CUBA Y VENEZUELA: NI PARO NACIONAL NI MANIFESTACIONES

 


Por Huber Matos Araluce. San José, Costa Rica  

Análisis de cómo las dictaduras buscan convertir la protesta en una oportunidad para consolidar su poder.

 

Introducción

Venezuela atraviesa un momento crítico. La situación de la narco dictadura se ha agravado exponencialmente ante la presencia de fuerzas militares de los Estados Unidos dispuestas a sacar del poder a la mafia que dirige y controla el Cartel de los Soles. Esto se suma a una crisis política, social y económica que ha llegado a un punto en que Nicolás Maduro enfrenta un rechazo mayoritario, evidenciado en las últimas elecciones.

Poco puede hacer ese régimen si la decisión de Donald Trump se materializa. Pero mientras esto se define, la narco dictadura ha desatado una escalada de represión y militarización que busca disuadir cualquier intento de protesta masiva. Cada tanque exhibido y cada maniobra militar envían un mensaje inequívoco a la población: cualquier protesta será sofocada con violencia.
Ante estas circunstancias, la oposición liderada por María Corina Machado y el presidente Edmundo González han optado por no llamar ni a un paro nacional ni a manifestaciones.

Contexto y Evidencia

Desde los tiempos de Hugo Chávez, los venezolanos han protagonizado protestas pacíficas masivas exigiendo derechos, democracia y soluciones a la crisis. Bajo el gobierno de Maduro, la represión se ha intensificado con disparos contra manifestantes, detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones forzadas. La Misión de Determinación de Hechos de la ONU ha concluido que estos crímenes forman parte de un plan coordinado de persecución política y los ha calificado como crímenes de lesa humanidad.

Posición de la Oposición

El liderazgo opositor ha evitado convocar a un paro nacional o a manifestaciones masivas. Lejos de ser pasividad, esta decisión es estratégica: un llamado a las calles en este momento podría provocar una represión masiva, con muertos, encarcelamientos y un saldo que el régimen podría usar para justificar aún más control. La prioridad ha sido preservar vidas y evitar que el gobierno utilice el caos como excusa para consolidar su poder.  Tampoco el gobierno de los Estados Unidos parece estar poniendo sus esperanzas de cambio en Venezuela en protestas de la población.

Análisis de Riesgos

Convocar a protestas masivas en las actuales condiciones de represión es una apuesta extremadamente riesgosa. El narco régimen como su hermano mayor, el castrista, han demostrado que su supervivencia depende de aplicar violencia extrema y condenas ejemplarizantes contra disidentes. Una movilización que no logre sostenerse podría desmoralizar a la población, reforzar la propaganda oficial y debilitar la capacidad de presión interna.

Un paro nacional añade otra dificultad: en medio de la crisis económica, la mayoría de los venezolanos no puede dejar de trabajar por períodos prolongados. Si el paro fracasa, el efecto puede ser devastador para el ánimo colectivo.

Lecciones Históricas

La historia ofrece ejemplos elocuentes.
En 1989, en la Plaza de Tiananmén, la represión del Partido Comunista aplastó el movimiento prodemocrático en China.
En Irán, el Movimiento Verde de 2009 fue sofocado con violencia, dejando a la oposición sin capacidad de reorganización durante años.
En Nicaragua, las protestas de 2018 terminaron con cientos de muertos y encarcelamientos masivos que aún paralizan a la sociedad civil.
Y en Cuba, las históricas protestas del 11 de julio de 2021 fueron seguidas por juicios sumarios y largas condenas, generando miedo profundo en la población.

Estos casos muestran que las dictaduras pueden salir fortalecidas de estallidos sociales que logran reprimir con brutalidad, utilizando el miedo como arma de control.

Conclusiones

Venezuela no es Nepal, ni Cuba tampoco. Las protestas masivas en Nepal fueron posible —y relativamente exitosa— por una combinación de factores que limitaron la capacidad represiva del gobierno y facilitaron una transición. El éxito en Nepal se debió a la combinación de unidad política, apoyo internacional, debilitamiento del régimen y presión popular masiva sostenida que el gobierno no pudo ni quiso aplastar completamente. En contextos como el de Venezuela o Cuba, donde el aparato represivo es mucho más cohesionado y dependiente de la violencia para sostenerse, un escenario así es mucho más difícil de reproducir.

El liderazgo venezolano ha actuado con sabiduría y la madurez. Los cubanos, especialmente los del exilio, debemos aprender las lecciones de la historia y no llamar a un paro nacional o a una rebelión a una población cuya obsesión es buscar algo de comer para sus hijos. El castrismo, corrupto, incompetente y violento se parece a los regímenes de Rusia y China. Nuestra estrategia debe ser realista.

“Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas. Si te conoces pero no conoces al enemigo, por cada victoria sufrirás una derrota.”
(Sun Tzu, El Arte de la Guerra)

 

 

CUBA AND VENEZUELA: NEITHER NATIONAL STRIKE NOR DEMONSTRATIONS

By Huber Matos Araluce – San José, Costa Rica
Analysis of how dictatorships seek to turn protests into an opportunity to consolidate their power.

Introduction

Venezuela is at a critical moment. The situation of the narco-dictatorship has worsened exponentially due to the presence of United States military forces willing to remove from power the mafia that runs and controls the Cartel of the Suns. This comes on top of a political, social, and economic crisis that has reached a point where Nicolás Maduro faces widespread rejection, as evidenced by the latest elections.

There is little this regime can do if Donald Trump’s decision materializes. But as this is defined, the narco-dictatorship has unleashed a wave of repression and militarization aimed at deterring any attempt at mass protest. Every tank paraded and every military maneuver sends an unequivocal message to the population: any protest will be crushed with violence.
Given these circumstances, the opposition led by María Corina Machado and President Edmundo González have chosen not to call for a national strike or mass demonstrations.

Context and Evidence

Since the days of Hugo Chávez, Venezuelans have staged massive peaceful protests demanding rights, democracy, and solutions to the crisis. Under Maduro’s rule, repression has intensified with live fire against protesters, arbitrary detentions, torture, and enforced disappearances. The UN Fact-Finding Mission has concluded that these crimes are part of a coordinated plan of political persecution and has classified them as crimes against humanity.

Opposition’s Position

The opposition leadership has avoided calling for a national strike or mass demonstrations. Far from being passive, this decision is strategic: a call to the streets at this moment could trigger massive repression, with deaths, imprisonments, and a toll that the regime could use to justify even tighter control. The priority has been to preserve lives and prevent the government from using chaos as an excuse to consolidate its power. The United States government also does not seem to be placing its hopes for change in Venezuela on popular protests.

Risk Analysis

Calling for mass protests under current conditions of repression is an extremely risky gamble. The narco-regime, like its Cuban counterpart, has shown that its survival depends on applying extreme violence and exemplary punishment against dissidents. A mobilization that fails to sustain itself could demoralize the population, reinforce official propaganda, and weaken internal pressure capacity.

A national strike presents another challenge: amid the economic crisis, most Venezuelans cannot stop working for prolonged periods. If the strike fails, the effect can be devastating for the collective morale.

Historical Lessons

History offers eloquent examples.

  • In 1989, in Tiananmen Square, the Communist Party’s repression crushed the pro-democracy movement in China.

  • In Iran, the 2009 Green Movement was violently suppressed, leaving the opposition unable to reorganize for years.

