A la sombra del Cardenal
Las conversaciones entre Raúl Castro y los representantes de la Iglesia Católica sobre la libertad de los presos políticos dieron origen a especulaciones acerca del inicio de una etapa de flexibilización del régimen imperante en Cuba. El periódico oficial Granma, al informar acerca de estas reuniones, puso en evidencia el interés oficial en alimentar tales conjeturas.
Como resultado de esas conversaciones, se informó que las Damas de Blanco podrían desfilar por la Quinta Avenida. Desde entonces las turbas “espontáneas”, vulgares y violentas, parecen haber desaparecido del escenario habanero como por arte de magia.
Un desfile por la Quinta Avenida, una zona de extranjeros y embajadas, alejada de los cubanos de a pie, es una ventaja para la tiranía. Da una impresión de tolerancia, mientras evita que las Damas de Blanco entren en contacto con la población. Entretanto, en otras partes de la isla, con menos exposición a la prensa extranjera, el acoso ha continuado.
Como parte de las negociaciones, la dictadura condicionó la liberación de un grupo de presos a que las Damas de Blanco desfilaran sin las Damas de Apoyo; éstas son cubanas que no tienen presos en las cárceles, pero acompañan a las primeras por solidaridad. El chantaje fue rechazado por las Damas de Blanco. La tiranía teme que a las Damas de Apoyo se sumen más mujeres del pueblo.
Para demostrar flexibilidad se anunció que los presos enfermos serían trasladados a hospitales – donde debían estar- y llevados a sus provincias de origen. En un país donde el salario promedio es de $17 mensuales y el transporte es un desastre, mantener a los presos en otras provincias ha sido parte del castigo contra ellos y su familiares.
Se trata de concesiones limitadas y condicionadas, contra un telón de fondo de represión y tiranía.
Los apologistas del castrismo fuera de Cuba, como el Canciller español Miguel Angel Moratinos, han utilizado esta maniobra de Raúl Castro con la Iglesia para insistir en que esta es la política correcta para lograr concesiones, en lugar de la presión y las penalidades. Si algo demuestra la presente circunstancia es lo equivocado que está el gobierno español.
Si no hubiera sido por el sacrificio de Orlando Zapata, la disposición de Guillermo Fariñas de entregar su vida por la libertad de los presos y la determinación de las Damas de Blanco, la tiranía no se habría sentido en la necesidad de montar un espectáculo para prometer limitadas concesiones a un pequeño grupo de presos enfermos.
Nadie en el mundo que se considere un demócrata debe aceptar otra cosa que la liberación de todos los presos políticos cubanos, la eliminación de la represión policiaca y la revisión de las causas de todos los demás presos. Exigir menos que un Estado de Derecho en Cuba es una burla al pueblo cubano y equivale a hacerle el juego a la tiranía.
3 comentarios:
Huber
2 de junio de 2010, 8:05Excelente tu post, creo que no hay que dejarse engañar por la tirania, pues hacen cualquier tipo de jugada para estirar su permanencia en el poder, no se debe aceptar nada que no sea la liberacion de todos los presos politicos y de conciencia y el respeto de los derechos humanos a todos los ciudadnos cubanos, dentro y fuera de la isla. Este "acuerdo" me suena a "atolillo con el dedo".
Saludes
Mario
Hola Huber:
2 de junio de 2010, 12:20Ya están saliendo a flote las otras condiciones que se cocinaron debajo de aquellas sotanas (como sacar del juego a las Damas de apoyo) sin siquiera liberar a los presos más enfermos como dijeron "los curas". Y cada cosa que pasa en el mundo, desde el derrame de petróleo hasta la toma israelí de la famosa flotilla, les sirve a ellos para apartar la atención de la situación cubana.
Amigos defensores de la democracia:
5 de junio de 2010, 1:43Los invito a que se solidaricen conmigo en la lucha por evitar que mi país, Colombia, rinda tributo, con dineros públicos, al más despreciable vasallo del dictador asesino, Silvio Rodríguez. Mi patria no puede ofender de este modo a los miles de padres y madres cuyos hijos han sido secuestrados y asesinados por las Farc,financiadas durante decenios por el tirano Castro, con la complicidad imperdonable de Silvio Rodríguez, su símbolo ante el mundo!
La denuncia entera, con los detalles necesarios, la presento en mi sitio www.sergioestebanvelez.com Se llama "Propagandistas de dictadores". No puedo copiarla aquí, porque es bastante larga.
También creé en el Facebook un grupo llamado "No al concierto en Medellín del vocero del dictador Castro" http://www.facebook.com/#!/group.php?gid=115737498469634&ref=ts
Ojalá me ayuden a divulgarlo e inviten a sus conocidos a apoyar esta causa tan justa.
Sólo si nos unimos y hacemos "ruido", podremos evitar que mi país se una al coro de aduladores del tirano, para humillación de las víctimas!
Los que conocemos la macabra historia de cómo la “gloriosa” Revolución Cubana auspició durante años a los forajidos de las Farc, que han desangrado a mi patria, tenemos el deber moral de protestar y de oponernos, por todos los medios pertinentes, para impedir que en nuestra ciudad, con los recursos públicos, se rinda tributo a “la Voz de la Revolución”, especialmente cuando estoy seguro de que, con este evento absurdo están tratando de desagraviar a Castro, después de que, a raíz de las denuncias que presentamos este columnista y algunos colegas, la prensa y la dirigencia cultural ejercieron la presión oportuna que produjo la cancelación del gran homenaje “50 años de una Revolución Solidaria”, a través del cual la Alcaldía de Medellín planeaba convertir a Medellín, durante seis meses, en santuario de culto a la dictadura del sátrapa Castro. Como corroboración de lo anterior, recuérdese que uno de los actos centrales del evento que logramos vetar era, precisamente, un concierto de Silvio Rodríguez.
Un lector de mi pasada columna me envió un mensaje que me tiene realmente conmovido. Quisiera compartirlo con ustedes:
“A mi tío lo secuestraron y asesinaron las Farc. Desde entonces, mi abuela no para de llorar y mi abuelo no volvió a sonreír.
Y ahora la Alcaldía de Medellín quiere utilizar el dinero de mis impuestos y de los de mi familia para hacer un acto multimillonario de exaltación al mayor defensor, divulgador y cómplice del dictador que financió el secuestro y asesinato de mi tío y de otros miles de colombianos. Semejante ofensa a las víctimas, ¿y todos tan contentos?”.
Amigos, si alguno de ustedes cree tener las armas para impedir este absurdo o, al menos, para conseguir que ese personaje condene públicamente a las Farc, por favor actúe.
Martin Luther King, maestro de la paz, decía: “Ya no me duelen los actos de la gente mala, sino la indiferencia de la gente buena”.
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