maintient son peuple sans électricité, sans nourriture ni médicaments. Avec cette somme, la Russie aurait pu garantir alimentation, logement et services de base à ses citoyens les plus pauvres pendant des décennies.

La guerre en Ukraine : un miroir de sa faiblesse
Après trois ans de guerre, la Russie n’a réussi à occuper que 20 % du territoire ukrainien, malgré une économie neuf fois plus importante et une population plus de trois fois supérieure. Cela confirme que sa capacité militaire est très limitée et que sa réputation repose principalement sur son arsenal nucléaire hérité de l’URSS.

Conclusion : le véritable visage du “Tigre de Papier”
La Russie n’est pas la superpuissance qu’elle prétend être. C’est un pays dont l’économie est comparable à celle de l’Italie, avec une part importante de la population vivant dans la pauvreté et une machine militaire moins efficace que ne le suggère sa propagande. Son dictateur est un criminel de guerre, responsable d’assassinats, de l’enlèvement de 20 000 enfants ukrainiens et de la promotion du terrorisme dans le monde.

La réalité est que la Russie est un tigre de papier, qui maintient son influence par la peur nucléaire et la répression interne, mais qui est de plus en plus isolée sur la scène internationale. Si l’Occident maintient son unité, la machine de Poutine peut s’épuiser. Un avenir sans impérialisme russe permettrait de rediriger les ressources de ce pays vers la résolution de ses propres problèmes sociaux, de s’ouvrir au monde et de cesser de soutenir des régimes dictatoriaux comme celui de Cuba.


🇮🇹 Italiano

RUSSIA, LA TIGRE DI CARTA
Di Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

I cubani—e, in generale, il mondo democratico—si sono abituati all’idea che la Russia sia ancora una grande potenza, paragonabile alle democrazie più avanzate del pianeta. Non è così. La Russia è, in realtà, un paese sottosviluppato che, nonostante la sua immensa estensione geografica, dipende quasi interamente dall’esportazione di combustibili fossili per sostenere la propria economia. Il defunto senatore John McCain paragonò la Russia a «una stazione di servizio travestita da paese».

Economia: una potenza gonfiata
In termini economici, la Russia non è una superpotenza. Il suo PIL si aggira intorno ai 2,1 trilioni di dollari, paragonabile a quello dell’Italia (≈2,3 trilioni) o del Brasile (≈2,2 trilioni), e molto al di sotto della Germania (≈4,5 trilioni), del Giappone (≈4,2 trilioni) o del Regno Unito (≈3,9 trilioni). Anche il Canada (≈2,01 trilioni nel 2021) e la Spagna (≈1,46 trilioni nel 2021) hanno una performance più diversificata. Ciò evidenzia l’arretratezza del suo modello produttivo e la dipendenza strutturale della sua economia dal gas e dal petrolio.

Potere militare: molto lontano dalla NATO
La differenza è ancora più evidente nel campo militare. La spesa per la difesa della Russia nel 2024 è stata di circa 109 miliardi di dollari, mentre i soli paesi europei della NATO hanno totalizzato oltre 380 miliardi nello stesso anno. Anche senza gli Stati Uniti, l’Europa investe più di tre volte quanto Mosca destina al proprio esercito, e lo fa con industrie tecnologicamente più avanzate e catene di approvvigionamento più resilienti.

Energia: il mondo può fare a meno della Russia
Nel 2023, la Russia ha rappresentato il 12,4 % della produzione mondiale di petrolio (greggio e condensati) ed è stato il secondo produttore di gas naturale, con circa il 17 % della produzione globale. Tuttavia, il mondo ha dimostrato di poter sostituire gran parte di quell’offerta.

  • Gli Stati Uniti sono il maggior produttore mondiale di petrolio e gas, con la capacità di aumentare ulteriormente la produzione grazie allo shale oil.

  • L’Arabia Saudita e gli Emirati Arabi Uniti dispongono di capacità in eccesso per aumentare l’estrazione.

  • L’Iraq e il Brasile continuano ad espandere la produzione.

  • Il Canada possiede vaste riserve nelle sabbie bituminose.

  • Il Qatar, leader nelle esportazioni di GNL, sta ampliando i suoi progetti.

  • La Norvegia ha sostituito gran parte del gas russo destinato all’Europa, e l’Australia può dirottare l’offerta verso mercati in deficit.

Questi paesi hanno già dimostrato dal 2022 di poter compensare il deficit russo senza provocare un collasso energetico globale. L’impatto iniziale può essere un aumento temporaneo dei prezzi, ma l’offerta mondiale è sufficientemente flessibile per sostituire il petrolio e il gas di Mosca senza conseguenze strategiche a lungo termine.

La Russia impoverisce il proprio popolo
Tra 29 e 36 milioni di russi (20–25 % della popolazione) vivono con meno di 4 dollari al giorno. A differenza di paesi europei come l’Italia, dove i più poveri hanno accesso alla sanità pubblica e a sussidi di base, in Russia il sostegno sociale è diseguale e spesso fittizio. La maggior parte dei poveri non riceve alcun reddito garantito e il sistema è segnato da corruzione, burocrazia e mancanza di risorse.

Studi diversi stimano che la Russia abbia speso oltre 200 miliardi di dollari per l’invasione dell’Ucraina e destini tra l’8 % e il 10 % del PIL alla propria macchina militare, compresa la propaganda e il sostegno a gruppi proxi all’estero. Mantiene riserve in oro e valute per oltre 500 miliardi di dollari e un fondo sovrano di altri 130 miliardi. Se tali risorse fossero state utilizzate in modo trasparente per risolvere i problemi sociali, la Russia avrebbe potuto ridurre drasticamente la povertà di milioni di suoi cittadini.

Il contrasto è ancora più scandaloso se consideriamo che Mosca ha destinato, negli ultimi 65 anni, oltre 160 miliardi di dollari per sostenere il castrismo a Cuba, un regime che tiene il suo popolo senza elettricità, cibo o medicine. Con quella cifra, la Russia avrebbe potuto garantire alimentazione, abitazioni e servizi di base ai suoi cittadini più poveri per decenni.

La guerra in Ucraina: uno specchio della sua debolezza
Dopo tre anni di guerra, la Russia è riuscita a occupare solo il 20 % del territorio ucraino, nonostante un’economia nove volte più grande e una popolazione più di tre volte superiore. Questo conferma che la sua capacità militare è molto limitata e che la sua fama si deve principalmente all’arsenale nucleare ereditato dall’URSS.

Conclusione: il vero volto della “Tigre di Carta”
La Russia non è la superpotenza che pretende di essere. È un paese con un’economia paragonabile a quella dell’Italia, con una parte importante della popolazione che vive nella povertà e una macchina militare meno efficace di quanto suggerisca la sua propaganda. Il suo dittatore è un criminale di guerra, responsabile di omicidi, del rapimento di 20 000 bambini ucraini e della promozione del terrorismo nel mondo.

La realtà è che la Russia è una tigre di carta, che mantiene la propria influenza attraverso la paura nucleare e la repressione interna, ma che è sempre più isolata sulla scena internazionale. Se l’Occidente mantiene la propria unità, la macchina di Putin può esaurirsi. Un futuro senza imperialismo russo permetterebbe di reindirizzare le risorse del paese alla risoluzione dei propri problemi sociali, all’apertura verso il mondo e alla fine del sostegno a regimi dittatoriali come quello cubano.

 

Leer más

PUTIN Y SU BOOMERANG ESTRATÉGICO


Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

La presencia de drones y aviones rusos sobre países que no están en guerra directa con Rusia parecen una demostración de fuerza, pero en realidad revelan algo mucho más profundo: la debilidad estratégica del Kremlin y su desesperación por cambiar la narrativa del conflicto. Rusia, incapaz de lograr avances decisivos en el frente ucraniano, recurre a provocaciones que no modifican el equilibrio militar. Cada agravio ruso fuera de Ucrania es más un acto de propaganda que una operación con impacto estratégico real.


