martes, 8 de marzo de 2011

Raúl Castro, el policía de Washington



No nos debe extrañar que un dictador se convierta en un policía de los Estados Unidos. Eso eran Mubarak en Egipto y Gadafi en Libia. Eso es Raúl Castro en Cuba.


Los Estados Unidos le pidieron a Mubarak por 30 años que hiciera cambios democráticos. No los hizo y eso no importó. Lo apoyaron ampliamente porque el ejército egipcio ayudaba a mantener el balance de poder con Irán, mantenía la paz con Israel y asistía a los Estados Unidos en la lucha contra Al Qaeda.


Gadafi también se convirtió en otro instrumento en la lucha contra Al Qaeda. Olvidaron su pasado terrorista y sus crímenes. Aceptaron un arreglo medio real y medio propaganda en el que el libio renunciaba al desarrollo de armas de destrucción masiva. Con el paso del tiempo y antes de que nos diéramos cuenta, un hijo del dictador era presentado en Washington por Hillary Clinton, y Beyoncé le bailaba a la familia Gadafi por un millón de dólares.


Ahora, para sorpresa de todos, en su informe anual sobre el narcotráfico el Departamento de Estado señala que: "Cuba ha continuado demostrando un compromiso en el cumplimiento de sus responsabilidades…en años venideros, cabe esperar una mejor comunicación y cooperación entre EEUU, sus socios internacionales y Cuba, particularmente en el área de la información táctica y puntual".


Es un giro total porque el régimen castrista participó en el negocio del narcotráfico, como se ha demostrado ampliamente. Todos sabemos que en Cuba esto nunca hubiera sido posible sin el visto bueno de Fidel y Raúl Castro.


El propósito de Washington es claro: evitar que las drogas lleguen a los Estados Unidos. El de Raúl Castro también: él quiere convertirse en socio de los Estados Unidos. Esto le ayuda a mantener su dictadura. Raúl Castro actúa igual que lo hizo en su momento un gran aliado del castrismo, Moammar Gadafi.


El próximo paso de Raúl, si es que ya no lo ha dado, es cooperar con los Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo musulmán. Nadie mejor que la dictadura en Cuba para estar informado de la organización que tiene Al Qaeda en Latinoamérica.


Los terroristas musulmanes han contado con la ayuda de Hugo Chávez y de Raúl Castro. Ahora se han convertido en información valiosa que se puede negociar con Washington.


Una vez establecida la alianza contra el narcotráfico entre los Estados Unidos y Raúl Castro, éste se convierte en policía del primero; el siguiente paso es tentador porque uno tiene lo que el otro necesita. Así que, mientras en público ambos gobiernos se atacan, en privado…pasan otras cosas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Le an hechado la culpa a AlQuaeda en latinoamerica para el problema de los paquetes. Cuando la bola que se corre es otra que tiene que ver con gross en cuba!

8 de marzo de 2011, 8:59

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