Cuba: oxígeno para un moribundo
Por Oscar Espinosa Chepe
Al analizar la economía cubana por sectores, aunque el gobierno no ha brindado información pormenorizada sobre el comportamiento económico en este primer semestre, se observa un resquebrajamiento generalizado en la agricultura, que en el primer trimestre del año decreció en un 7,3%. Aunque existe la posibilidad de una recuperación en el segundo semestre —tradicionalmente, una época con menor actividad—, debido al buen régimen de lluvias, será muy difícil sobreponerse a la gran caída sufrida en esos decisivos meses de producción. La industria y el transporte no podrán crecer, debido a la carencia de energía. De hecho, la producción azucarera en 2009 ha sido inferior a la precedente, lo que también se verá en la generación de energía eléctrica.
En cuanto al turismo, a pesar de que hasta fines de junio hubo un crecimiento del 2,9% en las llegadas, los ingresos disminuyeron con respecto a 2008; en el primer trimestre disminuyeron un 13,7%. Todo indica que esta situación se mantendrá el resto del año, teniendo en cuenta el elevado desempleo en los principales países emisores. Cuba no vive de las visitas de los turistas, sino de los ingresos que estos aportan. En cuanto a las remesas, la economía en Estados Unidos, fuente principal y determinante, aunque da señales de recuperación, no logra aún disminuir el desempleo, lo cual seguirá afectando los envíos de dinero a los familiares en la Isla.
Por otra parte, las inversiones se han reducido apreciablemente por la ausencia de recursos para acometer los programas trazados a principios de año. Sólo se construirán en 2009 unas 32.000 viviendas, una caída considerable en relación con la mediocre cantidad de 44.775 edificadas en 2008. Volúmenes insuficientes, si se tiene en cuenta los destrozos ocasionados por los tres huracanes ese año y el déficit que ya existía de cerca de un millón.
En la circulación mercantil, en especial la minorista, puede pronosticarse una pronunciada caída. La oferta ha mermado de forma sustancial no sólo en los limitados productos vendidos en pesos cubanos, sino también en la extendida área donde se comercializan productos y servicios en pesos convertibles.
También se aprecia una reducción de la actividad económica en las áreas de servicios, con minoraciones en los gastos en la esfera social que, según el gobernante Raúl Castro, “deberán estar en consonancia con las posibilidades reales de la economía”. Esa concepción tiene elementos racionales, pero causará descensos importantes en los inflados presupuestos dedicados a esos sectores. Un proceso que incidirá en cifras más reales en los aportes de los servicios a la formación del PIB.
La caída prevista del PIB podría repetirse en 2010, si el gobierno mantiene la obstinada negativa a realizar cambios estructurales y de concepto, una vez prometidos por Castro. Es cierto que ya se observa una cierta recuperación de la economía mundial, lo cual podría beneficiar algo a la economía cubana. Las cotizaciones del petróleo han crecido en las últimas semanas, y eventualmente, permitirían al presidente venezolano Hugo Chávez aumentar la subvención. Además, el precio del níquel, principal y casi único producto de exportación de la Isla, tiene movimientos al alza. Si las economías de Europa y Estados Unidos se restablecieran, el turismo y las remesas probablemente aumentarían.
No obstante, las mejorías serían pequeñas, como balones de oxígeno a un moribundo.
1 comentarios:
Lo que yo quisiera es cortar esas mangueras de oxígeno para que ese maldito sistema se acabe de ahogar.
23 de agosto de 2009, 17:49Publicar un comentario