Lejos de doblegar a las poblaciones afectadas, estas acciones generan el efecto contrario:

- Refuerzan la determinación de los gobiernos europeos de proteger a sus ciudadanos “cueste lo que cueste”.

- Aceleran la instalación de defensas aéreas y el fortalecimiento de alianzas dentro de la OTAN.

- Sirven como justificación política para enviar más armamento, municiones y asistencia técnica a Ucrania.

LA NARRATIVA INTERNA DE PUTIN

El Kremlin utiliza estas acciones para alimentar su relato de “guerra contra Occidente”, presentando la invasión a Ucrania como una defensa de Rusia contra la OTAN. Así busca mantener cohesionada a una población sometida a sacrificios, justificar nuevas olas de reclutamiento y desviar la atención de los fracasos militares en el frente.

EL TIGRE DE PAPEL

La posibilidad real de que Putin lance un ataque contra alguno de los países de la OTAN está siendo exagerada. Con todo el esfuerzo de su ejército y el apoyo de China y Corea del Norte, apenas ha logrado estancarse en un solo frente: Ucrania. Después de tres años de guerra, y tras arrebatarle entre del 18 al 20 % de su territorio, Rusia ha sufrido más de un millón de bajas entre muertos y heridos, sin lograr una victoria decisiva.

Si esta es la realidad luchando en un único frente, resulta claro que combatir en otros cuatro escenarios contra Europa sería un suicidio estratégico. Incluso el presidente Donald Trump ha ridiculizado la actual situación, calificando a Rusia de “tigre de papel”, un gigante que parece temible pero cuya fuerza real se desmorona ante un conflicto prolongado.

PODER MILITAR DE LA COALICIÓN EUROPEA

La OTAN europea (sin EE. UU.) cuenta con más de 1,5 millones de militares activos, tecnología de punta y sistemas integrados de defensa aérea. Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Polonia concentran gran parte del poder terrestre y aéreo, con capacidad de movilizar tanques Leopard, Rafales, Typhoons, F-35 y sistemas Patriot. Además, países como Finlandia, Suecia, Noruega, Rumanía y los Estados bálticos añaden capas de defensa, artillería y drones que obligarían a Rusia a dividir sus fuerzas.

FRENTES SIMULTÁNEOS PARA RUSIA

Ni con la ayuda de China y Corea del Norte Putin puede enfrentarse en cinco frentes de guerra:


1. Ártico y Escandinavia (Finlandia y Noruega),
2. Bálticos (Estonia y Letonia),
3. Corredor de Suwałki (Lituania y Polonia),
4. Este y sur de Ucrania, y
5. Mar Negro (Rumanía, Bulgaria y Turquía).

Sostener una ofensiva simultánea en todos ellos sería una carga logística y militar insostenible que precipitaría su derrota.

LA BALANZA DEL PODER

Si miramos la economía y el poder militar, la desventaja de Putin es aún más evidente. El conjunto de los países europeos que apoyan a Ucrania tiene un PIB combinado superior a 20 billones de dólares, casi 15 veces el tamaño de la economía rusa, lo que les permite sostener el esfuerzo bélico necesario para derrotar a Rusia.

Sus industrias son altamente tecnológicas, con acceso a producción avanzada de chips, drones, radares y armamento de precisión, algo que Rusia depende en gran parte de importar clandestinamente. Europa cuenta con más de 1,5 millones de soldados profesionales entrenados, mientras que Rusia ha tenido que recurrir a cientos de miles de reclutas sin experiencia para reemplazar a las tropas de élite que ha perdido en estos tres años de guerra.

Abrir simultáneamente otros cuatro frentes exigiría a Moscú una movilización masiva y sostenida. Rusia necesita aproximadamente tres soldados por cada defensor, si Europa puede colocar 500 000 efectivos en un sector, Rusia tendría que desplegar cerca de 1,5 millones solo para equilibrar la batalla y aspirar a avanzar. Esto es simplemente imposible: ese contingente no existe en reservas experimentadas, y las unidades rusas están ya comprometidas o degradadas en Ucrania. Sustituir calidad por cantidad con reclutas sin experiencia y equipos obsoletos sería insuficiente.

La logística, la producción industrial y la formación necesaria para desplegar material moderno tampoco se consiguen de la noche a la mañana. Por eso, otra agresión abierta contra Europa o uno de sus países, sería en la práctica un absurdo que difícilmente estaría dispuesto a considerar. Putin no es Espartaco, que sabiendo una causa perdida su rebelión de esclavos, se lanzó a morir en batalla luchando contra Marco Licinio Craso y las ocho legiones romanas que lo cercaron en el sur de Italia.

 

 

🇬🇧 English Translation

PUTIN AND HIS STRATEGIC BOOMERANG
By Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica
Blog: Patria Pueblo y Libertad

The presence of Russian drones and aircraft over countries not at war with Russia may seem like a show of force, but in reality, they reveal something much deeper: the Kremlin’s strategic weakness and its desperation to change the narrative of the conflict. Unable to achieve decisive advances on the Ukrainian front, Russia resorts to provocations that do not alter the military balance. Every Russian act of aggression outside Ukraine is more propaganda than a truly strategic operation.

Far from subduing the affected populations, these actions have the opposite effect:

  • They strengthen the determination of European governments to protect their citizens “at any cost.”

  • They accelerate the deployment of air defenses and the strengthening of NATO alliances.

  • They serve as political justification for sending more weapons, ammunition, and technical assistance to Ukraine.

PUTIN’S INTERNAL NARRATIVE

The Kremlin uses these actions to fuel its “war against the West” narrative, presenting the invasion of Ukraine as a defense of Russia against NATO. This keeps the population united under sacrifices, justifies new waves of conscription, and diverts attention from military failures at the front.

THE PAPER TIGER

The real possibility that Putin might attack a NATO country is being exaggerated. Despite all the effort of his army and the support of China and North Korea, he has barely managed to hold ground on a single front: Ukraine. After three years of war, having seized 18 to 20% of Ukrainian territory, Russia has suffered over a million casualties, dead and wounded, without achieving a decisive victory.

If this is the result while fighting on a single front, it is clear that fighting on four more fronts against Europe would be a strategic suicide. Even President Donald Trump has mocked the current situation, calling Russia a “paper tiger,” a giant that looks fearsome but whose real power collapses under prolonged conflict.

EUROPEAN COALITION MILITARY POWER

European NATO (without the U.S.) has more than 1.5 million active troops, state-of-the-art technology, and integrated air defense systems. France, Germany, the UK, Italy, and Poland hold most of the land and air power, capable of mobilizing Leopard tanks, Rafales, Typhoons, F-35s, and Patriot systems. Additionally, Finland, Sweden, Norway, Romania, and the Baltic states add layers of defense, artillery, and drones that would force Russia to divide its forces.

MULTIPLE FRONTS FOR RUSSIA

Even with help from China and North Korea, Putin cannot fight five simultaneous fronts:

  1. Arctic and Scandinavia (Finland and Norway),

  2. Baltics (Estonia and Latvia),

  3. Suwałki Corridor (Lithuania and Poland),

  4. Eastern and Southern Ukraine, and

  5. Black Sea (Romania, Bulgaria, and Turkey).

Sustaining an offensive on all these fronts would be a logistical and military burden that would accelerate Russia’s defeat.

BALANCE OF POWER

Looking at the economy and military power, Putin’s disadvantage is even clearer. The European countries supporting Ukraine have a combined GDP exceeding $20 trillion, nearly 15 times the size of Russia’s economy, allowing them to sustain the war effort needed to defeat Russia.

