¿Qué le paso a Raúl en Ecuador?

¿Qué le paso a Raúl en Ecuador?

No podemos dejar de notar el pobre impacto de la visita de Raúl Castro a la toma de posesión de Rafael Correa en el Ecuador. Ni el Granma publicó su discurso en Guayaquil. Y para los periódicos y periodistas ecuatorianos, por lo menos los que se publican en Internet, su silencio sobre Raúl Castro fue definitivamente simbólico. La opinión certera de mi padre cuando le consulte fue: “Seguramente no quieren criticarlo.”

La verdad es que Raúl volvió a demostrar que no es dueño del micrófono cuando lo tiene en sus manos. Parecía que tenía tragos, o estaba nervioso o quién sabe. No es la primera vez que esto le sucede.

El Granma hace una reseña de la visita de Raúl, obviamente edulcorada, pero ¿Dónde está el discurso?

“Cubadebate” cita a Raúl en Ecuador:

“Esos golpistas no respiran sin permiso de Washington”, aseguró; “ya se va sabiendo quién le abrió la puerta a los gorilas: los de siempre, los que tienen la llave”, en alusión a Estados Unidos.

“Raúl también mencionó el caso de las bases colombianas como un “acontecimiento que hay que tener en cuenta” y que “no es casual”.

Comentó que bromeó hoy con Correa sobre este asunto y le dijo al presidente ecuatoriano: “Tenemos que prepararnos, porque los cañones de esa flota están apuntando hacia acá”.

Simpatiquísimo ¿verdad?

Los viajes de Raúl no son ni parecidos a los que hacia Fidel Castro, que en todas partes adonde viajara era el foco de atención. Fidel era una especie de “celebrity” y los periodistas se desvivían por entrevistarlo y tomarle fotografías.

Nunca nadie le hacía preguntas que lo molestaran, nunca nadie le cuestionaba la falta de libertades en Cuba, los presos políticos y la permanente dependencia exterior de la economía cubana. Querían simplemente que Fidel atacara a los norteamericanos o al que fuera, esa era la noticia que buscaban.

Con Raúl la prensa ni se molesta, lejos de ser un “celebrity,” Raúl es todo lo contrario: un presidente de dedo, un general sin batallas. Cuando dice tonterías de los norteamericanos nadie le hace caso y no se las publican.

Con la enfermedad de Fidel la dictadura perdió a su actor principal, ahora Raúl ha tomado su lugar y lo que está sucediendo en el exterior es reconocido en Cuba entre el pueblo y la gente del gobierno: que es un individuo lleno de temores porque reconoce su falta de capacidad y porque tiembla ante el desastre que le ha dejado su hermano mayor, después de medio siglo de dictadura e incompetencia.