  • In Nicaragua, the 2018 protests ended with hundreds of deaths and mass imprisonments that still paralyze civil society.

  • And in Cuba, the historic protests of July 11, 2021, were followed by summary trials and long prison sentences, generating deep fear among the population.

These cases show that dictatorships can emerge stronger from social uprisings they manage to repress with brutality, using fear as a weapon of control.

Conclusions

Venezuela is not Nepal, nor is Cuba. The mass protests in Nepal were possible —and relatively successful— due to a combination of factors that limited the government’s repressive capacity and facilitated a transition. Nepal’s success was the result of political unity, international support, regime weakening, and sustained mass popular pressure that the government could neither crush nor chose to crush completely. In contexts like Venezuela or Cuba, where the repressive apparatus is far more cohesive and dependent on violence for survival, such a scenario is much harder to replicate.

The Venezuelan leadership has acted with wisdom and maturity. Cubans, especially those in exile, must learn the lessons of history and avoid calling for a national strike or rebellion among a population whose main obsession is finding something to feed their children. The Castro regime —corrupt, incompetent, and violent— resembles the regimes of Russia and China. Our strategy must be realistic.

“If you know the enemy and know yourself, you need not fear the result of a hundred battles. If you know yourself but not the enemy, for every victory you will suffer a defeat.”
(Sun Tzu, The Art of War)

 

 

CUBA ET VENEZUELA : NI GRÈVE NATIONALE NI MANIFESTATIONS

Par Huber Matos Araluce – San José, Costa Rica
Analyse de la façon dont les dictatures cherchent à transformer la protestation en une occasion de consolider leur pouvoir.

Introduction

Le Venezuela traverse un moment critique. La situation de la narco-dictature s’est aggravée de façon exponentielle en raison de la présence de forces militaires des États-Unis prêtes à renverser la mafia qui dirige et contrôle le Cartel des Soleils. Cela s’ajoute à une crise politique, sociale et économique qui a atteint un point où Nicolás Maduro fait face à un rejet majoritaire, comme l’ont montré les dernières élections.

Le régime peut faire peu de choses si la décision de Donald Trump se concrétise. Mais en attendant que cela se définisse, la narco-dictature a déclenché une vague de répression et de militarisation destinée à dissuader toute tentative de protestation massive. Chaque char exposé et chaque manœuvre militaire envoie un message clair à la population : toute protestation sera écrasée par la violence.
Face à ces circonstances, l’opposition menée par María Corina Machado et le président Edmundo González a choisi de ne pas appeler à une grève nationale ni à des manifestations de masse.

Contexte et Preuves

Depuis l’époque d’Hugo Chávez, les Vénézuéliens ont organisé de vastes manifestations pacifiques pour exiger des droits, la démocratie et des solutions à la crise. Sous Maduro, la répression s’est intensifiée avec des tirs contre les manifestants, des arrestations arbitraires, des actes de torture et des disparitions forcées. La Mission internationale d’établissement des faits de l’ONU a conclu que ces crimes font partie d’un plan coordonné de persécution politique et les a qualifiés de crimes contre l’humanité.

Position de l’Opposition

La direction de l’opposition a évité de convoquer une grève nationale ou des manifestations massives. Loin d’être une attitude passive, cette décision est stratégique : un appel à descendre dans la rue pourrait déclencher une répression massive, avec des morts, des emprisonnements et un bilan que le régime pourrait utiliser pour justifier un contrôle encore plus grand. La priorité a été de préserver les vies et d’éviter que le gouvernement n’utilise le chaos comme prétexte pour consolider son pouvoir. Le gouvernement des États-Unis ne semble pas non plus compter sur des manifestations populaires pour provoquer un changement au Venezuela.

Analyse des Risques

Appeler à des manifestations massives dans les conditions actuelles de répression est un pari extrêmement risqué. Le narco-régime, comme son homologue cubain, a démontré que sa survie dépend de l’application d’une violence extrême et de peines exemplaires contre les dissidents. Une mobilisation qui ne parvient pas à se maintenir pourrait démoraliser la population, renforcer la propagande officielle et affaiblir la pression interne.

Une grève nationale présente une autre difficulté : en pleine crise économique, la majorité des Vénézuéliens ne peut pas arrêter de travailler longtemps. Si la grève échoue, l’effet sur le moral collectif peut être dévastateur.

Leçons Historiques

L’histoire offre des exemples éloquents :

  • En 1989, sur la place Tian’anmen, la répression du Parti communiste a écrasé le mouvement pro-démocratie en Chine.

  • En Iran, le Mouvement vert de 2009 a été violemment réprimé, laissant l’opposition incapable de se réorganiser pendant des années.

  • Au Nicaragua, les manifestations de 2018 se sont soldées par des centaines de morts et des emprisonnements massifs qui paralysent encore la société civile.

  • Et à Cuba, les protestations historiques du 11 juillet 2021 ont été suivies de procès sommaires et de longues peines de prison, générant une peur profonde dans la population.

Ces cas montrent que les dictatures peuvent sortir renforcées des soulèvements sociaux qu’elles parviennent à réprimer avec brutalité, en utilisant la peur comme arme de contrôle.

Conclusions

Le Venezuela n’est pas le Népal, pas plus que Cuba. Les manifestations de masse au Népal ont été possibles — et relativement réussies — grâce à une combinaison de facteurs qui ont limité la capacité de répression du gouvernement et facilité une transition. Le succès au Népal est dû à l’unité politique, au soutien international, à l’affaiblissement du régime et à une pression populaire massive et soutenue que le gouvernement n’a pas pu ou voulu écraser complètement. Dans des contextes comme le Venezuela ou Cuba, où l’appareil répressif est beaucoup plus cohésif et dépend de la violence pour se maintenir, un tel scénario est beaucoup plus difficile à reproduire.

La direction vénézuélienne a agi avec sagesse et maturité. Les Cubains, en particulier ceux de l’exil, doivent tirer les leçons de l’histoire et ne pas appeler à une grève nationale ou à une rébellion d’une population dont l’obsession principale est de trouver de quoi nourrir ses enfants. Le castrisme — corrompu, incompétent et violent — ressemble aux régimes de la Russie et de la Chine. Notre stratégie doit être réaliste.

« Si tu connais l’ennemi et te connais toi-même, tu n’as pas à craindre le résultat de cent batailles. Si tu te connais mais pas l’ennemi, pour chaque victoire tu subiras une défaite. »
(Sun Tzu, L’Art de la guerre)


CUBA E VENEZUELA: NÉ SCIOPERO NAZIONALE NÉ MANIFESTAZIONI

Di Huber Matos Araluce – San José, Costa Rica
Analisi di come le dittature cerchino di trasformare la protesta in un’opportunità per consolidare il proprio potere.

Introduzione

Il Venezuela sta attraversando un momento critico. La situazione della narco-dittatura è peggiorata in modo esponenziale a causa della presenza di forze militari statunitensi pronte a rimuovere dal potere la mafia che dirige e controlla il Cartello dei Soli. A ciò si aggiunge una crisi politica, sociale ed economica che ha raggiunto un punto in cui Nicolás Maduro affronta un rifiuto maggioritario, come dimostrato dalle ultime elezioni.