Their industries are highly technological, with access to advanced production of chips, drones, radars, and precision weapons—resources Russia largely depends on smuggling. Europe has over 1.5 million professional trained soldiers, while Russia has had to resort to hundreds of thousands of inexperienced conscripts to replace the elite troops lost over three years of war.

Opening four additional fronts would require Moscow to mobilize massive forces. Russia needs approximately three soldiers for every defender: if Europe can deploy 500,000 troops in a sector, Russia would need 1.5 million just to match and hope to advance. This is simply impossible: such a force does not exist in trained reserves, and most Russian units are already engaged or degraded in Ukraine. Replacing quality with quantity by sending raw recruits and outdated equipment would not be enough.

Logistics, industrial production, and the training needed to deploy modern equipment cannot be achieved overnight. This is why an open aggression against Europe or one of its countries would be practically absurd and one that Putin is unlikely to consider. Putin is not Spartacus, who, knowing his slave rebellion was doomed, threw himself into battle to die fighting Marcus Licinius Crassus and the eight Roman legions that surrounded him in southern Italy.


🇫🇷 Traduction en Français

POUTINE ET SON BOOMERANG STRATÉGIQUE
Par Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica
Blog : Patria Pueblo y Libertad

La présence de drones et d’avions russes au-dessus de pays qui ne sont pas en guerre avec la Russie peut sembler une démonstration de force, mais en réalité, elle révèle quelque chose de bien plus profond : la faiblesse stratégique du Kremlin et son désespoir de changer le récit du conflit. Incapable d’obtenir des avancées décisives sur le front ukrainien, la Russie recourt à des provocations qui ne modifient pas l’équilibre militaire. Chaque agression russe hors d’Ukraine est davantage un acte de propagande qu’une opération stratégique réelle.

Loin de plier les populations affectées, ces actions produisent l’effet inverse :

  • Elles renforcent la détermination des gouvernements européens à protéger leurs citoyens « coûte que coûte ».

  • Elles accélèrent l’installation de défenses aériennes et le renforcement des alliances au sein de l’OTAN.

  • Elles servent de justification politique pour envoyer plus d’armes, de munitions et d’assistance technique à l’Ukraine.

LA NARRATION INTERNE DE POUTINE

Le Kremlin utilise ces actions pour nourrir son récit de « guerre contre l’Occident », présentant l’invasion de l’Ukraine comme une défense de la Russie contre l’OTAN. Cela permet de maintenir la population unie dans les sacrifices, de justifier de nouvelles vagues de conscription et de détourner l’attention des échecs militaires sur le front.

LE TIGRE DE PAPIER

La possibilité réelle que Poutine attaque un pays de l’OTAN est largement exagérée. Malgré tous les efforts de son armée et le soutien de la Chine et de la Corée du Nord, il n’a réussi qu’à se maintenir sur un seul front : l’Ukraine. Après trois ans de guerre et avoir conquis 18 à 20 % du territoire ukrainien, la Russie a subi plus d’un million de pertes (morts et blessés) sans obtenir de victoire décisive.

Si tel est le résultat sur un seul front, il est clair qu’ouvrir quatre autres fronts contre l’Europe serait un suicide stratégique. Même le président Donald Trump a ridiculisé la situation actuelle, qualifiant la Russie de « tigre de papier », un géant qui semble redoutable mais dont la puissance réelle s’effondre face à un conflit prolongé.

LA PUISSANCE MILITAIRE DE LA COALITION EUROPÉENNE

L’OTAN européenne (sans les États-Unis) compte plus de 1,5 million de militaires actifs, des technologies de pointe et des systèmes de défense aérienne intégrés. La France, l’Allemagne, le Royaume-Uni, l’Italie et la Pologne concentrent la majorité de la puissance terrestre et aérienne, capables de mobiliser des chars Leopard, des Rafale, des Typhoon, des F-35 et des systèmes Patriot. De plus, la Finlande, la Suède, la Norvège, la Roumanie et les pays baltes ajoutent des couches de défense, d’artillerie et de drones qui obligeraient la Russie à diviser ses forces.

DES FRONTS MULTIPLES POUR LA RUSSIE

Même avec l’aide de la Chine et de la Corée du Nord, Poutine ne peut affronter cinq fronts simultanés :

  1. Arctique et Scandinavie (Finlande et Norvège),

  2. Pays baltes (Estonie et Lettonie),

  3. Corridor de Suwałki (Lituanie et Pologne),

  4. Est et sud de l’Ukraine,

  5. Mer Noire (Roumanie, Bulgarie et Turquie).

Soutenir une offensive sur tous ces fronts représenterait un fardeau logistique et militaire insoutenable qui précipiterait sa défaite.

L’ÉQUILIBRE DES FORCES

Si l’on considère l’économie et la puissance militaire, le désavantage de Poutine est encore plus évident. Les pays européens qui soutiennent l’Ukraine ont un PIB combiné supérieur à 20 000 milliards de dollars, soit presque 15 fois la taille de l’économie russe, ce qui leur permet de soutenir l’effort de guerre nécessaire pour vaincre la Russie.

Leurs industries sont hautement technologiques, avec accès à la production avancée de puces, de drones, de radars et d’armes de précision – ressources dont la Russie dépend largement par la contrebande. L’Europe dispose de plus de 1,5 million de soldats professionnels, tandis que la Russie a dû recourir à des centaines de milliers de conscrits inexpérimentés pour remplacer les troupes d’élite perdues en trois ans de guerre.

Ouvrir quatre autres fronts exigerait de Moscou une mobilisation massive. La Russie a besoin d’environ trois soldats pour chaque défenseur : si l’Europe peut déployer 500 000 soldats sur un secteur, la Russie aurait besoin d’en mobiliser 1,5 million pour espérer avancer. Cela est tout simplement impossible : ces forces n’existent pas en réserves expérimentées, et les unités russes sont déjà engagées ou affaiblies en Ukraine. Remplacer la qualité par la quantité avec des conscrits sans expérience et du matériel obsolète ne suffirait pas.

La logistique, la production industrielle et la formation nécessaires au déploiement de matériel moderne ne se mettent pas en place du jour au lendemain. C’est pourquoi une agression ouverte contre l’Europe ou un de ses pays serait pratiquement absurde, et Poutine est peu susceptible d’y recourir. Poutine n’est pas Spartacus, qui, sachant sa rébellion d’esclaves perdue, se lança dans la bataille pour mourir en combattant Marcus Licinius Crassus et les huit légions romaines qui l’encerclaient dans le sud de l’Italie.


🇮🇹 Traduzione in Italiano

PUTIN E IL SUO BOOMERANG STRATEGICO
Di Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica
Blog: Patria Pueblo y Libertad

La presenza di droni e aerei russi sopra paesi che non sono in guerra con la Russia può sembrare una dimostrazione di forza, ma in realtà rivela qualcosa di molto più profondo: la debolezza strategica del Cremlino e la sua disperazione di cambiare la narrativa del conflitto. Incapace di ottenere progressi decisivi sul fronte ucraino, la Russia ricorre a provocazioni che non modificano l’equilibrio militare. Ogni atto di aggressione russa fuori dall’Ucraina è più propaganda che operazione strategica reale.

Lungi dal piegare le popolazioni colpite, queste azioni producono l’effetto opposto:

  • Rafforzano la determinazione dei governi europei a proteggere i loro cittadini “a qualsiasi costo”.

  • Accelerano l’installazione di difese aeree e il rafforzamento delle alleanze all’interno della NATO.

  • Servono da giustificazione politica per inviare più armi, munizioni e assistenza tecnica all’Ucraina.

