UNA MUJER EXTRAORDINARIA
Editorial de La Nación, Costa Rica, Julio 31 2009
Yoani Sánchez desafía la censura y la represión para abrirle al mundo una ventana hacia la realidad cubana
Nunca antes el Moors Cabot había sido otorgado al autor de un “ blog” y pocas veces a periodistas tan sufridos
“Una cubana común y corriente hace cosas extraordinarias con el periodismo digital”, dice Josh Friedman, director del premio María Moors Cabot, el más antiguo de la profesión en el ámbito internacional. Se refiere a Yoani Sánchez, una filóloga de 34 años cuyas extraordinarias realizaciones parten de un inquebrantable compromiso con el periodismo, en un país donde los informadores independientes suelen terminar en la cárcel.
Nunca antes el premio había sido otorgado al autor de un blog en Internet y pocas veces a periodistas tan sufridos. Sánchez se sobrepone al temor, pero también a las limitaciones existentes en su isla natal, donde las computadoras y conexiones de Internet son tan extraordinarias como ella.
Cuba vive aislada y Sánchez aprovecha uno de los pocos vínculos existentes con el mundo exterior para desarrollar su trabajo. Se hace pasar por turista para lograr acceso a las computadoras instaladas en los hoteles como servicio exclusivo para extranjeros.
Paga altas tarifas por minuto, con tal de abrirle al mundo una ventana desde donde echar un extraordinario vistazo a la realidad cubana.
El blog Generación Y (www.desdecuba.com/generaciony/) existe desde abril del 2007 y ya le valió a su autora el prestigioso premio Ortega y Gasset. Sánchez no pudo viajar a la ceremonia de entrega en Madrid y es dudoso que pueda asistir al homenaje en Nueva York. El Gobierno le impidió la salida a España, y Fidel Castro aprovechó para acusarla de socavar la revolución con sus comentarios sobre la vida cotidiana. Visto de cierta forma, ese también es un reconocimiento extraordinario.
Harriet Beecher Stowe, autora de La Cabaña del Tío Tom, visitó la Casa Blanca en 1862, en medio de la guerra civil libertadora de los esclavos estadounidenses. Se dice que Abraham Lincoln la recibió con una frase de reconocimiento para el poder de las letras y, en particular, de la denuncia de la esclavitud contenida en la obra de la novelista. “Así que usted es la pequeña mujer que inició esta gran guerra”, habría dicho el Presidente. Las intenciones de Lincoln y Castro no podrían ser más disímiles, pero el reconocimiento es el mismo.
Es extraordinario, también, que un editorial de este periódico sea escrito por la persona cuyas acciones se comentan, pero Yoani Sánchez tiene bien ganado el derecho a hablar con voz propia, y el artículo publicado en Generación Y a raíz del María Moors Cabot dice cuanto es necesario.
“Hace años que di un portazo al mundo académico e intelectual, hastiada de ver –tan frecuentemente– la máscara colgada en los rostros de mis profesores y de mis condiscípulos. Hoy empieza mi viaje de retorno al recinto universitario, de la mano de la mención especial en los premios de periodismo María Moors Cabot, que me ha otorgado la Universidad de Columbia. Un galardón que he obtenido –entre otras cosas– por negarme a asumir esa complicidad ‘cultivada’, que tanto me frustró descubrir en una parte de las letras cubanas.
“Escapando de una erudición libresca –desapegada de la realidad– fui a parar al extremo contrario: el de los circuitos y el código binario. No obstante, hay caminos que nos llevan siempre al mismo lugar y pueden hacer que una filóloga renegada vuelva a abrazar los hábitos de la academia. Especialmente, si este regreso al mundo de las togas y los diplomas ocurre por haberme comportado como una persona libre en el ciberespacio.
“Pienso usar el prestigio y la protección que trae aparejado el premio Cabot, para seguir haciendo crecer la blogósfera cubana. El alternativo itinerario que nos une cada semana ha llegado a un punto en que debe volverse una auténtica academia blogger.
“Como no pienso esperar a que esté permitido abrir una escuela de periodismo digital para realizar este proyecto, voy a comenzarlo incluso al margen de formalismos burocráticos y legales.
La distinción que he recibido hoy puede contribuir a que nazca aquí un nuevo tipo de instrucción sin condicionantes ideológicos, sin aquellos feos disfraces que me hicieron alejarme –una vez– del mundo académico.”
Hecha la cita de la valiente periodista cubana, a este editorial solo le resta reafirmar su compromiso con el ejemplo de Yoani.
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