Cómo intenta sobrevivir el castrismo (II)
¿Obama o Chávez? ¿Quien da más por menos?
Si en Cuba el pueblo no quiere trabajar, la corrupción es un problema incontrolable y las exportaciones están por el suelo, la tabla de salvación podría ser un arreglo con los Estados Unidos. Esto implicaría alguna concesión al gobierno en Washington.
La otra alternativa es que Hugo Chávez envíe más recursos a la isla.
Cuba difícilmente se mantiene a flote con: 1) Los dólares del turismo 2) Las remesas y envíos de los exiliados. 3) La subvención chavista.
El turismo
El ingreso turístico es frágil. Es una industria que depende de la percepción sobre el país que se tenga en los mercados de origen. En la medida en que la imagen del régimen se deteriora en el exterior, un viaje de diversión y descanso a Cuba puede dejar de ser atractivo. Con un ingreso aproximado de 2,000 millones de dólares anuales, el turismo ayuda pero es insuficiente.
Solo el ingreso del turismo estadounidense podría cambiar considerablemente la situación, y lo más importante es que amortiguaría la perdida eventual de la subvención venezolana, que es la mayor preocupación de los castristas.
Los exiliados
Las remesas y los envíos de comida, medicinas, ropa, etc., de los exiliados a sus familiares en Cuba, representa una fuente de ingresos de la mayor importancia. Los cálculos oscilan entre 800 y 2500 millones de dólares anuales.
Con la moneda convertible de esta fuente, el gobierno cubano compra en los Estados Unidos el 85% de la comida que consume el pueblo cubano; un consumo diario de alimentos por un valor de 65 a 72 centavos de dólar por persona al día. Pero este ingreso depende de disposiciones legales en los Estados Unidos. Hoy son liberales, mañana pueden cambiar. En el mejor de los casos, un aumento anual de las remesas y los envíos tampoco está garantizado.
La subvención venezolana
El volumen de la subvención y el comercio con Venezuela se calcula en unos 5,000 millones de dólares, aunque seguramente es mayor. Debe haber partidas secretas que se manejan a muy alto nivel entre los Castro y Hugo Chávez. Esta es la única fuente de ingresos que está bajo el control de los castristas, y la única que puede crecer rápida y sustancialmente.
¿Que hacer?
El gobierno cubano no tiene que hacer mucho esfuerzo para comprender que ni el crecimiento del turismo ni el de las remesas de los exilados son asuntos fáciles. Podrían mantenerse los niveles actuales, pero también pueden descender.
Como hemos mencionado, solo un acuerdo con el gobierno en Washington puede eliminar las restricciones que prohíben a los turistas estadounidenses viajar a Cuba. Para lograrlo tendrían que contar con la ayuda del presidente Obama y el Partido Demócrata. Esto, aunque no es imposible, tampoco es fácil.
La situación política en los Estados Unidos exige a los demócratas concentrarse en temas de interés del electorado estadounidense. En el campo internacional el gobierno de Obama tiene que alcanzar algunos objetivos estratégicos importantes. El asunto cubano no forma parte del menú.
Aunque no parece, el tema de la reelección de Obama está a la vuelta de la esquina, y en una democracia el capital político hay que administrarlo con mucha prudencia. Obama, por ahora, no parece dispuesto a arriesgar el voto cubano exilado. Ha prometido no negociar con el gobierno en la isla hasta que esté decidido a respetar los derechos humanos. El turismo estadounidense es una carta muy importante en esa negociación.
Por todas las anteriores razones, la atención de la tiranía se concentra en lo que tiene en sus manos: Venezuela. Si Hugo Chávez se consolida en Venezuela no habrá quien le impida duplicar la ayuda al régimen castrista. Quien crea que Chávez no podrá hacerlo porque no tiene con qué, debería repasar los ingresos que tiene Venezuela.
A Hugo Chávez, el “heredero” de Fidel Castro, no le importa cómo vive su pueblo, él está repitiendo en su país lo que hizo su padre político en Cuba. Si ese es el precio a pagar por el control total del poder Chávez lo hará… o tal vez lo está haciendo ya.
Continuará…
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