LA NARRATIVA INTERNA DI PUTIN

Il Cremlino utilizza queste azioni per alimentare il suo racconto di “guerra contro l’Occidente”, presentando l’invasione dell’Ucraina come una difesa della Russia contro la NATO. In questo modo mantiene la popolazione unita nei sacrifici, giustifica nuove ondate di reclutamento e distoglie l’attenzione dai fallimenti militari al fronte.

LA TIGRE DI CARTA

La reale possibilità che Putin attacchi un paese della NATO è ampiamente esagerata. Nonostante tutti gli sforzi del suo esercito e il sostegno di Cina e Corea del Nord, è riuscito a malapena a mantenere la posizione su un solo fronte: l’Ucraina. Dopo tre anni di guerra, avendo conquistato tra il 18 e il 20% del territorio ucraino, la Russia ha subito oltre un milione di perdite, tra morti e feriti, senza ottenere una vittoria decisiva.

Se questo è il risultato su un solo fronte, è chiaro che aprirne altri quattro contro l’Europa sarebbe un suicidio strategico. Perfino il presidente Donald Trump ha ridicolizzato la situazione attuale, definendo la Russia una “tigre di carta”, un gigante che appare temibile ma la cui forza reale crolla di fronte a un conflitto prolungato.

LA POTENZA MILITARE DELLA COALIZIONE EUROPEA

La NATO europea (senza gli Stati Uniti) conta più di 1,5 milioni di militari attivi, tecnologia all’avanguardia e sistemi di difesa aerea integrati. Francia, Germania, Regno Unito, Italia e Polonia concentrano gran parte della potenza terrestre e aerea, potendo mobilitare carri Leopard, Rafale, Typhoon, F-35 e sistemi Patriot. Inoltre, Finlandia, Svezia, Norvegia, Romania e i Paesi baltici aggiungono strati di difesa, artiglieria e droni che costringerebbero la Russia a dividere le proprie forze.

FRONTI MULTIPLI PER LA RUSSIA

Anche con l’aiuto di Cina e Corea del Nord, Putin non può affrontare cinque fronti simultanei:

  1. Artico e Scandinavia (Finlandia e Norvegia),

  2. Paesi baltici (Estonia e Lettonia),

  3. Corridoio di Suwałki (Lituania e Polonia),

  4. Est e sud dell’Ucraina,

  5. Mar Nero (Romania, Bulgaria e Turchia).

Sostenere un’offensiva su tutti questi fronti sarebbe un peso logistico e militare insostenibile che accelererebbe la sconfitta russa.

L’EQUILIBRIO DI POTERE

Guardando all’economia e alla potenza militare, lo svantaggio di Putin è ancora più evidente. I paesi europei che sostengono l’Ucraina hanno un PIL combinato superiore a 20 trilioni di dollari, quasi 15 volte la dimensione dell’economia russa, il che consente loro di sostenere lo sforzo bellico necessario per sconfiggere la Russia.

Le loro industrie sono altamente tecnologiche, con accesso alla produzione avanzata di chip, droni, radar e armi di precisione – risorse di cui la Russia dipende in gran parte per importazione clandestina. L’Europa dispone di oltre 1,5 milioni di soldati professionisti, mentre la Russia ha dovuto ricorrere a centinaia di migliaia di reclute inesperte per rimpiazzare le truppe d’élite perse in tre anni di guerra.

Aprire altri quattro fronti richiederebbe a Mosca una mobilitazione massiccia. La Russia ha bisogno di circa tre soldati per ogni difensore: se l’Europa può schierare 500.000 soldati in un settore, la Russia ne dovrebbe mobilitare 1,5 milioni solo per bilanciare la battaglia e sperare di avanzare. Ciò è semplicemente impossibile: queste forze non esistono nelle riserve addestrate, e le unità russe sono già impegnate o logorate in Ucraina. Sostituire la qualità con la quantità tramite reclute inesperte ed equipaggiamento obsoleto non sarebbe sufficiente.

La logistica, la produzione industriale e l’addestramento necessari per schierare materiale moderno non si ottengono dall’oggi al domani. Per questo motivo, un’aggressione aperta contro l’Europa o uno dei suoi paesi sarebbe praticamente assurda, ed è improbabile che Putin la consideri. Putin non è Spartaco, che, sapendo persa la sua rivolta di schiavi, si gettò nella battaglia per morire combattendo Marco Licinio Crasso e le otto legioni romane che lo avevano circondato nel sud dell’Italia.

Leer más

CUBA Y VENEZUELA: NI PARO NACIONAL NI MANIFESTACIONES

 


Por Huber Matos Araluce. San José, Costa Rica  

Análisis de cómo las dictaduras buscan convertir la protesta en una oportunidad para consolidar su poder.

 

Introducción

Venezuela atraviesa un momento crítico. La situación de la narco dictadura se ha agravado exponencialmente ante la presencia de fuerzas militares de los Estados Unidos dispuestas a sacar del poder a la mafia que dirige y controla el Cartel de los Soles. Esto se suma a una crisis política, social y económica que ha llegado a un punto en que Nicolás Maduro enfrenta un rechazo mayoritario, evidenciado en las últimas elecciones.

Poco puede hacer ese régimen si la decisión de Donald Trump se materializa. Pero mientras esto se define, la narco dictadura ha desatado una escalada de represión y militarización que busca disuadir cualquier intento de protesta masiva. Cada tanque exhibido y cada maniobra militar envían un mensaje inequívoco a la población: cualquier protesta será sofocada con violencia.
Ante estas circunstancias, la oposición liderada por María Corina Machado y el presidente Edmundo González han optado por no llamar ni a un paro nacional ni a manifestaciones.

Contexto y Evidencia

Desde los tiempos de Hugo Chávez, los venezolanos han protagonizado protestas pacíficas masivas exigiendo derechos, democracia y soluciones a la crisis. Bajo el gobierno de Maduro, la represión se ha intensificado con disparos contra manifestantes, detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones forzadas. La Misión de Determinación de Hechos de la ONU ha concluido que estos crímenes forman parte de un plan coordinado de persecución política y los ha calificado como crímenes de lesa humanidad.

Posición de la Oposición

El liderazgo opositor ha evitado convocar a un paro nacional o a manifestaciones masivas. Lejos de ser pasividad, esta decisión es estratégica: un llamado a las calles en este momento podría provocar una represión masiva, con muertos, encarcelamientos y un saldo que el régimen podría usar para justificar aún más control. La prioridad ha sido preservar vidas y evitar que el gobierno utilice el caos como excusa para consolidar su poder.  Tampoco el gobierno de los Estados Unidos parece estar poniendo sus esperanzas de cambio en Venezuela en protestas de la población.

Análisis de Riesgos

Convocar a protestas masivas en las actuales condiciones de represión es una apuesta extremadamente riesgosa. El narco régimen como su hermano mayor, el castrista, han demostrado que su supervivencia depende de aplicar violencia extrema y condenas ejemplarizantes contra disidentes. Una movilización que no logre sostenerse podría desmoralizar a la población, reforzar la propaganda oficial y debilitar la capacidad de presión interna.

Un paro nacional añade otra dificultad: en medio de la crisis económica, la mayoría de los venezolanos no puede dejar de trabajar por períodos prolongados. Si el paro fracasa, el efecto puede ser devastador para el ánimo colectivo.

Lecciones Históricas

La historia ofrece ejemplos elocuentes.
En 1989, en la Plaza de Tiananmén, la represión del Partido Comunista aplastó el movimiento prodemocrático en China.
En Irán, el Movimiento Verde de 2009 fue sofocado con violencia, dejando a la oposición sin capacidad de reorganización durante años.
En Nicaragua, las protestas de 2018 terminaron con cientos de muertos y encarcelamientos masivos que aún paralizan a la sociedad civil.
Y en Cuba, las históricas protestas del 11 de julio de 2021 fueron seguidas por juicios sumarios y largas condenas, generando miedo profundo en la población.

