jueves, 21 de octubre de 2010

Alan Gross: víctima de la ingenuidad y la maldad


Alan Gross es un judío estadounidense, consultor independiente que le estaba trabajando a la empresa “Development Alternatives Inc” que a su vez tenía un contrato de 8.6 millones de dólares con “United States Agency for International Development”. Esto es parte de los recursos dispuestos por el gobierno de los Estados Unidos para ayudar a fomentar la democracia en Cuba.

Gross fue arrestado en Cuba en diciembre del 2009 cuando tomaba el avión para salir del país. Había visitado la isla varias veces. El gobierno cubano dice que Gross hacía labores de espionaje. Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, ha declarado que Gross trabajaba para los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, conformado por espías, torturadores y agentes.

El gobierno estadounidense rechaza que Gross estuviera en una misión de espionaje. Gross es especialista en llevar Internet a lugares remotos. Funcionarios estadounidenses alegan que le facilitó equipo de comunicación a la pequeña comunidad judía que existe en Cuba. Otras fuentes señalan que también distribuyó teléfonos y computadores a activistas de la oposición democrática en la isla.

Si ese fuera el escenario, el viaje de Gross a Cuba fue en el mejor de los casos un plan ingenuo y en el peor algo planeado con mala intención para que lo arrestaran. Esto es una muestra de la candidez con que a niveles importantes de vez en cuando se manejan los asuntos relacionados con Cuba. Las consecuencias las pagamos los cubanos de la oposición democrática.

No había necesidad de mandar a un ciudadano estadounidense a la isla para esto. Era una oportunidad demasiado apetitosa para que la dictadura la dejara pasar. Se expuso a una persona muy vulnerable enviándola a un país gobernado por terroristas. Desde diciembre de 2009 Alan Gross es un rehén y por él se pide rescate. La dictadura quiere la libertad de cinco espías castristas condenados en los Estados Unidos con pruebas irrefutables. La esposa de Gross presiona por la liberación de estos espías.

Parece extraño que el régimen cubano no haya encausado a Gross formalmente por tan grave delito. No ha presentado las pruebas del acto de espionaje, ni hay cómplices detenidos. El espionaje es un asunto serio para una dictadura que “combate” al enemigo imperialista desde hace más de medio siglo. Este delito podría acarrear en Cuba la pena de muerte o una larga condena de prisión.

¿Por qué no lo han acusado?

Es muy probable que no tengan pruebas de ningún espionaje, sino evidencia de que Gross participó en un esfuerzo en el ámbito civil para por ayudar a los cubanos de la oposición a burlar la censura y vigilancia de las comunicaciones impuestas por el régimen. Pero aun si tuvieran evidencias de espionaje, Alan Gross es más útil como rehén que como espía convicto.

La médula del asunto es que se supone que los Estados Unidos tienen como política no negociar con los terroristas. El castrismo es un régimen en la lista de gobiernos terroristas. Entonces ¿por qué conversan de este tema representantes del gobierno de Obama con ese gobierno? Ya son varios los encuentros.

El último se acaba efectuar en Nueva York, entre el Ministro de Relaciones Exteriores de la dictadura Bruno Rodríguez y Arturo Valenzuela, el Subsecretario de Estado para América Latina del gobierno de los Estados Unidos.

Nadie le cuestiona a al gobierno de los Estados Unidos el derecho a que sus diplomáticos se reúnan a discutir con los de otros gobiernos, sean o no regímenes terroristas. Lo que nos parece fuera de lugar es que el caso Gross siga subiendo de nivel en el gobierno de Obama y que no se aclaren los hechos ni la exigencia de quienes lo tienen literalmente secuestrado.

Alan Gross está en un limbo legal y diplomático. Fidel Castro, en otra imprudencia mental, ha dicho que los cinco espías cubanos condenados en Estados Unidos estarán en su casa, en Cuba, este diciembre. ¿Habrá accedido los Estados Unidos al chantaje? El gobierno estadounidense no debe exponerse a parecer que conduce su política con timidez ante unos matones fracasados y debe evitar seguir alimentado sospechas que estimulan a los terroristas en Cuba y en el mundo.

1 comentarios:

Lori dijo...

Yo creo que los americanos deben ir a rescatar a Gross y ya de paso nos darían una buena ayuda.

21 de octubre de 2010, 22:44

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