lunes, 30 de agosto de 2010

Para la revista Espacio Laical la muerte de Zapata no tuvo consecuencias


El reciente editorial de la revista Espacio Laical*: “La mediación deberá seguir su curso inalterable”, subestima la importancia de la reacción internacional ante la muerte de Orlando Zapata, los atropellos contra las Damas de Blanco y la huelga de hambre de Guillermo Fariñas, para darle el crédito a la dictadura y a la jerarquía de la Iglesia Católica por la liberación de presos políticos. Dice así:

“Fuerzas cubanas asentadas dentro y fuera de nuestras fronteras geográficas, conectadas a redes políticas internacionales, han intentado hacer ver que la liberación de los presos por motivos políticos ha sido el resultado de la “presión internacional” y de la “lucha” de la disidencia interna; no de la moderación y de la disposición al diálogo entre actores sociales y políticos. Es posible que dicha presión haya podido tener alguna influencia. No obstante, sería iluso pensar que ésta haya sido su causa eficiente. La presión ha estado presente por más de 50 años y no ha logrado cambiar nada.”

Empecemos por considerar la afirmación final: “La presión ha estado presente por más de 50 años y no ha logrado cambiar nada.” Este argumento desconoce que la crisis actual en Cuba no tiene precedentes. No es la Cuba de los sesenta, ni la de los ochenta ni la de los noventa. Ni remotamente la presión es la misma.


En el país hay una nueva generación de cubanos cuya vinculación con “la revolución” es remota o inexistente, preocupación reconocida en la prensa oficial. Los “logros” en educación y salud se han evaporado. La corrupción es práctica normal.

La grave situación económica en la isla no tiene paralelo con ningún tiempo anterior, ni aun al del periodo especial en los noventas, después del desplome de la URSS. Sin la subvención chavista Cuba estaría en la quiebra. El país tiene que importar hasta el 85% de los alimentos que consume la población.

Parte del problema es que la gerontocracia está dirigida por un presidente que no inspira y un hermano mayor que se dedica a predicar el apocalipsis planetario y todavía se refiere a los rusos como soviéticos, un imperio que se acabó hace dos décadas. El mundo se ha dado cuenta de que la revolución ha sido un fracaso y un fraude y el pueblo cubano piensa igual.

En ese escenario de crisis económica, descomposición social y un régimen desprestigiado sucedieron hechos igualmente inéditos, y la dictadura no se percató de las nuevas circunstancias.

Antes de la muerte de Orlando Zapata se había asesinado en las prisiones cubanas a otros presos políticos. Los represores pensaron que en este caso tampoco pasaría nada, por eso privaron a Zapata del agua y lo dejaron morir. Luego cometieron otros errores absurdos.

Después de su muerte el régimen lanzó la calumnia de que había sido un delincuente común. A esto se le sumó un acto de repudio contra las Damas de Blanco transmitido en televisión oficial en la isla y en el exterior por los medios de información internacionales.

El video expuso la brutalidad con que se trataba en Cuba una manifestación de mujeres indefensas que hacían un reclamo pacífico al gobierno. Estos hechos desataron una reacción negativa sin precedentes, incluso entre simpatizantes del socialismo.

La prolongada huelga de Guillermo Fariñas fue el catalizador de una visión sin censuras de la realidad brutal que sufre la oposición democrática en Cuba. Fariñas simplemente reclamaba la liberación de un grupo de presos políticos que estaban enfermos, de los 75 cubanos cuya injusta condena en el 2003 ya había sido motivo de continuas críticas en el exterior.

Las acciones de la dictadura hicieron quedar en ridículo al gobierno español, que fracasó en su intento de que la Unión Europea flexibilizara su política respecto a al régimen castrista. Ante tal situación España hizo esfuerzos constantes por publicitar su interés en la liberación de presos políticos.

Los efectos que esta crisis podía tener en la industria turística cubana no pueden pasar inadvertidos para nadie, el régimen estaba obligado a lavarse la cara por esta y otras razones, entre ellas mantener vivo su permanente cabildeo ante el gobierno en Washington.

Por último y no por eso con menos peso, los hechos provocaron también dentro de la isla un rechazo importante, incluyendo entre los miembros del Partido Comunista y de las Fuerzas Armadas.

El argumento del editorial de la revista Espacio Laical de que “La presión ha estado presente por más de 50 años y no ha logrado cambiar nada.” no se ajusta a la realidad histórica ni al presente. Desconoce que con anterioridad la dictadura ha dispuesto la liberación de más presos políticos cuando le ha convenido, utilizando otros intermediarios para crearse la imagen de que es capaz de negociar, siempre con el propósito de lograr algún beneficio en sus relaciones internacionales.

Continuará…


* La revista Espacio Laical es una publicación del Consejo Arquidiocesano de Laicos adjunto al Arzobispado de La Habana.

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