Estos casos muestran que las dictaduras pueden salir fortalecidas de estallidos sociales que logran reprimir con brutalidad, utilizando el miedo como arma de control.

Conclusiones

Venezuela no es Nepal, ni Cuba tampoco. Las protestas masivas en Nepal fueron posible —y relativamente exitosa— por una combinación de factores que limitaron la capacidad represiva del gobierno y facilitaron una transición. El éxito en Nepal se debió a la combinación de unidad política, apoyo internacional, debilitamiento del régimen y presión popular masiva sostenida que el gobierno no pudo ni quiso aplastar completamente. En contextos como el de Venezuela o Cuba, donde el aparato represivo es mucho más cohesionado y dependiente de la violencia para sostenerse, un escenario así es mucho más difícil de reproducir.

El liderazgo venezolano ha actuado con sabiduría y la madurez. Los cubanos, especialmente los del exilio, debemos aprender las lecciones de la historia y no llamar a un paro nacional o a una rebelión a una población cuya obsesión es buscar algo de comer para sus hijos. El castrismo, corrupto, incompetente y violento se parece a los regímenes de Rusia y China. Nuestra estrategia debe ser realista.

“Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas. Si te conoces pero no conoces al enemigo, por cada victoria sufrirás una derrota.”
(Sun Tzu, El Arte de la Guerra)

 

 

CUBA AND VENEZUELA: NEITHER NATIONAL STRIKE NOR DEMONSTRATIONS

By Huber Matos Araluce – San José, Costa Rica
Analysis of how dictatorships seek to turn protests into an opportunity to consolidate their power.

Introduction

Venezuela is at a critical moment. The situation of the narco-dictatorship has worsened exponentially due to the presence of United States military forces willing to remove from power the mafia that runs and controls the Cartel of the Suns. This comes on top of a political, social, and economic crisis that has reached a point where Nicolás Maduro faces widespread rejection, as evidenced by the latest elections.

There is little this regime can do if Donald Trump’s decision materializes. But as this is defined, the narco-dictatorship has unleashed a wave of repression and militarization aimed at deterring any attempt at mass protest. Every tank paraded and every military maneuver sends an unequivocal message to the population: any protest will be crushed with violence.
Given these circumstances, the opposition led by María Corina Machado and President Edmundo González have chosen not to call for a national strike or mass demonstrations.

Context and Evidence

Since the days of Hugo Chávez, Venezuelans have staged massive peaceful protests demanding rights, democracy, and solutions to the crisis. Under Maduro’s rule, repression has intensified with live fire against protesters, arbitrary detentions, torture, and enforced disappearances. The UN Fact-Finding Mission has concluded that these crimes are part of a coordinated plan of political persecution and has classified them as crimes against humanity.

Opposition’s Position

The opposition leadership has avoided calling for a national strike or mass demonstrations. Far from being passive, this decision is strategic: a call to the streets at this moment could trigger massive repression, with deaths, imprisonments, and a toll that the regime could use to justify even tighter control. The priority has been to preserve lives and prevent the government from using chaos as an excuse to consolidate its power. The United States government also does not seem to be placing its hopes for change in Venezuela on popular protests.

Risk Analysis

Calling for mass protests under current conditions of repression is an extremely risky gamble. The narco-regime, like its Cuban counterpart, has shown that its survival depends on applying extreme violence and exemplary punishment against dissidents. A mobilization that fails to sustain itself could demoralize the population, reinforce official propaganda, and weaken internal pressure capacity.

A national strike presents another challenge: amid the economic crisis, most Venezuelans cannot stop working for prolonged periods. If the strike fails, the effect can be devastating for the collective morale.

Historical Lessons

History offers eloquent examples.

  • In 1989, in Tiananmen Square, the Communist Party’s repression crushed the pro-democracy movement in China.

  • In Iran, the 2009 Green Movement was violently suppressed, leaving the opposition unable to reorganize for years.

  • In Nicaragua, the 2018 protests ended with hundreds of deaths and mass imprisonments that still paralyze civil society.

  • And in Cuba, the historic protests of July 11, 2021, were followed by summary trials and long prison sentences, generating deep fear among the population.

These cases show that dictatorships can emerge stronger from social uprisings they manage to repress with brutality, using fear as a weapon of control.

Conclusions

Venezuela is not Nepal, nor is Cuba. The mass protests in Nepal were possible —and relatively successful— due to a combination of factors that limited the government’s repressive capacity and facilitated a transition. Nepal’s success was the result of political unity, international support, regime weakening, and sustained mass popular pressure that the government could neither crush nor chose to crush completely. In contexts like Venezuela or Cuba, where the repressive apparatus is far more cohesive and dependent on violence for survival, such a scenario is much harder to replicate.

The Venezuelan leadership has acted with wisdom and maturity. Cubans, especially those in exile, must learn the lessons of history and avoid calling for a national strike or rebellion among a population whose main obsession is finding something to feed their children. The Castro regime —corrupt, incompetent, and violent— resembles the regimes of Russia and China. Our strategy must be realistic.

“If you know the enemy and know yourself, you need not fear the result of a hundred battles. If you know yourself but not the enemy, for every victory you will suffer a defeat.”
(Sun Tzu, The Art of War)

 

 

CUBA ET VENEZUELA : NI GRÈVE NATIONALE NI MANIFESTATIONS

Par Huber Matos Araluce – San José, Costa Rica
Analyse de la façon dont les dictatures cherchent à transformer la protestation en une occasion de consolider leur pouvoir.

Introduction

Le Venezuela traverse un moment critique. La situation de la narco-dictature s’est aggravée de façon exponentielle en raison de la présence de forces militaires des États-Unis prêtes à renverser la mafia qui dirige et contrôle le Cartel des Soleils. Cela s’ajoute à une crise politique, sociale et économique qui a atteint un point où Nicolás Maduro fait face à un rejet majoritaire, comme l’ont montré les dernières élections.

Le régime peut faire peu de choses si la décision de Donald Trump se concrétise. Mais en attendant que cela se définisse, la narco-dictature a déclenché une vague de répression et de militarisation destinée à dissuader toute tentative de protestation massive. Chaque char exposé et chaque manœuvre militaire envoie un message clair à la population : toute protestation sera écrasée par la violence.
Face à ces circonstances, l’opposition menée par María Corina Machado et le président Edmundo González a choisi de ne pas appeler à une grève nationale ni à des manifestations de masse.

Contexte et Preuves

Depuis l’époque d’Hugo Chávez, les Vénézuéliens ont organisé de vastes manifestations pacifiques pour exiger des droits, la démocratie et des solutions à la crise. Sous Maduro, la répression s’est intensifiée avec des tirs contre les manifestants, des arrestations arbitraires, des actes de torture et des disparitions forcées. La Mission internationale d’établissement des faits de l’ONU a conclu que ces crimes font partie d’un plan coordonné de persécution politique et les a qualifiés de crimes contre l’humanité.

Position de l’Opposition

La direction de l’opposition a évité de convoquer une grève nationale ou des manifestations massives. Loin d’être une attitude passive, cette décision est stratégique : un appel à descendre dans la rue pourrait déclencher une répression massive, avec des morts, des emprisonnements et un bilan que le régime pourrait utiliser pour justifier un contrôle encore plus grand. La priorité a été de préserver les vies et d’éviter que le gouvernement n’utilise le chaos comme prétexte pour consolider son pouvoir. Le gouvernement des États-Unis ne semble pas non plus compter sur des manifestations populaires pour provoquer un changement au Venezuela.

