Maduro no está regresado con las manos vacías
Dicen las noticias que Nicolás Maduro está regresado con las manos vacías de su viaje a China. Lo dudo. No creo que los chinos hayan perdido la oportunidad de hacerle, al atribulado venezolano, proposiciones interesantes de corto plazo y de largo alcance. Habrían sido malos comerciantes y los chinos tienen fama de ser muy hábiles. ¿Quién perdería la oportunidad de sentarse a negociar con el representante de un país que está en la quiebra pero tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo?
China tiene necesidades energéticas insaciables. En mayo de 2014 firmaron la compra de gas a los rusos por un valor estimado de 400 mil millones de dólares. La entrega se extendería por tres décadas a un promedio de 38 mil millones de metros cúbicos de gas al año. En noviembre pasado firmaron otro convenio parecido y para finales de esta década Rusia puede estar enviando anualmente a China 68 mil millones de metros cúbicos de gas. Esto nada más representa un poco menos del 20% de la energía que necesita China.
Ya el gobierno chino ha prestado $42 millones a Venezuela de lo que este país ha repagado $24 millones. Los chavistas ahora tienen una emergencia de $16 mil millones. Si esto se compara con los cientos de miles de millones de dólares negociados con Rusia el año pasado, el monto que necesita el régimen chavista representa un porcentaje modesto.
Pero miremos el bosque desde lejos, en Latinoamérica China tiene dos oportunidades estratégicas que le brindarían grandes beneficios durante este siglo. Una es un canal en Nicaragua y la otra son las reservas de petróleo a precio de quiebra en un país controlado por los castro-chavistas, es decir por amigos. Por el canal de Nicaragua los chinos podrán transportar en sus enormes barcos hacia Asia y otros lugares, el combustible comprado a Venezuela a precios de “viernes negro”. No nos sorprendamos si en el futuro los maoístas y los castro-chavistas anuncian un convenio espectacular.
Se ha filtrado en las noticias que los chinos exigieron a Maduro el control de la Zona de Desarrollo de Guayana, puede ser una fábula pero tendría sentido. Siempre habría forma de plantearlo, a fin de cuentas el canal en Nicaragua no es un proyecto del gobierno chino sino de un empresario de Hong Kong que parece tener las conexiones para reunir los $50,000 millones que dicen costará la obra. El gobierno chavista puede justificar la negociación con una empresa china que venga a poner orden en el caos creado por el populismo chavista.
La propuesta de los chinos puede ser otra pero cualquier otra que fuera, Nicolás Maduro no podía aceptarla en Pekín. Maduro tenía que regresar a Venezuela y plantearla al grupo que lo mantiene en el poder. La decisión se tomará entre éstos y Raúl Castro y los suyos en La Habana. Quizás a Raúl le guste la idea pues la participación de China en la industria venezolana de los hidrocarburos podría ser una garantía para la dictadura en la Isla.
China invierte a largo plazo, lo ha hecho en Rusia sin preocuparle demasiado si Vladimir Putin permanecerá en control en las próximas décadas. Una negociación con Venezuela estaría garantizada por el poder económico que tiene China y por el petróleo y el gas de Venezuela. Estén o no los chavistas en el poder los venezolanos tendrán que honrar los compromisos que haga Maduro o el que le siga en la presidencia. En una reciente carta al dictador Chino Xi Jinping la dirigente opositora María Corina Machado le ha escrito:
“Puedo afirmar con responsabilidad que al Iograr la transición hacia Ia democracia, el nuevo gobierno de Venezuela honrará los compromisos asumidos con Ia República Popular de China en términos que sean beneficiosos y justos para ambas naciones”.
Si la oferta “secreta” de China a Maduro se acepta o se sigue conversando, a los chinos les sobra paciencia. Estuvieron negociando 10 años con los rusos y fue en los momentos de crisis en el Kremlin que se llegó a un acuerdo, por cierto muy favorable para el gobierno asiático. Maduro y el chavismo tienen una seria situación en sus manos, pero todavía el escogido por los Castro tiene el 22% de aprobación, tiene las fuerzas armadas que lo respaldan y también el aparato represivo.
Mientras Raúl Castro lo apoye, la OEA siga controlada por pusilánimes y el presidente Obama continúe su política de acercamiento y flexibilización con el dictador cubano, no veo la razón por la cual Nicolás Maduro tenga que preocuparse. Quisiera equivocarme.
Por Huber Matos Araluce
Patria, Pueblo y Libertad
Por Huber Matos Araluce
Patria, Pueblo y Libertad
2 comentarios:
Muy buenas y acertadas reflexiones Huber! (No tienes un chino atrás como consejero?
11 de enero de 2015, 9:07Pancho
Gracias Pancho, no lo tengo pero como van las cosas habra que aprender Mandarin
12 de enero de 2015, 5:41Publicar un comentario