Poco può fare questo regime se la decisione di Donald Trump si concretizza. Ma mentre ciò si definisce, la narco-dittatura ha scatenato un’ondata di repressione e militarizzazione volta a scoraggiare qualsiasi tentativo di protesta di massa. Ogni carro armato esibito e ogni manovra militare inviano un messaggio inequivocabile alla popolazione: qualsiasi protesta sarà soffocata con la violenza.
In queste circostanze, l’opposizione guidata da María Corina Machado e dal presidente Edmundo González ha scelto di non chiamare né a uno sciopero nazionale né a manifestazioni di massa.

Contesto e Prove

Dai tempi di Hugo Chávez, i venezuelani hanno inscenato proteste pacifiche di massa per chiedere diritti, democrazia e soluzioni alla crisi. Sotto Maduro, la repressione si è intensificata con colpi di arma da fuoco contro i manifestanti, arresti arbitrari, torture e sparizioni forzate. La Missione d’inchiesta delle Nazioni Unite ha concluso che questi crimini fanno parte di un piano coordinato di persecuzione politica e li ha classificati come crimini contro l’umanità.

Posizione dell’Opposizione

La leadership dell’opposizione ha evitato di convocare uno sciopero nazionale o manifestazioni di massa. Lungi dall’essere passiva, questa decisione è strategica: un appello alla piazza in questo momento potrebbe provocare una repressione massiccia, con morti, incarcerazioni e un bilancio che il regime potrebbe usare per giustificare un controllo ancora maggiore. La priorità è stata quella di preservare vite e impedire che il governo usi il caos come pretesto per consolidare il proprio potere. Anche il governo degli Stati Uniti non sembra puntare su proteste popolari per ottenere un cambiamento in Venezuela.

Analisi dei Rischi

Convocare proteste di massa nelle attuali condizioni di repressione è una scommessa estremamente rischiosa. Il narco-regime, come il suo fratello maggiore castrista, ha dimostrato che la sua sopravvivenza dipende dall’applicazione di violenza estrema e di punizioni esemplari contro i dissidenti. Una mobilitazione che non riesca a mantenersi potrebbe demoralizzare la popolazione, rafforzare la propaganda ufficiale e indebolire la capacità di pressione interna.

Uno sciopero nazionale aggiunge un’ulteriore difficoltà: in mezzo alla crisi economica, la maggior parte dei venezuelani non può smettere di lavorare per periodi prolungati. Se lo sciopero fallisce, l’effetto sul morale collettivo può essere devastante.

Lezioni Storiche

La storia offre esempi eloquenti:

  • Nel 1989, in Piazza Tiananmen, la repressione del Partito Comunista schiacciò il movimento pro-democrazia in Cina.

  • In Iran, il Movimento Verde del 2009 fu soffocato con violenza, lasciando l’opposizione incapace di riorganizzarsi per anni.

  • In Nicaragua, le proteste del 2018 si conclusero con centinaia di morti e incarcerazioni di massa che ancora paralizzano la società civile.

  • E a Cuba, le storiche proteste dell’11 luglio 2021 furono seguite da processi sommari e lunghe condanne, generando una paura profonda nella popolazione.

Questi casi dimostrano che le dittature possono uscire rafforzate dalle esplosioni sociali che riescono a reprimere con brutalità, usando la paura come arma di controllo.

Conclusioni

Il Venezuela non è il Nepal, e neanche Cuba lo è. Le proteste di massa in Nepal furono possibili — e relativamente riuscite — grazie a una combinazione di fattori che limitarono la capacità repressiva del governo e facilitarono la transizione. Il successo in Nepal fu dovuto all’unità politica, al sostegno internazionale, all’indebolimento del regime e alla pressione popolare massiccia e sostenuta che il governo non poté o non volle schiacciare completamente. In contesti come quello del Venezuela o di Cuba, dove l’apparato repressivo è molto più coeso e dipendente dalla violenza per sopravvivere, uno scenario simile è molto più difficile da riprodurre.

La leadership venezuelana ha agito con saggezza e maturità. I cubani, specialmente quelli in esilio, devono imparare le lezioni della storia e non chiamare a uno sciopero nazionale o a una ribellione una popolazione la cui ossessione principale è trovare qualcosa da dare da mangiare ai propri figli. Il castrismo — corrotto, incompetente e violento — somiglia ai regimi di Russia e Cina. La nostra strategia deve essere realistica.

«Se conosci il nemico e conosci te stesso, non devi temere l’esito di cento battaglie. Se conosci te stesso ma non il nemico, per ogni vittoria subirai una sconfitta.»
(Sun Tzu, L’Arte della Guerra)


 

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EL CASTRISMO ENTRE MOSCÚ, PEKÍN Y CARACAS: UNA ESTRATEGIA DESESPERADA

 


Por Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

El régimen castrista ha dejado atrás cualquier ilusión de un entendimiento con Estados Unidos que le permita, como en el modelo vietnamita, abrir la economía y mantener el control político. La política de presión de Washington, reforzada desde el regreso de Donald Trump a la presidencia, ha hecho inviable una negociación que combine legitimidad internacional, apertura al capital privado y permanencia en el poder de la cúpula castrista.

Frente a este panorama, La Habana ha optado por una estrategia desesperada: consolidar su alianza con Venezuela, Rusia y China, aunque ello suponga arriesgarse a quedar aislada de Occidente. La cúpula sabe que el desplome del régimen de Nicolás Maduro sería su sentencia de muerte política. Por eso, el mensaje de Diosdado Cabello en Caracas —“el que se mete con Cuba se mete con Venezuela y viceversa”— fue recibido y amplificado por el Partido Comunista de Cuba, en un intento de mostrar unidad de destino.


Mercenarios y Propaganda: El Brazo de Rusia en América Latina

Las revelaciones más recientes confirman que Cuba es el segundo proveedor de combatientes para Rusia en su guerra contra Ucrania, solo detrás de Corea del Norte. Según el portavoz de inteligencia militar ucraniana Andriy Yusov, “tenemos identificados al menos 20.000 cubanos reclutados por Rusia… muchos de ellos murieron sin que sus familias recibieran compensación”.

Estos reclutamientos difícilmente ocurren sin el consentimiento o la complicidad de un régimen que mantiene una de las redes de vigilancia más estrictas del planeta. La Habana contribuye así a la estrategia de Putin, a cambio de apoyo político y militar.


China: Sostén de Inteligencia y Tecnología

Pekín cumple un rol clave en esta ecuación. El ministro de las FAR, Álvaro López Miera, fue enviado a participar en el Foro de Defensa China–América Latina, donde se discutió seguridad global y cooperación militar. Durante el encuentro, el ministro chino Dong Jun afirmó que “los lazos entre China y Cuba son un modelo de solidaridad y cooperación entre países socialistas”.

En paralelo, el jefe de la seguridad estatal china, Chen Yixin, se reunió con el ministro del Interior de Cuba para mejorar el intercambio de inteligencia y “ayudar al vecino de EE.UU. a mantener la estabilidad social”, un respaldo explícito a la permanencia del castrismo.


Washington Responde y la Región se Militariza

Estados Unidos, consciente de esta convergencia, ha intensificado la presión. El jefe de la misión diplomática en La Habana, Mike Hammer, se reunió con el almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur, para analizar “la situación actual en Cuba” y coordinar esfuerzos en la región.

La administración Trump ha lanzado operaciones militares contra redes de narcotráfico vinculadas a Venezuela y ha enmarcado la lucha en el Caribe como una prioridad de defensa nacional. Esto sugiere que Washington considera la alianza Caracas–La Habana–Moscú–Pekín como un bloque hostil en el hemisferio.