Analyse des Risques

Appeler à des manifestations massives dans les conditions actuelles de répression est un pari extrêmement risqué. Le narco-régime, comme son homologue cubain, a démontré que sa survie dépend de l’application d’une violence extrême et de peines exemplaires contre les dissidents. Une mobilisation qui ne parvient pas à se maintenir pourrait démoraliser la population, renforcer la propagande officielle et affaiblir la pression interne.

Une grève nationale présente une autre difficulté : en pleine crise économique, la majorité des Vénézuéliens ne peut pas arrêter de travailler longtemps. Si la grève échoue, l’effet sur le moral collectif peut être dévastateur.

Leçons Historiques

L’histoire offre des exemples éloquents :

  • En 1989, sur la place Tian’anmen, la répression du Parti communiste a écrasé le mouvement pro-démocratie en Chine.

  • En Iran, le Mouvement vert de 2009 a été violemment réprimé, laissant l’opposition incapable de se réorganiser pendant des années.

  • Au Nicaragua, les manifestations de 2018 se sont soldées par des centaines de morts et des emprisonnements massifs qui paralysent encore la société civile.

  • Et à Cuba, les protestations historiques du 11 juillet 2021 ont été suivies de procès sommaires et de longues peines de prison, générant une peur profonde dans la population.

Ces cas montrent que les dictatures peuvent sortir renforcées des soulèvements sociaux qu’elles parviennent à réprimer avec brutalité, en utilisant la peur comme arme de contrôle.

Conclusions

Le Venezuela n’est pas le Népal, pas plus que Cuba. Les manifestations de masse au Népal ont été possibles — et relativement réussies — grâce à une combinaison de facteurs qui ont limité la capacité de répression du gouvernement et facilité une transition. Le succès au Népal est dû à l’unité politique, au soutien international, à l’affaiblissement du régime et à une pression populaire massive et soutenue que le gouvernement n’a pas pu ou voulu écraser complètement. Dans des contextes comme le Venezuela ou Cuba, où l’appareil répressif est beaucoup plus cohésif et dépend de la violence pour se maintenir, un tel scénario est beaucoup plus difficile à reproduire.

La direction vénézuélienne a agi avec sagesse et maturité. Les Cubains, en particulier ceux de l’exil, doivent tirer les leçons de l’histoire et ne pas appeler à une grève nationale ou à une rébellion d’une population dont l’obsession principale est de trouver de quoi nourrir ses enfants. Le castrisme — corrompu, incompétent et violent — ressemble aux régimes de la Russie et de la Chine. Notre stratégie doit être réaliste.

« Si tu connais l’ennemi et te connais toi-même, tu n’as pas à craindre le résultat de cent batailles. Si tu te connais mais pas l’ennemi, pour chaque victoire tu subiras une défaite. »
(Sun Tzu, L’Art de la guerre)


CUBA E VENEZUELA: NÉ SCIOPERO NAZIONALE NÉ MANIFESTAZIONI

Di Huber Matos Araluce – San José, Costa Rica
Analisi di come le dittature cerchino di trasformare la protesta in un’opportunità per consolidare il proprio potere.

Introduzione

Il Venezuela sta attraversando un momento critico. La situazione della narco-dittatura è peggiorata in modo esponenziale a causa della presenza di forze militari statunitensi pronte a rimuovere dal potere la mafia che dirige e controlla il Cartello dei Soli. A ciò si aggiunge una crisi politica, sociale ed economica che ha raggiunto un punto in cui Nicolás Maduro affronta un rifiuto maggioritario, come dimostrato dalle ultime elezioni.

Poco può fare questo regime se la decisione di Donald Trump si concretizza. Ma mentre ciò si definisce, la narco-dittatura ha scatenato un’ondata di repressione e militarizzazione volta a scoraggiare qualsiasi tentativo di protesta di massa. Ogni carro armato esibito e ogni manovra militare inviano un messaggio inequivocabile alla popolazione: qualsiasi protesta sarà soffocata con la violenza.
In queste circostanze, l’opposizione guidata da María Corina Machado e dal presidente Edmundo González ha scelto di non chiamare né a uno sciopero nazionale né a manifestazioni di massa.

Contesto e Prove

Dai tempi di Hugo Chávez, i venezuelani hanno inscenato proteste pacifiche di massa per chiedere diritti, democrazia e soluzioni alla crisi. Sotto Maduro, la repressione si è intensificata con colpi di arma da fuoco contro i manifestanti, arresti arbitrari, torture e sparizioni forzate. La Missione d’inchiesta delle Nazioni Unite ha concluso che questi crimini fanno parte di un piano coordinato di persecuzione politica e li ha classificati come crimini contro l’umanità.

Posizione dell’Opposizione

La leadership dell’opposizione ha evitato di convocare uno sciopero nazionale o manifestazioni di massa. Lungi dall’essere passiva, questa decisione è strategica: un appello alla piazza in questo momento potrebbe provocare una repressione massiccia, con morti, incarcerazioni e un bilancio che il regime potrebbe usare per giustificare un controllo ancora maggiore. La priorità è stata quella di preservare vite e impedire che il governo usi il caos come pretesto per consolidare il proprio potere. Anche il governo degli Stati Uniti non sembra puntare su proteste popolari per ottenere un cambiamento in Venezuela.

Analisi dei Rischi

Convocare proteste di massa nelle attuali condizioni di repressione è una scommessa estremamente rischiosa. Il narco-regime, come il suo fratello maggiore castrista, ha dimostrato che la sua sopravvivenza dipende dall’applicazione di violenza estrema e di punizioni esemplari contro i dissidenti. Una mobilitazione che non riesca a mantenersi potrebbe demoralizzare la popolazione, rafforzare la propaganda ufficiale e indebolire la capacità di pressione interna.

Uno sciopero nazionale aggiunge un’ulteriore difficoltà: in mezzo alla crisi economica, la maggior parte dei venezuelani non può smettere di lavorare per periodi prolungati. Se lo sciopero fallisce, l’effetto sul morale collettivo può essere devastante.

Lezioni Storiche

La storia offre esempi eloquenti:

  • Nel 1989, in Piazza Tiananmen, la repressione del Partito Comunista schiacciò il movimento pro-democrazia in Cina.

  • In Iran, il Movimento Verde del 2009 fu soffocato con violenza, lasciando l’opposizione incapace di riorganizzarsi per anni.

  • In Nicaragua, le proteste del 2018 si conclusero con centinaia di morti e incarcerazioni di massa che ancora paralizzano la società civile.

  • E a Cuba, le storiche proteste dell’11 luglio 2021 furono seguite da processi sommari e lunghe condanne, generando una paura profonda nella popolazione.

Questi casi dimostrano che le dittature possono uscire rafforzate dalle esplosioni sociali che riescono a reprimere con brutalità, usando la paura come arma di controllo.

Conclusioni

Il Venezuela non è il Nepal, e neanche Cuba lo è. Le proteste di massa in Nepal furono possibili — e relativamente riuscite — grazie a una combinazione di fattori che limitarono la capacità repressiva del governo e facilitarono la transizione. Il successo in Nepal fu dovuto all’unità politica, al sostegno internazionale, all’indebolimento del regime e alla pressione popolare massiccia e sostenuta che il governo non poté o non volle schiacciare completamente. In contesti come quello del Venezuela o di Cuba, dove l’apparato repressivo è molto più coeso e dipendente dalla violenza per sopravvivere, uno scenario simile è molto più difficile da riprodurre.

La leadership venezuelana ha agito con saggezza e maturità. I cubani, specialmente quelli in esilio, devono imparare le lezioni della storia e non chiamare a uno sciopero nazionale o a una ribellione una popolazione la cui ossessione principale è trovare qualcosa da dare da mangiare ai propri figli. Il castrismo — corrotto, incompetente e violento — somiglia ai regimi di Russia e Cina. La nostra strategia deve essere realistica.

