La Cotorra Mecánica y Cuba Independiente y Democrática (I)
El 2 de junio apareció en el blog la Polilla Cubana un artículo de más de 3700 palabras titulado “Las “pacíficas” delegaciones del CID en la isla y sus jefes terroristas en Miami.” El autor, Percy Francisco Alvarado Godoy, es guatemalteco y agente confeso de la Seguridad del Estado castrista[1]. En su página de Facebook dice que vive en el municipio de Playa en La Habana. Es divorciado y se ha “casado doce veces”.En la diatriba contra el CID repite, como una cotorra mecánica, los anacrónicos epítetos y amenazas que la tiranía ha empleado por medio siglo para intimidar, mandar a prisión o condenar al fusilamiento a miles de demócratas cubanos.
El mencionado personaje indica que después de cumplir su condena: “en 1980, Huber Matos fundó la organización terrorista Cuba Independiente y Democrática (CID), en Caracas, Venezuela, con el apoyo de dos partidos políticos de Venezuela: Acción Democrática y COPEI… Desde bien temprano, en 1981, se dedicó a difamar a la Revolución mediante La Voz de CID, violando a las propias leyes norteamericanas establecidas en ese país, por lo que fue sancionado por la Comisión Federal de Comunicaciones de los EE.UU. por operar sin licencia.”
Cierto, Cuba Independiente y Democrática (CID) se fundó en Caracas, Venezuela, en 1980, con el apoyo de los dos grandes partidos políticos democráticos de ese país. La prioridad el CID desde sus inicios fue enfrentar al castrismo con una estrategia de persuasión política contraria a la violencia. Planteaba la unidad de todo el pueblo cubano y rechazaba la venganza o el ajuste de cuentas. Desde hace más de treinta años el CID insiste en que las Fuerzas Armadas Cubanas tienen un papel decisivo en la transición del régimen castrista hacia la democracia. Por estas razones la actividad principal del Movimiento fueron las transmisiones de La Voz del CID a Cuba, a lo que luego se sumó el proyecto de TeleCID.
Es cierto, como dice el agente de espionaje castrista, que La Voz del CID fue perseguida y multada por el gobierno norteamericano. Por esa razón tuvo que salir de los Estados Unidos y ubicarse en un país latinoamericano. Desde allí, por diez años, transmitió las 24 horas del día los siete días de la semana. La programación fue muy popular en Cuba, donde llegó a tener miles de leales radioescuchas en toda la isla, en los precisos momentos en que se desplomaba la URSS.
En los inicios de la década de los noventa, el gobierno estadounidense parece haber llegado a una negociación con la tiranía castrista respecto al CID. Después de insistir infructuosamente con el gobierno latinoamericano que nos apoyaba para que clausurara la Voz del CID, Washington lo amenazó con suspenderle la ayuda militar a las Fuerzas Armadas si no lo hacía. Como consecuencia, la Voz del CID dejó de transmitir.
Es difícil conciliar el argumento del agente castrista de que el CID es un instrumento del imperialismo con su propia afirmación de que el CID fue multado por transmitir desde los Estados Unidos, y el hecho de que nuestras transmisiones de radio y televisión fueron terminadas por las acciones y presiones de Washington.
En cuanto a la acción del gobierno de Washington nadie debe sorprenderse, ya que todos somos testigos de la presión para cortarle los fondos a Radio y Tele Martí. En lugar de discutirse públicamente cómo se mejora su programación, se alega que los más de 700 millones de dólares gastados en estos proyectos no justifican la reducida audiencia que tienen en Cuba. Con un chantaje cerraron a La Voz del Cid y a Telecid, ahora le toca el turno a Radio y TV Martí.
En cuanto a los miembros del Partido Cuba Independiente y Democrática en Cuba, el articulista los describe en estos términos:
“De manera abrupta y sospechosa, motivados unos por la búsqueda de un cuestionado protagonismo, tan propio de las vulgares vedettes de sórdidos espectáculos; movidos otros por la sed de dinero fácil proveniente del gobierno norteamericano y de supuestas fundaciones europeas para financiar a la traición; y, por último, esperanzados de encontrar una vía segura para lograr un “futuro próspero” en EE UU o en alguna capital de la veleidosa Europa, un centenar de aprovechadores de toda laya y oscuro pasado, se han coligado bajo la sombra del grupúsculo terrorista Partido Cuba Independiente y Democrática (CID), para venderse ante el mundo como supuestos luchadores por la libertad, creando insignificantes células en Ciudad de la Habana, Pinar del Río, Camagüey y en Palma Soriano. No estoy seguro si están en pleno conocimiento sobre quiénes son sus patrocinadores desde Miami y si conocen en realidad el tenebroso pasado terrorista de los mismos o, simplemente, hacen dejación de ello para mantener a toda costa su sucio papel de buscavidas, a costa de servir a la contrarrevolución interna.”
Si nos atenemos a su descripción, parecería que la tiranía no tiene por qué preocuparse por los miembros del CID. Son un centenar de buscavidas que lo que quieren es irse del país. No saben o no les importa que los cabecillas en Miami sean “terroristas”; lo de ellos es recibir dinero y alistar las maletas. La dictadura podría montarlos a todos en un avión y resolver el problema.
Otra alternativa de la dictadura es dejar que los activistas del CID en Cuba sigan creciendo y entreteniéndose. Ellos no representan ningún peligro, porque cada vez que se reúnen los vecinos “revolucionarios” se encargan de repudiarlos y aplastarlos. Eso mejora la moral de las masas, que no anda muy bien, según ha declarado públicamente Raúl Castro.
Como el CID recibe grandes sumas del gobierno estadounidense y de Europa, mientras más buscavidas tenga en Cuba, más dinero habrá para todo el mundo. El país está en quiebra y lo necesita. Y de paso, esas cuantiosas sumas de dólares beneficiarían a la dictadura. Lo cierto es que el CID no recibe un centavo de ningún gobierno y de ninguna fundación. El CID no tiene un solo empleado en el exilio. Todo el trabajo es voluntario.
Continuará…
[1] Según una entrevista en Rebelion: “Fraile”, nombre de combate de Percy, se infiltró en el ala terrorista de la criminal Fundación Nacional Cubano-Americana, la misma que tenía como plan siniestro el colocar explosivos plásticos en el Cabaret Tropicana y otras instalaciones turísticas para causar muerte y destrucción. Gracias a su trabajo se pudo descubrir y detener algunas de las acciones que los terroristas de la mafia de Miami pretendían ejecutar. Lamentablemente no se llegó a conocer todo lo que tenían planificado, puesto que Posada Carriles y sus cómplices estaban contratando mercenarios en Centroamérica para llevar adelante los atentados que tuvieron lugar en algunos hoteles de Cuba en el año 1997, los mismos que provocaron la muerte del italiano, Favio Di Celmo. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=56933
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