Una Jugada de Todo o Nada

El castrismo se ha atado al destino de Maduro, Putin y Xi Jinping. Si alguno de estos pilares falla, la capacidad de sostener el sistema se desplomará. La apuesta es desesperada: mantener el poder a cualquier costo, incluso alineándose con potencias que hoy enfrentan sanciones y aislamiento internacional.

El riesgo es enorme: si Rusia se debilita en Ucrania, si China prioriza su relación con Occidente o si Venezuela entra en un proceso de transición democrática, el castrismo podría quedarse sin aliados y sin recursos, enfrentando el desafío de su propia supervivencia con una población exhausta y en rebeldía silenciosa.


🇬🇧 English

CASTRISMO BETWEEN MOSCOW, BEIJING, AND CARACAS: A DESPERATE STRATEGY
By Huber Matos Araluce
San José, Costa Rica

The castrista regime has abandoned any illusion of reaching an understanding with the United States that would, as in the Vietnamese model, allow it to open the economy while retaining political control. Washington’s pressure policy, reinforced since Donald Trump’s return to the presidency, has made it unviable to negotiate a deal that combines international legitimacy, openness to private capital, and the continuity in power of the castrista leadership.

In this context, Havana has opted for a desperate strategy: to consolidate its alliance with Venezuela, Russia, and China, even at the risk of becoming isolated from the West. The leadership knows that the collapse of Nicolás Maduro’s regime would amount to a political death sentence. That is why Diosdado Cabello’s message in Caracas —“whoever messes with Cuba messes with Venezuela and vice versa”— was received and amplified by Cuba’s Communist Party in an attempt to project a unity of destiny.

Mercenaries and Propaganda: Russia’s Arm in Latin America

Recent revelations confirm that Cuba is the second-largest supplier of fighters for Russia’s war against Ukraine, trailing only North Korea. According to Ukrainian military intelligence spokesman Andriy Yusov, “we have identified at least 20,000 Cubans recruited by Russia… many of them died without their families receiving compensation.”

Such recruitment could hardly take place without the consent or complicity of a regime that maintains one of the strictest surveillance networks on the planet. In this way, Havana contributes to Putin’s strategy in exchange for political and military support.

China: Intelligence and Technology Support

Beijing plays a key role in this equation. Cuba’s minister of the Revolutionary Armed Forces, Álvaro López Miera, was sent to take part in the China–Latin America Defense Forum, where global security and military cooperation were discussed. During the meeting, Chinese minister Dong Jun stated that “the ties between China and Cuba are a model of solidarity and cooperation among socialist countries.”

In parallel, China’s state security chief, Chen Yixin, met with Cuba’s minister of the interior to enhance intelligence sharing and to “help the neighbor of the U.S. maintain social stability,” an explicit endorsement of the castrista system’s continuity.

Washington Responds and the Region Militarizes

The United States, aware of this convergence, has ramped up pressure. The head of the U.S. diplomatic mission in Havana, Mike Hammer, met with Admiral Alvin Holsey, commander of U.S. Southern Command, to assess “the current situation in Cuba” and coordinate efforts in the region.

The Trump administration has launched military operations against drug-trafficking networks linked to Venezuela and has framed the Caribbean fight as a national defense priority. This suggests Washington views the Caracas–Havana–Moscow–Beijing alignment as a hostile bloc in the hemisphere.

An All-or-Nothing Gamble

Castrismo has tied itself to the fate of Maduro, Putin, and Xi Jinping. If any of these pillars falters, the system’s ability to sustain itself will collapse. The bet is desperate: to hold on to power at any cost, even by aligning with powers that currently face sanctions and international isolation.

The risk is enormous: if Russia is weakened in Ukraine, if China prioritizes its relationship with the West, or if Venezuela enters a democratic transition, castrismo could find itself without allies and resources, facing the challenge of its own survival with an exhausted population in silent rebellion.


🇫🇷 Français

LE CASTRISME ENTRE MOSCOU, PÉKIN ET CARACAS : UNE STRATÉGIE DÉSESPÉRÉE
Par Huber Matos Araluce
San José, Costa Rica

Le régime castriste a abandonné toute illusion d’un accord avec les États-Unis qui lui permettrait, comme dans le modèle vietnamien, d’ouvrir l’économie tout en conservant le contrôle politique. La politique de pression de Washington, renforcée depuis le retour de Donald Trump à la présidence, a rendu inviable toute négociation combinant légitimité internationale, ouverture au capital privé et maintien au pouvoir de la direction castriste.

Face à ce panorama, La Havane a opté pour une stratégie désespérée : consolider son alliance avec le Venezuela, la Russie et la Chine, quitte à s’isoler de l’Occident. La direction sait que l’effondrement du régime de Nicolás Maduro équivaudrait à une condamnation politique à mort. C’est pourquoi le message de Diosdado Cabello à Caracas — « qui s’en prend à Cuba s’en prend au Venezuela, et vice-versa » — a été reçu et amplifié par le Parti communiste cubain, afin de projeter une unité de destin.

Mercenaires et propagande : le bras de la Russie en Amérique latine

Les révélations récentes confirment que Cuba est le deuxième fournisseur de combattants pour la guerre de la Russie contre l’Ukraine, derrière la Corée du Nord. Selon le porte-parole du renseignement militaire ukrainien, Andriy Yusov, « nous avons identifié au moins 20 000 Cubains recrutés par la Russie… beaucoup sont morts sans que leurs familles reçoivent de compensation ».

Un tel recrutement pourrait difficilement avoir lieu sans le consentement ou la complicité d’un régime qui maintient l’un des réseaux de surveillance les plus stricts de la planète. Ainsi, La Havane contribue à la stratégie de Poutine en échange d’un soutien politique et militaire.

La Chine : appui en renseignement et en technologie

Pékin joue un rôle clé dans cette équation. Le ministre des Forces armées révolutionnaires, Álvaro López Miera, a été envoyé participer au Forum défense Chine–Amérique latine, où ont été abordées la sécurité mondiale et la coopération militaire. Lors de la rencontre, le ministre chinois Dong Jun a affirmé que « les liens entre la Chine et Cuba sont un modèle de solidarité et de coopération entre pays socialistes ».

Parallèlement, le chef de la sécurité d’État chinoise, Chen Yixin, a rencontré le ministre cubain de l’Intérieur afin d’améliorer l’échange de renseignements et « d’aider le voisin des États-Unis à maintenir la stabilité sociale », un soutien explicite à la permanence du castrisme.

Washington répond et la région se militarise

Conscients de cette convergence, les États-Unis ont intensifié la pression. Le chef de la mission diplomatique à La Havane, Mike Hammer, a rencontré l’amiral Alvin Holsey, commandant du Southern Command, pour évaluer « la situation actuelle à Cuba » et coordonner les efforts dans la région.

L’administration Trump a lancé des opérations militaires contre des réseaux de narcotrafic liés au Venezuela et a présenté la lutte dans les Caraïbes comme une priorité de la défense nationale. Cela suggère que Washington considère l’alignement Caracas–La Havane–Moscou–Pékin comme un bloc hostile dans l’hémisphère.