«Se conosci il nemico e conosci te stesso, non devi temere l’esito di cento battaglie. Se conosci te stesso ma non il nemico, per ogni vittoria subirai una sconfitta.»
(Sun Tzu, L’Arte della Guerra)


 

Leer más

EL CASTRISMO ENTRE MOSCÚ, PEKÍN Y CARACAS: UNA ESTRATEGIA DESESPERADA

 


Por Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

El régimen castrista ha dejado atrás cualquier ilusión de un entendimiento con Estados Unidos que le permita, como en el modelo vietnamita, abrir la economía y mantener el control político. La política de presión de Washington, reforzada desde el regreso de Donald Trump a la presidencia, ha hecho inviable una negociación que combine legitimidad internacional, apertura al capital privado y permanencia en el poder de la cúpula castrista.

Frente a este panorama, La Habana ha optado por una estrategia desesperada: consolidar su alianza con Venezuela, Rusia y China, aunque ello suponga arriesgarse a quedar aislada de Occidente. La cúpula sabe que el desplome del régimen de Nicolás Maduro sería su sentencia de muerte política. Por eso, el mensaje de Diosdado Cabello en Caracas —“el que se mete con Cuba se mete con Venezuela y viceversa”— fue recibido y amplificado por el Partido Comunista de Cuba, en un intento de mostrar unidad de destino.


Mercenarios y Propaganda: El Brazo de Rusia en América Latina

Las revelaciones más recientes confirman que Cuba es el segundo proveedor de combatientes para Rusia en su guerra contra Ucrania, solo detrás de Corea del Norte. Según el portavoz de inteligencia militar ucraniana Andriy Yusov, “tenemos identificados al menos 20.000 cubanos reclutados por Rusia… muchos de ellos murieron sin que sus familias recibieran compensación”.

Estos reclutamientos difícilmente ocurren sin el consentimiento o la complicidad de un régimen que mantiene una de las redes de vigilancia más estrictas del planeta. La Habana contribuye así a la estrategia de Putin, a cambio de apoyo político y militar.


China: Sostén de Inteligencia y Tecnología

Pekín cumple un rol clave en esta ecuación. El ministro de las FAR, Álvaro López Miera, fue enviado a participar en el Foro de Defensa China–América Latina, donde se discutió seguridad global y cooperación militar. Durante el encuentro, el ministro chino Dong Jun afirmó que “los lazos entre China y Cuba son un modelo de solidaridad y cooperación entre países socialistas”.

En paralelo, el jefe de la seguridad estatal china, Chen Yixin, se reunió con el ministro del Interior de Cuba para mejorar el intercambio de inteligencia y “ayudar al vecino de EE.UU. a mantener la estabilidad social”, un respaldo explícito a la permanencia del castrismo.


Washington Responde y la Región se Militariza

Estados Unidos, consciente de esta convergencia, ha intensificado la presión. El jefe de la misión diplomática en La Habana, Mike Hammer, se reunió con el almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur, para analizar “la situación actual en Cuba” y coordinar esfuerzos en la región.

La administración Trump ha lanzado operaciones militares contra redes de narcotráfico vinculadas a Venezuela y ha enmarcado la lucha en el Caribe como una prioridad de defensa nacional. Esto sugiere que Washington considera la alianza Caracas–La Habana–Moscú–Pekín como un bloque hostil en el hemisferio.


Una Jugada de Todo o Nada

El castrismo se ha atado al destino de Maduro, Putin y Xi Jinping. Si alguno de estos pilares falla, la capacidad de sostener el sistema se desplomará. La apuesta es desesperada: mantener el poder a cualquier costo, incluso alineándose con potencias que hoy enfrentan sanciones y aislamiento internacional.

El riesgo es enorme: si Rusia se debilita en Ucrania, si China prioriza su relación con Occidente o si Venezuela entra en un proceso de transición democrática, el castrismo podría quedarse sin aliados y sin recursos, enfrentando el desafío de su propia supervivencia con una población exhausta y en rebeldía silenciosa.


🇬🇧 English

CASTRISMO BETWEEN MOSCOW, BEIJING, AND CARACAS: A DESPERATE STRATEGY
By Huber Matos Araluce
San José, Costa Rica

The castrista regime has abandoned any illusion of reaching an understanding with the United States that would, as in the Vietnamese model, allow it to open the economy while retaining political control. Washington’s pressure policy, reinforced since Donald Trump’s return to the presidency, has made it unviable to negotiate a deal that combines international legitimacy, openness to private capital, and the continuity in power of the castrista leadership.

In this context, Havana has opted for a desperate strategy: to consolidate its alliance with Venezuela, Russia, and China, even at the risk of becoming isolated from the West. The leadership knows that the collapse of Nicolás Maduro’s regime would amount to a political death sentence. That is why Diosdado Cabello’s message in Caracas —“whoever messes with Cuba messes with Venezuela and vice versa”— was received and amplified by Cuba’s Communist Party in an attempt to project a unity of destiny.

Mercenaries and Propaganda: Russia’s Arm in Latin America

Recent revelations confirm that Cuba is the second-largest supplier of fighters for Russia’s war against Ukraine, trailing only North Korea. According to Ukrainian military intelligence spokesman Andriy Yusov, “we have identified at least 20,000 Cubans recruited by Russia… many of them died without their families receiving compensation.”

Such recruitment could hardly take place without the consent or complicity of a regime that maintains one of the strictest surveillance networks on the planet. In this way, Havana contributes to Putin’s strategy in exchange for political and military support.

China: Intelligence and Technology Support

Beijing plays a key role in this equation. Cuba’s minister of the Revolutionary Armed Forces, Álvaro López Miera, was sent to take part in the China–Latin America Defense Forum, where global security and military cooperation were discussed. During the meeting, Chinese minister Dong Jun stated that “the ties between China and Cuba are a model of solidarity and cooperation among socialist countries.”

In parallel, China’s state security chief, Chen Yixin, met with Cuba’s minister of the interior to enhance intelligence sharing and to “help the neighbor of the U.S. maintain social stability,” an explicit endorsement of the castrista system’s continuity.

Washington Responds and the Region Militarizes

The United States, aware of this convergence, has ramped up pressure. The head of the U.S. diplomatic mission in Havana, Mike Hammer, met with Admiral Alvin Holsey, commander of U.S. Southern Command, to assess “the current situation in Cuba” and coordinate efforts in the region.

The Trump administration has launched military operations against drug-trafficking networks linked to Venezuela and has framed the Caribbean fight as a national defense priority. This suggests Washington views the Caracas–Havana–Moscow–Beijing alignment as a hostile bloc in the hemisphere.

An All-or-Nothing Gamble

Castrismo has tied itself to the fate of Maduro, Putin, and Xi Jinping. If any of these pillars falters, the system’s ability to sustain itself will collapse. The bet is desperate: to hold on to power at any cost, even by aligning with powers that currently face sanctions and international isolation.

The risk is enormous: if Russia is weakened in Ukraine, if China prioritizes its relationship with the West, or if Venezuela enters a democratic transition, castrismo could find itself without allies and resources, facing the challenge of its own survival with an exhausted population in silent rebellion.


🇫🇷 Français

LE CASTRISME ENTRE MOSCOU, PÉKIN ET CARACAS : UNE STRATÉGIE DÉSESPÉRÉE
Par Huber Matos Araluce
San José, Costa Rica

Le régime castriste a abandonné toute illusion d’un accord avec les États-Unis qui lui permettrait, comme dans le modèle vietnamien, d’ouvrir l’économie tout en conservant le contrôle politique. La politique de pression de Washington, renforcée depuis le retour de Donald Trump à la présidence, a rendu inviable toute négociation combinant légitimité internationale, ouverture au capital privé et maintien au pouvoir de la direction castriste.

