martes, 11 de marzo de 2025

TRUMP INTENTA RECUPERAR EL LIDERAZGO

 


La reciente decisión de la administración Trump de reanudar el envío de armas y compartir inteligencia con Ucrania marca un giro significativo en su política exterior. Tras semanas de incertidumbre y crecientes tensiones con los aliados, este cambio de postura parece más un intento por evitar el vacío de liderazgo de EE.UU. en el conflicto que un compromiso inquebrantable con la causa ucraniana.

 

Este movimiento responde a la presión de aliados europeos que, ante la indecisión de Washington, comenzaron a plantear alternativas para garantizar la seguridad de Ucrania sin depender de EE.UU. La Comisionada de la Unión Europea para Asuntos Internos, Ylva Johansson, expresó recientemente la necesidad de un líder del mundo libre, dejando entrever que Europa ya no considera que EE.UU. ocupe automáticamente ese papel. Esta declaración, junto con la reciente reunión en París de 36 jefes militares occidentales sin la presencia de EE.UU., envió una señal clara: Washington debía actuar si no quería perder su influencia en la geopolítica global.

 

Marco Rubio y la nueva estrategia estadounidense


 

Para ejecutar este cambio, Trump recurrió a uno de sus operadores diplomáticos más experimentados: el senador Marco Rubio. Su participación en las negociaciones en Arabia Saudita fue clave para que Ucrania aceptara un alto el fuego de 30 días y sentara las bases para futuras conversaciones con Rusia. Con este movimiento, Rubio no solo ayudó a reactivar el papel de EE.UU. en el conflicto, sino que también permitió a la administración Trump reposicionarse estratégicamente sin admitir explícitamente un error en su postura anterior.

 

Al delegar en Rubio esta misión, Trump evita quedar atrapado en la narrativa de que su política exterior ha sido inconsistente. En cambio, puede presentar esta acción como una recalibración pragmática, diseñada para garantizar que EE.UU. no quede al margen de un conflicto que definirá el orden mundial en los próximos años.

 

Un intento de recuperar el liderazgo, no una restauración automática

 

Si bien la restauración de la ayuda militar es un paso en la dirección correcta para EE.UU., esto no significa que su liderazgo global haya sido restaurado. Europa ya ha tomado la iniciativa en varios frentes, y algunos de sus líderes han comenzado a considerar un futuro en el que la seguridad del continente no dependa exclusivamente de Washington.

 

Esta decisión de la administración Trump puede interpretarse como un reconocimiento de que su postura inicial fue contraproducente y que, al suspender la ayuda, permitió que otros actores llenaran el vacío estratégico. Ahora, con esta reactivación, Trump intenta recuperar la iniciativa y evitar que Europa tome el liderazgo en la crisis ucraniana.

 

Conclusión: un giro necesario, pero insuficiente por sí solo

 

La restauración de la ayuda a Ucrania es un intento de Trump por recuperar el liderazgo global de EE.UU., pero aún está por verse si no cambiará de rumbo o si será suficiente para convencer a sus aliados de que Washington sigue comprometido con la estabilidad mundial. La administración ha demostrado flexibilidad estratégica, pero también ha dejado claro que su apoyo a Ucrania no es incondicional.

 

Mientras Europa sigue avanzando en su propia estrategia de seguridad y el mundo observa con atención, el verdadero reto para EE.UU. no es solo reactivar el flujo de ayuda militar, sino demostrar que sigue siendo un aliado confiable y un líder indiscutible del mundo libre.

 

Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica

Marzo 11 de 2021

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