Un pari du tout ou rien

Le castrisme s’est lié au destin de Maduro, Poutine et Xi Jinping. Si l’un de ces piliers flanche, la capacité du système à se maintenir s’effondrera. Le pari est désespéré : conserver le pouvoir à tout prix, quitte à s’aligner sur des puissances aujourd’hui sous sanctions et en situation d’isolement international.

Le risque est immense : si la Russie s’affaiblit en Ukraine, si la Chine privilégie sa relation avec l’Occident, ou si le Venezuela entre dans une transition démocratique, le castrisme pourrait se retrouver sans alliés ni ressources, confronté au défi de sa propre survie avec une population épuisée et en rébellion silencieuse.


🇮🇹 Italiano

IL CASTRISMO TRA MOSCA, PECHINO E CARACAS: UNA STRATEGIA DISPERATA
Di Huber Matos Araluce
San José, Costa Rica

Il regime castrista ha abbandonato ogni illusione di raggiungere un’intesa con gli Stati Uniti che, come nel modello vietnamita, gli consentirebbe di aprire l’economia mantenendo il controllo politico. La politica di pressione di Washington, rafforzata dal ritorno di Donald Trump alla presidenza, ha reso impraticabile qualsiasi accordo che unisca legittimità internazionale, apertura al capitale privato e permanenza al potere della dirigenza castrista.

Di fronte a questo scenario, L’Avana ha scelto una strategia disperata: consolidare la propria alleanza con Venezuela, Russia e Cina, anche a rischio di isolarsi dall’Occidente. La leadership sa che il crollo del regime di Nicolás Maduro equivarrebbe a una condanna politica a morte. Per questo il messaggio di Diosdado Cabello a Caracas — « chi tocca Cuba, tocca il Venezuela e viceversa » — è stato accolto e amplificato dal Partito Comunista di Cuba, nel tentativo di mostrare un’unità di destino.

Mercenari e propaganda: il braccio della Russia in America Latina

Le rivelazioni più recenti confermano che Cuba è il secondo fornitore di combattenti per la guerra della Russia contro l’Ucraina, dopo la Corea del Nord. Secondo il portavoce dell’intelligence militare ucraina, Andriy Yusov, « abbiamo identificato almeno 20.000 cubani reclutati dalla Russia… molti di loro sono morti senza che le famiglie ricevessero un indennizzo ».

Un tale reclutamento difficilmente potrebbe avvenire senza il consenso o la complicità di un regime che mantiene una delle reti di sorveglianza più rigide del pianeta. In questo modo L’Avana contribuisce alla strategia di Putin in cambio di sostegno politico e militare.

Cina: sostegno d’intelligence e tecnologico

Pechino svolge un ruolo chiave in questa equazione. Il ministro delle Forze Armate Rivoluzionarie, Álvaro López Miera, è stato inviato a partecipare al Forum della Difesa Cina–America Latina, dove si è discusso di sicurezza globale e cooperazione militare. Durante l’incontro, il ministro cinese Dong Jun ha affermato che « i legami tra Cina e Cuba sono un modello di solidarietà e cooperazione tra Paesi socialisti ».

In parallelo, il capo della sicurezza di Stato cinese, Chen Yixin, ha incontrato il ministro dell’Interno di Cuba per migliorare lo scambio di informazioni e « aiutare il vicino degli Stati Uniti a mantenere la stabilità sociale », un sostegno esplicito alla permanenza del castrismo.

Washington risponde e la regione si militarizza

Gli Stati Uniti, consapevoli di questa convergenza, hanno intensificato la pressione. Il capo della missione diplomatica a L’Avana, Mike Hammer, ha incontrato l’ammiraglio Alvin Holsey, comandante dello U.S. Southern Command, per valutare « la situazione attuale a Cuba » e coordinare gli sforzi nella regione.

L’amministrazione Trump ha avviato operazioni militari contro le reti di narcotraffico legate al Venezuela e ha inquadrato la lotta nei Caraibi come una priorità di difesa nazionale. Ciò suggerisce che Washington consideri l’allineamento Caracas–L’Avana–Mosca–Pechino come un blocco ostile nell’emisfero.

Una scommessa “tutto o niente”

Il castrismo si è legato al destino di Maduro, Putin e Xi Jinping. Se uno di questi pilastri dovesse vacillare, la capacità del sistema di mantenersi crollerebbe. La scommessa è disperata: conservare il potere a ogni costo, anche allineandosi con potenze oggi sottoposte a sanzioni e isolamento internazionale.

Il rischio è enorme: se la Russia si indebolisse in Ucraina, se la Cina privilegiasse i rapporti con l’Occidente o se il Venezuela intraprendesse una transizione democratica, il castrismo potrebbe ritrovarsi senza alleati né risorse, di fronte alla sfida della propria sopravvivenza con una popolazione sfinita e in silenziosa ribellione.


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¿Es Cuba un Estado Fallido?


Por Huber Matos Araluce. San José, Costa Rica

Hablar de Estado fallido implica un concepto técnico que no debe usarse a la ligera. Según los principales indicadores internacionales, un país es considerado fallido cuando el gobierno pierde el control del territorio, las instituciones dejan de funcionar, se generaliza la violencia interna y el Estado es incapaz de proveer los servicios básicos a su población.

Cuba, formalmente, no es un Estado fallido: el régimen mantiene control del territorio, ejerce un monopolio absoluto sobre la fuerza y no enfrenta grupos insurgentes que le disputen el poder. Sin embargo, es un régimen en bancarrota política, económica y moral, que ha destruido el contrato social básico entre gobierno y ciudadanos.

El término Estado fallido suele aplicarse a países como Somalia, Haití o Afganistán, donde el Estado ha dejado de existir en la práctica o solo opera en partes de su territorio. Las señales más claras de un Estado fallido incluyen: pérdida del control territorial, ausencia de autoridad efectiva, colapso de servicios básicos, violencia generalizada y desplazamientos masivos.

En Cuba, el gobierno sigue ejerciendo control, pero no cumple su función esencial: garantizar condiciones mínimas de vida. La crisis eléctrica, el colapso sanitario, el desastre monetario y el éxodo masivo son pruebas de que el Estado no garantiza los servicios que aseguran la vida cotidiana.

Puede decirse que Cuba es un Estado fallido de facto: tiene instituciones, pero actúan más como mecanismos de control social que de servicio público. Mantiene ejército y policía, pero para reprimir protestas, no para garantizar seguridad ciudadana.

Para los cubanos que luchan por la democracia, es vital mantener la credibilidad. Decir que Cuba es un régimen en bancarrota describe mejor la realidad que afirmar que es un Estado fallido en el sentido estricto.

Hoy más que nunca, denunciar la verdad sin exageraciones es nuestra mayor arma. Documentemos cada apagón, cada hospital sin medicamentos y cada fracaso económico para mostrar al mundo que el sistema cubano está en ruinas y que el cambio es urgente.



🇺🇸 English

Talking about a failed state is a technical concept that should not be used lightly. According to major international indicators, a country is considered failed when the government loses control of its territory, institutions stop functioning, internal violence spreads, and the state is unable to provide basic services to its population.

Formally, Cuba is not a failed state: the regime maintains territorial control, exercises a monopoly on force, and does not face insurgent groups disputing power. However, it is a regime in political, economic, and moral bankruptcy, having destroyed the basic social contract between government and citizens.