Face à ce panorama, La Havane a opté pour une stratégie désespérée : consolider son alliance avec le Venezuela, la Russie et la Chine, quitte à s’isoler de l’Occident. La direction sait que l’effondrement du régime de Nicolás Maduro équivaudrait à une condamnation politique à mort. C’est pourquoi le message de Diosdado Cabello à Caracas — « qui s’en prend à Cuba s’en prend au Venezuela, et vice-versa » — a été reçu et amplifié par le Parti communiste cubain, afin de projeter une unité de destin.

Mercenaires et propagande : le bras de la Russie en Amérique latine

Les révélations récentes confirment que Cuba est le deuxième fournisseur de combattants pour la guerre de la Russie contre l’Ukraine, derrière la Corée du Nord. Selon le porte-parole du renseignement militaire ukrainien, Andriy Yusov, « nous avons identifié au moins 20 000 Cubains recrutés par la Russie… beaucoup sont morts sans que leurs familles reçoivent de compensation ».

Un tel recrutement pourrait difficilement avoir lieu sans le consentement ou la complicité d’un régime qui maintient l’un des réseaux de surveillance les plus stricts de la planète. Ainsi, La Havane contribue à la stratégie de Poutine en échange d’un soutien politique et militaire.

La Chine : appui en renseignement et en technologie

Pékin joue un rôle clé dans cette équation. Le ministre des Forces armées révolutionnaires, Álvaro López Miera, a été envoyé participer au Forum défense Chine–Amérique latine, où ont été abordées la sécurité mondiale et la coopération militaire. Lors de la rencontre, le ministre chinois Dong Jun a affirmé que « les liens entre la Chine et Cuba sont un modèle de solidarité et de coopération entre pays socialistes ».

Parallèlement, le chef de la sécurité d’État chinoise, Chen Yixin, a rencontré le ministre cubain de l’Intérieur afin d’améliorer l’échange de renseignements et « d’aider le voisin des États-Unis à maintenir la stabilité sociale », un soutien explicite à la permanence du castrisme.

Washington répond et la région se militarise

Conscients de cette convergence, les États-Unis ont intensifié la pression. Le chef de la mission diplomatique à La Havane, Mike Hammer, a rencontré l’amiral Alvin Holsey, commandant du Southern Command, pour évaluer « la situation actuelle à Cuba » et coordonner les efforts dans la région.

L’administration Trump a lancé des opérations militaires contre des réseaux de narcotrafic liés au Venezuela et a présenté la lutte dans les Caraïbes comme une priorité de la défense nationale. Cela suggère que Washington considère l’alignement Caracas–La Havane–Moscou–Pékin comme un bloc hostile dans l’hémisphère.

Un pari du tout ou rien

Le castrisme s’est lié au destin de Maduro, Poutine et Xi Jinping. Si l’un de ces piliers flanche, la capacité du système à se maintenir s’effondrera. Le pari est désespéré : conserver le pouvoir à tout prix, quitte à s’aligner sur des puissances aujourd’hui sous sanctions et en situation d’isolement international.

Le risque est immense : si la Russie s’affaiblit en Ukraine, si la Chine privilégie sa relation avec l’Occident, ou si le Venezuela entre dans une transition démocratique, le castrisme pourrait se retrouver sans alliés ni ressources, confronté au défi de sa propre survie avec une population épuisée et en rébellion silencieuse.


🇮🇹 Italiano

IL CASTRISMO TRA MOSCA, PECHINO E CARACAS: UNA STRATEGIA DISPERATA
Di Huber Matos Araluce
San José, Costa Rica

Il regime castrista ha abbandonato ogni illusione di raggiungere un’intesa con gli Stati Uniti che, come nel modello vietnamita, gli consentirebbe di aprire l’economia mantenendo il controllo politico. La politica di pressione di Washington, rafforzata dal ritorno di Donald Trump alla presidenza, ha reso impraticabile qualsiasi accordo che unisca legittimità internazionale, apertura al capitale privato e permanenza al potere della dirigenza castrista.

Di fronte a questo scenario, L’Avana ha scelto una strategia disperata: consolidare la propria alleanza con Venezuela, Russia e Cina, anche a rischio di isolarsi dall’Occidente. La leadership sa che il crollo del regime di Nicolás Maduro equivarrebbe a una condanna politica a morte. Per questo il messaggio di Diosdado Cabello a Caracas — « chi tocca Cuba, tocca il Venezuela e viceversa » — è stato accolto e amplificato dal Partito Comunista di Cuba, nel tentativo di mostrare un’unità di destino.

Mercenari e propaganda: il braccio della Russia in America Latina

Le rivelazioni più recenti confermano che Cuba è il secondo fornitore di combattenti per la guerra della Russia contro l’Ucraina, dopo la Corea del Nord. Secondo il portavoce dell’intelligence militare ucraina, Andriy Yusov, « abbiamo identificato almeno 20.000 cubani reclutati dalla Russia… molti di loro sono morti senza che le famiglie ricevessero un indennizzo ».

Un tale reclutamento difficilmente potrebbe avvenire senza il consenso o la complicità di un regime che mantiene una delle reti di sorveglianza più rigide del pianeta. In questo modo L’Avana contribuisce alla strategia di Putin in cambio di sostegno politico e militare.

Cina: sostegno d’intelligence e tecnologico

Pechino svolge un ruolo chiave in questa equazione. Il ministro delle Forze Armate Rivoluzionarie, Álvaro López Miera, è stato inviato a partecipare al Forum della Difesa Cina–America Latina, dove si è discusso di sicurezza globale e cooperazione militare. Durante l’incontro, il ministro cinese Dong Jun ha affermato che « i legami tra Cina e Cuba sono un modello di solidarietà e cooperazione tra Paesi socialisti ».

In parallelo, il capo della sicurezza di Stato cinese, Chen Yixin, ha incontrato il ministro dell’Interno di Cuba per migliorare lo scambio di informazioni e « aiutare il vicino degli Stati Uniti a mantenere la stabilità sociale », un sostegno esplicito alla permanenza del castrismo.

Washington risponde e la regione si militarizza

Gli Stati Uniti, consapevoli di questa convergenza, hanno intensificato la pressione. Il capo della missione diplomatica a L’Avana, Mike Hammer, ha incontrato l’ammiraglio Alvin Holsey, comandante dello U.S. Southern Command, per valutare « la situazione attuale a Cuba » e coordinare gli sforzi nella regione.

L’amministrazione Trump ha avviato operazioni militari contro le reti di narcotraffico legate al Venezuela e ha inquadrato la lotta nei Caraibi come una priorità di difesa nazionale. Ciò suggerisce che Washington consideri l’allineamento Caracas–L’Avana–Mosca–Pechino come un blocco ostile nell’emisfero.

Una scommessa “tutto o niente”

Il castrismo si è legato al destino di Maduro, Putin e Xi Jinping. Se uno di questi pilastri dovesse vacillare, la capacità del sistema di mantenersi crollerebbe. La scommessa è disperata: conservare il potere a ogni costo, anche allineandosi con potenze oggi sottoposte a sanzioni e isolamento internazionale.

Il rischio è enorme: se la Russia si indebolisse in Ucraina, se la Cina privilegiasse i rapporti con l’Occidente o se il Venezuela intraprendesse una transizione democratica, il castrismo potrebbe ritrovarsi senza alleati né risorse, di fronte alla sfida della propria sopravvivenza con una popolazione sfinita e in silenziosa ribellione.


Leer más

Seguidores

Mensajes

ok

Follow me on Twitter

Archivo del Blog

Snap Shts

Get Free Shots from Snap.com