The term failed state is often applied to countries like Somalia, Haiti, or Afghanistan, where the state has ceased to exist in practice or operates only in parts of its territory. Key signs include territorial loss, lack of effective authority, collapse of basic services, generalized violence, and mass displacement.

In Cuba, the government still exercises control but fails to fulfill its essential function: guaranteeing minimum living conditions. The energy crisis, health system collapse, monetary disaster, and mass exodus prove that the state no longer provides basic services.

It can be said that Cuba is a de facto failed state: it has institutions that function primarily as mechanisms of social control rather than public service. It keeps the army and police to repress protests, not to guarantee citizen security.

For Cubans fighting for democracy, maintaining credibility is vital. Saying Cuba is a bankrupt regime describes reality better than calling it a failed state in the strict sense.

Now more than ever, telling the truth without exaggeration is our strongest weapon. Document every blackout, every hospital without medicine, and every economic failure to show the world that the Cuban system is in ruins and change is urgent.

By Huber Matos Araluce. San José, Costa Rica


🇫🇷 Français

Parler d'État failli est un concept technique qui ne doit pas être utilisé à la légère. Selon les principaux indicateurs internationaux, un pays est considéré comme failli lorsque le gouvernement perd le contrôle du territoire, que les institutions cessent de fonctionner, que la violence interne se généralise et que l'État est incapable de fournir les services de base à la population.

Cuba, formellement, n’est pas un État failli : le régime garde le contrôle du territoire, exerce un monopole sur la force et ne fait pas face à des groupes insurgés contestant son pouvoir. Cependant, c’est un régime en faillite politique, économique et morale, ayant détruit le contrat social de base entre gouvernement et citoyens.

Le terme État failli est souvent appliqué à des pays comme la Somalie, Haïti ou l’Afghanistan, où l’État a pratiquement cessé d’exister ou ne gouverne qu’une partie du territoire. Les signes incluent perte de contrôle territorial, absence d’autorité effective, effondrement des services essentiels, violence généralisée et déplacements massifs.

À Cuba, le gouvernement continue d’exercer son contrôle, mais ne remplit pas sa fonction essentielle : garantir des conditions de vie minimales. La crise énergétique, l’effondrement sanitaire, le désastre monétaire et l’exode massif montrent que l’État ne fournit plus les services de base.

On peut dire que Cuba est un État failli de facto : les institutions existent mais servent surtout d’outils de contrôle social. L’armée et la police répriment les manifestations au lieu de garantir la sécurité des citoyens.

Pour les Cubains qui luttent pour la démocratie, il est vital de maintenir leur crédibilité. Dire que Cuba est un régime en faillite décrit mieux la réalité que de le qualifier d’État failli au sens strict.

Aujourd’hui plus que jamais, dire la vérité sans exagération est notre arme la plus puissante. Documentons chaque coupure, chaque hôpital sans médicaments et chaque échec économique pour montrer au monde que le système cubain est en ruine et que le changement est urgent.

Par Huber Matos Araluce. San José, Costa Rica


🇮🇹 Italiano

Parlare di Stato fallito non è solo retorica: è un concetto tecnico. Secondo i principali indicatori internazionali, un paese è considerato fallito quando il governo perde il controllo del territorio, le istituzioni smettono di funzionare, la violenza interna si diffonde e lo Stato non riesce più a fornire i servizi di base alla popolazione.

Cuba, formalmente, non è uno Stato fallito: il regime mantiene il controllo del territorio, esercita il monopolio della forza e non affronta gruppi insurrezionali. Tuttavia, è un regime in bancarotta politica, economica e morale che ha distrutto il contratto sociale di base tra governo e cittadini.

Il termine Stato fallito viene comunemente applicato a paesi come la Somalia, Haiti o l’Afghanistan, dove lo Stato ha cessato di esistere in pratica o governa solo una parte del territorio. I segnali più chiari includono perdita di controllo del territorio, assenza di autorità efficace, collasso dei servizi essenziali, violenza generalizzata e sfollamenti di massa.

A Cuba il governo continua a esercitare il controllo, ma non garantisce le condizioni minime di vita. La crisi elettrica, il collasso sanitario, il disastro monetario e l’esodo di massa dimostrano che lo Stato non assicura più i servizi di base.

Si può dire che Cuba è uno Stato fallito de facto: le istituzioni esistono ma agiscono principalmente come strumenti di controllo sociale. Polizia ed esercito reprimono le proteste invece di garantire la sicurezza dei cittadini.

Per i cubani che lottano per la democrazia, mantenere la credibilità è fondamentale. Dire che Cuba è un regime in bancarotta descrive meglio la realtà che definirla uno Stato fallito nel senso stretto.

Oggi più che mai, dire la verità senza esagerazioni è la nostra arma più potente. Documentiamo ogni blackout, ogni ospedale senza medicine e ogni fallimento economico per mostrare al mondo che il sistema cubano è in rovina e che il cambiamento è urgente.

Per Huber Matos Araluce. San José, Costa Rica

 

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EUROPA ROMPE CON LA ENERGÍA RUSA Y LA LECCIÓN PARA EL RÉGIMEN CASTRISTA

 


Por Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

 

La experiencia europea cortando su importación de gas y petróleo a Rusia es, en el caso del régimen castrista, mucho más grave, por no decir terminal.

 

El golpe estratégico

 

La reducción coordinada de importaciones por parte de la UE es, probablemente, el golpe no militar más poderoso asestado a Moscú desde la invasión. Esto no es solo un cambio económico; es uno estratégico. Restringe el presupuesto ruso, limita su capacidad de financiar la guerra y la obliga a vender con descuento: una herida auto-infligida amplificada por la acción colectiva europea.

 

Europa desmonta la palanca energética de Moscú

 

En 2021, Rusia era el mayor proveedor de petróleo y gas de la Unión Europea: casi un tercio del crudo y la mitad del gas provenían de allí. Desde la invasión de Ucrania, la UE ejecutó una estrategia acelerada de sustitución:

 

Petróleo: del 29 % (2021) a ≈2 % (2025) en la cesta de importaciones.

 

Gas: de casi 50 % de participación a ≈11 % en gasoductos; el total de importaciones rusas ronda hoy 45 bcm/año, mucho menor que antes de la guerra.

 

Resultado: Europa logró mantener el suministro con GNL, nuevas rutas y renovables, a un costo económico elevado pero con un beneficio estratégico enorme: la principal fuente de divisas de Rusia quedó severamente debilitada.

 

Golpe a las finanzas rusas

 

Perder el mercado europeo significó para Rusia vender su crudo y gas con descuentos de 10–15 USD por barril a compradores asiáticos, asumiendo mayores costos logísticos. El resultado: caída de 30–40 % en ingresos por hidrocarburos, aun manteniendo volúmenes similares de exportación. Moscú es ahora más dependiente de China e India y tiene menos margen fiscal para financiar la guerra. Es China, sobre todo, la que mantiene la economía de guerra rusa en funcionamiento, comprando energía con descuentos y proporcionando apoyo económico y tecnológico.

 

La lección para el régimen castrista

 

El régimen castrista está en una situación mucho más frágil que Rusia: depende en mayor medida del subsidio de petróleo de Venezuela y México de lo que Rusia dependía de las ventas de gas y petróleo a Europa. Su producción interna es de ≈26–40 mil b/d de crudo pesado, apenas un tercio de su consumo. El resto llega en forma de envíos de Venezuela (≈32–55 mil b/d) y México (≈21 mil b/d).

 

Si ambos países suspendieran los suministros:

 

Déficit diario: 80–95 mil b/d quedarían descubiertos.

 

Compra mínima necesaria: al menos 40–50 mil b/d para evitar un apagón total; idealmente 60–80 mil b/d para estabilizar el país.

 

Costo anual: USD 1.8–2.2 mil millones, cifra que coincide con la estimación de Jorge Piñón y que sería prácticamente impagable para el régimen.

 

Consecuencias directas para el régimen castrista

 

Prácticamente el país quedaría sin electricidad en forma permanente. Lo que equivaldría a un paro nacional.

 

Transporte y turismo: colapso del transporte público y caída del turismo por falta de combustible.

 

Economía: contracción drástica de agricultura, industria y servicios.

 

Tensión social: descontento popular y presión sobre el régimen, mucho peor que durante el “Período Especial”.

 

Conclusión

 

Europa demostró que cortar la dependencia energética puede transformar un conflicto. Reduciendo en más de 80 % sus compras de energía a Rusia, la UE debilitó de forma estratégica la economía del Kremlin.

 

En el caso del régimen castrista, la suspensión de petróleo de México y Venezuela tendría un efecto aún más dramático: parálisis económica casi total, necesidad de gastar al menos 2.000 millones de dólares anuales para evitar el colapso y un escenario de crisis política mucho más grave que la de los años 90.

 

A diferencia de Rusia, que cuenta con China para sostener su economía de guerra, el régimen castrista no tendría quién lo rescate si pierde el petróleo de sus dos únicos aliados. Esa vulnerabilidad hace que el corte de suministros sea, en términos prácticos, un golpe terminal.

DATO CLAVE:

Para evitar un colapso energético total, el régimen tendría que importar entre 60 y 80 mil barriles diarios, con un costo anual estimado de 2.000 millones de dólares, dinero que no tienen, y el que tienen robado y escondido se lo llevarán con ellos cuando escapen.

 

ENGLISH


EUROPE BREAKS WITH RUSSIAN ENERGY AND THE LESSON FOR THE CASTRO REGIME

By Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

Europe’s experience cutting its imports of gas and oil from Russia is, in the case of the Castro regime, much more severe—if not terminal.

The strategic blow

The EU’s coordinated reduction of imports is probably the most powerful non-military blow dealt to Moscow since the invasion. This is not just an economic change; it is a strategic one. It restricts Russia’s budget, limits its ability to finance the war, and forces it to sell at a discount—an essentially self-inflicted wound amplified by Europe’s collective action.

Europe dismantles Moscow’s energy leverage

In 2021, Russia was the largest supplier of oil and gas to the European Union: nearly a third of crude oil and half of the gas came from there. Since the invasion of Ukraine, the EU executed an accelerated substitution strategy:

Oil: from 29% (2021) to ≈2% (2025) in the import basket.

Gas: from nearly 50% to ≈11% in pipelines; total Russian imports now hover around 45 bcm/year, much lower than before the war.

Result: Europe managed to maintain supply through LNG, new routes, and renewables—at a high economic cost but with enormous strategic benefit: Russia’s main source of hard currency has been severely weakened.

Blow to Russian finances

Losing the European market meant Russia had to sell its oil and gas at discounts of $10–15 per barrel to Asian buyers, assuming higher logistical costs. The result: a 30–40% drop in hydrocarbon revenues, even while maintaining similar export volumes. Moscow is now more dependent on China and India and has less fiscal margin to finance the war. It is China, above all, that keeps Russia’s war economy functioning, buying discounted energy and providing economic and technological support.

The lesson for the Castro regime

The Castro regime is in a much more fragile situation than Russia: it depends more heavily on subsidized oil from Venezuela and Mexico than Russia ever did on its sales to Europe. Its domestic production is ≈26–40 thousand b/d of heavy crude, barely a third of its consumption. The rest comes via shipments from Venezuela (≈32–55 thousand b/d) and Mexico (≈21 thousand b/d).

If both countries suspend supplies:

Daily deficit: 80–95 thousand b/d would go uncovered.

Minimum purchase needed: at least 40–50 thousand b/d to avoid total blackout; ideally 60–80 thousand b/d to stabilize the country.

Annual cost: USD 1.8–2.2 billion, a figure matching Jorge Piñón’s estimate, practically unpayable for the regime.

Direct consequences for the Castro regime

The country would be left almost permanently without electricity—equivalent to a nationwide shutdown.

Transport and tourism: collapse of public transport and decline of tourism due to lack of fuel.

Economy: drastic contraction of agriculture, industry, and services.

Social tension: popular discontent and pressure on the regime, much worse than during the “Special Period.”

Conclusion

Europe proved that cutting energy dependence can transform a conflict. By reducing its energy purchases from Russia by over 80%, the EU strategically weakened the Kremlin’s economy.

For the Castro regime, suspending oil from Mexico and Venezuela would have an even more dramatic effect: near-total economic paralysis, the need to spend at least $2 billion annually to avoid collapse, and a political crisis worse than in the 1990s.

Unlike Russia, which has China to keep its war economy afloat, the Castro regime would have no one to rescue it if it lost oil from its two allies. This vulnerability makes a supply cutoff, in practical terms, a terminal blow.

KEY FACT:

To avoid total energy collapse, the regime would have to import between 60 and 80 thousand barrels per day, at an annual cost of $2 billion—money it does not have, and what it does have, stolen and hidden, its leaders would take with them when they flee.

 

FRANÇAIS


L'EUROPE ROMPT AVEC L'ÉNERGIE RUSSE ET LA LEÇON POUR LE RÉGIME CASTRISTE

Par Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

L'expérience européenne de couper ses importations de gaz et de pétrole de la Russie est, dans le cas du régime castriste, beaucoup plus grave, voire terminale.

Le coup stratégique

La réduction coordonnée des importations par l'UE est probablement le coup non militaire le plus puissant porté à Moscou depuis l'invasion.
Ce n'est pas seulement un changement économique ; c'est un changement stratégique. Il restreint le budget russe, limite sa capacité à financer la guerre et l'oblige à vendre à prix réduit : une blessure auto-infligée amplifiée par l'action collective européenne.

L'Europe démonte le levier énergétique de Moscou

En 2021, la Russie était le plus grand fournisseur de pétrole et de gaz de l'Union européenne : près d'un tiers du pétrole brut et la moitié du gaz en provenaient. Depuis l'invasion de l'Ukraine, l'UE a exécuté une stratégie accélérée de substitution :

Pétrole : de 29 % (2021) à ≈2 % (2025) dans le panier d'importations.

Gaz : de près de 50 % à ≈11 % dans les gazoducs ; les importations russes totales tournent aujourd'hui autour de 45 bcm/an, bien moins qu'avant la guerre.

Résultat : l'Europe a réussi à maintenir l'approvisionnement grâce au GNL, à de nouvelles routes et aux renouvelables, à un coût économique élevé mais avec un bénéfice stratégique énorme : la principale source de devises de la Russie a été gravement affaiblie.

Coup porté aux finances russes

Perdre le marché européen a obligé la Russie à vendre son pétrole et son gaz avec des rabais de 10 à 15 USD le baril à des acheteurs asiatiques, en assumant des coûts logistiques plus élevés. Résultat : une chute de 30 à 40 % des revenus provenant des hydrocarbures, malgré des volumes d'exportation similaires. Moscou est désormais plus dépendante de la Chine et de l'Inde et dispose de moins de marge budgétaire pour financer la guerre. C'est surtout la Chine qui maintient l'économie de guerre russe en marche, en achetant de l'énergie à prix réduit et en fournissant un soutien économique et technologique.

La leçon pour le régime castriste

Le régime castriste est dans une situation beaucoup plus fragile que la Russie : il dépend davantage des subventions pétrolières du Venezuela et du Mexique que la Russie ne dépendait de ses ventes à l'Europe. Sa production interne est d'environ 26–40 000 b/j de brut lourd, à peine un tiers de sa consommation. Le reste provient d'expéditions du Venezuela (≈32–55 000 b/j) et du Mexique (≈21 000 b/j).

Si les deux pays suspendaient leurs livraisons:

Déficit quotidien : 80–95 000 b/j resteraient non couverts.

Achat minimum nécessaire : au moins 40–50 000 b/j pour éviter une panne totale ; idéalement 60–80 000 b/j pour stabiliser le pays.

Coût annuel : 1,8–2,2 milliards USD, chiffre correspondant à l'estimation de Jorge Piñón, pratiquement impayable pour le régime.

Conséquences directes pour le régime castriste

Le pays se retrouverait pratiquement sans électricité de façon permanente — l'équivalent d'un arrêt national.

Transports et tourisme : effondrement des transports publics et chute du tourisme par manque de carburant.

Économie : contraction drastique de l'agriculture, de l'industrie et des services.

Tension sociale : mécontentement populaire et pression sur le régime, bien pire que pendant la « Période spéciale ».

Conclusion

L'Europe a démontré que couper la dépendance énergétique peut transformer un conflit. En réduisant de plus de 80 % ses achats d'énergie à la Russie, l'UE a affaibli stratégiquement l'économie du Kremlin.

Dans le cas du régime castriste, la suspension du pétrole du Mexique et du Venezuela aurait un effet encore plus dramatique : paralysie économique quasi totale, nécessité de dépenser au moins 2 milliards USD par an pour éviter l'effondrement et crise politique plus grave que celle des années 90.

Contrairement à la Russie, qui compte sur la Chine pour soutenir son économie de guerre, le régime castriste n'aurait personne pour le secourir s'il perdait le pétrole de ses deux seuls alliés. Cette vulnérabilité fait que l'arrêt des livraisons est, en termes pratiques, un coup terminal.

DONNÉE CLÉ :

Pour éviter un effondrement énergétique total, le régime devrait importer entre 60 et 80 000 barils par jour, pour un coût annuel estimé à 2 milliards USD — argent qu'il n'a pas, et celui qu'il a, volé et caché, serait emporté par ses dirigeants lors de leur fuite.

 

ITALIANO


L'EUROPA ROMPE CON L'ENERGIA RUSSA E LA LEZIONE PER IL REGIME CASTRISTA

Di Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

L'esperienza europea di interrompere le importazioni di gas e petrolio dalla Russia è, nel caso del regime castrista, molto più grave, se non terminale.

Il colpo strategico

La riduzione coordinata delle importazioni da parte dell'UE è probabilmente il colpo non militare più potente inflitto a Mosca dall'inizio dell'invasione. Non si tratta solo di un cambiamento economico; è un cambiamento strategico. Restringe il bilancio russo, limita la sua capacità di finanziare la guerra e la costringe a vendere a sconto: una ferita auto-inflitta amplificata dall'azione collettiva europea.

L'Europa smantella la leva energetica di Mosca

Nel 2021, la Russia era il principale fornitore di petrolio e gas dell'Unione Europea: quasi un terzo del greggio e metà del gas provenivano da lì. Dall'invasione dell'Ucraina, l'UE ha eseguito una strategia accelerata di sostituzione:

Petrolio: dal 29 % (2021) a ≈2 % (2025) nel paniere delle importazioni.

Gas: da quasi il 50 % a ≈11 % nei gasdotti; le importazioni totali dalla Russia oggi si aggirano intorno a 45 bcm/anno, molto inferiori rispetto a prima della guerra.

Risultato: l'Europa è riuscita a mantenere l'approvvigionamento tramite GNL, nuove rotte e rinnovabili, a un costo economico elevato ma con un enorme beneficio strategico: la principale fonte di valuta estera della Russia è stata gravemente indebolita.

Colpo alle finanze russe

Perdere il mercato europeo ha significato per la Russia vendere il proprio petrolio e gas con sconti di 10–15 USD al barile agli acquirenti asiatici, assumendo costi logistici più elevati. Il risultato: un calo del 30–40 % delle entrate da idrocarburi, pur mantenendo volumi di esportazione simili. Mosca è ora più dipendente da Cina e India e ha meno margine fiscale per finanziare la guerra. È soprattutto la Cina che mantiene in vita l'economia di guerra russa, acquistando energia scontata e fornendo sostegno economico e tecnologico.

La lezione per il regime castrista

Il regime castrista si trova in una situazione molto più fragile della Russia: dipende in misura maggiore dal petrolio sovvenzionato di Venezuela e Messico rispetto a quanto la Russia dipendesse dalle sue vendite all'Europa. La sua produzione interna è di ≈26–40 mila b/g di greggio pesante, appena un terzo del suo consumo. Il resto arriva tramite spedizioni dal Venezuela (≈32–55 mila b/g) e dal Messico (≈21 mila b/g).

Se entrambi i paesi sospendessero le forniture:

Deficit giornaliero: 80–95 mila b/g resterebbero scoperti.

Acquisto minimo necessario: almeno 40–50 mila b/g per evitare un blackout totale; idealmente 60–80 mila b/g per stabilizzare il paese.

Costo annuo: 1,8–2,2 miliardi USD, cifra che coincide con la stima di Jorge Piñón, praticamente impagabile per il regime.

Conseguenze dirette per il regime castrista

Il paese resterebbe praticamente senza elettricità in modo permanente — equivalente a un blocco nazionale.

Trasporti e turismo: collasso del trasporto pubblico e calo del turismo per mancanza di carburante.

Economia: drastica contrazione di agricoltura, industria e servizi.

Tensione sociale: malcontento popolare e pressione sul regime, molto peggiore rispetto al “Periodo Speciale”.

Conclusione

L'Europa ha dimostrato che interrompere la dipendenza energetica può trasformare un conflitto. Riducendo di oltre l'80 % i suoi acquisti di energia dalla Russia, l'UE ha indebolito strategicamente l'economia del Cremlino.

Nel caso del regime castrista, la sospensione del petrolio da Messico e Venezuela avrebbe un effetto ancora più drammatico: paralisi economica quasi totale, necessità di spendere almeno 2 miliardi USD all'anno per evitare il collasso e una crisi politica molto più grave di quella degli anni '90.

A differenza della Russia, che ha la Cina per sostenere la sua economia di guerra, il regime castrista non avrebbe nessuno a salvarlo se perdesse il petrolio dei suoi due unici alleati. Questa vulnerabilità rende l'interruzione delle forniture, in termini pratici, un colpo terminale.

DATO CHIAVE:

Per evitare un collasso energetico totale, il regime dovrebbe importare tra 60 e 80 mila barili al giorno, con un costo annuo stimato di 2 miliardi USD — denaro che non ha, e quello che ha, rubato e nascosto, verrebbe portato via dai suoi dirigenti quando fuggiranno.




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